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♦ Poderoso Cosmos, ser cósmico que encarna los rayos secretos

El Poderoso Cosmos es un ser cuya conciencia de sí en Dios incluye la totalidad del cosmos, de ahí su nombre. Tiene el encargo del de encarnar los rayos secretos —energías del del ser, energías para la iniciación en los misterios del Christos.

Como abarcaba la cosmo-concepción, la conciencia del universo mismo, lo comisionaron para que viniera a la Tierra en 1939 con dos de los , que ancló en una acción cósmica y una emisión de luz en el Polo Norte y en el Polo Sur.

Estando consciente del cosmos, está profundamente sintonizado con el tono original de los patrones vibratorios de las evoluciones de la Tierra, sintonizándolos con el sonido de la creación. Manteniendo la cosmo-concepción del patrón y la frecuencia de la luz de cada corriente de vida, envuelve el de cada persona con la acción de su propia llama del corazón. Cuando la luz de la desciende al campo de fuerza individual de la mónada en evolución, Cosmos la carga con el patrón divino de la perfección de esa . Así, antes aún de que entre en la conciencia del hombre y antes de que pueda ser mal calificada, a esa energía se superpone el recuerdo del .

El Poderoso Cosmos voluntariamente ha ofrecido este servicio a la humanidad con el fin de que con cada latido la persona pueda sentir el patrón de su y así desear llegar a ser esa perfección. El Poderoso Cosmos es el científico entre los científicos, y debería ser reverenciado como el gran mentor de nuestra liberación mediante el conocimiento de la Ley Universal en operación. En el campo de la ciencia nadie lo sobrepasa en excelencia.


El cuerpo causal tiene siete esferas, correspondientes a los siete rayos de manifestación exterior. Cinco esferas más, las de los rayos secretos, se encuentran en una dimensión diferente entre las esferas blanca y amarilla.

La acción de los rayos secretos anclada en los polos por el Poderoso Cosmos procede de dos de las cinco bandas en el centro del , cuyos colores y patrones de identidad todavía no han sido revelados. La apariencia de los dos rayos secretos es de una radiación azul cristalino, pero esto es sólo el reflejo de la cubierta con la que estos rayos están sellados para que ningún ojo destructivo pueda explorar su identidad ni su acción. Estos dos rayos, junto con los siete representados para la Tierra por los chohanes, los y los es, invocan el poder del tres por tres, o el mágico número nueve.

El rayo secreto anclado en el Polo Norte irradia más allá del ecuador, siguiendo las líneas longitudinales del Trópico de Capricornio, y es el foco del rayo masculino de la Deidad. El rayo secreto anclado en el Polo Sur irradia a lo largo de las líneas longitudinales más allá del ecuador hacia el Trópico de Cáncer, y  es el foco del  rayo femenino de la Deidad. Así, existe una intensa actividad de los rayos secretos que son el foco de la acción equilibrada de Alfa y Omega en las zonas tropicales, entre los trópicos de Capricornio y de Cáncer.

En el Templo de la Paz se mantiene un foco de los rayos secretos sobre las islas Hawái, que equilibra la actividad masculina en el Hemisferio Norte y la actividad femenina en el Hemisferio Sur. El ataque a Pearl Harbor (7 de diciembre de 1941) fue un intento por parte de las fuerzas de la Oscuridad de interrumpir la acción de los rayos secretos que mantienen el equilibrio a medida que la Tierra entra en la .

Los cinco rayos secretos en su totalidad fueron entregados a la Tierra por el Poderoso Cosmos el 8 de abril de 1973. Esta entrega marcó el comienzo de la iniciación de la crucifixión para la Tierra y fue el comienzo de la gran espiral de transición de la a la y la introducción de la era de oro. Con esa entrega, Cosmos explicó la acción de estos rayos secretos.

¿Habéis pensado en el hecho de que existe una conciencia y percepción de Dios en el núcleo del ser que es la , y en el núcleo de fuego blanco, que es el corazón de cada átomo del ser del hombre? Por eso, esa conciencia; y vosotros sois esa conciencia si elegís animar el fuego blanco.

Os prevengo que no saltéis hacia la llama sin comprender que todo lo que es humano, todo lo que es inferior a lo divino en vosotros, debe ser consumido cuando deis ese salto. Pienso en cómo las personas se acercan cautelosamente a las aguas del mar y meten un dedo del pie, y lo sacan rápidamente porque el agua está demasiado fría. Bien, puede que hagáis lo mismo porque está demasiado caliente. Pero el calor sólo se genera por la fricción de vuestra propia conciencia en la llama.

Por tanto, primero despojaos de la conciencia de vosotros mismos como seres separados de Dios, separados de Su preeminencia; y luego considerad la totalidad que es el hombre como la manifestación de Dios. Daos cuenta de que esa totalidad sólo puede ser el fuego consumidor. Y ahí —ahí estáis. Dad un paso y entrad en la Llama, porque así de cerca está la Llama. Así de cerca está la perfección divina. Y así de irreal es la vanidad de vanidades. [Eclesiastés 1:2] Sólo un paso, y salís de la imperfección hacia la perfección…

Y así, he aparecido para entregar, a petición de los , una extraordinaria asistencia mediante el de los rayos secretos que descienden ahora desde el corazón de Alfa y Omega, desde el corazón de los poderosos Elohim y sus consortes celestiales, que envían el aspecto masculino, el aspecto femenino de los rayos secretos. Y en espirales, van alcanzando la manifestación por el , el mental, el emocional y hacia el plano físico del planeta Tierra…

Los rayos secretos son un refugio para los bienaventurados. Que todos se retiren hacia los rayos secretos y hacia la conciencia que YO SOY. Porque YO SOY Cosmos y yo encarno al cosmos con el poder de los rayos secretos. Y no hay parte alguna de este Huevo Gigantesco a donde podáis ir donde no encontraréis mi Autoconciencia de los rayos secretos cósmicos que salen del corazón de Dios Todopoderoso. Y me hallaréis en la roca y en el agua, en el manantial de la vida, en el corazón del hombre, en el corazón de una flor, en las nubes de lo alto, y en la estratosfera, y en todas las conciencias solares; porque YO SOY Cosmos, y YO SOY la precipitación de los rayos masculino y femenino de Alfa y Omega…

Así pues, el poder del Poderoso Cosmos es victorioso hoy “como Arriba, así abajo”. Y los ciclos de visión divina son emitidos desde el corazón de la Tierra, desde el corazón de los cuatro seres de los elementos; y los ajustes planetarios comienzan. Porque el Dios el SEÑOR exige este día que los del planeta Tierra se alineen y que la conciencia de Cosmos se manifieste al norte, al sur, al este y al oeste para la rectificación de los polos y del eje en manifestación física. Así se emite la espiral y así la manifestación será clara a la hora y en el momento que el SEÑOR nombre.

El Poderoso Cosmos dio una el 1 de julio de 1995, con la cual añadió sus rayos como agujas para reforzar a la Tierra. Dijo que estos rayos como agujas sólo pueden compararse al fuego cristalino, fuego cristalizado en forma de alfileres, alfileres tan diminutos que ni siquiera se pueden medir…

Os agradezco los llamados dirigidos a mí. Porque mis rayos secretos participan en mantener unido el núcleo en el centro de la Tierra.

Dispensación

© Summit University Press

 

 

Mighty Cosmos' Secret Rays

 

Mighty Cosmos' Secret Rays

Rayos Secretos del Poderoso Cosmos

Mighty Cosmos’ Secret Rays, (3x)
Expand thy Light through me always! (3x)

Mighty Cosmos’ Secret Rays, (3x)
Bless and heal, illumine and raise! (3x)

Mighty Cosmos’ Secret Rays, (3x)
Transmute, consume, release and blaze! (3x)

Mighty Cosmos’ Secret Rays, (3x)
For thy Love, O God, we praise! (3x)

Mighty Cosmos’ Secret Rays, (3x)
Raise the earth, thy flame expand! (3x)

Mighty Cosmos’ Secret Rays, (3x)
Thy balancing power I now command! (3x)

 

Take dominion now,
To thy Light I bow;
I AM thy radiant Light,
Secret rays so bright.
Grateful for thy rays
Sent to me today,
Fill me through and through
Until there’s only you! [5x]

 

I live, move and have my being within a glorious, victorious focus of Mighty Cosmos’ Secret Rays from the heart of God in the Great Central Sun focused through the Five Dhyani Buddhas and Vajrasattva, my very own beloved individualized I AM Presence, beloved Helios and Vesta and beloved Mighty Cosmos, which blesses and heals, illumines and seals me and all mankind in the
Victory of the ascension in the Light.

Beloved I AM! Beloved I AM! Beloved I AM!

Rayos Secretos del Poderoso Cosmos, (3x)
¡expandan su Luz a través de mi siempre! (3x)

Rayos Secretos del Poderoso Cosmos, (3x)
¡bendigan y sanen, iluminen y eleven! (3x)

Rayos Secretos del Poderoso Cosmos, (3x)
¡transmuten, consuman, liberen y brillen! (3x)

Rayos Secretos del Poderoso Cosmos, (3x)
¡por Tu amor, oh, Dios, te alabamos! (3x)

Rayos Secretos del Poderoso Cosmos, (3x)
¡eleven a la Tierra, su llama expandan! (3x)

Rayos Secretos del Poderoso Cosmos, (3x)
¡su equilibrador poder ahora exijo! (3x)

 

Asuman el dominio ahora,
ante su Luz me inclino;
YO SOY su radiante Luz,
rayos secretos tan brillantes.
Agradecido por tus rayos
enviados a mí hoy,
lléname de arriba abajo
¡hasta que no haya más que tú! [5x]

 

Yo vivo, me muevo y tengo mi ser dentro de un glorioso, victorioso foco de los Rayos Secretos del Poderoso Cosmos desde el corazón de Dios en el Gran Sol Central, enfocados a través de los Cinco Budas Dhyani y Vajrasattva, mi propia amada individualizada Presencia YO SOY, los amados Helios y Vesta y el amado Poderoso Cosmos, que bendice y cura, ilumina y me sella y a toda la humanidad en la Victoria de la ascensión en la Luz.

¡Amado YO SOY! ¡Amado YO SOY! ¡Amado YO SOY!

© Church Universal and Triumphant

 

 

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(griego: “palabra, habla, razón”). Sabiduría divina manifiesta en la creación. Según la filosofía griega antigua, en el universo el Logos es el principio controlador. El libro de Juan identifica la Palabra, o Logos, con Jesucristo: “Y la Palabra se hizo carne y vivió entre nosotros” (Juan 1:14). Por lo tanto, Jesucristo es visto como la encarnación de la razón divina, la Palabra Encarnada, la Segunda Persona de la Trinidad. Véase Cristo.
El sanctasantórum, foco de la Llama de la Vida que arde en el corazón.

La totalidad divina del Dios Padre-Madre, declarada por Cristo el Señor como “el principio y el fin” en el Libro del Apocalipsis. Llamas gemelas ascendidas de la conciencia del Cristo Cósmico que sostienen el equilibrio de la polaridad masculina-femenina de la Deidad en el Gran Sol Central del cosmos. Así, por mediación del Cristo Universal (la Palabra encarnada), el Padre es el origen y la Madre el cumplimiento de los ciclos de la conciencia de Dios expresada a lo largo y ancho de la creación del Espíritu y la Materia.   [Compárese con Purusha y Prakriti en la tradición hindú.] 

Apocalipsis 1:8, 11; 21:6; 22: 13
Son emanaciones de Luz procedentes de Dios que se originan en el núcleo de fuego blanco del ser. En el Eje (el centro del cosmos espiritual-material) y en el corazón de todo átomo coexisten el Sol Espiritual y el sol físico. Aquí, en el núcleo de fuego blanco, la manifestación simultánea de Espíritu y Materia proporciona los necesarios componentes para la creación. Aquí, y solamente aquí, puede nacer la creación. Once anillos concéntricos rodean el núcleo del Ser de Dios. Junto con el centro, conforman los doce planos de conciencia que se encuentran en el Átomo de Dios: siete rayos externos y cinco rayos "secretos". Los anillos de los cinco rayos secretos se sitúan entre el núcleo de fuego blanco y la banda amarilla del cuerpo causal. Estos planos no pertenecen a la existencia tal como la conocemos en la Tierra sino a la divinidad latente del hombre. irrealizada excepto por los pocos Avatares que se han elevado más allá aún de los niveles de iniciación requeridos para alcanzar la Cristeidad. El conocimiento y el uso plenos de estos rayos secretos por las evoluciones de este mundo no han sido autorizados por los Logos Solares, que requieren la maestría planetaria de los siete planos de la conciencia crística por medio de los siete rayos antes de conferir los poderes de los rayos secretos a la humanidad en evolución. Por eso el núcleo de fuego blanco y las seis esferas más allá de los cinco rayos secretos son los planos que se relacionan con la evolución de la Conciencia Crística Los planos de los rayos secretos son perpendiculares a los planos de los siete rayos, razón por la cual no se muestran en la Gráfica de tu Ser Divino, aun cuando existen como potencial en el cuerpo causal de todo hijo e hija de Dios hechos a Su divina semejanza. Véase Poderoso Cosmos.
La corriente de la luz, la vida y la conciencia de Dios que alimenta y sostiene al alma y sus cuerpos inferiores. Llamado también cordón de plata. Véase Gráfica de Tu Ser Divino. Eclesiastés 12:6
Véase Presencia YO SOY.

La corriente de vida que emana de la Fuente única, de la Presencia YO SOY en los planos del Espíritu, y desciende a los planos de la Materia, donde se manifiesta como la llama trina anclada en el chakra del corazón para sustentar al alma en la Materia y nutrir los cuatro cuerpos inferiores. Término que se utiliza para denotar a las almas que evolucionan como “corrientes de vida” individuales y por ende como sinónimo del término “individuo”. Denota la naturaleza en curso del individuo a través de los ciclos de individualización.

Plan de Dios para el alma, para la individualización de la llama divina ordenada en el principio, cuando el arquetipo original de la vida fue impreso sobre el núcleo de fuego blanco de la Presencia YO SOY individual. El plan divino determina los límites de la expresión individual del libre albedrío. Tal como la bellota está destinada a convertirse en roble, cada alma individual está destinada a realizar la plenitud de su potencial preordenado (pero no predestinado) atrayéndolo del Árbol de la Vida: de la Presencia YO SOY y el cuerpo causal, haciendo uso del libre albedrío. Qué es ese potencial y cómo ha de autorrealizarse en esta vida es algo conocido por Dios y puede ser revelado a la conciencia externa a través de la dedicación tanto al Ser Crístico individual como a la Presencia YO SOY y al Gran Director Divino.
Un duplicado de la Presencia YO SOY de un maestro ascendido.

El cuerpo de la Primera Causa; siete esferas concéntricas de luz y conciencia que se interpenetran y que rodean a la Presencia YO SOY en los planos más altos del Espíritu, cuyo moméntum, incrementado  por las palabras y las obras buenas del SEÑOR manifestadas por el alma en todas sus vidas pasadas, es accesible hoy en todo momento, según lo necesitemos. Nuestros recursos espirituales y nuestra creatividad ­—talentos, gracias, dones y genio, almacenados debido a un servicio ejemplar en los siete rayos pueden ser atraídos desde el cuerpo causal con invocaciones a la Presencia YO SOY en el nombre del Ser Crístico. Además de ser el lugar donde nos “hacemos tesoros en el cielo” —el almacén de toda cosa buena y perfecta que forma parte de nuestra verdadera identidad—, las grandes esferas del cuerpo causal son el lugar de morada de Dios el Altísimo al que Jesús se refirió cuando dijo: “En la casa de mi Padre muchas moradas hay… voy, pues, a preparar lugar para vosotros… Vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo: para que donde yo estoy [ahí donde YO, el Cristo encarnado, SOY en la Presencia YO SOY] vosotros también estéis.” El cuerpo causal es la mansión, o morada, del Espíritu del YO SOY EL QUE YO SOY al cual el alma retorna a través de Cristo Jesús y el Ser Crístico individual en el ritual de la ascensión. Pablo se refería al cuerpo causal como la estrella de la individualización de la Llama de Dios de todo hombre cuando dijo: “porque una estrella es diferente de otra en gloria”. Véase Gráfica de tu Ser Divino.

Mateo 6:19-21; Juan 14:2; 3:1; 1 Corintios 15:41

(plural del hebreo Eloha, “Dios”). El nombre de Dios empleado en el Antiguo Testamento cerca de 2,500 veces con el significado de “El Poderoso” o “El Fuerte”. Elohim es un sustantivo uniplural que hace referencia a las llamas gemelas de la Divinidad que componen el “Divino Nosotros”. Cuando se habla específicamente de la mitad masculina o de la mitad femenina se conserva la forma plural porque se entiende que una parte del Todo Divino contiene y es el Yo andrógino (el Divino Nosotros). Los siete poderosos Elohim y sus contrapartes femeninas son los constructores de la forma; de ahí que Elohim sea el nombre de Dios usado en el primer versículo de la Biblia: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” (Génesis 1:1). Los cuatro seres de los elementos (las Cuatro Fuerzas Cósmicas) sirven directamente bajo los Elohim y tienen dominio sobre los elementales: gnomos, silfos, salamandras y ondinas.

     Los siete poderosos Elohim son “los siete Espíritus de Dios” nombrados en el Apocalipsis (4:5) y las “estrellas matutinas” que cantaron juntas en principio, tal como el SEÑOR se las reveló a Job (Job 38:7). Hay también cinco Elohim que rodean el núcleo de fuego blanco del Gran Sol Central. En el orden de la jerarquía, los Elohim y los seres cósmicos son portadores de la mayor concentración y de la más alta vibración de luz que podamos percibir en nuestro estadio de evolución. Junto con los cuatro seres de la naturaleza, sus consortes y los constructores elementales de la forma, representan el poder del Padre como Creador (el rayo azul). Los siete arcángeles y sus complementos divinos, los grandes serafines, los querubines y las huestes angelicales representan el amor de Dios en la ardiente intensidad del Espíritu Santo (el rayo rosa). Los siete chohanes de los rayos y todos los maestros ascendidos, junto con los hijos e hijas de Dios no ascendidos, representan la sabiduría de la ley del Logos en la función del Hijo (el rayo amarillo). Estos tres reinos forman una triple manifestación y trabajan equilibradamente para desacelerar las energías de la Trinidad. Entonar el sonido sagrado “Elohim” libera el tremendo poder de la percepción de sí mismos como Dios, desacelerada para que la usemos en santidad por mediación del Cristo Cósmico.

     Para los nombres de los siete Elohim, los rayos en los que prestan su servicio y la ubicación de sus retiros etéricos, véase Tabla de los ocho rayos .

Apocalipsis 3:1; 4:5; 5:6
Jerarca de las huestes angelicales; el rango más alto entre las órdenes de ángeles. Para cada uno de los siete rayos hay un arcángel que lo preside y que personifica, junto con una arcangelina (su complemento divino), la conciencia divina del rayo y dirige a las bandas de ángeles que bajo su mando prestan servicio en ese rayo. Para sus nombres, rayos y ubicación de sus retiros véase Tabla de los ocho rayos .

Ciclo de iluminación, paz y armonía en el que las almas de la humanidad se fusionan en la Llama del Cristo para el cumplimiento del plan divino, “como Arriba, así abajo”. A través de la convergencia del plano etérico y la capa etérica con los tres vehículos inferiores del cuerpo planetario y sus evoluciones, el reino de los cielos se manifestará en la tierra tal como ya existe ahora en la octava etérica. Véase cuerpo etérico.

     “Era de oro significa una era basada en el patrón oro –el patrón del oro de la conciencia crística, de la regla de oro, del oro como luz del sol precipitada para el equilibrio de la mente y de las emociones y para el flujo de la vida incluso en el plano físico” (Dios del Oro).

Con la llegada de Jesucristo y de la dispensación de Piscis se abrió a los hijos de Dios la puerta de la Presencia YO SOY. El Padre envió a Su Hijo, el Unigénito del YO SOY EL QUE YO SOY, para convertirse en el Bendito Mediador entre el plano de Su absoluta perfección y el plano de imperfección al que Sus hijos descarriados habían descendido.

     Con la dispensación de Jesucristo, el Conquistador de la era de Piscis, se postergó una enorme cantidad de karma de la humanidad. Mediante su sacrificio y su victoria se quitó todo el peso del mal uso de la luz en todo el planeta, dando a las evoluciones de la tierra la oportunidad de realizar el pleno potencial de su realidad crística. Hacia el final del ciclo, los “pecados” del mundo que cargó Jesucristo el Salvador —el karma mundial aplazado por la gracia y la misericordia de la Ley— se fueron devolviendo a la humanidad para que pudiera vencer el pecado, la enfermedad y la muerte. Al llevar su propia carga de karma personal y planetario, ahora tienen los hombres la oportunidad de aplicar las enseñanzas de los maestros ascendidos para redimir las energías mal utilizadas en ciclos anteriores, así como de cumplir con los requisitos para la ascensión siguiendo el sendero de discipulado bajo la guía de Jesús, quien dijo: “El que en mí cree, las obras que yo hago también él las hará; y mayores que éstas hará, porque yo voy a mi Padre” (Juan 14:12).

     Fue una era de oportunidad para derrotar al karma y saldarlo en un ciento por ciento si los individuos así lo deseaban.

     ¡Durante los últimos dos mil años los Cuatro Jinetes estuvieron entregando un paquete de karma personal y planetario! Esto significa que el karma acumulado de las evoluciones de la tierra durante las once eras pasadas se venció en los albores de la era de Piscis.

     Si el avatar Jesucristo no hubiera intervenido para mitigar ese karma de 25,800 años, en la tradición de los adeptos de Oriente, ya que el Señor Maitreya, el Buda Gautama y Sanat Kumara habían sostenido ese karma antes que él, todo el karma habría descendido al iniciar la era de Piscis. Pero como Jesús eligió encarnar y cumplir su misión, este karma fue mitigado en porcentajes y se permitió que descendiera en una serie de ciclos a lo largo de toda la era.

     Los Cuatro Jinetes se desplazaron por ciclos, en una aparente carrera. Con cada ciclo —durante el cual recorrieron los doce signos del zodiaco entregando el karma de la humanidad en las doce líneas del reloj cósmico se fueron acercando al centro, los ciclos se acortaron y duraron cada vez menos.

     El primer ciclo, que empezó hace dos mil años, duró 1305 años. El último, que incluyó el decenio de los años noventa, tomó sólo 12 años. Y así, a lo largo de una carrera implacable de veinte siglos los Cuatro Jinetes fueron trazando a nuestro alrededor una espiral de energía cada vez más apretada que se fue aproximando cada vez más a la octava física.

Dijo Elizabeth Clare Prophet en 1991:

"A medida que nos acercamos al final de la era de Piscis, estamos cosechando el karma de ese ciclo de dos mil años así como de ciclos anteriores. En los días de Noé, Dios a través de la naturaleza borró la computadora planetaria, aunque no completamente, con el hundimiento de la Atlántida, conocido como el diluvio. Nuestro karma se ha venido acumulando no solamente desde el diluvio sino también desde la anterior era de Piscis, hace 25,800 años.

     "El karma no es un castigo, aunque los que lo reciben puedan experimentarlo como tal. La intención del karma es que nos enseñe las lecciones de vida que nos hemos rehusado a aprender de otra manera. El karma es el efecto de cualquier pensamiento, sentimiento, palabra y acción que hayamos echado a andar contaminando la energía de Dios en el ejercicio de nuestro propio libre albedrío...

     "El mensaje de los años noventa, el decenio de transición entre dos eras, la de Pscis y la de Acuario, es: Debemos pagar nuestras deudas kármicas...

     "El tiempo y el espacio nos ofrecen la opción de saldar karma antes de que se venza —pagar la hipoteca, por así decir, antes que el cobrador se quede con nuestra granja, nuestro negocio o nuestra casa. ¡Y precisamente es ésta la finalidad de la vida."

La séptima era, del séptimo rayo, que es el rayo de la llama violeta, la séptima dispensación, cuyo jerarca es Saint Germain. Ciclo de dos mil años posterior a Piscis; la era del Espíritu Santo y de la Madre Divina. Acuario puede ser una era de libertad, paz e iluminación, de progresos tecnológicos combinados con desarrollo espiritual. Puede ser una era en la que rompamos definitivamente con el pasado aplicando la llama violeta.

La llama del Cristo, la chispa de la vida que arde en la cámara secreta del corazón de los hijos e hijas de Dios. La sagrada trinidad de poder, sabiduría y amor que es la manifestación del fuego sagrado. Véase Gráfica de tu Ser Divino.

I AM. El nombre de Dios; “Dios en mí es”.

Los seres ascendidos que componen el Consejo Kármico. Su nombre y el rayo que representan en él son los siguientes: primer rayo, el Gran Director Divino; segundo rayo, la Diosa de la Libertad; tercer rayo, la Maestra Ascen­dida Nada; cuarto rayo, el Elohim Ciclopea; quinto rayo, Palas Atenea, Diosa de la Verdad; sexto rayo, Porcia, Diosa de la Justicia; séptimo rayo, Kuan Yin, Diosa de la Misericordia.

     Los Señores del Karma administran la justicia en este sistema de mundos, y adjudican karma, misericordia y juicio a todas las corrientes de vida. Todas las almas deben pasar delante del Consejo Kármico antes y después de cada encarnación en la tierra; reciben su asignación y su porción kármica para cada periodo de vida por anticipado y luego se pasa revista a su actuación al terminar. Gracias al Guardián de los Pergaminos y a los ángeles registradores, los Señores del Karma tienen acceso al registro completo de cada corriente de vida encarnada en la tierra. Ellos determinan quién ha de encarnar, así como cuándo y dónde. Asignan a las almas a una comunidad o a una familia, sopesando cuánta carga de karma debe saldarse, en cumplimiento de cada “punto y tilde” de la ley. El Consejo Kármico, en consonancia con la Presencia YO SOY y el Ser Crístico individuales, determina cuándo se ha ganado el alma finalmente el derecho a quedar libre de la rueda de karma y de las rondas de renacimiento.

     Los Señores del Karma se reúnen en el retiro del Royal Teton dos veces al año, en los solsticios de invierno y de verano, para revisar peticiones de la humanidad no ascendida y para otorgar dispensaciones con el fin de asistirla.

[Los maestros ascendidos utilizan continuamente la palabra momentum en sus enseñanzas, con el significado original del término, que en inglés es “la fuerza del movimiento [motion] adquirida por un objeto en movimiento [moving] como resultado de la prolongación de [dicho] movimiento [motion]” (traducido de Webster Third International Dictionary).

La palabra momentum en latín significa “movimiento” y fue usada por el físico y matemático Isaac Newton (1643-1727) para describir un cuerpo en movimiento. El latín era la lengua de uso en las universidades europeas a la sazón. Hoy este concepto se llama “movimiento lineal” o “momento lineal”. Se representa por una p y su fórmula es p = m * v, donde m = masa, v = velocidad. Cuando damos un impulso a un objeto, éste empieza a moverse. La Primera Ley del Movimiento de Newton dice que si se retira el impulso el objeto sigue moviéndose a una velocidad constante. Para parar el objeto hay que aplicar una fuerza. Mientras más pesado el objeto (más masa), más fuerza se requiere para detenerlo. Asimismo, mientras más rápido va el objeto (más velocidad), más difícil resulta detenerlo.

La palabra momentum es una deformación de movimentum, formada por el verbo movere (“mover”) y el sufijo -entum, equivalente a -ento en español, que en este caso indica estado físico.

Podría traducirse por “momento”, pero para evitar confusión con el significado más común de este término (un instante de tiempo) hemos dejado siempre “moméntum” en nuestras traducciones. Es el equivalente de lo que algunos traducen por "impulso acumulado".]

Al estudiar estos reinos de la jerarquía también aprendemos algo acerca de cómo aplicamos la llama que está en nuestro corazón. Aprendemos, entonces, que es la energía del rayo azul, el impulso [thrust] del poder, la que da ímpetu [impetus] a la idea contenida en la mente de Dios. Sin ese impulso de energía, la idea carece de moméntum [momentum]. Es como la flecha lanzada desde el arco. Es la energía para estirar la cuerda hacia atrás la que da moméntum a la flecha que es la idea de Dios dirigiéndose a la manifestación.

Elizabeth Clare Prophet, en “The torch is passed”.

El reino de los cielos. El plano más elevado en la dimensión de la Materia; plano tan concreto y real (y más todavía) que el plano físico pero que se experimenta a través de los sentidos del alma en una dimensión y una conciencia más allá de la percepción física. El plano en que los registros akáshicos de la evolución completa de la humanidad se plasman individual y colectivamente. Es el mundo de los maestros ascendidos y sus retiros, ciudades etéricas de luz donde las almas de un orden mayor de evolución moran entre una encarnación y otra. Es el plano de la realidad libre de la sociedad sórdida, pecaminosa y enferma que los hombres y los demonios han conformado en los planos terrenales. Aquí la era de oro está en curso. El Amor es la plenitud de la Presencia de Dios por doquier, y los ángeles y los elementales, junto con los niños de Dios, sirven en armonía para manifestar el reino del Cristo en la Era Universal, por los siglos de los siglos. Como tal, es el plano de transición entre los reinos terrenal/celestial y el reino de Dios, el Espíritu, o Absoluto.

     El plano etérico inferior se traslapa con los cinturones astral, mental y físico. Está contaminado por estos mundos inferiores ocupados por la falsa jerarquía y la conciencia de masas que ésta controla, incluidas sus matrices y emociones (inglés: e-motions = energies in motion, “energías en movimiento”).

Cuatro capas de cuatro distintas frecuencias que rodean al alma (los cuerpos físico, emocional, mental y etérico) y que proveen al alma de vehículos en su viaje por el tiempo y el espacio. La capa etérica, la de más alta vibración, es la entrada para los tres cuerpos superiores: el Ser Crístico, la Presencia YO SOY y el cuerpo causal. Son las túnicas de pieles mencionadas en Génesis 3:21. Véase cuerpo astral, cuerpo de los deseos, cuerpo emocional, cuerpo etérico, cuerpo físico, cuerpo mental, Gráfica de tu Ser Divino, magnetismo animal.

“Una dispensación es un regalo de Dios. En términos espirituales, una dispensación es una gracia que Dios nos otorga. En realidad, se trata de una cesión de energía, una cesión en adición a nuestra diaria asignación que fluye por el cordón cristalino. Nos ayuda a convertirnos en quien somos, a cumplir con nuestra misión y a servir a los demás. Es como si alguien fuera pasando y depositara dos millones de dólares en nuestra cuenta bancaria y dijera: “Ten, úsalo para cambiar el mundo.” Eso es una dispensación. Se manifiesta como intervención divina en nuestra vida personal, en nuestras comunidades, naciones y gobiernos.”

ECP