Volver a Los Chohanes

♦ Nada, chohán del 6o. rayo

 

La maestra ascendida Nada es el del sexto (rayo púrpura y oro), de la paz, la ministración y el servicio. También es miembro del , en el que presta servicio como representante del tercer rayo (rayo rosa), del amor divino. De Nada aprendemos la aplicación práctica del amor y el de personal mediante el ministerio y el servicio a la vida.

En la Nada trabajó en las artes curativas y prestó servicio como sacerdotisa en el Templo del Amor. La contraparte etérica de este templo, diseñado siguiendo el patrón de una rosa, está centrada sobre New Bedford (Massachusetts). También estuvo encarnada como abogada en la Atlántida, donde defendió la causa de la justicia divina para los subyugados y los oprimidos.

Nada habla de su experiencia de guardar la llama en los últimos días de la Atlántida:

Qué bien recuerdo los últimos días de la Atlántida. Aquellos de nosotros que nos encontrábamos allí guardando la vigilia en medio del esfuerzo de los encarnados nos reunimos recientemente en el del Royal Teton para examinar de cerca las causas y condiciones que condujeron a aquel juicio final y a aquel hundimiento de un continente y sus habitantes.

Los malhechores de entonces continúan ahora con sus perversidades al filo de cataclismos, jactándose de ser inmunes a la leyes de Dios, de que el no es real y de que son los dioses de la Tierra…

Mi servicio en la Atlántida era en las leyes, en la ley de la compleción. Así, la ciencia de la curación y la ciencia de la verdad son la mano derecha y la mano izquierda de la defensa del individuo, cuerpo y . En aquellos tiempos los manipuladores de la ley del quinto rayo eran tan taimados en su desdén por los hijos de la luz como lo son hoy. No entraron en la conciencia de Dios y ejercieron una influencia destructiva sobre los que estaban ingresando como neófitos bajo la tutela de los iniciados de las escuelas de misterios.

Las marmoleñas y geométricas ciudades de la Atlántida, amados míos, no carecían de retiros internos de la . Y el propio , el arquetipo del Gran Guru, mientras construía su arca, fue la llama de la del arca y el iniciador de los hijos de Dios encarnados. Hubo otros de nuestros grupos que tomaron embarcaciones y llevaron los focos de sus retiros a lejanas tierras y a cimas montañosas, al Medio y al Lejano Oriente, a los Himalayas, a Europa y a las Américas, y a los ya establecidos retiros de los es.

La salvaguarda de campos energéticos espirituales en la es el trabajo de los s de los . Cuando la decadencia y la desintegración acosan una época, ellos se elevan como en alas de águilas para escudriñar mar y tierra. Piden consejo a las huestes del SEÑOR y al SEÑOR mismo, así como a los tres maestros ascendidos que profetizaron a el nacimiento de Isaac y la destrucción de Sodoma y Gomorra. Los iniciados de las escuelas de misterios son los predicadores de justicia, y siguen predicando la y su hasta la hora del juicio y su embarque en el arca.

En su última encarnación, hace 2 700 años, Nada fue la más pequeña de una gran familia con hijos excepcionalmente dotados. Recibió instrucción de , la del tercer rayo, sobre cómo expandir la del amor en su corazón para la aceleración de los s de sus talentosos hermanos y hermanas. En esa encarnación eligió renunciar a la búsqueda de una carrera propia y en cambio guardó la llama en profunda meditación y oración por sus hermanos y hermanas en sus diversos campos profesionales.

Nada ha hablado de esa vida:

Puedo aseguraros que al final de mi encarnación, cuando vi la victoria de cada uno de mis hermanos y hermanas, la plenitud de mi alegría se debió al amor expandido dentro de mi corazón… Al mundo le pareció, y quizás incluso a los míos, que no había logrado gran cosa. Pero me marché hacia las octavas superiores comprendiendo perfectamente el significado de la automaestría en la llama rosa.

Así, fue desde el punto del tercer rayo desde donde entré en el corazón de y vi la aplicación [en el sexto rayo] como ministerio y servicio.

La maestra ascendida Nada asiste a ministros, misioneros, profesores, sanadores, psicólogos, consejeros de la ley y funcionarios públicos —a todos los que están involucrados en servir a las necesidades de los demás.

No importa cuál sea vuestra preparación o vuestro puesto —dice Nada—. Lo que cuenta no es lo que hagáis con vuestras manos, sino lo que hagáis con vuestro corazón.

Como pasé varias de mis últimas encarnaciones guardando la llama de la vida de forma anónima por mi familia y por otros miembros de la comunidad, estoy capacitada para deciros de primera mano lo que esto significa para Dios, lo que significa para almas que evolucionan en Terra el tener a alguien —ese alguien silencioso y lleno de paz en medio de la actividad— en silencio declarando la ley de la verdad, la ley de la perfección, la ley de la victoria por todo aquel que está tan ocupado sirviendo, tan ocupado intentando hacer el bien por la humanidad que no tiene tiempo de aplicarlas para sí mismo.

Sugeriría entonces que si estáis buscando un desafío extraordinario vayáis hacia vuestras comunidades con este pensamiento en mente: ser un , adorar la llama de la vida en el corazón de cientos, de miles de personas…

Si poseéis una preparación profesional, o si tenéis la capacidad de adquirir tal preparación, entonces sugerimos que asumáis mayores responsabilidades ahí donde podáis implicaros directamente en la toma de decisiones, en la redacción de legislaciones, en la organización —ya sea en grupos de intereses para varones, grupos de intereses para mujeres o grupos comunitarios que estén trabajando por una causa que sea constructiva…

Con cuánta frecuencia vemos que con que hubiera uno solo de nuestros guardianes de la llama en estos niveles de planificación gubernamental y comunitaria muy fluido sería el proceso y muy estimulada estaría la gente, cómo se restauraría su fe en esta forma representativa de gobierno, que verdaderamente sigue las enseñanzas de los maestros ascendidos y está diseñada en concordancia con lo que ha de ocurrir en las sociedades de una que han de nacer en este continente.

Nada enseña en el retiro de , en la sobre Arabia Saudita, donde imparte enseñanzas sobre la maestría divina de las emociones y acallar el deseo excesivo. Ésta es la maestría del chakra del plexo solar, que es el instrumento del sexto rayo, el sitio donde irradiamos paz. Éste es el rayo de la dispensación de la y Jesús es el gran maestro de este rayo: es el Príncipe de la Paz. Nada llega siguiendo los pasos de Jesucristo y el sendero de éste es lo que ella enseña. Nada sucedió a Jesús en el cargo de chohán del sexto rayo cuando él asumió el cargo de en 1956.

Nada también presta servicio en el Templo de la Rosa, su retiro ubicado sobre New Bedford (Massachusetts). Diseñado siguiendo el patrón de una rosa, cada pétalo es una sala que representa una iniciación en la llama del amor. En el centro del retiro arde la llama del amor divino, cuidada por hermanos y hermanas del tercer rayo para la curación de las evoluciones de la Tierra con el amor.

Nada es una iniciada y una maestra del sendero del , y enseña el despliegue de la rosa del corazón, ayudándonos a desarrollar la sensibilidad del corazón para recibir el don del de diversas clases de lenguas y de la interpretación de lenguas.

Está muy involucrada en la iniciación y el patrocinio de las y la familia de la . También sirve a los niños del mundo con legiones de es que cuidan personalmente de las necesidades de los jóvenes.

Dice Nada: “Os doy mi amor, porque todo lo demás ya lo he dado.” El lema de sus discípulos es “yo sirvo”, “yo soy el guardián de mi hermano” y “el siervo no es mayor que su Señor”. La melodía clave de Nada es Mattinata, de Ruggiero Leoncavallo.

© Summit University Press

 

Mattinata

 

Beloved Nada, Our Chohan Divine

 

Beloved Nada, Our Chohan Divine

Amada Nada, Nuestro Divino Chohán

A river eternal is flowing

With beauty and light from the sun

And Nada, our chohan, is singing

"Awaken to love, every one!

 

Un río eterno está fluyendo

con belleza y luz desde el sol

y Nada, nuestro chohán, está cantando:

¡Despertad todos al amor!

 

"O gently, I would have you feel it

That precious pink flame in your heart

That seals the great fire of perfection

Of Godhood from Love's own great heart.

 

¡Oh! gentilmente, quisiera que la sintierais,

esa preciosa llama rosa en vuestro corazón

que sella el gran fuego de perfección

de la divinidad desde el propio gran corazón del Amor.

 

Refrain:

"Come! my dear ones

Your voices blending

Step through the veil

To Life without end

Each heart that waits for love's true expression

Shall feel that oneness forever endure."

 

Refrán:

¡Venid, queridos míos!

vuestras voces armonizando,

cruzad el velo

hacia la Vida sin fin.

Todo corazón que espera la verdadera expresióndel amor

sentirá que esa unión durará para siempre.”

 

O search throughout life 'til you find it

For love is the nature of God

To know him as love will transform us

Inspire us to live 'neath the rod.

 

¡Oh! buscad por la vida hasta que lo encontréis

porque el amor es la naturaleza de Dios.

ConocerLo como amor nos transformará,

nos inspirará a vivir bajo la vara.

 

Thy service in love, precious Nada

Will nourish the flame in each heart

The beauty of God's ministration

Thy angels forever impart

 

Tu servicio en amor, preciosa Nada,

nutrirá la llama en todo corazón.

La belleza de la ministración de Dios

tus ángeles eternamente la imparten.

 

Refrain :

Thy flame of Peace

Sixth ray of cheer

Flows from thy heart

Devotion's sphere

Jesus, our Lord, the true Way adoring

By Cosmic Christhood illumines the Law.

 

Refrán:

Tu llama de Paz

sexto rayo de alegría

fluye de tu corazón

esfera de devoción

Jesús, nuestro Señor, adorando el verdadero Camino

con Cósmica cristeidad la Ley ilumina.

 

O Harmony, take thy dominion

Attend us each hour of the day

Thy heavenly melody flowing

Composes a love symphony.

 

¡Oh! armonía, ejerce tu dominio

Atiéndenos cada hora del día

Tu celestial melodía al fluir

compone una sinfonía de amor.

 

We call forth God's praise and his blessings

To you, dearest teacher of love

Now help us exalt our blest Father

To live in the Christ light above.

 

Pedimos la alabanza de Dios y Sus bendiciones

para ti, queridísima instructora de amor.

Ayúdanos ahora a exaltar a nuestro bendito Padre

para vivir en la luz del Cristo arriba.

 

Refrain :

O let thy pow'r

To image right

Now bring to all

Divine delight

God bless thee, lovely Goddess divine

Our love with thine shall evermore shine.

 

Refrán:

¡Oh! que tu poder

de reflejar el bien

produzca ahora en todos

divino deleite!

Dios te bendiga, preciosa Diosa divina,

nuestro amor con el tuyo eternamente brillará.

 

© The Summit Lighthouse

 

2831 Total vistas 5 Vistas hoy
(tibetano: “señor, maestro”; un jefe). Cada uno de los siete rayos tiene un chohán en quien se concentra la conciencia crística del rayo, la ley del rayo que rige su recto uso en el hombre. Habiendo personificado y demostrado esta ley del rayo a lo largo de numerosas encarnaciones, y habiendo pasado iniciaciones tanto antes como después de la ascensión, el candidato es nombrado para ocupar el cargo de chohán por el Maha Chohán (el) “Gran Señor”, que es a su vez el representante del Espíritu Santo en todos los rayos. Para los nombres de los chohanes de los rayos (maestros ascendidos que representan uno de los siete rayos para las evoluciones de la tierra) y la ubicación de sus focos físicos/etéricos, véase Tabla de los ocho rayos . Maha Chohan significa Gran Señor (sánscrito maha: “gran, poderoso, fuerte, abundante”; chohan: “Un Señor o Maestro. Un alto adepto. Un iniciado que ha tomado más iniciaciones que las cinco iniciaciones mayores que hacen de un hombre un ‘Maestro de la Sabiduría’” (Alice A. Bailey, A treatise on cosmic fire, p. 66, n. 24). “Un término Rajput usado por escritores indios para denotar un alto rango espiritual” (Christmas Humphreys, A popular dictionary of Buddhism, p. 57). “Chief, Cho-Khan, ‘Rock of Ages’” (The Mahatma Letters to A.P. Sinnett from the Mahatmas M. & K.H., índice, p. 9). H.P. Blavatsky describió a los Chohanes como: “Los siete Poderosos Seres que, habiendo pasado la Sexta Iniciación, tienen el poder de focalizar dentro de ellos mismos las Corrientes de los Rayos o Atributos de la conciencia logoica” (La doctrina secreta). Chohan puede estar relacionado con el tibetano chos (pronunciado chö), que significa dharma, doctrina religiosa o religión, especialmente la doctrina del Buda. En un sentido general, el significado de chos abarca todos los fenómenos, la materia y el conocimiento de las cosas mundanas y espirituales. La palabra tibetana jo-bo (pronunciada chö), significa señor o maestro, Buda o la imagen de Buda. La palabra mongola khan o qan (pronunciada hahn) también significa señor, gobernante, emperador o rey. El tibetano chos-mkhan (pronunciado chi-ken o cho-ken) significa el que practica o es hábil en el dharma. [ECP, Saint Germain: Prophecy to the Nations, libro 1, p. 229.]
Haz de luz o de otra energía radiante. Los rayos son las emanaciones de luz de la Divinidad que, cuando se invocan en el nombre de Dios o en el nombre del Cristo, prorrumpen como una llama en el mundo del individuo. Los rayos pueden ser proyectados por la conciencia divina de seres ascendidos o no ascendidos a través de los chakras y del tercer ojo como una concentración de energía que asume numerosas cualidades divinas, como amor, verdad, sabiduría, curación, etc. Haciendo mal uso de la energía de Dios, los practicantes de magia negra proyectan rayos que tienen cualidades negativas, tales como rayos mortales, rayos de sueño, rayos hipnóticos, rayos de enfermedad, rayos psicotrónicos, el mal de ojo, etc. Véase Tabla de los ocho rayos .
Los Señores del Karma. Los seres ascendidos que componen el Consejo Kármico. Su nombre y el rayo que representan en él son los siguientes: primer rayo, el Gran Director Divino; segundo rayo, la Diosa de la Libertad; tercer rayo, la Maestra Ascen­dida Nada; cuarto rayo, el Elohim Ciclopea; quinto rayo, Palas Atenea, Diosa de la Verdad; sexto rayo, Porcia, Diosa de la Justicia; séptimo rayo, Kuan Yin, Diosa de la Misericordia.

     Los Señores del Karma administran la justicia en este sistema de mundos, y adjudican karma, misericordia y juicio a todas las corrientes de vida. Todas las almas deben pasar delante del Consejo Kármico antes y después de cada encarnación en la tierra; reciben su asignación y su porción kármica para cada periodo de vida por anticipado y luego se pasa revista a su actuación al terminar. Gracias al Guardián de los Pergaminos y a los ángeles registradores, los Señores del Karma tienen acceso al registro completo de cada corriente de vida encarnada en la tierra. Ellos determinan quién ha de encarnar, así como cuándo y dónde. Asignan a las almas a una comunidad o a una familia, sopesando cuánta carga de karma debe saldarse, en cumplimiento de cada “punto y tilde” de la ley. El Consejo Kármico, en consonancia con la Presencia YO SOY y el Ser Crístico individuales, determina cuándo se ha ganado el alma finalmente el derecho a quedar libre de la rueda de karma y de las rondas de renacimiento.

     Los Señores del Karma se reúnen en el retiro del Royal Teton dos veces al año, en los solsticios de invierno y de verano, para revisar peticiones de la humanidad no ascendida y para otorgar dispensaciones con el fin de asistirla.

La entrada estrecha y el camino angosto que conduce a la vida (Mateo 7:14). El sendero de iniciación por el cual el discípulo que va en pos de la conciencia crística supera paso a paso las limitaciones de la individualidad en el tiempo y el espacio y alcanza la reunión con la Realidad a través del ritual de la ascensión.
Véase Cristo.

El continente isla que se encontraba donde ahora está el océano Atlántico y que se hundió en el cataclismo conocido como el Diluvio de Noé, hace aproximadamente 11,600 años, según cálculos de James Churchward. Platón la describió vívidamente; Edgar Cayce la “vio” y la describió en sus lecturas; Taylor Caldwell la rememora en algunos pasajes de La leyenda de la Atlántida; Otto Muck, fallecido científico alemán, la exploró científicamente y la autentificó, estableciendo la hora y la fecha de su destrucción (por un asteroide que se impactó en el Triángulo de las Bermudas con una fuerza equivalente a treinta mil bombas de hidrógeno), ¡a las 8 pm del 5 de junio de 8498 a.C.! En sus diálogos Platón cuenta que en “la isla de la Atlántida había un gran y maravilloso imperio” que regía África hasta Egipto, Europa hasta Italia y “partes del continente” (se piensa que es una referencia a América, específicamente a América Central, Perú y el valle del Mississippi). Se ha postulado que la Atlántida y las pequeñas islas que la bordeaban al este y al oeste formaban un puente de tierra continuo que iba de América a Europa y África.


Mapa de la Atlántida de W. Scott-Elliot entre 80,000 A.C.y su hundimiento final.

 

 

Ser un portador de luz significa llevar al Cristo, es el que lleva la Luz que es Cristo; alguien que lleva la responsabi­lidad de la cristeidad en sí mismo y en otros defendiendo la verdad y honrando a Dios; alguien que ha sido ungido por la conciencia crística y profesa esta iluminación para todos. El Portador de Luz es el Guardián de la Llama cuyo lema debe ser “YO SOY el guardián de mi hermano - YO SOY el guardián de la Luz del Cristo en mi hermano”.
El retiro de un maestro es su hogar de luz, su templo y su lugar de servicio. Los retiros son focos de la Gran Hermandad Blanca localizados principalmente en el plano etérico, que es donde presiden los maestros ascendidos. Los retiros anclan una o más de las llamas de la Divinidad así como el moméntum de servicio de los maestros y su realización espiritual para el equilibrio de la luz en los cuatro cuerpos inferiores de un planeta y sus evoluciones. Cumplen múltiples funciones para los consejos de la jerarquía que sirven a las ondas de vida de la tierra y algunos retiros están abiertos para individuos no ascendidos, cuya alma puede viajar a estos focos en su cuerpo etérico entre una encarnación y otra en la tierra, o en su cuerpo sutil durante el sueño o samadhi.

     Muchos de los retiros de los maestros, incluyendo sus escuelas de misterios, estuvieron en el plano físico durante las primeras eras de oro de la tierra e incluso después de la Gran Rebelión y la Caída de los ángeles caídos. Ante la destrucción y la profanación de sus templos, los maestros retiraron sus centros y sus llamas al plano etérico, de ahí el término “retiro”. Después de la ascensión del mensajero Mark L. Prophet el 26 de febrero de 1973, los Señores del Karma dieron otra oportunidad a los hijos de Dios de saldar su karma asistiendo a las clases en los retiros de los siete chohanes, el Maha Chohán y los Instructores del Mundo. El primero de enero de 1986, Gautama Buda y los Señores del Karma respondieron a la petición de los Señores de los Siete Rayos de abrir las universidades del Espíritu que se encuentran en sus retiros etéricos a decenas de miles de estudiantes para proseguir sistemáticamente el camino de la automaestría en los siete rayos. Los estudiantes viajan en su cuerpo sutil durante el sueño y pasan catorce días en el retiro de cada uno de los chohanes y del Maha Chohán. Véase Tabla de los ocho rayos.

(sánscrito: “acto, acción, obra”). El karma es energía/conciencia en acción; la ley de causa y efecto y retribución. Llamada también ley del círculo, que decreta que cualquier cosa que hagamos completará un círculo y regresará a nuestra puerta para resolución. Pablo dijo: “Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.” Newton observó: “Para toda acción hay una reacción igual y opuesta.” La ley del karma requiere que el alma reencarne hasta que todos los ciclos kármicos se hayan saldado. Así, de una vida a la siguiente el hombre determina su destino por sus acciones, incluyendo sus pensamientos, sentimientos, palabras y obras. Saint Germain enseña el sendero acelerado de la transmutación del karma con la llama violeta del Espíritu Santo y trascendiendo las rondas de renacimiento a través del sendero de la cristeidad individual que conduce a la ascensión demostrada por Jesús.

Gálatas 6:7

Dios es un Espíritu y el alma es el potencial vivo de Dios. La petición de libre albedrío que el alma hizo  y su consiguiente separación de Dios tuvieron como consecuencia el descenso de este potencial al estado carnal inferior. Sembrada en deshonor, el alma está destinada a elevarse con honores a la plenitud de ese estado divino que es el Espíritu único de toda Vida. El alma puede perderse; el Espíritu no puede morir.

     El alma permanece como un potencial que ha caído a niveles más bajos de vibración y de conciencia, y debe ser imbuida de la realidad del Espíritu, purificada por medio de la oración y la súplica y devuelta a la gloria de la cual descendió y a la unidad del Todo. Esta reunión del alma con el Espíritu es el matrimonio alquímico, que determina el destino del ser y lo convierte en uno con la Verdad inmortal. Cumplido este ritual, el Ser superior se corona Señor de la Vida y se descubre que el potencial de Dios realizado en el hombre es el Todo-en-todo.

Véase Gran Hermandad Blanca.
Una encarnación de Lanello.

Madre Divina, Madre Universal y Virgen Cósmica son otros tantos términos para designar la polaridad femenina de la Divinidad, la manifestación de Dios como Ma­dre. La Materia [inglés: Matter] es la polaridad femenina del Espíritu y los maestros ascendidos utilizan el término  alternadamente con Mater (latín: “madre”). En este contexto, todo el cosmos material se convierte en el vientre de la creación, hacia el cual el Espíritu proyecta las energías de la Vida. La Materia es, entonces, el vientre de la Virgen Cósmica, quien, como la otra mitad del Todo Divino, también existe en el Espíritu como polaridad espiritual de Dios.

Jesús mismo reconoció a Alfa y Omega como los más altos representantes del Dios Padre-Madre y con frecuencia se refirió a Alfa como Padre y a Omega como Madre. Quienes asumen la polaridad femenina de la conciencia después de su ascensión son maestras ascendidas. Junto con todos los seres femeninos (polarizados femeninamente) en las octavas de luz, son los focos de la llama de la Madre Divina para las evoluciones de la humanidad que se desarrollan en muchos sistemas de mundos. Sin embargo, siendo andróginos, todos los miembros de las huestes celestia­les son focos de cualquiera de los atributos masculinos o femeninos de la Divinidad a voluntad, pues ya han entrado en las esferas de la Totalidad Divina. Madre de la Llama (o Madre del Mundo). Cargo en la jerarquía que ocupan sucesivamente aquellas devotas no ascendidas designa­das por la Gran Hermandad Blanca para nutrir, o incubar, la llama de la Vida en toda la especie humana. En 1961, Clara Louise Kieninger fue nombrada primera Madre de la Llama de la Fraternidad de Guardianes de la Llama por Saint Germain. El 9 de abril de 1966, ese manto fue transferido a la mensajera Elizabeth Clare Prophet. En ese momento Clara Louise Kieninger se convirtió en la Madre de la Llama Regente. Hizo su ascensión el 25 de octubre de 1970 en Berkeley, California, y continúa ocupando ese cargo desde el estado ascendido.
Jerarca de las huestes angelicales; el rango más alto entre las órdenes de ángeles. Para cada uno de los siete rayos hay un arcángel que lo preside y que personifica, junto con una arcangelina (su complemento divino), la conciencia divina del rayo y dirige a las bandas de ángeles que bajo su mando prestan servicio en ese rayo. Para sus nombres, rayos y ubicación de sus retiros véase Tabla de los ocho rayos .

(latín: mater, “madre”). La polaridad femenina (negativa) de la Divinidad, cuya polaridad masculina (positiva) es el Espíritu. La Materia actúa como un cáliz para el reino de Dios y es el lugar de morada de almas en evolución que se identifican con su Señor, el Santo Ser Crístico. La Materia se distingue de la materia, la sustancia de la tierra, terrena, de los reinos de maya, que bloquea en vez de irradiar la luz divina y el Espíritu del YO SOY EL QUE YO SOY.

La materia es la materialización de la Llama de Dios, el medio por el cual el Espíritu adquiere, “físicamente”, cuádruple dimensión y forma a través de la polaridad femenina, o negativa, de la Divinidad. Los maestros ascendidos usan Mater o Matter indistintamente para describir los planos de la existencia que comprenden y se amoldan al cáliz universal, o matriz, para el descenso de la luz de Dios que se percibe como Madre. A través de este aspecto de sí mismo como Madre es como el Espíritu de Dios, el Padre, desarrolla en sus hijos la conciencia del Cristo, el unigénito de Dios, como percepción de sí mismos en el Cristo en desenvolvimiento a través de la llama trinala chispa divina y sello de autenticidad de los coherederos que serán. El alma que desciende de los planos del Espíritu mora en el tiempo y el espacio en la Materia para su evolución espiritual/física, que requiere automaestría en las energías de Dios con el recto ejercicio del libre albedrío. Los cuatro cuerpos inferiores del hombre, de un planeta o de sistemas de mundos —los cuatro planos, cuadrantes y fuerzas cósmicas— ocupan y constituyen las frecuencias de la Materia. Véase Madre, Espíritu.
(hindi: cela, del sánscrito: ceta, “esclavo”, esto es, “sirviente”). En la India, discípulo de un maestro religioso o guru. Término utilizado generalmente para hacer referencia a un estudiante de los maestros ascendidos y sus enseñanzas. Específicamente, estudiante disciplinado y devoto más allá de lo ordinario, iniciado por un maestro ascendido y que sirve a la causa de la Gran Hermandad Blanca. Véase discipulado.
Un maestro ascendido es el que, a través del Cristo y por haberse revestido de la Mente que hubo también en Cristo Jesús, ha alcanzado la maestría del tiempo y el espacio y, en el mismo proceso, también del yo en los cuatro cuerpos inferiores y en los cuatro cuadrantes de la Materia, en los chakras y en la llama trina equilibrada. Ha transmutado cuando menos el 51 por ciento de su karma, cumplido con su plan divino y pasado las iniciaciones del rayo rubí para el ritual de la ascensión: la aceleración por medio del fuego sagrado hacia la Presencia del YO SOY EL QUE YO SOY. Los maestros ascendidos habitan en los planos del Espíritu –el reino de Dios (la conciencia de Dios)– y pueden enseñar a las almas no ascendidas en un templo etérico o en las ciudades etéricas del plano etérico (el reino de los cielos).

Filipenses 2:5

Patriarca hebreo y progenitor de las doce tribus de Israel (ca. 2100-1700 a.C.), encarnación del maestro ascendido El Morya. Judíos, cristianos y musulmanes le conceden el haber sido el primero en la historia en adorar al verdadero Dios único. En el relato bíblico de su vida originalmente se le llama Abram (“el padre, o mi padre, sea glorificado”) y más tarde Dios lo llamará Abraham. Tradicionalmente se pensaba que significaba “padre de una multitud de naciones”, como reza el pasaje de Génesis 17:5. Actualmente se piensa que es una variación dialéctica de Abram.

La Palabra es el Logos, el poder de Dios y la realización de ese poder encarnado en y como el Cristo. Los devotos del Logos liberan las energías de la Palabra en el ritual de la ciencia de la Palabra hablada. Es a través de la Palabra como el Dios Padre-Madre se comunica con la humanidad. El Cristo es la personificación de la Palabra. Véase Cristo, decreto.

“La palabra ciencia comunica el concepto de aquello que es cierto, aquello que es sabido y aquello que está en operación de acuerdo con la Ley y de acuerdo con las matemáticas.  Aquello que es ciencia puede ser conocido de principio a fin. Por alguna razón, el concepto de azar, accidente, creencia en un súbito milagro ha acompañado a las personas religiosas durante muchos siglos. Y por tanto dependen de una ley desconocida y una ciencia desconocida para la manifestación de asuntos cotidianos del corazón, del alma, que deberían ser entendidos a la luz de la verdadera ciencia divina de la Ley.” – Maha Chohán
Arcangelina del tercer rayo, complemento divino del arcángel Chamuel. Véase arcángel, Tabla de los ocho rayos .
Complemento divino y llama gemela (polaridad femenina) de un arcángel.

La llama del Cristo, la chispa de la vida que arde en la cámara secreta del corazón de los hijos e hijas de Dios. La sagrada trinidad de poder, sabiduría y amor que es la manifestación del fuego sagrado. Véase Gráfica de tu Ser Divino.

(sánscrito: “rueda, disco, círculo”). Centros de luz anclados a lo largo de la columna vertebral en el cuerpo etérico; gobiernan el flujo de energía hacia los cuatro cuerpos inferiores del hombre y sostienen la frecuencia de los siete rayos en ellos. Son siete y corresponden a los siete rayos: 1. primer rayo, garganta, azul; 2. segundo rayo coronilla, amarillo; 3. tercer rayo, corazón, rosa; 4. cuarto rayo, base de la columna, blanco; 5. quinto rayo, tercer ojo, verde; 6. sexto rayo, plexo solar, púrpura y oro; 7. séptimo rayo, sede del alma, violeta).

Hay cinco chakras menores correspondientes a los cinco rayos secretos y un total de 144 centros de luz en el cuerpo del hombre. Véase Tabla de los chakras , El aura humana II, de Djwal Kul.

Véase también la Armadura de los chakras

(griego: Christos, “ungido”). Mesías (hebreo y arameo: “ungido”); “el Ungido”, aquel que es investido e infundido o ungido de la luz (el Hijo) de Dios. La Palabra, el Logos, la Segunda Persona de la Trinidad: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad… Aquél era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre que viene al mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por él y el mundo no le conoció.” En la Trinidad hindú de Brahma, Vishnu y Shiva, el término “Cristo” corresponde a la encarnación de Vishnu, el Preservador; avatara, hombre Dios, el que despeja la oscuridad, guru.

     El Cristo Universal es el mediador entre los planos del Espíritu y los planos de la Materia; personificado como el Santo Ser Crístico, es el mediador entre el Espíritu de Dios y el alma del hombre. El Cristo Universal sostiene el nexo (el flujo en forma de ocho) de la conciencia a través del cual las energías del Padre (Espíritu) pasan a sus hijos para la cristalización (inglés: Christ-realization: realización crística) de la Llama de Dios por el esfuerzo de su alma en el vientre cósmico (la matriz) de la Madre (Materia). A este proceso se le llama materialización (inglés: Mater-realization: realización en la Materia), “El Descenso”. El proceso por el cual las energías de la Madre aglutinadas en el alma pasan a través del nexo de la conciencia crística hacia el Padre es la aceleración llamada espiritualización (inglés: Spirit-realization: realización en el Espíritu), “El Ascenso”. Otro nombre que se le da al proceso mediante el cual la energía del alma regresa de la Materia al Espíritu es sublimación (inglés: sublimation: sublime action: acción sublime) o transmutación. Siendo ya una con el Hijo, el alma experimenta la consumación de este proceso como la ascensión, la unión con el Espíritu de la Presencia YO SOY, el Padre. La ascensión es el cumplimiento en el cielo de la promesa de Jesús en la tierra: “En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros… El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos con él morada.”

     La fusión de las energías de la polaridad positiva y negativa de la Divinidad en la creación ocurre a través del Cristo Universal, el Logos sin el cual “nada de lo que es fue hecho”. El flujo de luz del macrocosmos hacia el microcosmos, del Espíritu (la Presencia YO SOY) al alma y de regreso siguiendo la espiral en forma de ocho, se cumple a través de este bendito Mediador que es Cristo, el SEÑOR, la verdadera encarnación del YO SOY EL QUE YO SOY. Ya que Jesús es esa Palabra encarnada, puede decir: “El YO SOY es [el YO SOY en mí es] la Puerta Abierta [al cielo y a la tierra] que ningún hombre puede cerrar”, y “Todo el Poder me es dado [a través del YO SOY en mí] en el cielo y en la tierra”, y también “He aquí, YO SOY [el YO SOY en mí está] vivo por siempre –como Arriba, así abajo– y tiene las llaves del reino de los cielos y las llaves de la muerte y el infierno, y a quienquiera que el Padre quiera yo se las doy, y son dadas en su nombre”. Esto que aún hoy afirma el maestro ascendido Jesucristo también lo afirma para nosotros nuestro Santo Ser Crístico. Así, el Cristo Universal del Hijo único y de los muchos efectivamente mediatiza la Presencia del YO SOY hacia nosotros a través de nuestro propio y amado Santo Ser Crístico. Ésta es la verdadera comunión con el Cristo Cósmico cuyo Cuerpo (Conciencia) fue “partido”, compartido, individualizado para cada hijo del corazón del Padre. Los Hijos de Dios son depositarios de la Máxima Luz para los que aún son criaturitas en Cristo.

     El término “Cristo” o “ungido del Cristo” también denota un cargo en la jerarquía que ocupan los que han alcanzado la automaestría en los siete rayos y los siete chakras del Espíritu Santo. La maestría crística incluye equilibrar la llama trina (los atributos divinos de poder, sabiduría y amor) para la armonización de la conciencia y la implementación de la maestría de los siete rayos en los chakras y en los cuatro cuerpos inferiores mediante la Llama de la Madre (la kundalini elevada). En la hora designada para la ascensión, el alma así ungida eleva la espiral de la llama trina desde abajo de los pies, pasando por toda la forma, para la transmutación de todo átomo y célula de su ser, conciencia y mundo. La saturación y la aceleración de los cuatro cuerpos inferiores y el alma mediante esta luz transfiguradora de la llama crística ocurre en parte durante la iniciación de la transfiguración, se incrementa con la resurrección y adquiere plena intensidad durante el ritual de la ascensión.

     El Ser Crístico individual, el Cristo personal, es el iniciador de toda alma viviente. Cuando el individuo pasa estas diversas iniciaciones en el sendero de la cristeidad, incluyendo “dar muerte al morador del umbral”, se gana el derecho a que se le llame ungido del Cristo así como hijo o hija de Dios. Hay quienes, en eras pasadas, se ganaron semejante título y comprometieron esa culminación o no lograron manifestarla en encarnaciones subsiguientes. En esta era el Logos los requiere para que manifiesten su maestría divina interna y la perfeccionen en el plano físico mientras están en encarnación física. Por lo tanto, para asistir a los hijos e hijas de Dios en hacer que su manifestación sea conmensurable con su luz interior, los maestros de la Gran Hermandad Blanca han dado sus enseñanzas a través de los maestros ascendidos y de sus mensajeros en este siglo [XX]. Y Saint Germain fundó la Fraternidad de Guardianes de la Llama, a través de la cual envía lecciones mensuales graduadas a los miembros de esta orden, dedicada a guardar la llama de la Vida en todo el mundo. Antes de pasar con éxito las iniciaciones del discipulado, se hace referencia al individuo como hijito de Dios, en contraste con el término “Hijo de Dios”, que denota la plena cristeidad, en la cual el alma, en y como Hijo del hombre, se ha fundido en el Hijo de Dios siguiendo el ejemplo de Jesucristo.

     Con la expansión de la conciencia crística, el ungido del Cristo avanza para alcanzar la realización de la conciencia crística en el nivel planetario y es capaz de sostener el equilibrio de la llama crística para las evoluciones del planeta. Cuando logra esto, asiste a los miembros de la jerarquía celestial que prestan su servicio en el cargo de Instructores del Mundo y al Cristo planetario. Véase Gráfica de tu Ser Divino, Jesús.

Juan 1:1-4; 14:20, 23. Cf. Apocalipsis 3:8; Mateo 28:18; Apocalipsis 1:18

Integrante de la Fraternidad de los Guardianes de la Llama fundada en 1961 por Saint Germain, una organización de maestros ascendidos y sus chelas que se comprometen con un voto a guardar la llama de la vida en la tierra, a apoyar las actividades de la Gran Hermandad Blanca en el establecimiento de su comunidad y escuela de misterios y a la diseminación de sus enseñanzas. Los Guardianes de la Llama reciben lecciones progresivas sobre la ley cósmica dictadas por los maestros ascendidos a sus mensajeros, Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet.

Ciclo de iluminación, paz y armonía en el que las almas de la humanidad se fusionan en la Llama del Cristo para el cumplimiento del plan divino, “como Arriba, así abajo”. A través de la convergencia del plano etérico y la capa etérica con los tres vehículos inferiores del cuerpo planetario y sus evoluciones, el reino de los cielos se manifestará en la tierra tal como ya existe ahora en la octava etérica. Véase cuerpo etérico.

     “Era de oro significa una era basada en el patrón oro –el patrón del oro de la conciencia crística, de la regla de oro, del oro como luz del sol precipitada para el equilibrio de la mente y de las emociones y para el flujo de la vida incluso en el plano físico” (Dios del Oro).

El maestro ascendido Jesucristo . El avatar de la era de Piscis; la encarnación de la Palabra, el Cristo Universal; el ejemplo de conciencia crística que los hijos de Dios tendrían que haber manifestado durante la dispensación de dos mil años de la era de Piscis; aquel que manifestó la plenitud del Ser Crístico y que por tanto fue llamado Jesús el Cristo. Vino para revelar el Ser Crístico individual a la humanidad entera y para demostrar las obras del Padre (la Presencia YO SOY) que Sus hijos e hijas pueden realizar en y a través de la llama del Ser Crístico o Yo Crístico individual. Jesús ocupa el cargo de Instructor del Mundo en la jerarquía, que comparte con el maestro ascendido Kuthumi, quien estuvo encarnado como san Francisco. El retiro de Jesús es el Templo de la Resurrección, ubicado en el reino etérico sobre Tierra Santa. También presta su servicio en el Retiro Árabe, en el desierto de Arabia, al noreste del Mar Rojo. Véase “Jesucristo y Saint Germain vienen a señalar el camino en la era de Acuario”, en Alquimia II.
Véase plano etérico.

Con la llegada de Jesucristo y de la dispensación de Piscis se abrió a los hijos de Dios la puerta de la Presencia YO SOY. El Padre envió a Su Hijo, el Unigénito del YO SOY EL QUE YO SOY, para convertirse en el Bendito Mediador entre el plano de Su absoluta perfección y el plano de imperfección al que Sus hijos descarriados habían descendido.

     Con la dispensación de Jesucristo, el Conquistador de la era de Piscis, se postergó una enorme cantidad de karma de la humanidad. Mediante su sacrificio y su victoria se quitó todo el peso del mal uso de la luz en todo el planeta, dando a las evoluciones de la tierra la oportunidad de realizar el pleno potencial de su realidad crística. Hacia el final del ciclo, los “pecados” del mundo que cargó Jesucristo el Salvador —el karma mundial aplazado por la gracia y la misericordia de la Ley— se fueron devolviendo a la humanidad para que pudiera vencer el pecado, la enfermedad y la muerte. Al llevar su propia carga de karma personal y planetario, ahora tienen los hombres la oportunidad de aplicar las enseñanzas de los maestros ascendidos para redimir las energías mal utilizadas en ciclos anteriores, así como de cumplir con los requisitos para la ascensión siguiendo el sendero de discipulado bajo la guía de Jesús, quien dijo: “El que en mí cree, las obras que yo hago también él las hará; y mayores que éstas hará, porque yo voy a mi Padre” (Juan 14:12).

     Fue una era de oportunidad para derrotar al karma y saldarlo en un ciento por ciento si los individuos así lo deseaban.

     ¡Durante los últimos dos mil años los Cuatro Jinetes estuvieron entregando un paquete de karma personal y planetario! Esto significa que el karma acumulado de las evoluciones de la tierra durante las once eras pasadas se venció en los albores de la era de Piscis.

     Si el avatar Jesucristo no hubiera intervenido para mitigar ese karma de 25,800 años, en la tradición de los adeptos de Oriente, ya que el Señor Maitreya, el Buda Gautama y Sanat Kumara habían sostenido ese karma antes que él, todo el karma habría descendido al iniciar la era de Piscis. Pero como Jesús eligió encarnar y cumplir su misión, este karma fue mitigado en porcentajes y se permitió que descendiera en una serie de ciclos a lo largo de toda la era.

     Los Cuatro Jinetes se desplazaron por ciclos, en una aparente carrera. Con cada ciclo —durante el cual recorrieron los doce signos del zodiaco entregando el karma de la humanidad en las doce líneas del reloj cósmico se fueron acercando al centro, los ciclos se acortaron y duraron cada vez menos.

     El primer ciclo, que empezó hace dos mil años, duró 1305 años. El último, que incluyó el decenio de los años noventa, tomó sólo 12 años. Y así, a lo largo de una carrera implacable de veinte siglos los Cuatro Jinetes fueron trazando a nuestro alrededor una espiral de energía cada vez más apretada que se fue aproximando cada vez más a la octava física.

Dijo Elizabeth Clare Prophet en 1991:

"A medida que nos acercamos al final de la era de Piscis, estamos cosechando el karma de ese ciclo de dos mil años así como de ciclos anteriores. En los días de Noé, Dios a través de la naturaleza borró la computadora planetaria, aunque no completamente, con el hundimiento de la Atlántida, conocido como el diluvio. Nuestro karma se ha venido acumulando no solamente desde el diluvio sino también desde la anterior era de Piscis, hace 25,800 años.

     "El karma no es un castigo, aunque los que lo reciben puedan experimentarlo como tal. La intención del karma es que nos enseñe las lecciones de vida que nos hemos rehusado a aprender de otra manera. El karma es el efecto de cualquier pensamiento, sentimiento, palabra y acción que hayamos echado a andar contaminando la energía de Dios en el ejercicio de nuestro propio libre albedrío...

     "El mensaje de los años noventa, el decenio de transición entre dos eras, la de Pscis y la de Acuario, es: Debemos pagar nuestras deudas kármicas...

     "El tiempo y el espacio nos ofrecen la opción de saldar karma antes de que se venza —pagar la hipoteca, por así decir, antes que el cobrador se quede con nuestra granja, nuestro negocio o nuestra casa. ¡Y precisamente es ésta la finalidad de la vida."

Cargo en la jerarquía que ocupan aquellos seres ascendidos cuyo grado de realización espiritual los califica para representar al Cristo Universal y personal para la humanidad no ascendida. El cargo de Instructor del Mundo que antes desempeñaba Maitreya fue transferido a Jesús y a su discípulo san Francisco (Kuthumi) el 1 de enero de 1956, cuando el manto del Señor del Mundo fue transferido de Sanat Kumara Gautama Buda y el cargo de Cristo Cósmico y Buda Planetario (que antes desempeñaba Gautama) fue simultáneamente ocupado por el Señor Maitreya. En este ciclo de dos mil años, Jesús y Kuthumi, al servicio de Maitreya, son los responsables de la expansión de las enseñanzas que conducen a la automaestría individual y a la conciencia crísticaEllos patrocinan a todas las almas que buscan la unión con Dios; las instruyen en las leyes fundamentales que rigen las secuencias de causa/efecto de su propio karma y les enseñan cómo enfrentar los retos cotidianos de su dharma individual, el deber de cada cual de manifestar el potencial crístico mediante la labor sagrada.

     Los Instructores del Mundo han patrocinado la educación de las almas en la luz del Cristo en todos los niveles, preescolar, primaria, secundaria y universidad. En todos los países del mundo han inspirado a maestros, filósofos, científicos, artistas, profesionistas y no profesionistas la sabiduría de las eras aplicada a cada cultura en particular, en la medida en que las culturas del mundo sirven para manifestar las múltiples facetas de la conciencia crística.

     El término “instructor mundial”, escrito con minúscula, se refiere al discípulo encarnado que consagra la vocación de su vida a la iluminación del planeta bajo el Cristo Universal. Este apelativo describe la labor sagrada escogida por el discípulo y su dedicación a ella. No dice nada de su grado de realización espiritual ni indica que haya alcanzado las cualidades necesarias para compartir el cargo o manto de Jesús y Kuthumi.

El rayo rubí es un intenso amor, sagrado, que se desarrolla a través del sendero del sacrificio, la renuncia, la abnegación y el servicio para enaltecer a la vida sensible. El rayo rubí activa el primer rayo secreto y eventualmente los cinco rayos secretos. Es el fuego rubí del más elevado amor el que aniquila la ignorancia y el mal.

Jerarquía del Rayo Rubí

Jesucristo, el Señor Maitreya, Gautama Buda y Sanat Kumara son los iniciadores en el rayo rubí y sostienen los cargos de los jerarcas de los cuatro cuadrantes. Estos cargos (personificados por las Cuatro Fuerzas Cósmicas) se mencionan en Ezequiel 1:10 y en Apocalipsis 4:7 como el León, el Becerro (buey), el Hombre y el Águila Volando.

En el diagrama del Reloj Cósmico, el Señor Maitreya representa al Padre en la línea de las 12 (el cuadrante etérico), en el cargo del León; el Señor Gautama representa al Espíritu Santo en la línea de las 9 (el cuadrante físico), en el cargo del Becerro; Jesucristo representa al Hijo en la línea de las 3 (el cuadrante mental), en el cargo del Hombre; y Sanat Kumara representa a la Madre Divina en la línea de las 6, en el cargo del Águila Volando.

El sendero del rayo rubí

El sendero del rayo rubí es el sendero del sacrificio, la abnegación, el servicio y la renuncia. Estos cuatro preceptos (las cuatro “s” en inglés: sacrifice, selflessness, service y surrender) son la llave para el equilibrio de la llama trina en los cuatro cuadrantes: fuego, aire, agua y tierra, que representan a los cuatro cuerpos inferiores: etérico, mental, emocional y físico.

La Tercera Persona de la Trinidad; la omnipresencia de Dios; las lenguas hendidas de fuego que focalizan a Dios Padre-Madre, también llamado el fuego sagrado; las energías de Vida que animan a un cosmos. En la Trinidad hindú de Brahma, Vishnu y Shiva, el Espíritu Santo corresponde a Shiva, conocido como el Destructor-Liberador porque su amor que todo lo consume, cuando se invoca en los planos de la Materia, ata a las fuerzas del mal y transmuta la causa y el efecto de las creaciones erróneas de los hombres, liberándolos de la prisión de su karma y de los seres oscuros que la habitan. El prana es la esencia del Espíritu Santo que ingerimos con el aliento del fuego sagrado a través de los chakras para nutrir a los cuatro cuerpos inferiores. El Espíritu Santo es el foco del equilibrio del Dios Padre-Madre en el núcleo de fuego blanco del ser. El exorcismo de los espíritus malignos y de las entidades impuras se realiza mediante el fuego sagrado del Espíritu Santo, en el nombre del Cristo y del YO SOY EL QUE YO SOY. Los nueve dones del Espíritu Santo son poderes que se otorgan a los siervos del Señor para atar a la muerte y el infierno y realizar Sus obras en la tierra.

La Persona y la Llama del Espíritu Santo es el Consolador que Jesús prometió que vendría cuando nuestro Señor nos dejara –a iluminarnos, a instruirnos y a hacernos recordar todas las cosas que el amado Jesús nos ha enseñado, tanto en la tierra como en el cielo. Cada vez que un hijo o hija de Dios asciende a la Presencia del YO SOY EL QUE YO SOY, el Espíritu Santo desciende para llenar el vacío y magnificar la Presencia del Señor en la tierra. Es éste el ritual del descenso del Espíritu Santo prometido por Jesús a sus discípulos cuando el Maestro dijo: “Permaneced en la ciudad de Jerusalén hasta que seáis dotados del poder de las alturas”, cosa que ocurrió en Pentecostés después del ascenso de Jesús al cielo.

El representante de la llama del Espíritu Santo para las evoluciones de la tierra es el maestro ascendido que ocupa el cargo de Maha Chohán . El Espíritu Santo es la Personalidad Impersonal de la Divinidad y está ubicada en el lado occidental de la Ciudad Cuadrangular. Véase Gráfica de tu Ser Divino.

1 Corintios 12:4-11; Juan 14:16, 26; 16:7; Lucas 24:49, 51; Marcos 16-19; Hechos 2:1-4

Véase llama gemela. La llama gemela es el complemento masculino o femenino del Espíritu concebida a partir del mismo cuerpo de fuego blanco, el ovoide de fuego de la Presencia YO SOY.
La séptima era, del séptimo rayo, que es el rayo de la llama violeta, la séptima dispensación, cuyo jerarca es Saint Germain. Ciclo de dos mil años posterior a Piscis; la era del Espíritu Santo y de la Madre Divina. Acuario puede ser una era de libertad, paz e iluminación, de progresos tecnológicos combinados con desarrollo espiritual. Puede ser una era en la que rompamos definitivamente con el pasado aplicando la llama violeta.

Espíritu divino, heraldo, precursor o mensajero enviado por Dios para comunicar Su Palabra a Sus hijos. Espíritu ministrante enviado para asistir a los herederos del Cristo, para confortar, proteger, guiar, fortalecer, enseñar, aconsejar y prevenir. Cohortes de la luz al servicio de los seres crísticos, los hijos e hijas de Dios, por todo el cosmos. Un “ángulo” de la conciencia de Dios –un aspecto de Su Autoconciencia; un ser formado por Dios a partir de Su propia llameante Presencia para asistir a la Vida en la forma. “Y de sus ángeles dijo: El que hizo a sus ángeles espíritus, y a sus ministros llama de fuego.” Las huestes celestiales comprenden una evolución que se diferencia de la humanidad por su llameante individualidad y la pureza de su devoción a la Deidad y a los arcángeles jerarcas bajo cuyo mando prestan servicio. Su función es concentrar, acelerar y amplificar los atributos de Dios en beneficio de Su creación. Atienden las necesidades de los hombres atrayendo luz hacia su aura, intensificando los sentimientos de esperanza, fe y caridad, honor, integridad, valor, verdad y libertad, misericordia y justicia, y todo aspecto de la claridad cristalina de la Mente de Dios. Debido a la sacralidad de su presencia invisible, el autor del Libro de Hebreos dijo: “No olvidéis la hospitalidad, porque algunos, sin saberIo, hospedaron ángeles.” Con lo que abunda en el hecho de que los ángeles sí encarnan y andan entre nosotros como nuestros mejores amigos y auxiliadores, aun cuando sean unos perfectos extraños.

     Metafóricamente hablando, los ángeles son electrones que giran alrededor de la Presencia Solar que es Dios, electrones que han elegido, por Su voluntad innata en ellos, expandir Su conciencia en todos los planos de la existencia; que han sido “cargados” de la luz/energía/conciencia del Gran Sol Central para ser “electrodos”, esto es, pilares de la ardiente presencia de Dios que operan como “transformadores de desaceleración” de la Luz inefable, para que Sus hijos puedan recibir una porción de esperanza de la gloria que ha de venir en medio de la noche oscura de su situación kármica en la tierra. Los ángeles pueden adquirir forma humana o de “bastoncillos” y “conos” o espirales y rollos de energía concentrada que puede ser liberada para la curación personal y planetaria, en respuesta al llamado de los seres crísticos, literalmente como una transfusión del Cuerpo y la Sangre del Cristo Cósmico dondequiera y cuandoquiera que se necesite. Hay ángeles de curación, de protección, amor, consuelo y compasión, ángeles que asisten en los ciclos de nacimiento y muerte, ángeles del Ojo Omnividente de Dios que esgrimen la espada llameante de la Verdad para separar de tajo lo real de lo irreal. Hay tipos y órdenes de ángeles que realizan servicios específicos en la jerarquía cósmica, como los serafines y los querubines, o los ángeles devas que sirven con los espíritus de la naturaleza y los elementales del fuego, el aire, el agua y la tierra. Véase ángeles caídos.