• Remembranzas de Mu – 1

Vengo cargando un pergamino para cada uno de vosotros,
que contiene los registros de vuestras experiencias en Mu

 

Como ondulantes nubes, como hojas que tira el viento en el otoño, la desciende en espirales a esta dimensión. Los ciclos de la , del infinito, descienden anclando dentro del corazón de la humanidad la oportunidad de participar en la expansión de la conciencia mediante la luz —mediante la acción de la luz.

Yo soy la , y vengo cargando pergaminos. Vosotros querríais escuchar sobre las memorias de .[1] ¿Querríais escuchar sobre vuestras propias experiencias en Mu, sobre vuestras propias encarnaciones y experiencias del en el continente de la ? El antiguo Mu, la Patria de los , de los sacerdotes y las sacerdotisas del y de los más grandes científicos que el mundo haya conocido.

Por dispensación de los y del (que lleva el registro de vida para todo el mundo en este planeta) vengo trayendo un pergamino para cada uno de vosotros. Y, antes de dejaros, es de luz entregarán ese pergamino a vuestra alma y será registrado en vuestro para que podáis referiros a ese registro como vara de medir de vuestro progreso en el .

Algunos de vosotros servisteis en las artes en Mu. Uno de vosotros fue un gran inventor. Todos y cada uno supieron de las profanaciones de los caídos. Escuchasteis sus blasfemias y observasteis cómo los sumos sacerdotes, recurriendo a la magia negra, crearon formas de pensamiento astrales, predadores que se lanzaban mutuas invectivas. Fueron ellos los fundadores de las disputas políticas, de las disputas religiosas. Los sacerdotes oscuros lucharon contra los sacerdotes de luz, e incluso los sacerdotes de luz recurrieron a motivos y métodos no enteramente de la luz crística. Al principio la guerra de los sacerdotes fue una guerra de energías astrales, en la que lanzaban rayos rojos y carmesí contra los patrones oscuros del caos. Los sacerdotes competían a ver quién podía crear los patrones más horribles y los diseños más oscuros.

A medida que la batalla se fue haciendo cada vez más acalorada y la oscuridad de la refriega atrajo a más y más víctimas inocentes al círculo de la refriega, llegó un momento en que las creaciones del se fusionaron en estructuras atómicas físicas. Las bestias depredadoras que alguna vez existieron sólo como idea, como concepto, como campos de energía, ahora deambulaban por la Tierra. De un continente a otro deambulaban los efectos del mal uso del fuego sagrado. Sus cuerpos repugnantes, sus mentes diminutas, peleaban entre sí tal como sus creadores peleaban entre sí.

Os habéis enterado de que hoy hay científicos que han creado vida en tubos de ensayo. Os digo que sus acciones y sus descubrimientos son todavía primitivos en comparación con el conocimiento que poseían los sacerdotes-científicos de la antigua Mu. La llegada de los cambios en la Tierra fue la mano de la misericordia gracias a la cual estas formas fueron destruidas. Amados corazones, esta Tierra ha pasado por muchos gemidos y penurias a lo largo de miles y miles de años. Y ahora hay una puerta abierta, ahora hay una señal en los cielos, ahora viene, una vez más, la llama de la Madre Divina.

 

[1] Mu, o Lemuria, la Patria o la tierra natal, fue un continente que se ubicaba donde hoy está el Océano Pacífico. La explicó que los lemurianos inicialmente eran seres libres en Dios, como los que existieron en las primeras eras. Crearon una cultura de avanzados logros científicos así como una religión que alcanzó su cúspide mediante la devoción al principio de la Madre, que es la luz blanca, la llama de la . Su cultura se desarrolló a lo largo de miles de años. En tiempos posteriores, los caídos empezaron a invadir el planeta Tierra y a enseñar a la gente los abusos de la llama de la Madre. Enseñaron la guerra, experimentaron con la manipulación genética (creando formas de animales grotescas) y profanaron los altares sagrados y los templos a la llama de la Madre. Finalmente, la oscuridad provocó la pérdida de la llama de la Madre y los efectos devastadores que ocasionaron el hundimiento de . La Mensajera ha explicado que las evoluciones del continente perdido han reencarnado para encontrar su antigua religión y para saldar el que hicieron en Lemuria.

 

 

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La luz espiritual es la energía de Dios; el potencial del Cristo. Como personificación del Espíritu, el término “Luz” puede utilizarse como sinónimo de los términos “Dios” y “Cristo”. Como esencia del Espíritu es sinónimo de “fuego sagrado”. Es la emanación del Gran Sol Central y de la Presencia YO SOY individualizada, y la Fuente de toda vida. Es lo que enciende la chispa divina, porque la Luz verdadera alumbra a toda manifestación de Dios que debe descender a un mundo oscurecido. El portador de Luz es el que desplaza la Oscuridad, y la Luz de su Presencia YO SOY proviene de los reinos del Día Eterno.

Juan 1:7-9

cósmica. La cadena universal de seres libres en Dios individualizados que cumplen con los atributos y los aspectos de la infinita Individualidad de Dios. Dentro del esquema de la jerarquía cósmica están los Logos Solares, los Elohim, los Hijos e Hijas de Dios, maestros ascendidos y maestros no ascendidos con sus círculos de chelas, seres cósmicos, las doce jerarquías solares, arcángeles y ángeles del fuego sagrado, hijos de la luz, espíritus de la naturaleza (los elementales) y llamas gemelas de la polaridad de Alfa y Omega que patrocinan sistemas planetarios y galácticos.

     Esta orden universal de la propia Auto-Expresión del Padre es el medio por el cual Dios, en el Gran Sol Central, desacelera la Presencia y el poder de Su ser/conciencia universal para que las evoluciones sucesivas en el tiempo y el espacio, de la más pequeña a la más grande, puedan llegar a conocer el milagro de Su amor. El nivel de realización espiritual/física de un individuo –medida por la autopercepción equilibrada, “oculta con el Cristo en Dios”, y que con Su amor demuestra Su Ley en el cosmos del Espíritu y la Materia– es el criterio que establece dónde está colocado el individuo en la escala de la vida llamada jerarquía.

     En el siglo III, Orígenes de Alejandría describió su concepción de una jerarquía de seres que va de los ángeles a los seres humanos, a los demonios y las bestias. El conocido erudito y teólogo de la Iglesia primitiva, que expuso la piedra angular de la doctrina de Cristo, y sobre cuyas obras los subsiguientes padres de la Iglesia, doctores y teólogos edificaron sus tradicio­nes, enseñaba que a las almas se les asignan sus respectivos cargos y deberes con base en acciones y méritos pasados, y que cada una tiene la oportunidad de subir o de bajar de rango. Muchos seres de la jerarquía celestial están nombrados en el libro del Apocalipsis. Aparte de la falsa jerarquía del Anticristo, que incluye a los ángeles expulsados, algunos de los miembros de la Gran Hermandad Blanca enlistados por Jesús son Alfa y Omega, los siete Espíritus, los ángeles de las siete iglesias, los Veinticuatro Ancianos, las cuatro bestias, los santos vestidos de blanco, los Dos Testigos, el Dios de la Tierra, la Mujer vestida del Sol y su Niño-Hombre, el arcángel Miguel y sus ángeles, el Cordero y su esposa, los ciento cuarenta y cuatro mil que llevan el nombre del Padre escrito en la frente, el ángel del Evangelio Eterno, los siete ángeles (esto es, los arcángeles de los siete rayos) parados delante de Dios, el ángel vestido de nube y con un arco iris sobre la frente, los siete truenos, El Fiel y Verdadero y sus ejércitos, y aquel que estaba sentado en el gran trono blanco. Véase Elohim.

Amerisis es un ser poderoso que anima la cualidad de la luz, de ahí su nombre, Diosa de la Luz. El término Dios o Diosa denota a alguien que es un ser cósmico y que da alma a la conciencia de Dios, a la de su cargo en la jerarquía espiritual y la de su rayo.

 

véase Lemuria Lemuria o Mu, el continente perdido del océano Pacífco que, según los descubrimientos de James Churchward, arqueólogo y autor de El continente perdido de Mu, se extendía cinco mil kilómetros hacia el sur desde el norte de Hawái, hacia la Isla Oriental y las islas Fiyi, y estaba constituido por tres áreas de tierra que median más de ocho mil kilómetros de oriente a poniente. La historia que relata Churchward sobre la antigua Tierra Madre está basada en registros inscritos en tablillas sagradas que asegura haber descubierto en la India. Descifró dichas tablillas con la ayuda de un sacerdote de un templo hindú. Durante cincuenta años de inves­tigación confirmó su contenido comparando con otros textos, inscripciones y leyendas que descubrió en el Sudeste de Asia, en Yucatán (México), Centroamérica, las islas del Pacífico, Norteamérica, el antiguo Egipto y otras civilizaciones. Él calcula que Mu fue destruido aproximadamente hace doce mil años por el colapso de las cámaras de gas que sostenían al continente.

Mapa de Lemuria de El continente perdido de Mu, por James Churchward (1927). Este mapa basado en lecturas de antiguos textos que hizo Churchward, muestra el continente de Lemuria como era antes de su destrucción final.

Dios es un Espíritu y el alma es el potencial vivo de Dios. La petición de libre albedrío que el alma hizo  y su consiguiente separación de Dios tuvieron como consecuencia el descenso de este potencial al estado carnal inferior. Sembrada en deshonor, el alma está destinada a elevarse con honores a la plenitud de ese estado divino que es el Espíritu único de toda Vida. El alma puede perderse; el Espíritu no puede morir.

     El alma permanece como un potencial que ha caído a niveles más bajos de vibración y de conciencia, y debe ser imbuida de la realidad del Espíritu, purificada por medio de la oración y la súplica y devuelta a la gloria de la cual descendió y a la unidad del Todo. Esta reunión del alma con el Espíritu es el matrimonio alquímico, que determina el destino del ser y lo convierte en uno con la Verdad inmortal. Cumplido este ritual, el Ser superior se corona Señor de la Vida y se descubre que el potencial de Dios realizado en el hombre es el Todo-en-todo.

Madre Divina, Madre Universal y Virgen Cósmica son otros tantos términos para designar la polaridad femenina de la Divinidad, la manifestación de Dios como Ma­dre. La Materia [inglés: Matter] es la polaridad femenina del Espíritu y los maestros ascendidos utilizan el término  alternadamente con Mater (latín: “madre”). En este contexto, todo el cosmos material se convierte en el vientre de la creación, hacia el cual el Espíritu proyecta las energías de la Vida. La Materia es, entonces, el vientre de la Virgen Cósmica, quien, como la otra mitad del Todo Divino, también existe en el Espíritu como polaridad espiritual de Dios.

Jesús mismo reconoció a Alfa y Omega como los más altos representantes del Dios Padre-Madre y con frecuencia se refirió a Alfa como Padre y a Omega como Madre. Quienes asumen la polaridad femenina de la conciencia después de su ascensión son maestras ascendidas. Junto con todos los seres femeninos (polarizados femeninamente) en las octavas de luz, son los focos de la llama de la Madre Divina para las evoluciones de la humanidad que se desarrollan en muchos sistemas de mundos. Sin embargo, siendo andróginos, todos los miembros de las huestes celestia­les son focos de cualquiera de los atributos masculinos o femeninos de la Divinidad a voluntad, pues ya han entrado en las esferas de la Totalidad Divina. Madre de la Llama (o Madre del Mundo). Cargo en la jerarquía que ocupan sucesivamente aquellas devotas no ascendidas designa­das por la Gran Hermandad Blanca para nutrir, o incubar, la llama de la Vida en toda la especie humana. En 1961, Clara Louise Kieninger fue nombrada primera Madre de la Llama de la Fraternidad de Guardianes de la Llama por Saint Germain. El 9 de abril de 1966, ese manto fue transferido a la mensajera Elizabeth Clare Prophet. En ese momento Clara Louise Kieninger se convirtió en la Madre de la Llama Regente. Hizo su ascensión el 25 de octubre de 1970 en Berkeley, California, y continúa ocupando ese cargo desde el estado ascendido.
1. Los que surgen como fruto de la unión divina de las espirales de Alfa y Omega; los que tienen al Cristo consigo como el Emmanuel. La creación del Padre-Madre Dios (Elohim) hecha a imagen y semejanza del Divino Nosotros, identificada por la llama trina de la Vida anclada dentro del corazón.      2. En el sendero, la expresión “hijos e hijas de Dios” denota un nivel de iniciación y un rango en la jerarquía que está por encima de los que se llaman niños de Dios, niños en el sentido de que no han pasado las iniciaciones del fuego sagrado en el discipulado, lo que justificaría que se les llamara coherederos con el Cristo, esto es, hijos e hijas de Dios.
El fuego de la Kundalini, que se encuentra como una serpiente enroscada en el chakra de la base de la columna (el muladhara), y que con pureza espiritual y automaestría se eleva hacia el chakra de la coronilla, acelerando los centros espirituales o chakras a su paso. Dios, luz, vida, energía, el YO SOY EL QUE YO SOY. “Nuestro Dios es un fuego consumidor” (Hebreos 12:29). El fuego sagrado es la precipitación del Espíritu Santo para el bautismo de las almas, para la purificación, para la alquimia y la transmutación y para alcanzar la ascensión, ritual sagrado mediante el cual el alma retorna al Único.

Los seres ascendidos que componen el Consejo Kármico. Su nombre y el rayo que representan en él son los siguientes: primer rayo, el Gran Director Divino; segundo rayo, la Diosa de la Libertad; tercer rayo, la Maestra Ascen­dida Nada; cuarto rayo, el Elohim Ciclopea; quinto rayo, Palas Atenea, Diosa de la Verdad; sexto rayo, Porcia, Diosa de la Justicia; séptimo rayo, Kuan Yin, Diosa de la Misericordia.

     Los Señores del Karma administran la justicia en este sistema de mundos, y adjudican karma, misericordia y juicio a todas las corrientes de vida. Todas las almas deben pasar delante del Consejo Kármico antes y después de cada encarnación en la tierra; reciben su asignación y su porción kármica para cada periodo de vida por anticipado y luego se pasa revista a su actuación al terminar. Gracias al Guardián de los Pergaminos y a los ángeles registradores, los Señores del Karma tienen acceso al registro completo de cada corriente de vida encarnada en la tierra. Ellos determinan quién ha de encarnar, así como cuándo y dónde. Asignan a las almas a una comunidad o a una familia, sopesando cuánta carga de karma debe saldarse, en cumplimiento de cada “punto y tilde” de la ley. El Consejo Kármico, en consonancia con la Presencia YO SOY y el Ser Crístico individuales, determina cuándo se ha ganado el alma finalmente el derecho a quedar libre de la rueda de karma y de las rondas de renacimiento.

     Los Señores del Karma se reúnen en el retiro del Royal Teton dos veces al año, en los solsticios de invierno y de verano, para revisar peticiones de la humanidad no ascendida y para otorgar dispensaciones con el fin de asistirla.

El ángel encargado de los ángeles registradores que se asignan a cada corriente de vida. El Guardián de los Pergaminos es el custodio de los archivos que contienen el Libro de la Vida de todo hombre. Es responsabilidad suya suministrar a los maestros ascendidos y al Consejo Kármico el registro de vida de cualquiera o de todas las encarnaciones de un alma en evolución cuando ellos lo soliciten. Esta información no se utiliza sólo en el juicio final del alma, sino también con el fin de aconsejar y asignar al alma sus deberes y su misión de una vida a otra, incluido el otorgamiento de dispensaciones (de misericordia, o de talentos), iniciaciones o asignación para un cargo en la jerarquía ascendida o no ascendida de la Gran Hermandad Blanca: “En aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallaren escritos en el libro.” “Y los libros fueron abiertos: y otro libro fue abierto, el cual es de la vida.” Véase ángel registrador.

Daniel 12:1; Apocalipsis 20:12

Espíritu divino, heraldo, precursor o mensajero enviado por Dios para comunicar Su Palabra a Sus hijos. Espíritu ministrante enviado para asistir a los herederos del Cristo, para confortar, proteger, guiar, fortalecer, enseñar, aconsejar y prevenir. Cohortes de la luz al servicio de los seres crísticos, los hijos e hijas de Dios, por todo el cosmos. Un “ángulo” de la conciencia de Dios –un aspecto de Su Autoconciencia; un ser formado por Dios a partir de Su propia llameante Presencia para asistir a la Vida en la forma. “Y de sus ángeles dijo: El que hizo a sus ángeles espíritus, y a sus ministros llama de fuego.” Las huestes celestiales comprenden una evolución que se diferencia de la humanidad por su llameante individualidad y la pureza de su devoción a la Deidad y a los arcángeles jerarcas bajo cuyo mando prestan servicio. Su función es concentrar, acelerar y amplificar los atributos de Dios en beneficio de Su creación. Atienden las necesidades de los hombres atrayendo luz hacia su aura, intensificando los sentimientos de esperanza, fe y caridad, honor, integridad, valor, verdad y libertad, misericordia y justicia, y todo aspecto de la claridad cristalina de la Mente de Dios. Debido a la sacralidad de su presencia invisible, el autor del Libro de Hebreos dijo: “No olvidéis la hospitalidad, porque algunos, sin saberIo, hospedaron ángeles.” Con lo que abunda en el hecho de que los ángeles sí encarnan y andan entre nosotros como nuestros mejores amigos y auxiliadores, aun cuando sean unos perfectos extraños.

     Metafóricamente hablando, los ángeles son electrones que giran alrededor de la Presencia Solar que es Dios, electrones que han elegido, por Su voluntad innata en ellos, expandir Su conciencia en todos los planos de la existencia; que han sido “cargados” de la luz/energía/conciencia del Gran Sol Central para ser “electrodos”, esto es, pilares de la ardiente presencia de Dios que operan como “transformadores de desaceleración” de la Luz inefable, para que Sus hijos puedan recibir una porción de esperanza de la gloria que ha de venir en medio de la noche oscura de su situación kármica en la tierra. Los ángeles pueden adquirir forma humana o de “bastoncillos” y “conos” o espirales y rollos de energía concentrada que puede ser liberada para la curación personal y planetaria, en respuesta al llamado de los seres crísticos, literalmente como una transfusión del Cuerpo y la Sangre del Cristo Cósmico dondequiera y cuandoquiera que se necesite. Hay ángeles de curación, de protección, amor, consuelo y compasión, ángeles que asisten en los ciclos de nacimiento y muerte, ángeles del Ojo Omnividente de Dios que esgrimen la espada llameante de la Verdad para separar de tajo lo real de lo irreal. Hay tipos y órdenes de ángeles que realizan servicios específicos en la jerarquía cósmica, como los serafines y los querubines, o los ángeles devas que sirven con los espíritus de la naturaleza y los elementales del fuego, el aire, el agua y la tierra. Véase ángeles caídos.

Uno de los cuatro cuerpos inferiores del hombre, que corresponde al elemento fuego y al primer cuadrante de la Materia. Llamado envoltura del alma, sustenta el arquetipo del plan divino y la imagen de la perfección crística que está llamada a representar en el mundo de la forma. Llamado también cuerpo de la memoria.

     Sanat Kumara anunció el primer día del año de 1985 que la tierra había recibido una nueva capa etérica conteniendo el registro y el arquetipo del plan divino original del planeta. También anunció que la oportunidad de que el mundo restaurara la era deoro nunca había sido mayor.
La entrada estrecha y el camino angosto que conduce a la vida (Mateo 7:14). El sendero de iniciación por el cual el discípulo que va en pos de la conciencia crística supera paso a paso las limitaciones de la individualidad en el tiempo y el espacio y alcanza la reunión con la Realidad a través del ritual de la ascensión.
Frecuencia del tiempo y el espacio más allá del plano físico pero por debajo del mental, correspondiente al cuerpo emocional del hombre y al inconsciente colectivo de la raza; el depósito de los patrones de pensamiento y sentimiento colectivos, conscientes e inconscientes, de la humanidad. El propósito original de esta banda o frecuencia es que amplificara los pensamientos y sentimientos puros de Dios en el hombre. En vez de ello, ha sido contaminada con los registros impuros (vibraciones) de la memoria de la raza, multiplicados al infinito por una evolución atrapada en los embates de las contracorrientes y los ciclos repetitivos de su propia negatividad. A esto se debe que el término “astral” se emplee a menudo en un contexto negativo para referirse a lo impuro o psíquico.
De la Gran Hermandad Blanca, Elizabeth Clare Prophet

"Guru Ma", la mensajera de la Gran Hermandad Blanca en activo de 1961 a 1999, que hizo su transición a los planos superiores en 2009. Infundida del fuego del Espíritu Santo y la era de Acuario, fue pionera del pensamiento religioso moderno, enseñando los senderos místicos de las principales religiones del mundo. Sus libros desafían al cristianismo dominante con preguntas audaces y respuestas aún más audaces.

El ritual en el que el alma se reúne con el Espíritu del Dios vivo, la Presencia YO SOY. Es la culminación de la estadía divinamente victoriosa del alma en el tiempo y el espacio. Es la recompensa del justo, el regalo de Dios tras el juicio final delante del gran trono blanco, durante el cual todo hombre es juzgado “según sus obras”.

     Enoc, de quien se dice que “caminó con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios”, pasó por la ascensión; también Elías, quien subió al cielo en un torbellino; y Jesús, aun cuando su ascensión no tuvo lugar en la ocasión en que las escrituras dicen que fue llevado al cielo en una nube. El Morya, maestro ascendido, ha revelado que Jesús vivió muchos años después de estos hechos e hizo su ascensión después de su fallecimiento en Cachemira, a los 81 años, en el año 77 d.C.

     La reunión con Dios en la ascensión, esto es, el término de las rondas de karma y renacimiento y el regreso a la gloria del SEÑOR, es la meta de la vida para los hijos e hijas de Dios. Jesús dijo: “Y nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, incluso el Hijo del hombre.” Por medio de la salvación (inglés: salvation), la “autoelevación” (inglés: Self-elevation), o sea, la elevación consciente del Hijo de Dios dentro de su templo, el alma se pone el vestido de bodas para realizar la función del Hijo (inglés: Son, o Sun [sol], o luzde la manifestación (inglés: man: hombre): el Hijo del hombre. Siguiendo el sendero iniciático de Jesús, el alma, habiendo saldado su karma y cumplido su plan divino, se fusiona con la conciencia crística y después con la presencia viva del YO SOY EL QUE YO SOY. Una vez que la ascensión ha tenido lugar, el alma, el aspecto corruptible del ser, se convierte en el incorruptible, un átomo en el Cuerpo de Dios. Véase matrimonio alquímico.

Apocalipsis 20:12-13; Génesis 5:24; 2 Reyes 2:11; Lucas 24:50-51; Hechos 1:9-11; Juan 3:13

Mu, el continente perdido del océano Pacífco que, según los descubrimientos de James Churchward, arqueólogo y autor de El continente perdido de Mu, se extendía cinco mil kilómetros hacia el sur desde el norte de Hawái, hacia la Isla Oriental y las islas Fiyi, y estaba constituido por tres áreas de tierra que median más de ocho mil kilómetros de oriente a poniente. La historia que relata Churchward sobre la antigua Tierra Madre está basada en registros inscritos en tablillas sagradas que asegura haber descubierto en la India. Descifró dichas tablillas con la ayuda de un sacerdote de un templo hindú. Durante cincuenta años de inves­tigación confirmó su contenido comparando con otros textos, inscripciones y leyendas que descubrió en el Sudeste de Asia, en Yucatán (México), Centroamérica, las islas del Pacífico, Norteamérica, el antiguo Egipto y otras civilizaciones. Él calcula que Mu fue destruido aproximadamente hace doce mil años por el colapso de las cámaras de gas que sostenían al continente.

Mapa de Lemuria de El continente perdido de Mu, por James Churchward (1927). Este mapa basado en lecturas de antiguos textos que hizo Churchward muestra el continente de Lemuria como era antes de su destrucción final.

(sánscrito: “acto, acción, obra”). El karma es energía/conciencia en acción; la ley de causa y efecto y retribución. Llamada también ley del círculo, que decreta que cualquier cosa que hagamos completará un círculo y regresará a nuestra puerta para resolución. Pablo dijo: “Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.” Newton observó: “Para toda acción hay una reacción igual y opuesta.” La ley del karma requiere que el alma reencarne hasta que todos los ciclos kármicos se hayan saldado. Así, de una vida a la siguiente el hombre determina su destino por sus acciones, incluyendo sus pensamientos, sentimientos, palabras y obras. Saint Germain enseña el sendero acelerado de la transmutación del karma con la llama violeta del Espíritu Santo y trascendiendo las rondas de renacimiento a través del sendero de la cristeidad individual que conduce a la ascensión demostrada por Jesús.

Gálatas 6:7