Pablo el Veneciano es el del tercer rayo del amor divino. Es el jerarca del , su retiro, que se encuentra en el sobre el sur de Francia, a orillas del río Ródano. Pablo patrocina la cultura de los para esta era y trabaja con todos aquellos que deseen producir esa cultura para la humanidad. La cultura de los maestros ascendidos supone la piedra angular de la pirámide de la ; porque ellos han dicho que a través de esa cultura la humanidad responderá a las verdades espirituales y a las enseñanzas de la .
En los tiempos de la Pablo prestó servicio en el Gobierno como director de los asuntos culturales. Antes de que se hundiera el continente, estableció un foco de la llama de la libertad en Perú, lo cual dio ímpetu a la cultura, belleza y riqueza de la civilización inca. Encarnó en el imperio inca como un artista que utilizó unas pinturas que no perdían el color (una maestría que volvió a demostrar en su última encarnación). Gracias al enorme que produjo, la civilización inca floreció.
Después, Pablo encarnó en Egipto como maestro de arquitectura esotérica y trabajó de cerca con , entonces un maestro de cantería, en la época de la construcción de las pirámides.
Su última encarnación fue la de Pablo Veronés, uno de los principales artistas de la escuela veneciana del siglo XVI. Nacido en Verona (Italia) como Paolo Cagliari en 1528, obtuvo renombre de joven como pintor talentoso gracias a su preparación inicial como artista. A la edad de veinticinco años fue recibido en Venecia como maestro de su arte. El esplendor palaciego de esta ciudad, sus perlas y sedas de Oriente, sus elegantes tapices y brocados, enriquecieron su obra, que se elevó a las alturas de la excelencia decorativa.
Las ornamentaciones de Veronés pronto lo llevaron a realizar dramáticos experimentos con colores nuevos. En su búsqueda de la belleza, se liberó de los apagados marrones y grises de sus predecesores, modelando con plena luz, haciendo que sus ya elegantes figuras fueran iridiscentes y casi transparentes. Desarrolló brillantes colores pastel azul celeste, coral, perla, lila y amarillo limón que fascinaron a sus clientes. Le encantaban los colores contrastantes intensos y vivos, y combinó tonos que jamás se habían usado anteriormente: rubí y un verde intenso aterciopelado, rosa y esmeralda, aguamarina y violeta.
Como queriendo destacar que la verdadera belleza dura para siempre, Veronés buscó y descubrió una técnica de preparación de pigmentos que no tiene igual a la hora de conservar la pintura. Sus magníficos colores aún brillan intensamente hoy día cuando se los compara con los techos apagados de la Capilla Sixtina e incluso los frescos de Tiepolo, en estado de deterioro, pintados dos siglos después.
Veronés fue un revolucionario espiritual que libró batalla contra las fuerzas opuestas a la vida en las artes. Consideraba la belleza como el más poderoso catalizador para la iluminación, y dotó a las figuras de , los apóstoles y los santos con expresiones realistas. Al asociarlos con lugares y cosas de fácil identificación, los puso al alcance de la gente corriente. El maestro trascendió los tradicionales aspectos planos, lúgubres y sin vida del arte medieval. Sus escenas bíblicas y temas históricos, festivales y desfiles estaban ejecutados con alegría y grandiosidad arrolladora.
Ilustró los pasos de la iniciación en el sendero de la y fue prolífico pintando el martirio de los santos. Su obra más impresionante es la enorme pintura Bodas de Caná, que se encuentra en el Louvre. Entre sus otras pinturas están La tentación de San Antonio, Coronación de la Virgen, Deposición de la cruz, Cena en Emaús, La Sagrada Familia y Resurrección de Lázaro, representando cada una de ellas una importante iniciación en la Cristeidad.
En una ocasión fue convocado ante el tribunal de la Inquisición bajo sospecha de herejía por las “irreverencias” en su cuadro La Última Cena, que tenía un enano, un loro, guardias con armaduras alemanas, perros y un bufón. Veronés defendió firmemente el derecho del artista a su libertad de imaginación. El tribunal halló una solución sugiriendo que se le cambiara el nombre a la pintura por Fiesta en la casa de Leví.
En 1588 Pablo contrajo fiebre y, tras estar enfermo unos días, murió el 9 de abril. Su hermano y sus hijos lo mandaron enterrar en San Sebastiano, donde se colocó un busto sobre su tumba. Realizó la ascensión desde el Château de Liberté el 19 de abril de 1588.
Allí, en el Château, ya había comenzado, antes de ascender, la más majestuosa de sus obras, conocida como “La Santa Trinidad”. El Padre celestial está representado como una majestuosa figura, la imagen de Jesús representa el Hijo, y una impresionante paloma blanca, con una envergadura de nueve pies denota el Espíritu Santo. El lienzo posee una distinción sin precedentes al transmitir las vibraciones de las dos dimensiones de actividad, la terrenal y la celestial, en las que Pablo estaba tan interesado, pues el lienzo se terminó después de su ascensión. Debajo de la pintura “La Santa Trinidad” Pablo ha inscrito con letras doradas: “El perfecto amor echa fuera el temor”.
Pablo el Veneciano es un ser majestuoso de 1.95 m de estatura. Es de bello semblante, con ojos azules intensos y el cabello dorado y ondulado. Va normalmente ataviado de terciopelo verde esmeralda. Al ser nativo del planeta Venus, donde los habitantes son maestros de la Llama y, por tanto, irradian armonía y amor divino, la natural herencia de Pablo es belleza y elegancia, diplomacia y tacto. Su voz es melodiosa y amable, llevando consuelo y paz a todos quienes entran en contacto con su .
El maestro ascendido Pablo el Veneciano es un gran instructor del sendero del amor. Siente devoción por la belleza, la perfección del mediante la compasión, la paciencia, la comprensión, la autodisciplina y el desarrollo de las facultades intuitivas y creativas del corazón mediante la alquimia del sacrificio, la abnegación y la renuncia. Inicia el del corazón y nos prepara en lo relativo al don del discernimiento de espíritus, el discernir del bien y el mal, la luz y la sombra y los delicados matices de todas nuestras creaciones hermosas. El discernimiento es una verdadera sensibilidad interior de unos hacia otros.
El retiro de Pablo, el Château de Liberté, tiene un equivalente físico en un castillo actualmente propiedad de una familia francesa. En el nivel , el retiro contiene aulas con pinturas y obras de arte de todas las clases y de todas las épocas, razas y culturas, así como talleres para músicos, escritores, escultores y estudiantes de canto. Allí los maestros presentan nuevas técnicas en todos los campos del arte.
Actualmente Pablo el Veneciano da clases en el Templo del Sol, el retiro etérico sobre Manhattan de la , que es la Madre espiritual de Pablo y el que hay detrás de la Estatua de la Libertad y que lleva ese nombre debido a su completa identificación con la conciencia Divina de la libertad. Ella fue quien por primera vez consagró la llama de la libertad en la Tierra y, justo antes del hundimiento de la Atlántida, la transportó desde su entonces físico Templo del Sol al Château de Liberté.
Fue la Diosa de la Libertad quien inspiró la idea de la Estatua de la Libertad como regalo del pueblo de Francia al de los Estados Unidos, que fue dedicado en la Isla de Bedloe el 28 de octubre de 1886. Como símbolo de su amistad y más, supuso la extensión del arco de la libertad desde Château de Liberté hasta el Templo del Sol, con la finalidad de que los descendientes de la Atlántida reencarnados en sus puertas de Oriente y de Occidente (en Francia y en los Estados Unidos) sostuvieran en alto su antorcha hasta que la cultura de la Libertad volviera a aparecer en una era de oro fundada sobre la llama trina equilibrada y expandida en el corazón del pueblo amante de la libertad de estas naciones hermanas.
Setenta y seis años después, en un dictado dado en la Ciudad de Washington el 30 de septiembre de 1962, el maestro ascendido K-17 anunció el otorgamiento de otro regalo de Francia a América, esta vez por parte de Pablo el Veneciano:
Ha tenido lugar una sesión hermosa y maravillosa en el retiro de Chananda, en la India, y el amado Pablo el Veneciano ha tomado una decisión, por la cual hoy se ha transferido desde su retiro, en Francia, a las once, hora vuestra, el pleno latido de la llama de la libertad.
Esta llama se colocó permanentemente dentro del campo energético del Monumento a Washington; y los latidos de la llama de la libertad quieren adornar el corazón de América como un regalo de la Hermandad y del corazón del amado Pablo el Veneciano...
El regalo es entregado como un tesoro desde el corazón de Francia, desde el Gobierno espiritual de Francia al Gobierno espiritual de los Estados Unidos... La llama de la libertad es un regalo de mayor magnitud que el anterior regalo de Francia, la Estatua de la Libertad, que fue un tributo a ese gran ser, la Diosa de la Libertad. Es incomparable, porque la propia llama penetrará en la estructura del monumento, elevándose a gran altura por encima de él. Y todos los que lo visiten, incluso sin que lo sepan, serán infundidos con los latidos de la llama de la libertad dentro del corazón de los Estados Unidos.
La humanidad encarnada que presta servicio en las artes asiste a los retiros de Pablo el Veneciano para recibir enseñanza en todas las artes; y mediante su servicio, aprenden a equilibrar y expandir la llama trina del corazón. Pablo explica que la finalidad del arte siempre es la de realzar el amor de .
En el retiro de Pablo el Veneciano estudió Norman Rockwell, pintor e ilustrador estadounidense (1894-1978). Pablo habla de cómo le instruyó:
Recuerdo cuando Norman Rockwell acudió a mí en los niveles internos para estudiar en mi retiro etérico. Y recuerdo cómo le aconsejé que mostrara el Cristo en el pueblo estadounidense, en escenas cotidianas de humor, humildad, emoción, unión, heroísmo. Y todo eso ha sido atesorado, recordado y valorado mucho porque algo del espíritu de la imagen Crística que se ha convertido en una imagen de los Estados Unidos se reflejó en su obra.
Un artista único, dedicado a las cualidades inherentes y la identidad del individuo. Tal como era la percepción que tenía del Cristo, así era su pintura un captar momentos únicos. Podríais examinar esa obra y veríais en cada pintura cuál es el tenue brillo, ya sea grande o leve, de algún aspecto del individuo que quiere llegar al Yo Superior.
El maestro ascendido Pablo el Veneciano dice:
YO SOY Pablo el Veneciano. Pinto sobre lienzo en los éteres. Grabo en cristal, esculpo, moldeo la arcilla. Forjo todas las cosas físicas y muchas sustancias desconocidas para vosotros que hay en las octavas superiores. ¿Con qué fin? Con el fin de mostrar un imagen cada vez más reveladora y exquisita del Cristo, el Cristo que aparece en los niños, en la gente de todas las procedencias...
¿Es de extrañar que deploremos el arte caótico y abstracto que no tiene ningún grado de unidad? Ese arte también representa cierta infertilidad y una ausencia de esa cualidad de luz en el individuo. En el arte moderno se puede ver anarquía debido a una ausencia de dimensión, una ausencia de armonía o focalización.
El arte moderno entra en el . Consecuentemente, tanto si el artista está influenciado por la marihuana o por otras sustancias como si no, el arte representado en el diseño de tejidos, la decoración de pared, los estilos de ropa seconvierte en una matriz que es capaz o incapaz de contener alguna medida de proporción Crística. Cuando el arte y el sentido del arte de la gente titubean, las imágenes del Cristo retroceden.
Es poco habitual encontrar en este período una obra de arte que provenga de la octava etérica... ¿Dónde aprenderán vuestros líderes a lidiar con los invasores de las mentes de las naciones? Aprenderán de las escuelas, ciudades y retiros etéricos. ¿Cómo llegarán allí si no contienen el cristal que se convierte en el imán y una estrella a seguir cuando el alma sale del cuerpo durante el sueño?
A menos que es y devotos de luz los acompañen, no tendrán ninguna idea nueva, ningún medio de resolución. Sin la armonía interior, que es la hija directa del amor perfecto, no hay solución para el terror interior ni la amenaza de guerra nuclear. Y mientras que el aborto me parece el acto supremo contrario al arte, este engendra la dureza que año tras año tiene una menguante sensibilidad hacia el arte de los ángeles y el arte de Dios, quien hizo la imagen perfecta a partir de la cual fuisteis esculpidos en barro.
Así, amados, en medio de las circunstancias internacionales más tensas es necesario retirarse en la contemplación de la belleza divina y la música de las esferas, recordar que los componentes de la creación son sonido y que ese sonido forma un patrón que es una armonía divina y que esa armonía divina se puede representar en la arquitectura, en la vida, en los utensilios cotidianos como la cerámica. Las cosas que utilizáis y de las que os rodeáis se convierten en un foco del flujo de la atención.
El arte no es un tema en el que se centren muy a menudo nuestros discursos, pues hay necesidades tan apremiantes, necesidades apremiantes del momento para la victoria de Saint Germain. Traigo mi ingrediente de amor en esta hora como una ofrenda al Niño Cristo, a aquel que, tan amado, he anhelado tanto pintar en el sentido supremo y lo he hecho lo mejor que he sabido en la octava etérica.
El maestro Pablo también ha hablado de su propia obra cuando era Pablo Veronés:
Ahora os hablo debido a algunos de los lienzos que creé. Hubo ocasiones en las que me sentí obligado, por la necesidad de ganarme la vida, a crear en lienzo algún objeto maravilloso con el fin de que la humanidad pudiera glorificarse en él. Sin embargo, fui empujado, en un sentido, hacia un estado meditativo por el que podía crear a voluntad una obra maestra para descubrir que, habiéndola creado, la chispa inspiradora no estaba presente. Y descubrí que no podía ser invocada. Descubrí que cuando más lo intentaba, más difícil se volvía la decisión de lo que podía pintar, pues no podía pintar algo corriente. Debía ser emotivo y magnífico. En consecuencia, es por esto que entiendo tan bien cómo el corazón de los hombres, en varios momentos, cuando el cruce de caminos de la vida parece particularmente difícil, se queda asombrado y sorprendido pensando en qué camino tomará.
Amados, en momentos así, yo mismo, viendo que me bloqueaba, dejaba de oponer resistencia a ese estado; y no con una sensación de indiferencia, actitud distante o desesperación sino con un sentido de comprensión de que Dios obra de formas extrañas, misteriosas y maravillosas para realizar su voluntad. Decidía cesar y desistir en la lucha y descansar en su compasiva conciencia, sabiendo que, con las mareas del tiempo, hallaría una respuesta a la cuestión de la búsqueda y la exploración del momento.
Y entonces, mi paz llegaba en grandes olas fluctuantes. Y con la llegada de mi paz y mi quietud, se restablecía un contacto entre mi persona y esos divinos seres maestros que animaban en mis pinturas la mismísima esencia de su propia vida. Mis amigos angélicos de luz —esos mensajeros de esperanza que guiaban mi mano en su trabajo y arte— eran capaces de expresar, pues, en el sereno control muscular aquello que nunca podían cuando las tensiones del momento cobraban su precio a mi cuerpo mortal.
Por eso insto a todos los estudiantes a que se den cuenta de que hay momentos para la tensión y momentos para la relajación; hay momentos en los que rezar y momentos en los que esperar; hay momentos para la devoción y momentos para el reposo en la devoción de Dios.
Quisiera recordar a todos los que están aquí que, después de verter todo vuestro amor hacia Dios —según la capacidad de vuestra alma— es el momento en que debéis esperar, expectantes, recibir de vuelta el amor de Dios. Es como si os llegara un vacío, porque lo habéis dado todo; y entonces ese todo os vuelve cargado con su amor. El amor de Dios fluye en poderosas olas, arrollándoos como el quebrar del mar contra los arrecifes del ser. Y la espuma intriga a vuestra conciencia cuando sus olas de muchos patrones despliegan numerosísimas y maravillosas rociadas de belleza.
El amado maestro Pablo ha prometido una importante iniciación a quienes lleguen llamando a la puerta de su retiro del sur de Francia, listos para un mayor incremento de la llama del amor:
Os llevaré de la mano y os enseñaré mi castillo. Os mostraré las obras de arte que han producido chelas ascendidos y no ascendidos. Y pasaremos por muchas salas, y al final os llevaré a la sala donde está colgado ese marco. En algunos casos será un marco vacío; en otras tendrá en él un lienzo. Será vuestro marco, el marco de vuestra identidad esperando a que produzcáis el ingenio de vuestra alma. Y cuando veáis ese marco, si estuviera vacío, lo querréis llenar.
Y así, os llevaré a ese sitio, “El Atelier”, donde podéis trabajar con otros artesanos que están aprendiendo el arte del amor vivo mediante la disciplina de la mano y la de la expresión, para que podáis dibujar la imagen de vuestra propia perfección Crística. Y cuando sea lo mejor que podáis ofrecer, se colocará en vuestro marco.
Y cuando regreséis ante ese marco tras muchos meses de depuración y auto purificación, indudablemente diréis: “Amado Pablo, ¿puedo disponer de otra oportunidad para expresar mi Cristeidad, para dibujar la imagen de mí mismo? Porque he percibido un nuevo aspecto de esa imagen y quisiera que eso, mi mejor ofrenda, se colocara ahora en mi marco”. Y, por supuesto, dispondréis de la oportunidad.
La de Pablo el Veneciano es la maestra ascendida , la Diosa de la Belleza. Ascendió en 1995 a la edad de ochenta y ocho años y presta servicio con Pablo en el Templo del Sol.
Usted puede rezar a Pablo el Veneciano pidiendo ayuda en el desarrollo de su chakra del corazón y la llama trina del corazón así como para producir la imagen de la conciencia Crística en su vida. Pídale que patrocine el verdadero arte de la y que acompañe a los artistas de todas clases para producir la conciencia del Cristo.
La nota clave de Pablo el Veneciano es “I Love You Truly”, de Carrie Jacobs-Bond.
© Summit University Press
I Love You Truly
En verdad te amo
I love you truly, truly, dear
Life with its sorrow, life with its tear
Fades into dreams when I feel you are near
For I love you truly, truly, dear.
En verdad, en verdad te amo, querida.
La vida con sus penas, la vida con sus lágrimas
se desvanece en sueños cuando siento que estás cerca,
porque en verdad, en verdad te amo, querida.
Ah! love, 'tis something to feel your kind hand
Ah! yes, 'tis something by your side to stand
Gone is the sorrow, gone doubt and fear
For you love me truly, truly, dear.
¡Ah! amor, es algo especial sentir tu dulce mano.
¡Ah! sí, es algo especial estar a tu lado.
No más sufrimiento, no más duda ni temor,
porque tú en verdad, en verdad me amas, querida.
I love you truly, truly, dear
Life with its sorrow, life with its tear
Fades into dreams when I feel you are near
For I love you truly, truly, dear.
En verdad, en verdad te amo, querida.
La vida con sus penas, la vida con sus lágrimas
se desvanece en sueños cuando siento que estás cerca,
porque en verdad, en verdad te amo, querida.
© The Summit Lighthouse
Es el retiro del maestro ascendido Pablo el veneciano , tiene un equivalente físico en un castillo actualmente propiedad de una familia francesa. En el nivel etérico, el retiro contiene aulas con pinturas y obras de arte de todas las clases y de todas las épocas, razas y culturas, así como talleres para músicos, escritores, escultores y estudiantes de canto. Allí los maestros presentan nuevas técnicas en todos los campos del arte.
El reino de los cielos. El plano más elevado en la dimensión de la Materia; plano tan concreto y real (y más todavía) que el plano físico pero que se experimenta a través de los sentidos del alma en una dimensión y una conciencia más allá de la percepción física. El plano en que los registros akáshicos de la evolución completa de la humanidad se plasman individual y colectivamente. Es el mundo de los maestros ascendidos y sus retiros, ciudades etéricas de luz donde las almas de un orden mayor de evolución moran entre una encarnación y otra. Es el plano de la realidad libre de la sociedad sórdida, pecaminosa y enferma que los hombres y los demonios han conformado en los planos terrenales. Aquí la era de oro está en curso. El Amor es la plenitud de la Presencia de Dios por doquier, y los ángeles y los elementales, junto con los niños de Dios, sirven en armonía para manifestar el reino del Cristo en la Era Universal, por los siglos de los siglos. Como tal, es el plano de transición entre los reinos terrenal/celestial y el reino de Dios, el Espíritu, o Absoluto.
El plano etérico inferior se traslapa con los cinturones astral, mental y físico. Está contaminado por estos mundos inferiores ocupados por la falsa jerarquía y la conciencia de masas que ésta controla, incluidas sus matrices y emociones (inglés: e-motions = energies in motion, “energías en movimiento”).
Filipenses 2:5
Ciclo de iluminación, paz y armonía en el que las almas de la humanidad se fusionan en la Llama del Cristo para el cumplimiento del plan divino, “como Arriba, así abajo”. A través de la convergencia del plano etérico y la capa etérica con los tres vehículos inferiores del cuerpo planetario y sus evoluciones, el reino de los cielos se manifestará en la tierra tal como ya existe ahora en la octava etérica. Véase cuerpo etérico.
“Era de oro significa una era basada en el patrón oro –el patrón del oro de la conciencia crística, de la regla de oro, del oro como luz del sol precipitada para el equilibrio de la mente y de las emociones y para el flujo de la vida incluso en el plano físico” (Dios del Oro).
El continente isla que se encontraba donde ahora está el océano Atlántico y que se hundió en el cataclismo conocido como el Diluvio de Noé, hace aproximadamente 11,600 años, según cálculos de James Churchward. Platón la describió vívidamente; Edgar Cayce la “vio” y la describió en sus lecturas; Taylor Caldwell la rememora en algunos pasajes de La leyenda de la Atlántida; Otto Muck, fallecido científico alemán, la exploró científicamente y la autentificó, estableciendo la hora y la fecha de su destrucción (por un asteroide que se impactó en el Triángulo de las Bermudas con una fuerza equivalente a treinta mil bombas de hidrógeno), ¡a las 8 pm del 5 de junio de 8498 a.C.! En sus diálogos Platón cuenta que en “la isla de la Atlántida había un gran y maravilloso imperio” que regía África hasta Egipto, Europa hasta Italia y “partes del continente” (se piensa que es una referencia a América, específicamente a América Central, Perú y el valle del Mississippi). Se ha postulado que la Atlántida y las pequeñas islas que la bordeaban al este y al oeste formaban un puente de tierra continuo que iba de América a Europa y África.
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[Los maestros ascendidos utilizan continuamente la palabra momentum en sus enseñanzas, con el significado original del término, que en inglés es “la fuerza del movimiento [motion] adquirida por un objeto en movimiento [moving] como resultado de la prolongación de [dicho] movimiento [motion]” (traducido de Webster Third International Dictionary).
La palabra momentum en latín significa “movimiento” y fue usada por el físico y matemático Isaac Newton (1643-1727) para describir un cuerpo en movimiento. El latín era la lengua de uso en las universidades europeas a la sazón. Hoy este concepto se llama “movimiento lineal” o “momento lineal”. Se representa por una p y su fórmula es p = m * v, donde m = masa, v = velocidad. Cuando damos un impulso a un objeto, éste empieza a moverse. La Primera Ley del Movimiento de Newton dice que si se retira el impulso el objeto sigue moviéndose a una velocidad constante. Para parar el objeto hay que aplicar una fuerza. Mientras más pesado el objeto (más masa), más fuerza se requiere para detenerlo. Asimismo, mientras más rápido va el objeto (más velocidad), más difícil resulta detenerlo.
La palabra momentum es una deformación de movimentum, formada por el verbo movere (“mover”) y el sufijo -entum, equivalente a -ento en español, que en este caso indica estado físico.
Podría traducirse por “momento”, pero para evitar confusión con el significado más común de este término (un instante de tiempo) hemos dejado siempre “moméntum” en nuestras traducciones. Es el equivalente de lo que algunos traducen por "impulso acumulado".]
Al estudiar estos reinos de la jerarquía también aprendemos algo acerca de cómo aplicamos la llama que está en nuestro corazón. Aprendemos, entonces, que es la energía del rayo azul, el impulso [thrust] del poder, la que da ímpetu [impetus] a la idea contenida en la mente de Dios. Sin ese impulso de energía, la idea carece de moméntum [momentum]. Es como la flecha lanzada desde el arco. Es la energía para estirar la cuerda hacia atrás la que da moméntum a la flecha que es la idea de Dios dirigiéndose a la manifestación.
Dios es un Espíritu y el alma es el potencial vivo de Dios. La petición de libre albedrío que el alma hizo y su consiguiente separación de Dios tuvieron como consecuencia el descenso de este potencial al estado carnal inferior. Sembrada en deshonor, el alma está destinada a elevarse con honores a la plenitud de ese estado divino que es el Espíritu único de toda Vida. El alma puede perderse; el Espíritu no puede morir.
El alma permanece como un potencial que ha caído a niveles más bajos de vibración y de conciencia, y debe ser imbuida de la realidad del Espíritu, purificada por medio de la oración y la súplica y devuelta a la gloria de la cual descendió y a la unidad del Todo. Esta reunión del alma con el Espíritu es el matrimonio alquímico, que determina el destino del ser y lo convierte en uno con la Verdad inmortal. Cumplido este ritual, el Ser superior se corona Señor de la Vida y se descubre que el potencial de Dios realizado en el hombre es el Todo-en-todo.
Hay cinco chakras menores correspondientes a los cinco rayos secretos y un total de 144 centros de luz en el cuerpo del hombre. Véase Tabla de los chakras , El aura humana II, de Djwal Kul.
(griego: Christos, “ungido”). Mesías (hebreo y arameo: “ungido”); “el Ungido”, aquel que es investido e infundido o ungido de la luz (el Hijo) de Dios. La Palabra, el Logos, la Segunda Persona de la Trinidad: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad… Aquél era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre que viene al mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por él y el mundo no le conoció.” En la Trinidad hindú de Brahma, Vishnu y Shiva, el término “Cristo” corresponde a la encarnación de Vishnu, el Preservador; avatara, hombre Dios, el que despeja la oscuridad, guru.
El Cristo Universal es el mediador entre los planos del Espíritu y los planos de la Materia; personificado como el Santo Ser Crístico, es el mediador entre el Espíritu de Dios y el alma del hombre. El Cristo Universal sostiene el nexo (el flujo en forma de ocho) de la conciencia a través del cual las energías del Padre (Espíritu) pasan a sus hijos para la cristalización (inglés: Christ-realization: realización crística) de la Llama de Dios por el esfuerzo de su alma en el vientre cósmico (la matriz) de la Madre (Materia). A este proceso se le llama materialización (inglés: Mater-realization: realización en la Materia), “El Descenso”. El proceso por el cual las energías de la Madre aglutinadas en el alma pasan a través del nexo de la conciencia crística hacia el Padre es la aceleración llamada espiritualización (inglés: Spirit-realization: realización en el Espíritu), “El Ascenso”. Otro nombre que se le da al proceso mediante el cual la energía del alma regresa de la Materia al Espíritu es sublimación (inglés: sublimation: sublime action: acción sublime) o transmutación. Siendo ya una con el Hijo, el alma experimenta la consumación de este proceso como la ascensión, la unión con el Espíritu de la Presencia YO SOY, el Padre. La ascensión es el cumplimiento en el cielo de la promesa de Jesús en la tierra: “En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros… El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos con él morada.”
La fusión de las energías de la polaridad positiva y negativa de la Divinidad en la creación ocurre a través del Cristo Universal, el Logos sin el cual “nada de lo que es fue hecho”. El flujo de luz del macrocosmos hacia el microcosmos, del Espíritu (la Presencia YO SOY) al alma y de regreso siguiendo la espiral en forma de ocho, se cumple a través de este bendito Mediador que es Cristo, el SEÑOR, la verdadera encarnación del YO SOY EL QUE YO SOY. Ya que Jesús es esa Palabra encarnada, puede decir: “El YO SOY es [el YO SOY en mí es] la Puerta Abierta [al cielo y a la tierra] que ningún hombre puede cerrar”, y “Todo el Poder me es dado [a través del YO SOY en mí] en el cielo y en la tierra”, y también “He aquí, YO SOY [el YO SOY en mí está] vivo por siempre –como Arriba, así abajo– y tiene las llaves del reino de los cielos y las llaves de la muerte y el infierno, y a quienquiera que el Padre quiera yo se las doy, y son dadas en su nombre”. Esto que aún hoy afirma el maestro ascendido Jesucristo también lo afirma para nosotros nuestro Santo Ser Crístico. Así, el Cristo Universal del Hijo único y de los muchos efectivamente mediatiza la Presencia del YO SOY hacia nosotros a través de nuestro propio y amado Santo Ser Crístico. Ésta es la verdadera comunión con el Cristo Cósmico cuyo Cuerpo (Conciencia) fue “partido”, compartido, individualizado para cada hijo del corazón del Padre. Los Hijos de Dios son depositarios de la Máxima Luz para los que aún son criaturitas en Cristo.
El término “Cristo” o “ungido del Cristo” también denota un cargo en la jerarquía que ocupan los que han alcanzado la automaestría en los siete rayos y los siete chakras del Espíritu Santo. La maestría crística incluye equilibrar la llama trina (los atributos divinos de poder, sabiduría y amor) para la armonización de la conciencia y la implementación de la maestría de los siete rayos en los chakras y en los cuatro cuerpos inferiores mediante la Llama de la Madre (la kundalini elevada). En la hora designada para la ascensión, el alma así ungida eleva la espiral de la llama trina desde abajo de los pies, pasando por toda la forma, para la transmutación de todo átomo y célula de su ser, conciencia y mundo. La saturación y la aceleración de los cuatro cuerpos inferiores y el alma mediante esta luz transfiguradora de la llama crística ocurre en parte durante la iniciación de la transfiguración, se incrementa con la resurrección y adquiere plena intensidad durante el ritual de la ascensión.
El Ser Crístico individual, el Cristo personal, es el iniciador de toda alma viviente. Cuando el individuo pasa estas diversas iniciaciones en el sendero de la cristeidad, incluyendo “dar muerte al morador del umbral”, se gana el derecho a que se le llame ungido del Cristo así como hijo o hija de Dios. Hay quienes, en eras pasadas, se ganaron semejante título y comprometieron esa culminación o no lograron manifestarla en encarnaciones subsiguientes. En esta era el Logos los requiere para que manifiesten su maestría divina interna y la perfeccionen en el plano físico mientras están en encarnación física. Por lo tanto, para asistir a los hijos e hijas de Dios en hacer que su manifestación sea conmensurable con su luz interior, los maestros de la Gran Hermandad Blanca han dado sus enseñanzas a través de los maestros ascendidos y de sus mensajeros en este siglo [XX]. Y Saint Germain fundó la Fraternidad de Guardianes de la Llama, a través de la cual envía lecciones mensuales graduadas a los miembros de esta orden, dedicada a guardar la llama de la Vida en todo el mundo. Antes de pasar con éxito las iniciaciones del discipulado, se hace referencia al individuo como hijito de Dios, en contraste con el término “Hijo de Dios”, que denota la plena cristeidad, en la cual el alma, en y como Hijo del hombre, se ha fundido en el Hijo de Dios siguiendo el ejemplo de Jesucristo.
Con la expansión de la conciencia crística, el ungido del Cristo avanza para alcanzar la realización de la conciencia crística en el nivel planetario y es capaz de sostener el equilibrio de la llama crística para las evoluciones del planeta. Cuando logra esto, asiste a los miembros de la jerarquía celestial que prestan su servicio en el cargo de Instructores del Mundo y al Cristo planetario. Véase Gráfica de tu Ser Divino, Jesús.
Juan 1:1-4; 14:20, 23. Cf. Apocalipsis 3:8; Mateo 28:18; Apocalipsis 1:18
Las actividades mentales justo por debajo del umbral de la conciencia que fácilmente pueden llevarse a la conciencia.
Espíritu divino, heraldo, precursor o mensajero enviado por Dios para comunicar Su Palabra a Sus hijos. Espíritu ministrante enviado para asistir a los herederos del Cristo, para confortar, proteger, guiar, fortalecer, enseñar, aconsejar y prevenir. Cohortes de la luz al servicio de los seres crísticos, los hijos e hijas de Dios, por todo el cosmos. Un “ángulo” de la conciencia de Dios –un aspecto de Su Autoconciencia; un ser formado por Dios a partir de Su propia llameante Presencia para asistir a la Vida en la forma. “Y de sus ángeles dijo: El que hizo a sus ángeles espíritus, y a sus ministros llama de fuego.” Las huestes celestiales comprenden una evolución que se diferencia de la humanidad por su llameante individualidad y la pureza de su devoción a la Deidad y a los arcángeles y jerarcas bajo cuyo mando prestan servicio. Su función es concentrar, acelerar y amplificar los atributos de Dios en beneficio de Su creación. Atienden las necesidades de los hombres atrayendo luz hacia su aura, intensificando los sentimientos de esperanza, fe y caridad, honor, integridad, valor, verdad y libertad, misericordia y justicia, y todo aspecto de la claridad cristalina de la Mente de Dios. Debido a la sacralidad de su presencia invisible, el autor del Libro de Hebreos dijo: “No olvidéis la hospitalidad, porque algunos, sin saberIo, hospedaron ángeles.” Con lo que abunda en el hecho de que los ángeles sí encarnan y andan entre nosotros como nuestros mejores amigos y auxiliadores, aun cuando sean unos perfectos extraños.
Metafóricamente hablando, los ángeles son electrones que giran alrededor de la Presencia Solar que es Dios, electrones que han elegido, por Su voluntad innata en ellos, expandir Su conciencia en todos los planos de la existencia; que han sido “cargados” de la luz/energía/conciencia del Gran Sol Central para ser “electrodos”, esto es, pilares de la ardiente presencia de Dios que operan como “transformadores de desaceleración” de la Luz inefable, para que Sus hijos puedan recibir una porción de esperanza de la gloria que ha de venir en medio de la noche oscura de su situación kármica en la tierra. Los ángeles pueden adquirir forma humana o de “bastoncillos” y “conos” o espirales y rollos de energía concentrada que puede ser liberada para la curación personal y planetaria, en respuesta al llamado de los seres crísticos, literalmente como una transfusión del Cuerpo y la Sangre del Cristo Cósmico dondequiera y cuandoquiera que se necesite. Hay ángeles de curación, de protección, amor, consuelo y compasión, ángeles que asisten en los ciclos de nacimiento y muerte, ángeles del Ojo Omnividente de Dios que esgrimen la espada llameante de la Verdad para separar de tajo lo real de lo irreal. Hay tipos y órdenes de ángeles que realizan servicios específicos en la jerarquía cósmica, como los serafines y los querubines, o los ángeles devas que sirven con los espíritus de la naturaleza y los elementales del fuego, el aire, el agua y la tierra. Véase ángeles caídos.