El remanente de la Casa de Israel
[Fragmento]
Buenas noches, , me da mucho gusto dirigirme a vosotros después de largos siglos de estar separado de esta evolución. Hoy, desde el estado ascendido, vengo a hablaros desde la fuente de amor de mi corazón.
Vengo, pues, a hablaros de las lecciones aprendidas: las que yo aprendí, las que aprendieron los suernis y las que vosotros habéis aprendido.
De los dos millones de individuos que se trasladaron a Suern con el Señor, que eran sus adherentes y que poseían en sí un considerable desarrollo del encarnado, el millón que con el tiempo ascendió estaba en un estado de más elevado amor y gracia. Ascendieron desde esas tierras por su amor al Cristo vivo y a la fuente de la que que procedían.
El millón de individuos que no ascendieron, aunque habían alcanzado un alto grado de realización crística, no poseían el alto grado de amor necesario para sostener el nivel de devoción que les hubiera permitido merecer la ascensión. El remanente de los retuvo, y con el tiempo los rebasó debido a que multiplicaron los negativos y gradualmente abandonaron los moméntum positivos…
Estos individuos son los que han llegado a ser conocidos como las ovejas perdidas de la Casa de . Por eso Jesús declaró, cuando vino hace dos mil años: “No he sido enviado sino a las ovejas perdidas de Israel.” [Mateo 15:24]
Jesús vino a invitar al arrepentimiento y a convocar a este millón de s remanente a que retomara el camino de la Divina. La mayoría siguen encarnados hoy en la tierra, frecuentemente en posiciones de liderazgo. Guardan como una sombra los vestigios del ser que fueron y de la crística que tuvieron, sin embargo, aun esa sombra de sus antiguos días de gloria los coloca por encima de sus semejantes en muchos campos.
Por ello ha recaído sobre los mensajeros en este siglo y ahora sobre la Madre de la Llama, que es quien habla ante vosotros, para continuar la labor de ir en su busca.
Muchos de ellos están satisfechos con sus logros, con su grado de realización espiritual, y sin embargo no han recuperado su devoción de antaño a Cristo el Señor. Otros, que no forman parte del millón, han aceptado el llamado de convertirse en sus discípulos; en lo que a devoción toca, han rebasado al millón remanente. Sin embargo, en los tiempos antiguos ese remanente había alcanzado un mayor grado de realización espiritual que el que nuevos seguidores de Jesús han alcanzado.
Amados míos, las Enseñanzas de los , que hoy se imparten sin restricción, constituyen una transferencia específica, una aceleración y un conocimiento para quienes ya los poseían hace 35 mil años, durante la de la , y durante muchos siglos anteriores a ésta, ya que esas almas habían estado con Jesús desde mucho antes que su tiempo se cumpliera en esa era de oro.
Comprended, pues, que las tradiciones que encontramos en la Biblia occidental contienen fragmentos de esta antigua enseñanza. Estos fragmentos han sido complementados hoy por los maestros ascendidos: , vuestro y por supuesto el Señor Jesucristo. Se les han unido muchos otros, y hoy los santos vestidos de blanco en incontable número se han reunido para dar esta enseñanza no solamente a quienes alguna vez la tuvieron sino también a aquellos que deseen retomarla como un estudio nuevo, pues existen almas más nuevas que no poseen estos antecedentes que las almas antiguas sí poseían.
Las almas que han estado en la tierra por decenas de miles de años o más están familiarizadas con estas enseñanzas aun cuando no hayan formado parte del remanente de ese millón. Por eso, cuando vienen a nuestras reuniones y reciben la enseñanza aquellos para los que estas enseñanzas son una lectura de la ley escrita en sus entrañas [Jeremías 31:33; Hebreos 8:10; 10:16], instantáneamente confirman, en niveles internos, los registros antiguos escritos en su propio [que es el libro de los registros de sus entradas y salidas de encarnación y de su karma].
Otros, almas más nuevas, que han llegado más recientemente a la tierra, conocen a Jesús sólo en un sentido más moderno de la palabra… No conocen la entonación de la y no están familiarizados con los sonidos que se escuchaban en los templos de la Atlántida…
Comprended, queridos míos, que con todo mi corazón quise que los suernis desarrollaran amor y devoción por la Madre Divina, que es quien otorga la maestría y la elevación de la Luz con la cual el individuo puede alcanzar la maestría sobre sí mismo, sus circunstancias y los elementos, y puede comandar las fuerzas y los elementos. Amados míos, este experimento fue tan desastroso que desde entones nunca más a un adepto se le ha permitido ocupar una posición de poder para impulsar la adherencia al código moral de la conservación del .
Hoy por hoy, optar por la automaestría se deja al libre albedrío de todo individuo en la tierra. La decisión de la forma de usar la Luz del que desciende de la y la Luz de la Madre Divina que asciende del altar del de la base de la columna vertebral es de la completa responsabilidad de cada individuo, en la intimidad de su propia relación con Dios.
Lo cual no significa que los individuos que continúen derrochando su Luz en lascivia y en toda clase de placeres mundanos estarán libres del karma que cometan con ello, porque la Luz le pertenece a Dios.
Así, pues, el de iniciación y está abierto a todo el mundo para que los individuos tengan el poder de salvarse a sí mismos y a las naciones…
La cuestión es: ¿deseáis este poder para que su mal uso siga dispersando y disminuyendo vuestras fuerzas?… ¿O deseáis que vuestras lámparas [chakras] estén llenas de Luz y que los que os rodeen puedan recibir esa Luz para a su vez alcanzar la liberación?…
(griego: Christos, “ungido”). Mesías (hebreo y arameo: “ungido”); “el Ungido”, aquel que es investido e infundido o ungido de la luz (el Hijo) de Dios. La Palabra, el Logos, la Segunda Persona de la Trinidad: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad… Aquél era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre que viene al mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por él y el mundo no le conoció.” En la Trinidad hindú de Brahma, Vishnu y Shiva, el término “Cristo” corresponde a la encarnación de Vishnu, el Preservador; avatara, hombre Dios, el que despeja la oscuridad, guru.
El Cristo Universal es el mediador entre los planos del Espíritu y los planos de la Materia; personificado como el Santo Ser Crístico, es el mediador entre el Espíritu de Dios y el alma del hombre. El Cristo Universal sostiene el nexo (el flujo en forma de ocho) de la conciencia a través del cual las energías del Padre (Espíritu) pasan a sus hijos para la cristalización (inglés: Christ-realization: realización crística) de la Llama de Dios por el esfuerzo de su alma en el vientre cósmico (la matriz) de la Madre (Materia). A este proceso se le llama materialización (inglés: Mater-realization: realización en la Materia), “El Descenso”. El proceso por el cual las energías de la Madre aglutinadas en el alma pasan a través del nexo de la conciencia crística hacia el Padre es la aceleración llamada espiritualización (inglés: Spirit-realization: realización en el Espíritu), “El Ascenso”. Otro nombre que se le da al proceso mediante el cual la energía del alma regresa de la Materia al Espíritu es sublimación (inglés: sublimation: sublime action: acción sublime) o transmutación. Siendo ya una con el Hijo, el alma experimenta la consumación de este proceso como la ascensión, la unión con el Espíritu de la Presencia YO SOY, el Padre. La ascensión es el cumplimiento en el cielo de la promesa de Jesús en la tierra: “En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros… El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos con él morada.”
La fusión de las energías de la polaridad positiva y negativa de la Divinidad en la creación ocurre a través del Cristo Universal, el Logos sin el cual “nada de lo que es fue hecho”. El flujo de luz del macrocosmos hacia el microcosmos, del Espíritu (la Presencia YO SOY) al alma y de regreso siguiendo la espiral en forma de ocho, se cumple a través de este bendito Mediador que es Cristo, el SEÑOR, la verdadera encarnación del YO SOY EL QUE YO SOY. Ya que Jesús es esa Palabra encarnada, puede decir: “El YO SOY es [el YO SOY en mí es] la Puerta Abierta [al cielo y a la tierra] que ningún hombre puede cerrar”, y “Todo el Poder me es dado [a través del YO SOY en mí] en el cielo y en la tierra”, y también “He aquí, YO SOY [el YO SOY en mí está] vivo por siempre –como Arriba, así abajo– y tiene las llaves del reino de los cielos y las llaves de la muerte y el infierno, y a quienquiera que el Padre quiera yo se las doy, y son dadas en su nombre”. Esto que aún hoy afirma el maestro ascendido Jesucristo también lo afirma para nosotros nuestro Santo Ser Crístico. Así, el Cristo Universal del Hijo único y de los muchos efectivamente mediatiza la Presencia del YO SOY hacia nosotros a través de nuestro propio y amado Santo Ser Crístico. Ésta es la verdadera comunión con el Cristo Cósmico cuyo Cuerpo (Conciencia) fue “partido”, compartido, individualizado para cada hijo del corazón del Padre. Los Hijos de Dios son depositarios de la Máxima Luz para los que aún son criaturitas en Cristo.
El término “Cristo” o “ungido del Cristo” también denota un cargo en la jerarquía que ocupan los que han alcanzado la automaestría en los siete rayos y los siete chakras del Espíritu Santo. La maestría crística incluye equilibrar la llama trina (los atributos divinos de poder, sabiduría y amor) para la armonización de la conciencia y la implementación de la maestría de los siete rayos en los chakras y en los cuatro cuerpos inferiores mediante la Llama de la Madre (la kundalini elevada). En la hora designada para la ascensión, el alma así ungida eleva la espiral de la llama trina desde abajo de los pies, pasando por toda la forma, para la transmutación de todo átomo y célula de su ser, conciencia y mundo. La saturación y la aceleración de los cuatro cuerpos inferiores y el alma mediante esta luz transfiguradora de la llama crística ocurre en parte durante la iniciación de la transfiguración, se incrementa con la resurrección y adquiere plena intensidad durante el ritual de la ascensión.
El Ser Crístico individual, el Cristo personal, es el iniciador de toda alma viviente. Cuando el individuo pasa estas diversas iniciaciones en el sendero de la cristeidad, incluyendo “dar muerte al morador del umbral”, se gana el derecho a que se le llame ungido del Cristo así como hijo o hija de Dios. Hay quienes, en eras pasadas, se ganaron semejante título y comprometieron esa culminación o no lograron manifestarla en encarnaciones subsiguientes. En esta era el Logos los requiere para que manifiesten su maestría divina interna y la perfeccionen en el plano físico mientras están en encarnación física. Por lo tanto, para asistir a los hijos e hijas de Dios en hacer que su manifestación sea conmensurable con su luz interior, los maestros de la Gran Hermandad Blanca han dado sus enseñanzas a través de los maestros ascendidos y de sus mensajeros en este siglo [XX]. Y Saint Germain fundó la Fraternidad de Guardianes de la Llama, a través de la cual envía lecciones mensuales graduadas a los miembros de esta orden, dedicada a guardar la llama de la Vida en todo el mundo. Antes de pasar con éxito las iniciaciones del discipulado, se hace referencia al individuo como hijito de Dios, en contraste con el término “Hijo de Dios”, que denota la plena cristeidad, en la cual el alma, en y como Hijo del hombre, se ha fundido en el Hijo de Dios siguiendo el ejemplo de Jesucristo.
Con la expansión de la conciencia crística, el ungido del Cristo avanza para alcanzar la realización de la conciencia crística en el nivel planetario y es capaz de sostener el equilibrio de la llama crística para las evoluciones del planeta. Cuando logra esto, asiste a los miembros de la jerarquía celestial que prestan su servicio en el cargo de Instructores del Mundo y al Cristo planetario. Véase Gráfica de tu Ser Divino, Jesús.
Juan 1:1-4; 14:20, 23. Cf. Apocalipsis 3:8; Mateo 28:18; Apocalipsis 1:18
(sánscrito: “acto, acción, obra”). El karma es energía/conciencia en acción; la ley de causa y efecto y retribución. Llamada también ley del círculo, que decreta que cualquier cosa que hagamos completará un círculo y regresará a nuestra puerta para resolución. Pablo dijo: “Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.” Newton observó: “Para toda acción hay una reacción igual y opuesta.” La ley del karma requiere que el alma reencarne hasta que todos los ciclos kármicos se hayan saldado. Así, de una vida a la siguiente el hombre determina su destino por sus acciones, incluyendo sus pensamientos, sentimientos, palabras y obras. Saint Germain enseña el sendero acelerado de la transmutación del karma con la llama violeta del Espíritu Santo y trascendiendo las rondas de renacimiento a través del sendero de la cristeidad individual que conduce a la ascensión demostrada por Jesús.
Gálatas 6:7
[Los maestros ascendidos utilizan continuamente la palabra momentum en sus enseñanzas, con el significado original del término, que en inglés es “la fuerza del movimiento [motion] adquirida por un objeto en movimiento [moving] como resultado de la prolongación de [dicho] movimiento [motion]” (traducido de Webster Third International Dictionary).
La palabra momentum en latín significa “movimiento” y fue usada por el físico y matemático Isaac Newton (1643-1727) para describir un cuerpo en movimiento. El latín era la lengua de uso en las universidades europeas a la sazón. Hoy este concepto se llama “movimiento lineal” o “momento lineal”. Se representa por una p y su fórmula es p = m * v, donde m = masa, v = velocidad. Cuando damos un impulso a un objeto, éste empieza a moverse. La Primera Ley del Movimiento de Newton dice que si se retira el impulso el objeto sigue moviéndose a una velocidad constante. Para parar el objeto hay que aplicar una fuerza. Mientras más pesado el objeto (más masa), más fuerza se requiere para detenerlo. Asimismo, mientras más rápido va el objeto (más velocidad), más difícil resulta detenerlo.
La palabra momentum es una deformación de movimentum, formada por el verbo movere (“mover”) y el sufijo -entum, equivalente a -ento en español, que en este caso indica estado físico.
Podría traducirse por “momento”, pero para evitar confusión con el significado más común de este término (un instante de tiempo) hemos dejado siempre “moméntum” en nuestras traducciones. Es el equivalente de lo que algunos traducen por "impulso acumulado".]
Al estudiar estos reinos de la jerarquía también aprendemos algo acerca de cómo aplicamos la llama que está en nuestro corazón. Aprendemos, entonces, que es la energía del rayo azul, el impulso [thrust] del poder, la que da ímpetu [impetus] a la idea contenida en la mente de Dios. Sin ese impulso de energía, la idea carece de moméntum [momentum]. Es como la flecha lanzada desde el arco. Es la energía para estirar la cuerda hacia atrás la que da moméntum a la flecha que es la idea de Dios dirigiéndose a la manifestación.
["En Cachemira hablan de la tribu perdida de Israel; algunos rabinos cultos quizá te expliquen que Israel es el nombre de aquellos que están buscando y que constituyen, no una nación, sino la naturaleza de un pueblo" - Nicholas Roerich, "Habitantes subterráneos", en El corazón de Asia (1925-1929).]
Dios es un Espíritu y el alma es el potencial vivo de Dios. La petición de libre albedrío que el alma hizo y su consiguiente separación de Dios tuvieron como consecuencia el descenso de este potencial al estado carnal inferior. Sembrada en deshonor, el alma está destinada a elevarse con honores a la plenitud de ese estado divino que es el Espíritu único de toda Vida. El alma puede perderse; el Espíritu no puede morir.
El alma permanece como un potencial que ha caído a niveles más bajos de vibración y de conciencia, y debe ser imbuida de la realidad del Espíritu, purificada por medio de la oración y la súplica y devuelta a la gloria de la cual descendió y a la unidad del Todo. Esta reunión del alma con el Espíritu es el matrimonio alquímico, que determina el destino del ser y lo convierte en uno con la Verdad inmortal. Cumplido este ritual, el Ser superior se corona Señor de la Vida y se descubre que el potencial de Dios realizado en el hombre es el Todo-en-todo.
Madre Divina, Madre Universal y Virgen Cósmica son otros tantos términos para designar la polaridad femenina de la Divinidad, la manifestación de Dios como Madre. La Materia [inglés: Matter] es la polaridad femenina del Espíritu y los maestros ascendidos utilizan el término alternadamente con Mater (latín: “madre”). En este contexto, todo el cosmos material se convierte en el vientre de la creación, hacia el cual el Espíritu proyecta las energías de la Vida. La Materia es, entonces, el vientre de la Virgen Cósmica, quien, como la otra mitad del Todo Divino, también existe en el Espíritu como polaridad espiritual de Dios.
Jesús mismo reconoció a Alfa y Omega como los más altos representantes del Dios Padre-Madre y con frecuencia se refirió a Alfa como Padre y a Omega como Madre. Quienes asumen la polaridad femenina de la conciencia después de su ascensión son maestras ascendidas. Junto con todos los seres femeninos (polarizados femeninamente) en las octavas de luz, son los focos de la llama de la Madre Divina para las evoluciones de la humanidad que se desarrollan en muchos sistemas de mundos. Sin embargo, siendo andróginos, todos los miembros de las huestes celestiales son focos de cualquiera de los atributos masculinos o femeninos de la Divinidad a voluntad, pues ya han entrado en las esferas de la Totalidad Divina. Madre de la Llama (o Madre del Mundo). Cargo en la jerarquía que ocupan sucesivamente aquellas devotas no ascendidas designadas por la Gran Hermandad Blanca para nutrir, o incubar, la llama de la Vida en toda la especie humana. En 1961, Clara Louise Kieninger fue nombrada primera Madre de la Llama de la Fraternidad de Guardianes de la Llama por Saint Germain. El 9 de abril de 1966, ese manto fue transferido a la mensajera Elizabeth Clare Prophet. En ese momento Clara Louise Kieninger se convirtió en la Madre de la Llama Regente. Hizo su ascensión el 25 de octubre de 1970 en Berkeley, California, y continúa ocupando ese cargo desde el estado ascendido.La luz espiritual es la energía de Dios; el potencial del Cristo. Como personificación del Espíritu, el término “Luz” puede utilizarse como sinónimo de los términos “Dios” y “Cristo”. Como esencia del Espíritu es sinónimo de “fuego sagrado”. Es la emanación del Gran Sol Central y de la Presencia YO SOY individualizada, y la Fuente de toda vida. Es lo que enciende la chispa divina, porque la Luz verdadera alumbra a toda manifestación de Dios que debe descender a un mundo oscurecido. El portador de Luz es el que desplaza la Oscuridad, y la Luz de su Presencia YO SOY proviene de los reinos del Día Eterno.
Juan 1:7-9
Filipenses 2:5
Ciclo de iluminación, paz y armonía en el que las almas de la humanidad se fusionan en la Llama del Cristo para el cumplimiento del plan divino, “como Arriba, así abajo”. A través de la convergencia del plano etérico y la capa etérica con los tres vehículos inferiores del cuerpo planetario y sus evoluciones, el reino de los cielos se manifestará en la tierra tal como ya existe ahora en la octava etérica. Véase cuerpo etérico.
“Era de oro significa una era basada en el patrón oro –el patrón del oro de la conciencia crística, de la regla de oro, del oro como luz del sol precipitada para el equilibrio de la mente y de las emociones y para el flujo de la vida incluso en el plano físico” (Dios del Oro).
El continente isla que se encontraba donde ahora está el océano Atlántico y que se hundió en el cataclismo conocido como el Diluvio de Noé, hace aproximadamente 11,600 años, según cálculos de James Churchward. Platón la describió vívidamente; Edgar Cayce la “vio” y la describió en sus lecturas; Taylor Caldwell la rememora en algunos pasajes de La leyenda de la Atlántida; Otto Muck, fallecido científico alemán, la exploró científicamente y la autentificó, estableciendo la hora y la fecha de su destrucción (por un asteroide que se impactó en el Triángulo de las Bermudas con una fuerza equivalente a treinta mil bombas de hidrógeno), ¡a las 8 pm del 5 de junio de 8498 a.C.! En sus diálogos Platón cuenta que en “la isla de la Atlántida había un gran y maravilloso imperio” que regía África hasta Egipto, Europa hasta Italia y “partes del continente” (se piensa que es una referencia a América, específicamente a América Central, Perú y el valle del Mississippi). Se ha postulado que la Atlántida y las pequeñas islas que la bordeaban al este y al oeste formaban un puente de tierra continuo que iba de América a Europa y África.
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El Árbol de la Vida simboliza a la Presencia YO SOY y el cuerpo causal de cada individuo, así como la conexión, representada en la Gráfica de tu Ser Divino, de los hijos de la luz con su Fuente inmortal. Se hace referencia a él en los libros del Génesis y del Apocalipsis: “Y había Jehová Dios hecho nacer de la tierra árbol delicioso a la vista, y bueno para comer: también árbol de Vida en medio del huerto, y el árbol de ciencia del bien y del mal.” “En el medio de la plaza de ella, y de la una y de la otra parte del río, estaba el Árbol de Vida, que lleva doce frutos, dando cada mes su fruto: y las hojas del árbol eran para la salvación de las naciones.” Las doce clases de frutos son las doce cualidades de la conciencia divina, que se espera que hombres y mujeres desarrollen al ir recibiendo las iniciaciones del sendero de la ascensión. Son: el poder divino, el amor divino y la maestría divina; el control divino, la obediencia divina y la sabiduría divina; la armonía divina, la gratitud divina y la justicia divina; la realidad divina, la visión divina y la victoria divina. Véase Compendio de conceptos del reloj cósmico .
Génesis 2:9; Apocalipsis 22:2
La Palabra es el Logos, el poder de Dios y la realización de ese poder encarnado en y como el Cristo. Los devotos del Logos liberan las energías de la Palabra en el ritual de la ciencia de la Palabra hablada. Es a través de la Palabra como el Dios Padre-Madre se comunica con la humanidad. El Cristo es la personificación de la Palabra. Véase Cristo, decreto.
Hay cinco chakras menores correspondientes a los cinco rayos secretos y un total de 144 centros de luz en el cuerpo del hombre. Véase Tabla de los chakras , El aura humana II, de Djwal Kul.
Condición de ser adherente del Cristo y de las enseñanzas de la Gran Hermandad Blanca; el proceso de alcanzar la automaestría a través de la autodisciplina en las iniciaciones del Buda, los Instructores del Mundo y los maestros ascendidos.
Estadios en el discipulado de la Palabra Viva:
1. Estudiante: durante esta fase el individuo estudia, se convierte en estudioso de los escritos y las enseñanzas del maestro. Es libre de ir y venir dentro de su comunidad, gozando de la compañía de los seguidores del maestro y de los frutos de su dedicación pero sin haber declarado alguna responsabilidad en particular para con la persona del maestro. No ha pronunciado votos de ninguna clase, no ha hecho ningún compromiso, sino que más bien está estudiando para “presentarse aprobado” y poder ser aceptado como siervo, o coservidor (conocido también como “chela”), participando del gozo de la misión del maestro en el mundo.
2. Discípulo (chela): el individuo desea establecer un vínculo con el maestro, esto es, recibir enseñanza directamente del maestro más que solamente de sus escritos publicados. El discípulo responde al llamado del maestro de abandonar sus redes de enredos kármicos y deseos mundanos y seguirlo: “Venid, dejad vuestras redes, os haré pescadores de hombres.” El discípulo recibe las iniciaciones del Cristo Cósmico en el transcurso de su servicio al maestro. Su corazón, su mente y su alma han comenzado a mostrar más amor en apreciación y gratitud por las enseñanzas recibidas durante el nivel anterior de estudiante. Este amor se traduce en acción abnegada, desprendimiento, servicio y abandono en la Persona del Cristo, el Sol (Sun) detrás del Hijo (Son) del hombre del maestro; una vez acelerado este estadio hacia el nivel de “ofrenda aceptable”, y mientras el chela está dedicado a alcanzar el equilibrio de la llama trina y a saldar su karma, se sopesa si puede pasar al siguiente estadio.
3. Amigo: los que son considerados amigos del maestro inician, por invitación –“Ya no os llamaré siervos sino amigos”–, una relación de compañeros y colaboradores, asumiendo más responsabilidades en el camino del maestro como salvador del mundo. El amigo carga la cruz y lleva la carga de la luz del maestro; demuestra las cualidades de la amistad, tal como lo hizo Abraham en su vida, u otros chelas que han subido a un nivel de entendimiento del propio corazón y experiencia del maestro, brindando aliento, consuelo, consejo y apoyo, por lealtad tanto para con los propósitos como para con la persona del maestro.
4. Hermano: el grado de hermano es el nivel en que la unidad de la relación guru-chela, Alfa-Omega, se completa a través del intercambio horizontal en forma de ocho de corazón a corazón; el guru ha hecho al discípulo parte real de su propia carne y sangre y le ha otorgado el pleno moméntum de su propia realización espiritual así como porciones de su manto y autoridad en preparación para la ascensión del maestro y para que el discípulo asuma una parte del cargo del maestro o el cargo en su totalidad. Ésta es la relación de amor ejemplificada entre Jesús y Juan, Jesús y su Madre, María, y tal vez su propio hermano (o primo) carnal, Santiago.
5. Cristo, o Ungido del Cristo: el Ungido de la Palabra Encarnada.
2 Timoteo 2:15; Mateo 4:19; Marcos 1:17; Juan 15