Serapis Bey es el del cuarto , del Templo de la Ascensión, en Luxor, y el decimotercer miembro del Consejo de Adeptos del Templo de la Ascensión. También es conocido como Serapis Soleil, Serapis Sol.
El cuarto rayo es el de la llama de la , la luz blanca de la en el de la base de la columna. De esta luz blanca surge la arquitectura, los principios de las matemáticas, los cimientos para la construcción del templo de la y la pirámide del Yo. En presencia de Serapis conocemos una concepción completamente distinta de lo que llamamos el , la persona real de todos nosotros.
Conocido como el Gran Disciplinario, Serapis vino de Venus con el para reavivar el en el corazón de una humanidad rebelde. Inflamado de entusiasmo por reivindicar a los hijos del hombre como reyes y sacerdotes para Dios, éste se elevó hasta formar una llama de voluntad, determinación y disciplina férreas.
♦ Serapis fue sacerdote del Templo de la Ascensión en la Atlántida. Como guardián de la llama de la ascensión, para salvaguardarla la trasladó por el río Nilo hasta Luxor, justo antes de que la se hundiera. Con sus propias palabras Serapis nos da un vislumbre de esta experiencia:
Recuerdo bien cuando se produjeron los primeros estruendos del hundimiento de la Atlántida. Porque, como sabéis, el hundimiento de ese continente ocurrió por etapas. Por la gracia de Dios, se dio un aviso que permitió que muchos escaparan. Y nosotros nos dirigimos a Luxor…
Os preguntaréis por qué una llama espiritual necesita ser transportada por simples mortales. Ocurre que los hijos de la tienden siempre a pensar que tales cosas deben suceder mágica y milagrosamente. Quizás un toque de los cuentos de hadas ha salpicado a la religión y la gente ha olvidado que todo lo que ha sido forjado por Dios y el hombre ha sido un trabajo y un esfuerzo conjuntos, arriba y abajo.
Os diré, pues, por qué esto es así: porque el único sitio en el que la llama puede realmente permanecer, además del altar dedicado a eso, es el corazón vivo del adepto vivo.
[“The mobilization of spiritual forces”, Pearls of Wisdom, vol. 25, núm. 60.]
Allá en Egipto, Serapis y los hermanos que lo acompañaban construyeron el Templo de la Ascensión, y ahí han protegido la llama desde entonces, turnándose en sus obligaciones mientras continuaban reencarnando específicamente con ese propósito.
Serapis Bey continuó reencarnando en las tierras del Nilo, renunciando a su propia ascensión hasta aproximadamente 400 a.C. Durante esas vidas fue patrocinador de algunas de las proezas arquitectónicas más importantes jamás producidas en la tierra.
♦ Serapis fue el arquitecto de la Gran Pirámide y el maestro de obras. La Gran Pirámide es la talla en piedra del registro del de iniciación por el que el , comenzando en la Materia, la base de la pirámide, los cuatro lados, se eleva desde el centro de la pirámide hasta la cúspide. La elevación de esa llama es la meditación sobre la luz blanca que viaja en el cuerpo físico desde la base de la columna hasta la coronilla.
la construcción de la pirámide del Yo es una construcción interior, pero la ecuación exterior debe conformarse, debe mostrar frutos, debe establecer el ejemplo para que otros puedan seguiros hasta el corazón de la Esfinge: hasta el mismísimo corazón del guru vivo, a quien representa la Esfinge, y hasta el corazón de la llama en la Gran Pirámide que está en la (y no se encuentra en la pirámide de Giza, que es el cascarón que queda de su anterior foco y función debido al mal uso de su energía por magos negros, falsos s y falsos s).
[“The Order of the Good Samaritan”, Pearls of Wisdom, vol. 27, # 52.]
♦ Serapis estuvo encarnado como el faraón egipcio Amenhotep III (que reinó de ca. 1417 a 1379 a.C.), el hijo de Tutmosis IV y biznieto de Tutmosis III, una encarnación de . Su hijo y sucesor al trono fue Amenhotep IV, más tarde conocido como Akenatón. Durante el reinado de Serapis, Egipto estuvo en la cúspide de la prosperidad, la paz y el esplendor, la manifestación directa de la comunión de Serapis con su propia llama del corazón y con los , remontándose hasta el Anciano de Días.
Amenhotep III fue considerado el más grande gobernante de la tierra. Mantuvo un alto nivel en las relaciones diplomáticas de paz con todas las naciones durante la mayor parte de su reinado. Parte de la gran riqueza de su hacienda pública se invirtió en la construcción de magníficos templos y palacios. Agrandó el ya existente Templo de Karnak sobre el Nilo y construyó un gigantesco templo funerario, cuyos restos son conocidos actualmente como los Colosos, las estatuas monolíticas sentadas descubiertas en la ribera del río. Su intención era representar en piedra el conocimiento del orden jerárquico de iniciados, maestros ascendidos, reyes filósofos que habían caminado por la tierra en las anteriores eras de oro.
Su construcción más importante fue la del templo de Luxor, que permanece parcialmente intacto. Este templo encarnaba en su geometría y diseño la representación física de la ley esotérica que había sido transmitida a través del sacerdocio durante generaciones. Permanece como un minucioso libro de texto de ciencia, arte y filosofía avanzados. Hoy el templo de Luxor es el equivalente físico del que es el Templo de la Ascensión.
♦ Serapis también encarnó como el rey espartano Leónidas († ca. 480 a.C.), que estuvo al mando de los griegos en su heroica resistencia contra la inmensa invasión Persa en el paso de las Termópilas, entrada a Grecia central. Aunque los persas superaban en mayoría aplastante a los griegos, Leónidas resistió el avance del ejército persa al mando del rey Jerjes durante dos días. Al tercer día, cuando los persas se acercaron por la retaguardia y no había refuerzos a la vista, Leónidas despidió a la mayoría de sus soldados. Ayudado por los aliados griegos que quedaban, Leónidas y su guardia real espartana de trescientos hombres lucharon hasta el último hombre. Su heroica resistencia permitió a la flota griega realizar una retirada para después derrotar a los persas. El ejemplo de Leónidas ha servido para dar continuidad a la chispa de identidad nacional de la nación griega.
Los historiadores citan esta batalla como un gran ejemplo de valor e intrepidez en la lucha por una causa con poquísimas posibilidades de éxito. Los revelan que los trescientos espartanos eran trescientos chelas de Luxor encarnados nuevamente con Serapis con un tipo de hombría extraordinario. Actualmente algunos son maestros ascendidos, otros siguen encarnados. En aquella época la guerra era una guerra física contra desventajas físicas. Hoy la batalla de Armagedón es contra maldades espirituales en altos puestos en la Iglesia y el Estado: la que consume la anti-mente, el gran Yo que consume al no-yo.
♦ Serapis Bey estuvo encarnado como el escultor Fidias, durante el siglo V a.C., en Atenas. Se le consideraba el más grande de los escultores griegos. Fue el arquitecto del Partenón, que supervisó su exquisitamente magistral construcción. En el interior del Partenón colocó su obra más famosa, la estatua de cuarenta pies, en oro y marfil, de ; la representación de la figura de la Madre, la .
Estando en el Partenón nos encontramos en presencia de una obra arquitectónica diseñada por alguien que sabe cómo usar la forma, la simetría, la geometría, los ángulos para alojar una llama. El campo energético del Partenón contiene efectivamente una llama esencial, al igual que el Templo de Luxor y la Gran Pirámide.
Fidias también creó una enorme estatua de Zeus en oro y marfil que estaba en el templo de Olimpia. Fue también pintor, grabador y maestro de metalistería. Su arte se caracterizaba por su exaltada belleza y espiritualidad, y vivió como la suprema personificación de la de los maestros artistas griegos que tuvieron una influencia imperecedera en todo el arte occidental posterior.
♦ Durante la era helenística (323 a 31 a.C.) Serapis se convirtió en uno de los dioses más importantes del panteón egipcio y del panteón grecorromano. Fue reverenciado como patrón de los reyes ptolemaicos de Egipto y como la deidad fundadora de la gran ciudad de Alejandría. Existen numerosos registros históricos sobre el íntimo contacto de Serapis con hombres de todo Egipto y Asia Menor, y hay más de 1 080 estatuas, templos y monumentos dedicados a Serapis Bey erigidos durante esa época.
Demetrio de Falero, fundador de la biblioteca de Alejandría durante el reinado de Ptolomeo I, fue curado milagrosamente de ceguera por Serapis y escribió cánticos de agradecimiento. Serapis hablaba con frecuencia a través de oráculos; ofreció consejo a muchas personas y realizó curaciones milagrosas. Hay una famosa historia verídica relacionada con Serapis que marcó una importante época con el establecimiento de éste como la deidad más prominente de Egipto y Grecia. El rey Ptolomeo I, gobernante de Egipto, recibió en sueños la visita de Serapis, quien le ordenó que llevara la estatua del dios a Alejandría. Tras vacilar y después de otro sueño con Serapis, el rey hizo traer la estatua con las bendiciones del Oráculo de Delfos y la instaló en el Serapium, o gran Templo, de Alejandría. Éste es el templo que contenía la famosa biblioteca de Alejandría de trescientos mil volúmenes.
Se atribuyen muchos epítetos a Serapis, como el de “Padre”, “Salvador” y “la más grande de las deidades”. Se le consideraba el patrocinador del contacto íntimo entre dioses y mortales y, en los anales de la tradición esotérica, el hierofante de los ritos iniciáticos secretos de Egipto. Los misterios menores estaban dedicados a Isis y destinados a los laicos. Los misterios mayores estaban dedicados a Serapis y Osiris y se transmitían sólo a los sacerdotes iniciados, que pasaban por ritos severos de pruebas e iniciaciones en el templo de Serapis.
Durante un periodo de entre seiscientos y setecientos años, Serapis llegó a ser la deidad suprema de Egipto y Grecia. Sin embargo, a finales del siglo IV d.C. el emperador Teodosio emitió edictos contra el politeísmo y los cristianos lo tomaron como una licencia para atacar a los paganos, incluyendo a los seguidores de las religiones de misterios. El obispo cristiano de Alejandría provocó a las muchedumbres para que destruyeran el gran símbolo del paganismo en Alejandría, el templo de misterios del dios Serapis. Destrozaron la enorme estatua de Serapis, que había inspirado a los devotos durante seiscientos años. La turba destruyó al menos una de las grandes bibliotecas de Alejandría.
♦ Serapis Bey jugó un papel vital en el impulso inicial y la dirección de los empeños de la Hermandad durante el siglo XIX. Entre las primeras cartas de los adeptos y maestros dirigidas a los fundadores de la Sociedad Teosófica se encuentran las de Serapis Bey y la Hermandad de Luxor.
Serapis se encargó personalmente de la dirección y el discipulado de la amanuense Helena Blavatsky y el coronel Henry Steel Olcott, cofundador y presidente de la Sociedad Teosófica. Durante los seis meses anteriores a la formación de la sociedad en 1875, Serapis envió muchas cartas de aliento e instrucción al coronel Olcott. Las cartas estaban escritas en su mayoría en gruesos pergaminos verdes con tinta dorada, firmadas a mano por Serapis, y con el grabado de un símbolo esotérico de la Hermandad de Luxor. Las cartas dirigidas al coronel Olcott se caracterizan por contener constantemente la exhortación de Serapis, “Try” (inténtalo). El maestro Serapis destacó la necesidad de valentía e intrepidez, los mismos fuertes atributos que él externó como Leónidas.
♦ El maestro ascendido Serapis Bey ocupa actualmente un puesto muy importante entre los siete chohanes. El cuarto rayo es el punto medio entre tres rayos por un lado y tres por el otro. La figura central, el cuarto rayo, es clave porque es la fusión de la luz blanca y el nexo del flujo de la energía en forma de ocho. Ese punto de la llama de la Madre siempre está encarnado en el guru en Oriente y en Occidente, la persona de la Madre en que se mueve en y entre nosotros gracias a esa luz blanca.
La luz blanca es el fuego sagrado de la creación y su perversión se convierte en magia negra. Esto se vio en Egipto, el punto focal de la llama de la ascensión, cuando la Hermandad Negra de Egipto continuó con la práctica de la magia negra durante siglos y siglos, desafiando la mismísima presencia de Serapis Bey en su templo.
El punto de redención para la tierra se remonta a , la Tierra de la Madre y la llama de la Madre misma. La tierra tiene un tremendo con la llama de la Madre y por las perversiones de la llama de la Madre que tuvieron lugar en Lemuria, en la zona donde actualmente se encuentra San Francisco y frente a la costa de California. Las perversiones de la luz de la Madre dieron pie a la profanación de los templos, la caída de los sacerdotes y las sacerdotisas, desembocando en el mal uso de las energías sexuales y las perversiones de la fuerza vital. El último acto fue el asesinato de la más alta representante de la Madre en Lemuria. La verdadera causa del hundimiento de Lemuria fue la profanación de la persona de la Madre y su llama.
Desde ese momento, la tierra ha ido lentamente avanzando hacia la , en que, una vez más, la luz de la Madre pudiera ser elevada en todos, tanto en los hombres como en las mujeres, produciendo de nuevo el respeto a la mujer y a la Madre así como la reunión de la Madre, la luz que se eleva desde el chakra de la base, con la luz del Padre, que desciende desde la . Los próximos dos mil años están destinados a presenciar la elevación de la conciencia como no ha ocurrido desde las eras de oro de Lemuria.
El sendero de la ascensión es la resolución de esas fuerzas que son necesarias en nuestra conciencia: Padre, Madre, Hijo y , como los cuatro pilares del templo en nuestro interior. La gran lección de Buda fue que todo el sufrimiento es causado por no estar alineados con la luz interior debido al deseo erróneo. Serapis Bey nos enseña a alinearnos con la voluntad interior del Ser. Sus enseñanzas se convierten en la piedra angular del arco de la . Sin la luz blanca no podemos disfrutar de la integración de la individualidad.
Así pues, Serapis Bey se convierte en una clave de suma importancia en un momento en el que existen tantos problemas en la sociedad. El aumento de delitos, asesinatos, violaciones, drogas y demás es señal de la venida de la luz de la Madre, elevándose desde los altares de Lemuria. La creciente luz se vuelve tan intensa que, a no ser que nos sumerjamos en ella y nos volvamos parte de ella, se convierte en la roca de la que habló Jesús: a menos que caigamos sobre esa roca y permitamos que nuestros conceptos erróneos sean quebrantados, la roca nos aplastará. [Mateo 21:44; Lucas 20:18] Es la luz que resuelve la identidad, pero también es una luz tan poderosa que puede destruir la identidad falsa que se rebela contra ella. En el amanecer de la era de Acuario el mundo está en rebelión contra la luz de Dios; y sin embargo el mundo busca a Dios. La enseñanza de Serapis Bey y los misterios de la Hermandad de Luxor contienen las respuestas que pueden resolver estas cuestiones.
Serapis Bey tiene legiones de serafines (véase ) a sus órdenes. Posee una gran maestría en la geometría y el diseño divinos. Ayuda a sus discípulos en las autodisciplinas necesarias para la ascensión: la disciplina de los para que el Cristo pueda aparecer y utilizarlos como vehículos para el servicio y la realización en el mundo de la forma; disciplinar s pasados de espirales negativas y de creación humana que querrían interponerse en el camino de la llama de la ascensión, que está en formación en el corazón de todos los que evolucionan en el planeta mediante la aceleración de la .
Su libro Dossier on the ascension (Actas de la ascensión) es un libro de texto sobre el sendero de la ascensión. Contiene enseñanzas tomadas de las clases que él imparte en el Templo de la Ascensión. Con su estudio el lector puede retener en la mente consciente aquello que aprenda en el Templo de la Ascensión en Luxor mientras su cuerpo duerme por la noche. Serapis da un bosquejo de los requisitos para la ascensión y ofrece una explicación e instrucción exhaustivas sobre el proceso de la ascensión.
Serapis describe qué ocurre durante el ritual de la ascensión [pp. 176-7, ed. inglesa]:
Es verdad que, aunque la forma de la persona puede mostrar señales de envejecimiento antes de la ascensión, todo esto cambiará y la apariencia física de la persona se transformará en el cuerpo glorificado. El individuo asciende, entonces, no con un cuerpo terrenal sino con un cuerpo espiritual glorificado en el cual se transforma la forma física al instante, por la inmersión total en la gran llama de Dios.
La conciencia que el hombre tiene del cuerpo físico se termina y alcanza un estado de ingravidez. Esta resurrección tiene lugar cuando la gran llama de Dios envuelve el caparazón de creación humana que queda y transmuta, con un patrón de rejillas cósmicas, todos los patrones celulares del individuo: la estructura ósea, los vasos sanguíneos y todos los procesos corporales pasan por una gran metamorfosis.
La sangre de las venas se transforma en luz líquida dorada; el chakra de la garganta brilla con intensa luz azul-blanca; el ojo espiritual, en el centro de la frente, se convierte en una alongada llama de Dios ascendente; la vestimenta del individuo se consume completamente y da la apariencia de ir cubierto de una túnica blanca, la vestidura sin costuras del Cristo. A veces, el largo cabello del Cuerpo Mental Superior [el Santo Ser Crístico] aparece como oro puro en el individuo que asciende; los ojos, de cualquier color que hayan sido, se vuelven de un hermoso azul eléctrico o violeta pálido…
La forma física se vuelve cada vez más ligera y, con la ingravidez del helio, el cuerpo comienza a elevarse en la atmósfera, liberándose de la atracción gravitacional; la forma se cubre de la luz de la gloria manifestada que el hombre conoció con el Padre ‘en el principio’, antes de que existiera el mundo...
Estos cambios son permanentes y el recién ascendido puede transportar su cuerpo de luz a donde desee o bien puede viajar sin su cuerpo espiritual glorificado. Los seres ascendidos pueden aparecer ocasionalmente en la tierra, y de hecho lo hacen, como mortales ordinarios, cubriéndose de vestimentas físicas parecidas a los habitantes de la tierra y moviéndose entre ellos con algún fin cósmico. Saint Germain lo hizo después de su ascensión, cuando fue conocido como el Hombre Prodigio de Europa, actividad que desarrolló con la dispensación del Consejo Kármico.
En general, sin embargo, los seres ascendidos no vuelven al plano físico a menos que exista un servicio específico que necesite de este cambio en la tasa vibratoria.
Serapis nos dice: “Ascendéis diariamente.” Nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestros actos cotidianos se pesan todos en la balanza. No ascendemos de una vez, sino por incrementos, a medida que pasamos nuestras pruebas y ganamos nuestras victorias individuales. El registro entero de todas nuestras vidas anteriores y de los moméntums tanto buenos como malos debe ser considerado. Y entonces, cuando hayamos saldado con la pureza y armonía del Gran Yo Divino al menos el 51 por ciento de toda la energía que se nos haya asignado alguna vez, se nos podrá ofrecer el regalo de la ascensión. El restante 49 por ciento ha de ser transmutado, o purificado, desde las octavas ascendidas mediante el servicio a la tierra y sus evoluciones.*
* Además de saldar el 51 por ciento del karma, los requisitos para la ascensión incluyen equilibrar la llama trina, alinear los cuatro cuerpos inferiores, alcanzar cierta maestría en los siete rayos, alcanzar cierto grado de maestría sobre las condiciones externas, cumplir nuestro plan divino, transmutar el cinturón electrónico y elevar la Kundalini.
Serapis Bey, chohán de la llama de la ascensión y jerarca del Templo de la Ascensión en Luxor (Egipto), nos habla a cada uno de nosotros:
El futuro es lo que hacéis de él, así como el presente es lo que hicisteis de él. Si no os gusta, Dios ha provisto un camino para que lo cambiéis, y el camino es por la aceptación de las corrientes de la llama de la ascensión.
Giuseppe Verdi captó la música de la ascensión en la “Marcha triunfal” de la ópera Aída. La melodía clave del Templo de la Ascensión es Liebestraum, de Franz Liszt, y la radiación de la de Serapis Bey y su se derrama con el aria Celeste Aída.
© Summit University Press
All Hail, Mighty Serais Bey
Lord of the Fourth Ray
Ave, Poderoso Serapis Bey
Señor del Cuarto Rayo
1. |
All hail, Lord of Ascension’s Flame Mighty Serapis Bey Chosen Son of Light Raise thy torch, blazing forth Sacred fire in each heart. Sounding the light of Truth Calling the faithful ones We all lift our hearts, joyful praise Worship raise unto our king. |
1. |
Ave, Señor de la Llama de la Ascensión poderoso Serapis Bey Hijo de la Luz elegido alza tu antorcha, llameando fuego sagrado a todos los corazones. Haciendo sonar la luz de la Verdad llamando a los fieles Alzamos todos nuestro corazón, gozosa alabanza adoración elevamos a nuestro rey. |
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Kneel we on bended knee Pouring our love to thee Grateful for Victory’s release of light All hail, hail to Serapis Bey Hierarch of Luxor’s light Guardian of the flame brought of old From afar in God’s name. |
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Nos arrodillamos, la rodilla hincada derramando nuestro amor por ti agradecidos por la emisión de luz de Victory Ave, ave Serapis Bey Jerarca de la luz de Luxor guardián de la llama traída de antaño desde lejos en el nombre de Dios. |
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To thee, Lord of Ascension’s Flame Homage and gratitude Purity in love Victory, majesty Discipline in the Law Serapis, we invoke Holy fire of soul To attain the goal To ascend, to become one with Life. |
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A ti, Señor de la Llama de la Ascensión, homenaje y gratitud pureza en amor victoria, majestad disciplina en la Ley, Serapis, invocamos fuego sagrado del alma para alcanzar la meta para ascender, ser uno con la Vida. |
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Help us to serve the Light Vanguards of holy Light Protectors of the right—the holy Light O praise, praise to the Mighty One For the ascension flame From the heart of God Cosmic grace, cosmic love Thee we adore. |
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Ayúdanos a servir a la Luz vanguardias de la sagrada Luz protectores del bien –de la sagrada Luz Oh, alabemos, alabemos al Poderoso por la llama de la ascensión del corazón de Dios Gracia cósmica, amor cósmico te adoramos. |
2. |
All hail, Lord of Ascension’s Flame Holy seraphic hosts Seraphim of Light Guardians bright of the Light From our hearts we adore. Release ascension’s flame Into the souls of men From the Central Sun Penetrate, activate all in Light. |
2. |
Ave, Señor de la Llama de la Ascensión santas huestes seráficas serafines de Luz guardianes radiantes de la Luz de nuestro corazón, os adoramos. Emite la llama de la ascensión hacia el corazón de los hombres desde el Sol Central penetra, activa a todos en la Luz. |
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Sword of the living flame In blest Serapis’ name Cut all the earth now free from density I AM—I AM thy holy Light Flowing around the earth All-enfolding love in each heart Heaven’s ray glorify. |
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Espada de la llama viva en el bendito nombre de Serapis Libera a la tierra toda ya de la densidad YO SOY–YO SOY la sagrada Luz fluyendo alrededor de la tierra amor envolvente en cada corazón rayo del cielo glorifica. |
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Our praise, holy Justinius Head of seraphic bands Thou the open door Unify, purify And our birthright restore Liberty born of soul No more the lesser goal But the Son of God Consciousness of the Light where God is. |
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Nuestras alabanzas, santo Justinius jefe de las bandas seráficas Tú, la puerta abierta unifica, purifica, y nuestro derecho de nacimiento restablece libertad nacida del alma no más la meta inferior sino el Hijo de Dios conciencia de la Luz donde Dios está. |
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Help us to serve the Light Vanguards of holy Light Protectors of the right—the holy Light O praise, praise to the Mighty One For the ascension flame From the heart of God Cosmic grace, cosmic love Thee we adore. |
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Ayúdanos a servir a la Luz vanguardias de la sagrada Luz protectores del bien –de la sagrada Luz Oh, alabemos, alabemos al Poderoso por la llama de la ascensión del corazón de Dios Gracia cósmica, amor cósmico te adoramos. |
3. |
I AM sealed in ascension’s flame I AM a living soul Born of God’s own love Pulsing flame in the heart Love, Wisdom, and Pow’r Is the identity One with the Father’s love Peace and harmony, energy Christ the Light, Infinite Mind! |
3. |
YO SOY, sellado en la llama de la ascensión YO SOY un alma viva nacida del mismo amor de Dios Pulsante llama en el corazón Amor, Sabiduría y Poder es la identidad una con el amor del Padre paz y armonía, energía ¡Cristo la Luz, Mente Infinita! |
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Oneness with thee to feel Oneness with thee to heal Oneness with thee to rise, eternally I AM one with the pure in heart Joining the heav’nly hosts Of seraphic bands, seraphim Angels bright, into the Light. |
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Unidad contigo para sentir unidad contigo para sanar unidad contigo para subir, eternamente YO SOY uno con los puros de corazón uniéndome a las huestes celestiales de las bandas seráficas, serafines ángeles radiantes, hacia la Luz. |
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I come out of the Light with thee Ever to do thy will Destined to return To my home, ne’er to roam From the Light in God’s heart. Sing we hosannas now Joyous in gratitude God is All-in-all All of life, all of love, all of me. |
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Provengo de la Luz junto contigo siempre para hacer tu voluntad destinado a retornar a mi hogar, nunca para deambular y apartarme de la Luz en el corazón de Dios. Cantamos hosannas ahora gozosos en gratitud Dios es Todo-en-todo toda vida, todo amor, todo yo. |
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I AM thy son, O Lord Standing before the door Of opportunity—to Victory. O praise, praise to the Mighty One For the ascension flame From the heart of God Cosmic grace, cosmic love Thee we adore. |
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YO SOY tu hijo, oh Señor De pie junto a la puerta de la oportunidad –para la Victoria. Oh, alabemos, alabemos al Poderoso por la llama de la ascensión del corazón de Dios Gracia cósmica, amor cósmico te adoramos. |
© The Summit Lighthouse
The Ascension Flame
Meditation on the Retreat of Luxor
La llama de la ascensión
Meditación sobre el retiro de Luxor
Along the Nile, within the halls of Luxor
Flame of Ascension dwells
That to each one aspiring unto heaven
Beauty of Light foretells.
As through ascension’s door
We see creation’s lore
This is the goal of God—transcendent
Love has willed
The Christ flame in man—immortality sealed.
Al lado del Nilo, dentro de los corredores de Luxor
la Llama de la Ascensión reside
que a cada uno de los aspirantes al cielo
la belleza de la Luz presagia.
Mientras tanto a través de la puerta de la ascensión
vemos la ciencia de la creación
Ésta es la meta de Dios –el amor
transcendental ha ordenado
la llama del Cristo en el hombre– inmortalmente sellada.
Serapis Bey, belov’d hierarch of Luxor
Our love to thee e’er flows
For thy great Presence, God’s sustaining power
Each passing moment grows.
Our joyful praise ascend
With angel voices blend
It brings to earth God’s truth, his mighty
Radiance so fair
The glory of heav’n in which all men may share.
Serapis, bienamado jerarca de Luxor
nuestro amor a ti fluye siempre
por tu gran Presencia, el poder confortante de Dios
a cada momento que pasa crece.
Que nuestra gozosa alabanza ascienda
con las voces de los ángeles se mezcle
Trae a la tierra la verdad de Dios, su poderoso
resplandor tan claro
La gloria del cielo de la que todos los hombres pueden participar.
Ascension’s flame, thou gift from God the Father
Raise all in Freedom’s name
As we invoke thy purity and balance
Thy mighty pow’r proclaim
That each one may be whole
Ascension is our goal
Great is thy Presence, Lord, thy Presence
Wisdom’s love
Our gratitude sings for all eternity—eternally.
Llama de la Ascensión, oh regalo de Dios el Padre
eleva a todos en nombre de la Libertad
Mientras invocamos tu pureza y armonía
tu majestuoso poder proclamamos
Para que cada uno pueda ser íntegro
la Ascensión es nuestra meta
Grande es Tu Presencia, Señor, tu Presencia
el amor de la sabiduría
Nuestra gratitud canta por toda la eternidad–eternamente.
© The Summit Lighthouse
El ritual en el que el alma se reúne con el Espíritu del Dios vivo, la Presencia YO SOY. Es la culminación de la estadía divinamente victoriosa del alma en el tiempo y el espacio. Es la recompensa del justo, el regalo de Dios tras el juicio final delante del gran trono blanco, durante el cual todo hombre es juzgado “según sus obras”.
Enoc, de quien se dice que “caminó con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios”, pasó por la ascensión; también Elías, quien subió al cielo en un torbellino; y Jesús, aun cuando su ascensión no tuvo lugar en la ocasión en que las escrituras dicen que fue llevado al cielo en una nube. El Morya, maestro ascendido, ha revelado que Jesús vivió muchos años después de estos hechos e hizo su ascensión después de su fallecimiento en Cachemira, a los 81 años, en el año 77 d.C.
La reunión con Dios en la ascensión, esto es, el término de las rondas de karma y renacimiento y el regreso a la gloria del SEÑOR, es la meta de la vida para los hijos e hijas de Dios. Jesús dijo: “Y nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, incluso el Hijo del hombre.” Por medio de la salvación (inglés: salvation), la “autoelevación” (inglés: Self-elevation), o sea, la elevación consciente del Hijo de Dios dentro de su templo, el alma se pone el vestido de bodas para realizar la función del Hijo (inglés: Son, o Sun [sol], o luz) de la manifestación (inglés: man: hombre): el Hijo del hombre. Siguiendo el sendero iniciático de Jesús, el alma, habiendo saldado su karma y cumplido su plan divino, se fusiona con la conciencia crística y después con la presencia viva del YO SOY EL QUE YO SOY. Una vez que la ascensión ha tenido lugar, el alma, el aspecto corruptible del ser, se convierte en el incorruptible, un átomo en el Cuerpo de Dios. Véase matrimonio alquímico.
Apocalipsis 20:12-13; Génesis 5:24; 2 Reyes 2:11; Lucas 24:50-51; Hechos 1:9-11; Juan 3:13
Madre Divina, Madre Universal y Virgen Cósmica son otros tantos términos para designar la polaridad femenina de la Divinidad, la manifestación de Dios como Madre. La Materia [inglés: Matter] es la polaridad femenina del Espíritu y los maestros ascendidos utilizan el término alternadamente con Mater (latín: “madre”). En este contexto, todo el cosmos material se convierte en el vientre de la creación, hacia el cual el Espíritu proyecta las energías de la Vida. La Materia es, entonces, el vientre de la Virgen Cósmica, quien, como la otra mitad del Todo Divino, también existe en el Espíritu como polaridad espiritual de Dios.
Jesús mismo reconoció a Alfa y Omega como los más altos representantes del Dios Padre-Madre y con frecuencia se refirió a Alfa como Padre y a Omega como Madre. Quienes asumen la polaridad femenina de la conciencia después de su ascensión son maestras ascendidas. Junto con todos los seres femeninos (polarizados femeninamente) en las octavas de luz, son los focos de la llama de la Madre Divina para las evoluciones de la humanidad que se desarrollan en muchos sistemas de mundos. Sin embargo, siendo andróginos, todos los miembros de las huestes celestiales son focos de cualquiera de los atributos masculinos o femeninos de la Divinidad a voluntad, pues ya han entrado en las esferas de la Totalidad Divina. Madre de la Llama (o Madre del Mundo). Cargo en la jerarquía que ocupan sucesivamente aquellas devotas no ascendidas designadas por la Gran Hermandad Blanca para nutrir, o incubar, la llama de la Vida en toda la especie humana. En 1961, Clara Louise Kieninger fue nombrada primera Madre de la Llama de la Fraternidad de Guardianes de la Llama por Saint Germain. El 9 de abril de 1966, ese manto fue transferido a la mensajera Elizabeth Clare Prophet. En ese momento Clara Louise Kieninger se convirtió en la Madre de la Llama Regente. Hizo su ascensión el 25 de octubre de 1970 en Berkeley, California, y continúa ocupando ese cargo desde el estado ascendido.Hay cinco chakras menores correspondientes a los cinco rayos secretos y un total de 144 centros de luz en el cuerpo del hombre. Véase Tabla de los chakras , El aura humana II, de Djwal Kul.
(latín: mater, “madre”). La polaridad femenina (negativa) de la Divinidad, cuya polaridad masculina (positiva) es el Espíritu. La Materia actúa como un cáliz para el reino de Dios y es el lugar de morada de almas en evolución que se identifican con su Señor, el Santo Ser Crístico. La Materia se distingue de la materia, la sustancia de la tierra, terrena, de los reinos de maya, que bloquea en vez de irradiar la luz divina y el Espíritu del YO SOY EL QUE YO SOY.
La materia es la materialización de la Llama de Dios, el medio por el cual el Espíritu adquiere, “físicamente”, cuádruple dimensión y forma a través de la polaridad femenina, o negativa, de la Divinidad. Los maestros ascendidos usan Mater o Matter indistintamente para describir los planos de la existencia que comprenden y se amoldan al cáliz universal, o matriz, para el descenso de la luz de Dios que se percibe como Madre. A través de este aspecto de sí mismo como Madre es como el Espíritu de Dios, el Padre, desarrolla en sus hijos la conciencia del Cristo, el unigénito de Dios, como percepción de sí mismos en el Cristo en desenvolvimiento a través de la llama trina —la chispa divina y sello de autenticidad de los coherederos que serán. El alma que desciende de los planos del Espíritu mora en el tiempo y el espacio en la Materia para su evolución espiritual/física, que requiere automaestría en las energías de Dios con el recto ejercicio del libre albedrío. Los cuatro cuerpos inferiores del hombre, de un planeta o de sistemas de mundos —los cuatro planos, cuadrantes y fuerzas cósmicas— ocupan y constituyen las frecuencias de la Materia. Véase Madre, Espíritu.(griego: Christos, “ungido”). Mesías (hebreo y arameo: “ungido”); “el Ungido”, aquel que es investido e infundido o ungido de la luz (el Hijo) de Dios. La Palabra, el Logos, la Segunda Persona de la Trinidad: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad… Aquél era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre que viene al mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por él y el mundo no le conoció.” En la Trinidad hindú de Brahma, Vishnu y Shiva, el término “Cristo” corresponde a la encarnación de Vishnu, el Preservador; avatara, hombre Dios, el que despeja la oscuridad, guru.
El Cristo Universal es el mediador entre los planos del Espíritu y los planos de la Materia; personificado como el Santo Ser Crístico, es el mediador entre el Espíritu de Dios y el alma del hombre. El Cristo Universal sostiene el nexo (el flujo en forma de ocho) de la conciencia a través del cual las energías del Padre (Espíritu) pasan a sus hijos para la cristalización (inglés: Christ-realization: realización crística) de la Llama de Dios por el esfuerzo de su alma en el vientre cósmico (la matriz) de la Madre (Materia). A este proceso se le llama materialización (inglés: Mater-realization: realización en la Materia), “El Descenso”. El proceso por el cual las energías de la Madre aglutinadas en el alma pasan a través del nexo de la conciencia crística hacia el Padre es la aceleración llamada espiritualización (inglés: Spirit-realization: realización en el Espíritu), “El Ascenso”. Otro nombre que se le da al proceso mediante el cual la energía del alma regresa de la Materia al Espíritu es sublimación (inglés: sublimation: sublime action: acción sublime) o transmutación. Siendo ya una con el Hijo, el alma experimenta la consumación de este proceso como la ascensión, la unión con el Espíritu de la Presencia YO SOY, el Padre. La ascensión es el cumplimiento en el cielo de la promesa de Jesús en la tierra: “En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros… El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos con él morada.”
La fusión de las energías de la polaridad positiva y negativa de la Divinidad en la creación ocurre a través del Cristo Universal, el Logos sin el cual “nada de lo que es fue hecho”. El flujo de luz del macrocosmos hacia el microcosmos, del Espíritu (la Presencia YO SOY) al alma y de regreso siguiendo la espiral en forma de ocho, se cumple a través de este bendito Mediador que es Cristo, el SEÑOR, la verdadera encarnación del YO SOY EL QUE YO SOY. Ya que Jesús es esa Palabra encarnada, puede decir: “El YO SOY es [el YO SOY en mí es] la Puerta Abierta [al cielo y a la tierra] que ningún hombre puede cerrar”, y “Todo el Poder me es dado [a través del YO SOY en mí] en el cielo y en la tierra”, y también “He aquí, YO SOY [el YO SOY en mí está] vivo por siempre –como Arriba, así abajo– y tiene las llaves del reino de los cielos y las llaves de la muerte y el infierno, y a quienquiera que el Padre quiera yo se las doy, y son dadas en su nombre”. Esto que aún hoy afirma el maestro ascendido Jesucristo también lo afirma para nosotros nuestro Santo Ser Crístico. Así, el Cristo Universal del Hijo único y de los muchos efectivamente mediatiza la Presencia del YO SOY hacia nosotros a través de nuestro propio y amado Santo Ser Crístico. Ésta es la verdadera comunión con el Cristo Cósmico cuyo Cuerpo (Conciencia) fue “partido”, compartido, individualizado para cada hijo del corazón del Padre. Los Hijos de Dios son depositarios de la Máxima Luz para los que aún son criaturitas en Cristo.
El término “Cristo” o “ungido del Cristo” también denota un cargo en la jerarquía que ocupan los que han alcanzado la automaestría en los siete rayos y los siete chakras del Espíritu Santo. La maestría crística incluye equilibrar la llama trina (los atributos divinos de poder, sabiduría y amor) para la armonización de la conciencia y la implementación de la maestría de los siete rayos en los chakras y en los cuatro cuerpos inferiores mediante la Llama de la Madre (la kundalini elevada). En la hora designada para la ascensión, el alma así ungida eleva la espiral de la llama trina desde abajo de los pies, pasando por toda la forma, para la transmutación de todo átomo y célula de su ser, conciencia y mundo. La saturación y la aceleración de los cuatro cuerpos inferiores y el alma mediante esta luz transfiguradora de la llama crística ocurre en parte durante la iniciación de la transfiguración, se incrementa con la resurrección y adquiere plena intensidad durante el ritual de la ascensión.
El Ser Crístico individual, el Cristo personal, es el iniciador de toda alma viviente. Cuando el individuo pasa estas diversas iniciaciones en el sendero de la cristeidad, incluyendo “dar muerte al morador del umbral”, se gana el derecho a que se le llame ungido del Cristo así como hijo o hija de Dios. Hay quienes, en eras pasadas, se ganaron semejante título y comprometieron esa culminación o no lograron manifestarla en encarnaciones subsiguientes. En esta era el Logos los requiere para que manifiesten su maestría divina interna y la perfeccionen en el plano físico mientras están en encarnación física. Por lo tanto, para asistir a los hijos e hijas de Dios en hacer que su manifestación sea conmensurable con su luz interior, los maestros de la Gran Hermandad Blanca han dado sus enseñanzas a través de los maestros ascendidos y de sus mensajeros en este siglo [XX]. Y Saint Germain fundó la Fraternidad de Guardianes de la Llama, a través de la cual envía lecciones mensuales graduadas a los miembros de esta orden, dedicada a guardar la llama de la Vida en todo el mundo. Antes de pasar con éxito las iniciaciones del discipulado, se hace referencia al individuo como hijito de Dios, en contraste con el término “Hijo de Dios”, que denota la plena cristeidad, en la cual el alma, en y como Hijo del hombre, se ha fundido en el Hijo de Dios siguiendo el ejemplo de Jesucristo.
Con la expansión de la conciencia crística, el ungido del Cristo avanza para alcanzar la realización de la conciencia crística en el nivel planetario y es capaz de sostener el equilibrio de la llama crística para las evoluciones del planeta. Cuando logra esto, asiste a los miembros de la jerarquía celestial que prestan su servicio en el cargo de Instructores del Mundo y al Cristo planetario. Véase Gráfica de tu Ser Divino, Jesús.
Juan 1:1-4; 14:20, 23. Cf. Apocalipsis 3:8; Mateo 28:18; Apocalipsis 1:18
El continente isla que se encontraba donde ahora está el océano Atlántico y que se hundió en el cataclismo conocido como el Diluvio de Noé, hace aproximadamente 11,600 años, según cálculos de James Churchward. Platón la describió vívidamente; Edgar Cayce la “vio” y la describió en sus lecturas; Taylor Caldwell la rememora en algunos pasajes de La leyenda de la Atlántida; Otto Muck, fallecido científico alemán, la exploró científicamente y la autentificó, estableciendo la hora y la fecha de su destrucción (por un asteroide que se impactó en el Triángulo de las Bermudas con una fuerza equivalente a treinta mil bombas de hidrógeno), ¡a las 8 pm del 5 de junio de 8498 a.C.! En sus diálogos Platón cuenta que en “la isla de la Atlántida había un gran y maravilloso imperio” que regía África hasta Egipto, Europa hasta Italia y “partes del continente” (se piensa que es una referencia a América, específicamente a América Central, Perú y el valle del Mississippi). Se ha postulado que la Atlántida y las pequeñas islas que la bordeaban al este y al oeste formaban un puente de tierra continuo que iba de América a Europa y África.
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La luz espiritual es la energía de Dios; el potencial del Cristo. Como personificación del Espíritu, el término “Luz” puede utilizarse como sinónimo de los términos “Dios” y “Cristo”. Como esencia del Espíritu es sinónimo de “fuego sagrado”. Es la emanación del Gran Sol Central y de la Presencia YO SOY individualizada, y la Fuente de toda vida. Es lo que enciende la chispa divina, porque la Luz verdadera alumbra a toda manifestación de Dios que debe descender a un mundo oscurecido. El portador de Luz es el que desplaza la Oscuridad, y la Luz de su Presencia YO SOY proviene de los reinos del Día Eterno.
Juan 1:7-9
Dios es un Espíritu y el alma es el potencial vivo de Dios. La petición de libre albedrío que el alma hizo y su consiguiente separación de Dios tuvieron como consecuencia el descenso de este potencial al estado carnal inferior. Sembrada en deshonor, el alma está destinada a elevarse con honores a la plenitud de ese estado divino que es el Espíritu único de toda Vida. El alma puede perderse; el Espíritu no puede morir.
El alma permanece como un potencial que ha caído a niveles más bajos de vibración y de conciencia, y debe ser imbuida de la realidad del Espíritu, purificada por medio de la oración y la súplica y devuelta a la gloria de la cual descendió y a la unidad del Todo. Esta reunión del alma con el Espíritu es el matrimonio alquímico, que determina el destino del ser y lo convierte en uno con la Verdad inmortal. Cumplido este ritual, el Ser superior se corona Señor de la Vida y se descubre que el potencial de Dios realizado en el hombre es el Todo-en-todo.
Maestro ascendido. Junto con Jesús, sirve en el cargo de Instructor del Mundo; anteriormente chohán del segundo rayo; el maestro psicólogo; patrocinador de la juventud; jefe de la orden de los Hermanos y Hermanas del Manto Dorado y del Templo de la Iluminación, en el plano etérico, sobre Cachemira, conocido también como la Catedral de la Naturaleza. El maestro tiene un foco en Shigatsé, Tíbet, donde toca su gran órgano, atrayendo la armonía del cosmos por medio de los fuegos sagrados de su corazón. Con su música celestial, envía sanación y paz a lo largo y ancho del planeta a las almas en transición (especialmente en el momento de la muerte) y las guía a los retiros etéricos de la Gran Hermandad Blanca, para que reciban instrucción en preparación para su siguiente vida terrena. Inspira en arquitectos, poetas y científicos la memoria mística de la armonía de su propia alma con la geometría celestial y el ritmo de las estrellas.
Filipenses 2:5
Muchos de los retiros de los maestros, incluyendo sus escuelas de misterios, estuvieron en el plano físico durante las primeras eras de oro de la tierra e incluso después de la Gran Rebelión y la Caída de los ángeles caídos. Ante la destrucción y la profanación de sus templos, los maestros retiraron sus centros y sus llamas al plano etérico, de ahí el término “retiro”. Después de la ascensión del mensajero Mark L. Prophet el 26 de febrero de 1973, los Señores del Karma dieron otra oportunidad a los hijos de Dios de saldar su karma asistiendo a las clases en los retiros de los siete chohanes, el Maha Chohán y los Instructores del Mundo. El primero de enero de 1986, Gautama Buda y los Señores del Karma respondieron a la petición de los Señores de los Siete Rayos de abrir las universidades del Espíritu que se encuentran en sus retiros etéricos a decenas de miles de estudiantes para proseguir sistemáticamente el camino de la automaestría en los siete rayos. Los estudiantes viajan en su cuerpo sutil durante el sueño y pasan catorce días en el retiro de cada uno de los chohanes y del Maha Chohán. Véase Tabla de los ocho rayos.
“Y así, Sanat Kumara, Gautama, Maitreya, en la sucesión del Cristo Cósmico, han sostenido la Mente de Dios. Y esa Mente, como vuestro Santo Ser Crístico, ejerce presión sobre la tierra con las pisadas de mi llegada” (El Amado Alfa).
Ciclo de iluminación, paz y armonía en el que las almas de la humanidad se fusionan en la Llama del Cristo para el cumplimiento del plan divino, “como Arriba, así abajo”. A través de la convergencia del plano etérico y la capa etérica con los tres vehículos inferiores del cuerpo planetario y sus evoluciones, el reino de los cielos se manifestará en la tierra tal como ya existe ahora en la octava etérica. Véase cuerpo etérico.
“Era de oro significa una era basada en el patrón oro –el patrón del oro de la conciencia crística, de la regla de oro, del oro como luz del sol precipitada para el equilibrio de la mente y de las emociones y para el flujo de la vida incluso en el plano físico” (Dios del Oro).
Mapa de Lemuria de El continente perdido de Mu, por James Churchward (1927). Este mapa basado en lecturas de antiguos textos que hizo Churchward muestra el continente de Lemuria como era antes de su destrucción final. |
(sánscrito: “acto, acción, obra”). El karma es energía/conciencia en acción; la ley de causa y efecto y retribución. Llamada también ley del círculo, que decreta que cualquier cosa que hagamos completará un círculo y regresará a nuestra puerta para resolución. Pablo dijo: “Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.” Newton observó: “Para toda acción hay una reacción igual y opuesta.” La ley del karma requiere que el alma reencarne hasta que todos los ciclos kármicos se hayan saldado. Así, de una vida a la siguiente el hombre determina su destino por sus acciones, incluyendo sus pensamientos, sentimientos, palabras y obras. Saint Germain enseña el sendero acelerado de la transmutación del karma con la llama violeta del Espíritu Santo y trascendiendo las rondas de renacimiento a través del sendero de la cristeidad individual que conduce a la ascensión demostrada por Jesús.
Gálatas 6:7
La Tercera Persona de la Trinidad; la omnipresencia de Dios; las lenguas hendidas de fuego que focalizan a Dios Padre-Madre, también llamado el fuego sagrado; las energías de Vida que animan a un cosmos. En la Trinidad hindú de Brahma, Vishnu y Shiva, el Espíritu Santo corresponde a Shiva, conocido como el Destructor-Liberador porque su amor que todo lo consume, cuando se invoca en los planos de la Materia, ata a las fuerzas del mal y transmuta la causa y el efecto de las creaciones erróneas de los hombres, liberándolos de la prisión de su karma y de los seres oscuros que la habitan. El prana es la esencia del Espíritu Santo que ingerimos con el aliento del fuego sagrado a través de los chakras para nutrir a los cuatro cuerpos inferiores. El Espíritu Santo es el foco del equilibrio del Dios Padre-Madre en el núcleo de fuego blanco del ser. El exorcismo de los espíritus malignos y de las entidades impuras se realiza mediante el fuego sagrado del Espíritu Santo, en el nombre del Cristo y del YO SOY EL QUE YO SOY. Los nueve dones del Espíritu Santo son poderes que se otorgan a los siervos del Señor para atar a la muerte y el infierno y realizar Sus obras en la tierra.
La Persona y la Llama del Espíritu Santo es el Consolador que Jesús prometió que vendría cuando nuestro Señor nos dejara –a iluminarnos, a instruirnos y a hacernos recordar todas las cosas que el amado Jesús nos ha enseñado, tanto en la tierra como en el cielo. Cada vez que un hijo o hija de Dios asciende a la Presencia del YO SOY EL QUE YO SOY, el Espíritu Santo desciende para llenar el vacío y magnificar la Presencia del Señor en la tierra. Es éste el ritual del descenso del Espíritu Santo prometido por Jesús a sus discípulos cuando el Maestro dijo: “Permaneced en la ciudad de Jerusalén hasta que seáis dotados del poder de las alturas”, cosa que ocurrió en Pentecostés después del ascenso de Jesús al cielo.
El representante de la llama del Espíritu Santo para las evoluciones de la tierra es el maestro ascendido que ocupa el cargo de Maha Chohán . El Espíritu Santo es la Personalidad Impersonal de la Divinidad y está ubicada en el lado occidental de la Ciudad Cuadrangular. Véase Gráfica de tu Ser Divino.
1 Corintios 12:4-11; Juan 14:16, 26; 16:7; Lucas 24:49, 51; Marcos 16-19; Hechos 2:1-4
cósmica. La cadena universal de seres libres en Dios individualizados que cumplen con los atributos y los aspectos de la infinita Individualidad de Dios. Dentro del esquema de la jerarquía cósmica están los Logos Solares, los Elohim, los Hijos e Hijas de Dios, maestros ascendidos y maestros no ascendidos con sus círculos de chelas, seres cósmicos, las doce jerarquías solares, arcángeles y ángeles del fuego sagrado, hijos de la luz, espíritus de la naturaleza (los elementales) y llamas gemelas de la polaridad de Alfa y Omega que patrocinan sistemas planetarios y galácticos.
Esta orden universal de la propia Auto-Expresión del Padre es el medio por el cual Dios, en el Gran Sol Central, desacelera la Presencia y el poder de Su ser/conciencia universal para que las evoluciones sucesivas en el tiempo y el espacio, de la más pequeña a la más grande, puedan llegar a conocer el milagro de Su amor. El nivel de realización espiritual/física de un individuo –medida por la autopercepción equilibrada, “oculta con el Cristo en Dios”, y que con Su amor demuestra Su Ley en el cosmos del Espíritu y la Materia– es el criterio que establece dónde está colocado el individuo en la escala de la vida llamada jerarquía.
En el siglo III, Orígenes de Alejandría describió su concepción de una jerarquía de seres que va de los ángeles a los seres humanos, a los demonios y las bestias. El conocido erudito y teólogo de la Iglesia primitiva, que expuso la piedra angular de la doctrina de Cristo, y sobre cuyas obras los subsiguientes padres de la Iglesia, doctores y teólogos edificaron sus tradiciones, enseñaba que a las almas se les asignan sus respectivos cargos y deberes con base en acciones y méritos pasados, y que cada una tiene la oportunidad de subir o de bajar de rango. Muchos seres de la jerarquía celestial están nombrados en el libro del Apocalipsis. Aparte de la falsa jerarquía del Anticristo, que incluye a los ángeles expulsados, algunos de los miembros de la Gran Hermandad Blanca enlistados por Jesús son Alfa y Omega, los siete Espíritus, los ángeles de las siete iglesias, los Veinticuatro Ancianos, las cuatro bestias, los santos vestidos de blanco, los Dos Testigos, el Dios de la Tierra, la Mujer vestida del Sol y su Niño-Hombre, el arcángel Miguel y sus ángeles, el Cordero y su esposa, los ciento cuarenta y cuatro mil que llevan el nombre del Padre escrito en la frente, el ángel del Evangelio Eterno, los siete ángeles (esto es, los arcángeles de los siete rayos) parados delante de Dios, el ángel vestido de nube y con un arco iris sobre la frente, los siete truenos, El Fiel y Verdadero y sus ejércitos, y aquel que estaba sentado en el gran trono blanco. Véase Elohim.
Las huestes seráficas. La orden de ángeles consagrada a focalizar la llama de la pureza y la conciencia de la pureza delante del trono de Dios, en los anillos electrónicos de fuego del Gran Sol Central, y a lo largo y ancho del cosmos en los planos del Espíritu y de la Materia. Justinius es el Capitán de las Bandas Seráficas. A su mando sirven al altar de Dios en el Gran Sol Central, a la llama de la ascensión y en el Templo de la Ascensión en Luxor. Serapis Bey, el jerarca del Templo de la Ascensión y chohán del cuarto rayo, perteneció originalmente a la orden de los serafines. Isaías vio “serafines” (hebreo:“quemadores”, “los que se queman”) de pie encima del trono del SEÑOR, cada uno con seis alas: “Con dos cubrían sus rostros [delante de la gloria del SEÑOR], y con dos cubrían sus pies [en reverencia a la santidad del SEÑOR], y con dos volaban [aceleraban su vibración a los planos del Gran Sol Central y desaceleraban a los planos de la fisicalidad y de la forma].”
Los serafines son iniciadores de los siervos del SEÑOR en la tierra, purgando y purificando a los escogidos para devenir sus siervos ministrantes: sacerdotes, profetas, mensajeros, etc. El mismo Isaías recibió las iniciaciones seráficas, que describe vívidamente: “Y voló hacia mi uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas: y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado.”
Serapis Bey describe su visión de los serafines en Actas sobre la ascensión:
[Los maestros ascendidos utilizan continuamente la palabra momentum en sus enseñanzas, con el significado original del término, que en inglés es “la fuerza del movimiento [motion] adquirida por un objeto en movimiento [moving] como resultado de la prolongación de [dicho] movimiento [motion]” (traducido de Webster Third International Dictionary).
La palabra momentum en latín significa “movimiento” y fue usada por el físico y matemático Isaac Newton (1643-1727) para describir un cuerpo en movimiento. El latín era la lengua de uso en las universidades europeas a la sazón. Hoy este concepto se llama “movimiento lineal” o “momento lineal”. Se representa por una p y su fórmula es p = m * v, donde m = masa, v = velocidad. Cuando damos un impulso a un objeto, éste empieza a moverse. La Primera Ley del Movimiento de Newton dice que si se retira el impulso el objeto sigue moviéndose a una velocidad constante. Para parar el objeto hay que aplicar una fuerza. Mientras más pesado el objeto (más masa), más fuerza se requiere para detenerlo. Asimismo, mientras más rápido va el objeto (más velocidad), más difícil resulta detenerlo.
La palabra momentum es una deformación de movimentum, formada por el verbo movere (“mover”) y el sufijo -entum, equivalente a -ento en español, que en este caso indica estado físico.
Podría traducirse por “momento”, pero para evitar confusión con el significado más común de este término (un instante de tiempo) hemos dejado siempre “moméntum” en nuestras traducciones. Es el equivalente de lo que algunos traducen por "impulso acumulado".]
Al estudiar estos reinos de la jerarquía también aprendemos algo acerca de cómo aplicamos la llama que está en nuestro corazón. Aprendemos, entonces, que es la energía del rayo azul, el impulso [thrust] del poder, la que da ímpetu [impetus] a la idea contenida en la mente de Dios. Sin ese impulso de energía, la idea carece de moméntum [momentum]. Es como la flecha lanzada desde el arco. Es la energía para estirar la cuerda hacia atrás la que da moméntum a la flecha que es la idea de Dios dirigiéndose a la manifestación.
La llama del Cristo, la chispa de la vida que arde en la cámara secreta del corazón de los hijos e hijas de Dios. La sagrada trinidad de poder, sabiduría y amor que es la manifestación del fuego sagrado. Véase Gráfica de tu Ser Divino.