El sentir la con el en todo momento es algo que se me enseñó antes de que pudiera dárseme la oportunidad de alumbrar al y de asistirlo en su misión. Porque si no estáis en sintonía con Dios todo el tiempo, ¿cómo puede Él actuar en vuestro favor en momentos de peligro, de crisis o de oposición? Esto significa que ante el peligro lo primero que tenéis que hacer es establecer vuestra sintonía antes de poder recibir ayuda. En la vida de un discípulo no hay tiempo para esto, amados míos. La sintonía tiene que estar preparada como una armadura, como una espada de la Verdad. Cuando estáis en medio de la batalla no podéis dar media vuelta y correr hacia atrás para poneros la armadura y tomar la espada cuando el enemigo ya inició el ataque; en ese momento ya debéis estar preparados.
La sintonía, entonces, tiene algo de subconsciente. Comienza con la mente externa; comienza por vuestra súplica, por la plegaria al Santo para que asuma el mando y continúe las oraciones y los s de vuestro corazón a lo largo de las veinticuatro horas. Ésta es una petición importante, y deberíais hacerla todas las mañanas, antes incluso de salir de la cama. Si queréis seguir por el sendero de la del Mundo y del Cristo debéis deciros:
Beloved Mighty I AM Presence, Father of all Life—
Act on my behalf this day:
Fill my form.
Release the Light that is necessary
For me to go forth to do thy Will,
And see that at every hand the decisions I make
Are according to thy holy Will.
See that my energies are used to magnify the LORD
In everyone whom I meet.
See to it that thy holy Wisdom released to me
Is used constructively for the expansion
of God’s kingdom.
And above all, beloved Heavenly Father,
I commend my spirit unto Thee
And ask that as thy Flame is one with my flame,
The union of these two Flames shall pulsate
To effect in my world
The continuous alertness and attunement
Which I need with thy Holy Presence,
With the Holy Spirit, and with the World Mother.
Amada Poderosa Presencia YO SOY, Padre de toda Vida,
actúa en mi favor hoy:
Llena mi forma.
Libera la Luz necesaria
para que vaya yo a hacer Tu Voluntad,
y asegúrate de que a cada paso las decisiones que tome
estén en concordancia con Tu Santa Voluntad.
Asegúrate de que mis energías sean usadas
para magnificar al Señor en todo aquel con quien me cruce.
Asegúrate de que la santa Sabiduría que me ha sido entregada
sea utilizada constructivamente para la expansión
del reino de Dios.
Y, por sobre todas las cosas, amado Padre Celestial,
Te encomiendo mi espíritu
y así como Tu Llama es una con mi llama pido que
la unión de estas dos llamas vibre
para realizar en mi mundo
la vigilancia y la sintonía permanentes
que necesito con Tu Santa Presencia,
con el Espíritu Santo y con la Madre del Mundo.
© Church Universal and Triumphant
Ave Maria, de Charles François Gounod
Ave Maria
Ave María
Being of sanctity
Flower of immortality
Revered thy flame of consecration
Ο Mary, hallow’d is thy name
Your soul a symphony, holy and pure
to the Christ in man.
Ο Father, bless her for her faith in thee
Expand her holy mantle of Light
Inspire the great, magnificent concept
The image lovely, so gentle and mild
Born of Divinity.
Ser de santidad
flor de inmortalidad
reverenciada tu llama de consagración
¡Oh, María! santificado sea tu nombre
Tu alma una sinfonía, santa y pura
para el Cristo en el hombre
¡Oh, Padre! bendícela por su fe en Ti
extiende su sagrado manto, de Luz,
inspira el grandioso, magnífico concepto
la imagen encantadora, tan gentil, suave
nacida de la Divinidad.
Holy Madonna
Pure in soul and mind
We bow to the Light you bore the earth
The Christ who enters each heart to raise
All to love, the goal of self-mastery—
the path of great worth.
Dear Mary, we invoke thy blessed rays
Of healing power that flows from your heart
Ο Raphael, consecrate our pathway
And help us cosmic grace impart
Light, teach us all thou art!
Santa Madona
pura en alma y mente
nos inclinamos ante la Luz que trajiste a la Tierra,
el Cristo que entra en cada corazón para elevar
todos al amor, meta de la automaestría
—el sendero de gran valor.
Querida María, invocamos tus benditos rayos
de poder curativo que fluye desde tu corazón
¡Oh, Rafael! consagra nuestro sendero
y ayúdanos a impartir gracia cósmica
¡Luz, enséñanos todo lo que tú eres!
Blest Queen of Heaven
Great art thou!
Instruct and bless our youth and children
Enfold them with thy Presence now
Restore the mem’ry of their holy vows
from the inner planes.
Ο Mother of the World, we are thy flames
Our holy God-design we claim
Rejoice, rejoice, Ο heavenly powers
For earth does seek thee, the God Star our aim
Victory in God’s name.
¡Bendita Reina del Cielo,
grande tú eres!
Instruye y bendice a nuestros jóvenes y niños,
envuélvelos con tu Presencia ahora
restituye el recuerdo de sus santos votos
desde los planos internos.
¡Oh, Madre del Mundo, somos tus llamas!
Nuestro santo diseño divino clamamos
¡Regocijaos, regocijaos, oh, poderes celestiales!
pues la Tierra os busca; la Estrella Dios es nuestra meta
la Victoria en el nombre de Dios.
© The Summit Lighthouse
Arcangelina del quinto rayo, complemento divino del arcángel Rafael, Reina de los Ángeles y la bendita madre de Jesús. Su nombre significa Rayo de la Madre (inglés: Mother Ray, Ma Ray). Llamada por el Padre para encarnar en la tierra y dar nacimiento al Cristo que habría de salvar a aquellas almas que habían sido descarriadas por los rebeldes luciferinos, María es uno de los miembros de las huestes del SEÑOR que a lo largo de sus encarnaciones en la tierra ha ejemplificado ardientemente la Maternidad de Dios… Al concluir su vida de santidad como la Madre de Jesús, y habiendo cumplido su plan divino, María ascendió al corazón del Padre. Hoy presta servicio a la humanidad en la “Iglesia viviente” en niveles internos, muy cerca de las jerarquías de ángeles y maestros ascendidos que conforman la Gran Hermandad Blanca. La intercesión de la Madre María es inmediata cuando se da su Rosario de la Nueva Era, que dictó a la Mensajera Elizabeth Clare Prophet en 1972. Véase María, la madre de Jesús.
La Tercera Persona de la Trinidad; la omnipresencia de Dios; las lenguas hendidas de fuego que focalizan a Dios Padre-Madre, también llamado el fuego sagrado; las energías de Vida que animan a un cosmos. En la Trinidad hindú de Brahma, Vishnu y Shiva, el Espíritu Santo corresponde a Shiva, conocido como el Destructor-Liberador porque su amor que todo lo consume, cuando se invoca en los planos de la Materia, ata a las fuerzas del mal y transmuta la causa y el efecto de las creaciones erróneas de los hombres, liberándolos de la prisión de su karma y de los seres oscuros que la habitan. El prana es la esencia del Espíritu Santo que ingerimos con el aliento del fuego sagrado a través de los chakras para nutrir a los cuatro cuerpos inferiores. El Espíritu Santo es el foco del equilibrio del Dios Padre-Madre en el núcleo de fuego blanco del ser. El exorcismo de los espíritus malignos y de las entidades impuras se realiza mediante el fuego sagrado del Espíritu Santo, en el nombre del Cristo y del YO SOY EL QUE YO SOY. Los nueve dones del Espíritu Santo son poderes que se otorgan a los siervos del Señor para atar a la muerte y el infierno y realizar Sus obras en la tierra.
La Persona y la Llama del Espíritu Santo es el Consolador que Jesús prometió que vendría cuando nuestro Señor nos dejara –a iluminarnos, a instruirnos y a hacernos recordar todas las cosas que el amado Jesús nos ha enseñado, tanto en la tierra como en el cielo. Cada vez que un hijo o hija de Dios asciende a la Presencia del YO SOY EL QUE YO SOY, el Espíritu Santo desciende para llenar el vacío y magnificar la Presencia del Señor en la tierra. Es éste el ritual del descenso del Espíritu Santo prometido por Jesús a sus discípulos cuando el Maestro dijo: “Permaneced en la ciudad de Jerusalén hasta que seáis dotados del poder de las alturas”, cosa que ocurrió en Pentecostés después del ascenso de Jesús al cielo.
El representante de la llama del Espíritu Santo para las evoluciones de la tierra es el maestro ascendido que ocupa el cargo de Maha Chohán . El Espíritu Santo es la Personalidad Impersonal de la Divinidad y está ubicada en el lado occidental de la Ciudad Cuadrangular. Véase Gráfica de tu Ser Divino.
1 Corintios 12:4-11; Juan 14:16, 26; 16:7; Lucas 24:49, 51; Marcos 16-19; Hechos 2:1-4
(griego: Christos, “ungido”). Mesías (hebreo y arameo: “ungido”); “el Ungido”, aquel que es investido e infundido o ungido de la luz (el Hijo) de Dios. La Palabra, el Logos, la Segunda Persona de la Trinidad: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad… Aquél era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre que viene al mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por él y el mundo no le conoció.” En la Trinidad hindú de Brahma, Vishnu y Shiva, el término “Cristo” corresponde a la encarnación de Vishnu, el Preservador; avatara, hombre Dios, el que despeja la oscuridad, guru.
El Cristo Universal es el mediador entre los planos del Espíritu y los planos de la Materia; personificado como el Santo Ser Crístico, es el mediador entre el Espíritu de Dios y el alma del hombre. El Cristo Universal sostiene el nexo (el flujo en forma de ocho) de la conciencia a través del cual las energías del Padre (Espíritu) pasan a sus hijos para la cristalización (inglés: Christ-realization: realización crística) de la Llama de Dios por el esfuerzo de su alma en el vientre cósmico (la matriz) de la Madre (Materia). A este proceso se le llama materialización (inglés: Mater-realization: realización en la Materia), “El Descenso”. El proceso por el cual las energías de la Madre aglutinadas en el alma pasan a través del nexo de la conciencia crística hacia el Padre es la aceleración llamada espiritualización (inglés: Spirit-realization: realización en el Espíritu), “El Ascenso”. Otro nombre que se le da al proceso mediante el cual la energía del alma regresa de la Materia al Espíritu es sublimación (inglés: sublimation: sublime action: acción sublime) o transmutación. Siendo ya una con el Hijo, el alma experimenta la consumación de este proceso como la ascensión, la unión con el Espíritu de la Presencia YO SOY, el Padre. La ascensión es el cumplimiento en el cielo de la promesa de Jesús en la tierra: “En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros… El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos con él morada.”
La fusión de las energías de la polaridad positiva y negativa de la Divinidad en la creación ocurre a través del Cristo Universal, el Logos sin el cual “nada de lo que es fue hecho”. El flujo de luz del macrocosmos hacia el microcosmos, del Espíritu (la Presencia YO SOY) al alma y de regreso siguiendo la espiral en forma de ocho, se cumple a través de este bendito Mediador que es Cristo, el SEÑOR, la verdadera encarnación del YO SOY EL QUE YO SOY. Ya que Jesús es esa Palabra encarnada, puede decir: “El YO SOY es [el YO SOY en mí es] la Puerta Abierta [al cielo y a la tierra] que ningún hombre puede cerrar”, y “Todo el Poder me es dado [a través del YO SOY en mí] en el cielo y en la tierra”, y también “He aquí, YO SOY [el YO SOY en mí está] vivo por siempre –como Arriba, así abajo– y tiene las llaves del reino de los cielos y las llaves de la muerte y el infierno, y a quienquiera que el Padre quiera yo se las doy, y son dadas en su nombre”. Esto que aún hoy afirma el maestro ascendido Jesucristo también lo afirma para nosotros nuestro Santo Ser Crístico. Así, el Cristo Universal del Hijo único y de los muchos efectivamente mediatiza la Presencia del YO SOY hacia nosotros a través de nuestro propio y amado Santo Ser Crístico. Ésta es la verdadera comunión con el Cristo Cósmico cuyo Cuerpo (Conciencia) fue “partido”, compartido, individualizado para cada hijo del corazón del Padre. Los Hijos de Dios son depositarios de la Máxima Luz para los que aún son criaturitas en Cristo.
El término “Cristo” o “ungido del Cristo” también denota un cargo en la jerarquía que ocupan los que han alcanzado la automaestría en los siete rayos y los siete chakras del Espíritu Santo. La maestría crística incluye equilibrar la llama trina (los atributos divinos de poder, sabiduría y amor) para la armonización de la conciencia y la implementación de la maestría de los siete rayos en los chakras y en los cuatro cuerpos inferiores mediante la Llama de la Madre (la kundalini elevada). En la hora designada para la ascensión, el alma así ungida eleva la espiral de la llama trina desde abajo de los pies, pasando por toda la forma, para la transmutación de todo átomo y célula de su ser, conciencia y mundo. La saturación y la aceleración de los cuatro cuerpos inferiores y el alma mediante esta luz transfiguradora de la llama crística ocurre en parte durante la iniciación de la transfiguración, se incrementa con la resurrección y adquiere plena intensidad durante el ritual de la ascensión.
El Ser Crístico individual, el Cristo personal, es el iniciador de toda alma viviente. Cuando el individuo pasa estas diversas iniciaciones en el sendero de la cristeidad, incluyendo “dar muerte al morador del umbral”, se gana el derecho a que se le llame ungido del Cristo así como hijo o hija de Dios. Hay quienes, en eras pasadas, se ganaron semejante título y comprometieron esa culminación o no lograron manifestarla en encarnaciones subsiguientes. En esta era el Logos los requiere para que manifiesten su maestría divina interna y la perfeccionen en el plano físico mientras están en encarnación física. Por lo tanto, para asistir a los hijos e hijas de Dios en hacer que su manifestación sea conmensurable con su luz interior, los maestros de la Gran Hermandad Blanca han dado sus enseñanzas a través de los maestros ascendidos y de sus mensajeros en este siglo [XX]. Y Saint Germain fundó la Fraternidad de Guardianes de la Llama, a través de la cual envía lecciones mensuales graduadas a los miembros de esta orden, dedicada a guardar la llama de la Vida en todo el mundo. Antes de pasar con éxito las iniciaciones del discipulado, se hace referencia al individuo como hijito de Dios, en contraste con el término “Hijo de Dios”, que denota la plena cristeidad, en la cual el alma, en y como Hijo del hombre, se ha fundido en el Hijo de Dios siguiendo el ejemplo de Jesucristo.
Con la expansión de la conciencia crística, el ungido del Cristo avanza para alcanzar la realización de la conciencia crística en el nivel planetario y es capaz de sostener el equilibrio de la llama crística para las evoluciones del planeta. Cuando logra esto, asiste a los miembros de la jerarquía celestial que prestan su servicio en el cargo de Instructores del Mundo y al Cristo planetario. Véase Gráfica de tu Ser Divino, Jesús.
Juan 1:1-4; 14:20, 23. Cf. Apocalipsis 3:8; Mateo 28:18; Apocalipsis 1:18
Madre Divina, Madre Universal y Virgen Cósmica son otros tantos términos para designar la polaridad femenina de la Divinidad, la manifestación de Dios como Madre. La Materia [inglés: Matter] es la polaridad femenina del Espíritu y los maestros ascendidos utilizan el término alternadamente con Mater (latín: “madre”). En este contexto, todo el cosmos material se convierte en el vientre de la creación, hacia el cual el Espíritu proyecta las energías de la Vida. La Materia es, entonces, el vientre de la Virgen Cósmica, quien, como la otra mitad del Todo Divino, también existe en el Espíritu como polaridad espiritual de Dios.
Jesús mismo reconoció a Alfa y Omega como los más altos representantes del Dios Padre-Madre y con frecuencia se refirió a Alfa como Padre y a Omega como Madre. Quienes asumen la polaridad femenina de la conciencia después de su ascensión son maestras ascendidas. Junto con todos los seres femeninos (polarizados femeninamente) en las octavas de luz, son los focos de la llama de la Madre Divina para las evoluciones de la humanidad que se desarrollan en muchos sistemas de mundos. Sin embargo, siendo andróginos, todos los miembros de las huestes celestiales son focos de cualquiera de los atributos masculinos o femeninos de la Divinidad a voluntad, pues ya han entrado en las esferas de la Totalidad Divina. Madre de la Llama (o Madre del Mundo). Cargo en la jerarquía que ocupan sucesivamente aquellas devotas no ascendidas designadas por la Gran Hermandad Blanca para nutrir, o incubar, la llama de la Vida en toda la especie humana. En 1961, Clara Louise Kieninger fue nombrada primera Madre de la Llama de la Fraternidad de Guardianes de la Llama por Saint Germain. El 9 de abril de 1966, ese manto fue transferido a la mensajera Elizabeth Clare Prophet. En ese momento Clara Louise Kieninger se convirtió en la Madre de la Llama Regente. Hizo su ascensión el 25 de octubre de 1970 en Berkeley, California, y continúa ocupando ese cargo desde el estado ascendido.