Volver a Los Chohanes

♦ El Maha Chohán, representante del Espíritu Santo

El Maha Chohán es el representante del . Quien ocupa este cargo en la representa al Espíritu Santo del , de , para las evoluciones de este planeta y para el reino elemental. El del Maha Chohán, el Templo del Consuelo, está ubicado en el con un foco en el plano físico en la isla de Sri Lanka (antes llamada Ceilán), donde están ancladas la llama del Espíritu Santo y la llama del Consuelo. Su es , la Diosa de la Verdad.

Maha Chohan significa “Gran Señor” y el Maha es el Gran Señor de los siete chohanes, el director de los de los s. Entre los requisitos necesarios para este cargo en la jerarquía está el haber alcanzado el grado de en cada uno de los siete rayos, que se funden en la pura blanca del Espíritu Santo. Con los siete chohanes, él inicia a nuestra en preparación para recibir los nueve dones del Espíritu Santo, de los que se habla en 1 Corintios 12:4-11.

Puesto que el Espíritu de Dios infunde a la naturaleza y al hombre como esencia dadora de vida del , el representante del Espíritu Santo debe estar capacitado para penetrar en todas las sustancias mediante la difusión de su conciencia y también para atraer la llama que sostiene la vida en el hombre y en la naturaleza mediante la focalización de su conciencia.

El elemento que corresponde a la llama del Espíritu Santo es el oxígeno. Sin ese elemento, ni el hombre ni la vida elemental podrían continuar su servicio. La conciencia del Maha Chohán, por tanto, es comparable al Imán del Gran Sol Central. Él focaliza sobre el planeta el imán que atrae hacia la Tierra las emanaciones del sol que se necesitan para mantener la vida.

Lo asisten en este servicio legiones de es de fuego blanco que prestan servicio a la pura luz blanca del Espíritu Santo de Alfa y Omega anclada en el magnífico altar del fuego sagrado en su retiro etérico sobre la isla de Sri Lanka. Estos ángeles atraen la esencia del fuego sagrado de esa llama para sostener la fuerza pránica a lo largo de los del planeta. También prestan servicio al Consolador Santo ángeles de llama rosa que guardan el foco de la llama del consuelo en el altar central de este retiro. En una sala adjunta de la llama está anclada, en un cáliz de cristal bordeado por palomas de cristal, una llama blanca matizada de rosa, con oro en la base, que emite una poderosa radiación de amor divino. Estos ángeles llevan las emanaciones de esas llamas por los cuatro rincones de la Tierra, hasta el corazón de todos aquellos que anhelan el consuelo y la pureza del Dios Padre-Madre.

Las llamas gemelas del Espíritu Santo se manifestaron como lenguas hendidas de fuego el día de , cuando los discípulos fueron llenos del Espíritu Santo. [Hechos 2:3]

 

 

En su dictado de Pentecostés de 1991 el Maha Chohán dijo:

Desde el monte de la salvación, en algún lugar en la octava etérica, desciendo no solamente en este lugar sino hasta los niveles más profundos de la Muerte y el Infierno. Porque en la hora del descenso del Espíritu Santo todos son tocados. Algunos son acelerados hacia la Vida eterna. Algunos reciben el juicio del Espíritu Santo. Sabed, amados míos, que para todos los habitantes de la Tierra hay una visitación del Espíritu Santo, hay una medición de la , hay una separación entre la Luz y la Oscuridad. Esta acción del Espíritu Santo es un hecho que acontece anualmente en Pentecostés. Todas las almas en todas las octavas del planeta Tierra deberían prepararse desde el domingo de Pascua hasta Pentecostés orando y ayunando, con acciones nobles, estudio de las escrituras y para recibir empoderamiento del Espíritu Santo. [Hechos 2:1-41]

 

 

Cuando Jesús fue bautizado, “vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre él”. [Mateo 3:16] La paloma es el símbolo físico de la acción de las llamas gemelas del Espíritu Santo, que también se puede visualizar como una V con alas, un foco de las polaridades masculina y femenina de la Deidad y un recordatorio de que Dios creó las llamas gemelas para que representaran Su naturaleza andrógina.

Ante la presencia del Maha Chohán y dentro de los muros de su retiro se siente el ritmo del Espíritu Santo, las pulsaciones del aliento del fuego sagrado de Dios emitiendo el flujo de vida desde el hacia el corazón de todos los que evolucionan en este planeta.

Las primeras tres razas raíz, cada una de las cuales cumplió su plan divino en el ciclo establecido de 14 mil años, tuvieron sus propios representantes del Espíritu Santo que se graduaron para pasar al servicio cósmico con su respectiva .

Quien actualmente ocupa este cargo de Maha Chohán estuvo encarnado como Homero, el poeta ciego cuyos poemas épicos, La Iliada y La Odisea, incluyen a su llama gemela, Palas Atenea, como figura central. La Iliada cuenta la historia del último año de la guerra de Troya, mientras que La Odisea gira alrededor del regreso al hogar de Odiseo, uno de los héroes de la guerra de Troya.

Históricamente, poco se conoce sobre Homero, pero la mayoría de los académicos creen que compuso sus poemas en el siglo VIII o IX a.C. Ya en esa época Homero sintonizó su conciencia con la llama del consuelo, y la radiación que sostuvo con el foco de la llama de su corazón fue una gran bendición para la . En su última encarnación como pastor en la India, la luz que silenciosamente atrajo guardó la llama para millones de corrientes de vida. Alcanzó su maestría consagrando sus cuatro cuerpos inferiores como un cáliz para la llama del Espíritu Santo y su conciencia como un transformador desacelerador para las emanaciones de , el Anciano de Días.

El Maha Chohán se ha referido al Espíritu Santo como el gran coordinador unificador que,

como un vigoroso tejedor de antaño, teje una vestidura sin costuras de luz y amor de . La lanzadera de la atención Dios sobre el hombre hace circular brillantes rayos de luz descendente, que destellan fragmentos de pureza y felicidad, hacia la Tierra y hacia el corazón de Sus hijos, a la vez que las esperanzas, aspiraciones, invocaciones y peticiones de ayuda de los hombres, que se elevan tiernamente, buscan a Dios en Su poderoso refugio de pureza cósmica…

Como una diminuta semilla de luz, el Espíritu Santo entra en el corazón de la Tierra, en la densidad de la , para que pueda expandirse por las células de la forma y del ser, del pensamiento y de la percepción y convertirse en una gnosis y un fulgor en el cáliz de la conciencia. Este Santo Grial de sustancia inmortal puede no ser reconocido por muchos que pasen de largo, pero muchos otros lo percibirán reluciendo desde detrás del velo. Derramando la luz de ese conocimiento divino que trasciende el concebir mortal, y es la renovadora frescura de la alborada de la eternidad, vitaliza cada momento con felicidad divina que el hombre reconoce en las infinitas percepciones arrojadas como fragmentos al cáliz de su propia conciencia.

En 1974 el amado Maha Chohán dijo:

El ha decretado que en esta hora de la evolución de esta oleada de vida y este hogar planetario llegó el momento en que el reloj cósmico dio la hora. Es la hora en que la humanidad debe recibir al Espíritu Santo y preparar el cuerpo templo para que sea la morada del Altísimo. En este momento de la aparición de ese Espíritu es necesario que cierta cantidad de personas de entre la humanidad sean purificadas para recibir ese Espíritu. Porque a menos que reciban esa llama y esa conciencia el mundo dejará de existir como un lugar de evolución como lo conocéis hoy. Porque el equilibrio de todas las fases de la vida y la evolución no pueden continuar a no ser que el Espíritu Santo se convierta en la energía aceleradora y en la vida y en la luz del hombre y la mujer. Cuando el reloj dé la medianoche y el año 1974 dé paso a 1975, en ese momento se producirá la emisión de la espiral del Espíritu Santo para el planeta entero.

Luego el Maha Chohán nos dijo que la emisión del último cuarto de siglo era

una espiral cósmica que serviría para la plena realización del Espíritu Santo en el hombre, en la mujer, en la naturaleza, en el niño santo. Y habría un período de veinticinco años de prueba para ver si suficientes personas podrán mantener un tabernáculo para el Espíritu Santo mediante el sacrificio, la renuncia y la autopurificación.

El Maha Chohán ministra a todas las personas de la Tierra cuando entramos en este mundo y cuando salimos de él. En el momento de ese nacimiento está presente para insuflar el aliento de vida en el cuerpo y para encender la que es bajada a la manifestación en la .

El Maha Chohán también ministra durante la transición llamada muerte, cuando acude a retirar la llama de la vida y a retirar el aliento sagrado. La llama, o , regresa al Santo y el alma, vestida con el cuerpo etérico, también regresa al nivel del Santo Ser Crístico. Del mismo modo, el Maha Chohán también nos ministra en todas las encrucijadas de la vida si tan sólo nos detenemos por un momento al ir a tomar decisiones, pensamos en el Espíritu Santo y simplemente decimos el mantra: “Ven, Espíritu Santo, ilumíname.”

 

 

Come, Holy Spirit, enlighten me! (36x)

¡Ven, Espíritu Santo, ilumíname! (36x)

 

Come, Holy Spirit, enlighten me!

 

 

La radiación del Maha Chohán se atrae con la composición musical Homing, de Arthur Salmon.

 

© Summit University Press

 

 

Blest Holy Spirit, Lord Maha Chohan

 

Blest Holy Spirit, Lord Maha Chohan

 

Bendito Espíritu Santo, Señor Maha Chohán

 

Blest Holy Spirit
Lord Maha Chohan

Thou, Son and Father
God, the Three-in-One

Thy substance flowing
Through each one's lifestream

Sustains thy channels
To all life redeem.

 

Bendito Espíritu Santo,
Señor Maha Chohán

Tú, el Hijo y Dios
Padre, el Tres-en-Uno,

tu sustancia que circula,
por la corriente vital de cada uno,

sostiene tus canales
para toda vida redimir.

 

Thou art to all the
Comforter divine

Sent by the Father
To our worlds refine.

We feel thy Presence
Hold us close to thee

'Til we ascend to
That blest Trinity.

 

Tú eres para todos el
Consolador divino

enviado por el Padre
para nuestros mundos refinar.

Sentimos tu Presencia,
guárdanos cerca de ti

hasta que ascendamos a
esa bendita Trinidad.

 

Come, Holy Spirit
Through each earnest soul

Expand thy Light and
Raise us to that goal

Of the ascension
Love's eternal home

One with God's Presence
Nevermore to roam.

 

Ven, Espíritu Santo,
por toda ferviente alma

expande tu Luz y
elévanos a esa meta

de la ascensión,
eterno hogar del Amor,

uno con la Presencia de Dios,
para nunca más deambular.

 

Here shall our Light shine
Like unto the sun

Guiding all men
Until God's will be done.

Comfort and truth with
Peace and freedom blend

Thus Life's beginning
Now and without end.

 

Ahí nuestra Luz brillará
como hacia el sol,

guiando a todos los hombres
hasta que esté hecha la voluntad de Dios.

Consuelo y verdad con
Paz y libertad armoniza

para que así la Vida empiece
ya y para siempre.

 

© The Summit Lighthouse

 

 

Véase el diagrama en la sección de Tablas

 

13780 Total vistas 9 Vistas hoy

La Tercera Persona de la Trinidad; la omnipresencia de Dios; las lenguas hendidas de fuego que focalizan a Dios Padre-Madre, también llamado el fuego sagrado; las energías de Vida que animan a un cosmos. En la Trinidad hindú de Brahma, Vishnu y Shiva, el Espíritu Santo corresponde a Shiva, conocido como el Destructor-Liberador porque su amor que todo lo consume, cuando se invoca en los planos de la Materia, ata a las fuerzas del mal y transmuta la causa y el efecto de las creaciones erróneas de los hombres, liberándolos de la prisión de su karma y de los seres oscuros que la habitan. El prana es la esencia del Espíritu Santo que ingerimos con el aliento del fuego sagrado a través de los chakras para nutrir a los cuatro cuerpos inferiores. El Espíritu Santo es el foco del equilibrio del Dios Padre-Madre en el núcleo de fuego blanco del ser. El exorcismo de los espíritus malignos y de las entidades impuras se realiza mediante el fuego sagrado del Espíritu Santo, en el nombre del Cristo y del YO SOY EL QUE YO SOY. Los nueve dones del Espíritu Santo son poderes que se otorgan a los siervos del Señor para atar a la muerte y el infierno y realizar Sus obras en la tierra.

La Persona y la Llama del Espíritu Santo es el Consolador que Jesús prometió que vendría cuando nuestro Señor nos dejara –a iluminarnos, a instruirnos y a hacernos recordar todas las cosas que el amado Jesús nos ha enseñado, tanto en la tierra como en el cielo. Cada vez que un hijo o hija de Dios asciende a la Presencia del YO SOY EL QUE YO SOY, el Espíritu Santo desciende para llenar el vacío y magnificar la Presencia del Señor en la tierra. Es éste el ritual del descenso del Espíritu Santo prometido por Jesús a sus discípulos cuando el Maestro dijo: “Permaneced en la ciudad de Jerusalén hasta que seáis dotados del poder de las alturas”, cosa que ocurrió en Pentecostés después del ascenso de Jesús al cielo.

El representante de la llama del Espíritu Santo para las evoluciones de la tierra es el maestro ascendido que ocupa el cargo de Maha Chohán . El Espíritu Santo es la Personalidad Impersonal de la Divinidad y está ubicada en el lado occidental de la Ciudad Cuadrangular. Véase Gráfica de tu Ser Divino.

1 Corintios 12:4-11; Juan 14:16, 26; 16:7; Lucas 24:49, 51; Marcos 16-19; Hechos 2:1-4

cósmica. La cadena universal de seres libres en Dios individualizados que cumplen con los atributos y los aspectos de la infinita Individualidad de Dios. Dentro del esquema de la jerarquía cósmica están los Logos Solares, los Elohim, los Hijos e Hijas de Dios, maestros ascendidos y maestros no ascendidos con sus círculos de chelas, seres cósmicos, las doce jerarquías solares, arcángeles y ángeles del fuego sagrado, hijos de la luz, espíritus de la naturaleza (los elementales) y llamas gemelas de la polaridad de Alfa y Omega que patrocinan sistemas planetarios y galácticos.

     Esta orden universal de la propia Auto-Expresión del Padre es el medio por el cual Dios, en el Gran Sol Central, desacelera la Presencia y el poder de Su ser/conciencia universal para que las evoluciones sucesivas en el tiempo y el espacio, de la más pequeña a la más grande, puedan llegar a conocer el milagro de Su amor. El nivel de realización espiritual/física de un individuo –medida por la autopercepción equilibrada, “oculta con el Cristo en Dios”, y que con Su amor demuestra Su Ley en el cosmos del Espíritu y la Materia– es el criterio que establece dónde está colocado el individuo en la escala de la vida llamada jerarquía.

     En el siglo III, Orígenes de Alejandría describió su concepción de una jerarquía de seres que va de los ángeles a los seres humanos, a los demonios y las bestias. El conocido erudito y teólogo de la Iglesia primitiva, que expuso la piedra angular de la doctrina de Cristo, y sobre cuyas obras los subsiguientes padres de la Iglesia, doctores y teólogos edificaron sus tradicio­nes, enseñaba que a las almas se les asignan sus respectivos cargos y deberes con base en acciones y méritos pasados, y que cada una tiene la oportunidad de subir o de bajar de rango. Muchos seres de la jerarquía celestial están nombrados en el libro del Apocalipsis. Aparte de la falsa jerarquía del Anticristo, que incluye a los ángeles expulsados, algunos de los miembros de la Gran Hermandad Blanca enlistados por Jesús son Alfa y Omega, los siete Espíritus, los ángeles de las siete iglesias, los Veinticuatro Ancianos, las cuatro bestias, los santos vestidos de blanco, los Dos Testigos, el Dios de la Tierra, la Mujer vestida del Sol y su Niño-Hombre, el arcángel Miguel y sus ángeles, el Cordero y su esposa, los ciento cuarenta y cuatro mil que llevan el nombre del Padre escrito en la frente, el ángel del Evangelio Eterno, los siete ángeles (esto es, los arcángeles de los siete rayos) parados delante de Dios, el ángel vestido de nube y con un arco iris sobre la frente, los siete truenos, El Fiel y Verdadero y sus ejércitos, y aquel que estaba sentado en el gran trono blanco. Véase Elohim.

Véase Alfa y Omega.

La totalidad divina del Dios Padre-Madre, declarada por Cristo el Señor como “el principio y el fin” en el Libro del Apocalipsis. Llamas gemelas ascendidas de la conciencia del Cristo Cósmico que sostienen el equilibrio de la polaridad masculina-femenina de la Deidad en el Gran Sol Central del cosmos. Así, por mediación del Cristo Universal (la Palabra encarnada), el Padre es el origen y la Madre el cumplimiento de los ciclos de la conciencia de Dios expresada a lo largo y ancho de la creación del Espíritu y la Materia.   [Compárese con Purusha y Prakriti en la tradición hindú.] 

Apocalipsis 1:8, 11; 21:6; 22: 13
El retiro de un maestro es su hogar de luz, su templo y su lugar de servicio. Los retiros son focos de la Gran Hermandad Blanca localizados principalmente en el plano etérico, que es donde presiden los maestros ascendidos. Los retiros anclan una o más de las llamas de la Divinidad así como el moméntum de servicio de los maestros y su realización espiritual para el equilibrio de la luz en los cuatro cuerpos inferiores de un planeta y sus evoluciones. Cumplen múltiples funciones para los consejos de la jerarquía que sirven a las ondas de vida de la tierra y algunos retiros están abiertos para individuos no ascendidos, cuya alma puede viajar a estos focos en su cuerpo etérico entre una encarnación y otra en la tierra, o en su cuerpo sutil durante el sueño o samadhi.

     Muchos de los retiros de los maestros, incluyendo sus escuelas de misterios, estuvieron en el plano físico durante las primeras eras de oro de la tierra e incluso después de la Gran Rebelión y la Caída de los ángeles caídos. Ante la destrucción y la profanación de sus templos, los maestros retiraron sus centros y sus llamas al plano etérico, de ahí el término “retiro”. Después de la ascensión del mensajero Mark L. Prophet el 26 de febrero de 1973, los Señores del Karma dieron otra oportunidad a los hijos de Dios de saldar su karma asistiendo a las clases en los retiros de los siete chohanes, el Maha Chohán y los Instructores del Mundo. El primero de enero de 1986, Gautama Buda y los Señores del Karma respondieron a la petición de los Señores de los Siete Rayos de abrir las universidades del Espíritu que se encuentran en sus retiros etéricos a decenas de miles de estudiantes para proseguir sistemáticamente el camino de la automaestría en los siete rayos. Los estudiantes viajan en su cuerpo sutil durante el sueño y pasan catorce días en el retiro de cada uno de los chohanes y del Maha Chohán. Véase Tabla de los ocho rayos.

El reino de los cielos. El plano más elevado en la dimensión de la Materia; plano tan concreto y real (y más todavía) que el plano físico pero que se experimenta a través de los sentidos del alma en una dimensión y una conciencia más allá de la percepción física. El plano en que los registros akáshicos de la evolución completa de la humanidad se plasman individual y colectivamente. Es el mundo de los maestros ascendidos y sus retiros, ciudades etéricas de luz donde las almas de un orden mayor de evolución moran entre una encarnación y otra. Es el plano de la realidad libre de la sociedad sórdida, pecaminosa y enferma que los hombres y los demonios han conformado en los planos terrenales. Aquí la era de oro está en curso. El Amor es la plenitud de la Presencia de Dios por doquier, y los ángeles y los elementales, junto con los niños de Dios, sirven en armonía para manifestar el reino del Cristo en la Era Universal, por los siglos de los siglos. Como tal, es el plano de transición entre los reinos terrenal/celestial y el reino de Dios, el Espíritu, o Absoluto.

     El plano etérico inferior se traslapa con los cinturones astral, mental y físico. Está contaminado por estos mundos inferiores ocupados por la falsa jerarquía y la conciencia de masas que ésta controla, incluidas sus matrices y emociones (inglés: e-motions = energies in motion, “energías en movimiento”).

La llama gemela es el complemento masculino o femenino del Espíritu concebida a partir del mismo cuerpo de fuego blanco, el ovoide de fuego de la Presencia YO SOY.
Véase Diosa de la Verdad, Señores del Karma.
(tibetano: “señor, maestro”; un jefe). Cada uno de los siete rayos tiene un chohán en quien se concentra la conciencia crística del rayo, la ley del rayo que rige su recto uso en el hombre. Habiendo personificado y demostrado esta ley del rayo a lo largo de numerosas encarnaciones, y habiendo pasado iniciaciones tanto antes como después de la ascensión, el candidato es nombrado para ocupar el cargo de chohán por el Maha Chohán (el) “Gran Señor”, que es a su vez el representante del Espíritu Santo en todos los rayos. Para los nombres de los chohanes de los rayos (maestros ascendidos que representan uno de los siete rayos para las evoluciones de la tierra) y la ubicación de sus focos físicos/etéricos, véase Tabla de los ocho rayos . Maha Chohan significa Gran Señor (sánscrito maha: “gran, poderoso, fuerte, abundante”; chohan: “Un Señor o Maestro. Un alto adepto. Un iniciado que ha tomado más iniciaciones que las cinco iniciaciones mayores que hacen de un hombre un ‘Maestro de la Sabiduría’” (Alice A. Bailey, A treatise on cosmic fire, p. 66, n. 24). “Un término Rajput usado por escritores indios para denotar un alto rango espiritual” (Christmas Humphreys, A popular dictionary of Buddhism, p. 57). “Chief, Cho-Khan, ‘Rock of Ages’” (The Mahatma Letters to A.P. Sinnett from the Mahatmas M. & K.H., índice, p. 9). H.P. Blavatsky describió a los Chohanes como: “Los siete Poderosos Seres que, habiendo pasado la Sexta Iniciación, tienen el poder de focalizar dentro de ellos mismos las Corrientes de los Rayos o Atributos de la conciencia logoica” (La doctrina secreta). Chohan puede estar relacionado con el tibetano chos (pronunciado chö), que significa dharma, doctrina religiosa o religión, especialmente la doctrina del Buda. En un sentido general, el significado de chos abarca todos los fenómenos, la materia y el conocimiento de las cosas mundanas y espirituales. La palabra tibetana jo-bo (pronunciada chö), significa señor o maestro, Buda o la imagen de Buda. La palabra mongola khan o qan (pronunciada hahn) también significa señor, gobernante, emperador o rey. El tibetano chos-mkhan (pronunciado chi-ken o cho-ken) significa el que practica o es hábil en el dharma. [ECP, Saint Germain: Prophecy to the Nations, libro 1, p. 229.]
Véase Señores de los Siete Rayos.
Haz de luz o de otra energía radiante. Los rayos son las emanaciones de luz de la Divinidad que, cuando se invocan en el nombre de Dios o en el nombre del Cristo, prorrumpen como una llama en el mundo del individuo. Los rayos pueden ser proyectados por la conciencia divina de seres ascendidos o no ascendidos a través de los chakras y del tercer ojo como una concentración de energía que asume numerosas cualidades divinas, como amor, verdad, sabiduría, curación, etc. Haciendo mal uso de la energía de Dios, los practicantes de magia negra proyectan rayos que tienen cualidades negativas, tales como rayos mortales, rayos de sueño, rayos hipnóticos, rayos de enfermedad, rayos psicotrónicos, el mal de ojo, etc. Véase Tabla de los ocho rayos .
Iniciado de la Gran Hermandad Blanca con un alto grado de realización espiritual, especialmente en el control de la Materia, las fuerzas físicas, los espíritus de la naturaleza y las funciones corporales; es en todo punto el alquimista pasando por iniciaciones avanzadas del fuego sagrado en el sendero de la ascensión.

La luz espiritual es la energía de Dios; el potencial del Cristo. Como personificación del Espíritu, el término “Luz” puede utilizarse como sinónimo de los términos “Dios” y “Cristo”. Como esencia del Espíritu es sinónimo de “fuego sagrado”. Es la emanación del Gran Sol Central y de la Presencia YO SOY individualizada, y la Fuente de toda vida. Es lo que enciende la chispa divina, porque la Luz verdadera alumbra a toda manifestación de Dios que debe descender a un mundo oscurecido. El portador de Luz es el que desplaza la Oscuridad, y la Luz de su Presencia YO SOY proviene de los reinos del Día Eterno.

Juan 1:7-9

Dios es un Espíritu y el alma es el potencial vivo de Dios. La petición de libre albedrío que el alma hizo  y su consiguiente separación de Dios tuvieron como consecuencia el descenso de este potencial al estado carnal inferior. Sembrada en deshonor, el alma está destinada a elevarse con honores a la plenitud de ese estado divino que es el Espíritu único de toda Vida. El alma puede perderse; el Espíritu no puede morir.

     El alma permanece como un potencial que ha caído a niveles más bajos de vibración y de conciencia, y debe ser imbuida de la realidad del Espíritu, purificada por medio de la oración y la súplica y devuelta a la gloria de la cual descendió y a la unidad del Todo. Esta reunión del alma con el Espíritu es el matrimonio alquímico, que determina el destino del ser y lo convierte en uno con la Verdad inmortal. Cumplido este ritual, el Ser superior se corona Señor de la Vida y se descubre que el potencial de Dios realizado en el hombre es el Todo-en-todo.

El fuego de la Kundalini, que se encuentra como una serpiente enroscada en el chakra de la base de la columna (el muladhara), y que con pureza espiritual y automaestría se eleva hacia el chakra de la coronilla, acelerando los centros espirituales o chakras a su paso. Dios, luz, vida, energía, el YO SOY EL QUE YO SOY. “Nuestro Dios es un fuego consumidor” (Hebreos 12:29). El fuego sagrado es la precipitación del Espíritu Santo para el bautismo de las almas, para la purificación, para la alquimia y la transmutación y para alcanzar la ascensión, ritual sagrado mediante el cual el alma retorna al Único.

Espíritu divino, heraldo, precursor o mensajero enviado por Dios para comunicar Su Palabra a Sus hijos. Espíritu ministrante enviado para asistir a los herederos del Cristo, para confortar, proteger, guiar, fortalecer, enseñar, aconsejar y prevenir. Cohortes de la luz al servicio de los seres crísticos, los hijos e hijas de Dios, por todo el cosmos. Un “ángulo” de la conciencia de Dios –un aspecto de Su Autoconciencia; un ser formado por Dios a partir de Su propia llameante Presencia para asistir a la Vida en la forma. “Y de sus ángeles dijo: El que hizo a sus ángeles espíritus, y a sus ministros llama de fuego.” Las huestes celestiales comprenden una evolución que se diferencia de la humanidad por su llameante individualidad y la pureza de su devoción a la Deidad y a los arcángeles jerarcas bajo cuyo mando prestan servicio. Su función es concentrar, acelerar y amplificar los atributos de Dios en beneficio de Su creación. Atienden las necesidades de los hombres atrayendo luz hacia su aura, intensificando los sentimientos de esperanza, fe y caridad, honor, integridad, valor, verdad y libertad, misericordia y justicia, y todo aspecto de la claridad cristalina de la Mente de Dios. Debido a la sacralidad de su presencia invisible, el autor del Libro de Hebreos dijo: “No olvidéis la hospitalidad, porque algunos, sin saberIo, hospedaron ángeles.” Con lo que abunda en el hecho de que los ángeles sí encarnan y andan entre nosotros como nuestros mejores amigos y auxiliadores, aun cuando sean unos perfectos extraños.

     Metafóricamente hablando, los ángeles son electrones que giran alrededor de la Presencia Solar que es Dios, electrones que han elegido, por Su voluntad innata en ellos, expandir Su conciencia en todos los planos de la existencia; que han sido “cargados” de la luz/energía/conciencia del Gran Sol Central para ser “electrodos”, esto es, pilares de la ardiente presencia de Dios que operan como “transformadores de desaceleración” de la Luz inefable, para que Sus hijos puedan recibir una porción de esperanza de la gloria que ha de venir en medio de la noche oscura de su situación kármica en la tierra. Los ángeles pueden adquirir forma humana o de “bastoncillos” y “conos” o espirales y rollos de energía concentrada que puede ser liberada para la curación personal y planetaria, en respuesta al llamado de los seres crísticos, literalmente como una transfusión del Cuerpo y la Sangre del Cristo Cósmico dondequiera y cuandoquiera que se necesite. Hay ángeles de curación, de protección, amor, consuelo y compasión, ángeles que asisten en los ciclos de nacimiento y muerte, ángeles del Ojo Omnividente de Dios que esgrimen la espada llameante de la Verdad para separar de tajo lo real de lo irreal. Hay tipos y órdenes de ángeles que realizan servicios específicos en la jerarquía cósmica, como los serafines y los querubines, o los ángeles devas que sirven con los espíritus de la naturaleza y los elementales del fuego, el aire, el agua y la tierra. Véase ángeles caídos.

Cuatro capas de cuatro distintas frecuencias que rodean al alma (los cuerpos físico, emocional, mental y etérico) y que proveen al alma de vehículos en su viaje por el tiempo y el espacio. La capa etérica, la de más alta vibración, es la entrada para los tres cuerpos superiores: el Ser Crístico, la Presencia YO SOY y el cuerpo causal. Son las túnicas de pieles mencionadas en Génesis 3:21. Véase cuerpo astral, cuerpo de los deseos, cuerpo emocional, cuerpo etérico, cuerpo físico, cuerpo mental, Gráfica de tu Ser Divino, magnetismo animal.

Pentecostés [del griego pentēkostē, literalmente “cincuentavo día”]. Fiesta religiosa en el séptimo domingo, o cincuentavo día, después de la Pascua para celebrar el descenso del Espíritu Santo sobre los apóstoles (véase Hechos 2). (Whitsuntide en inglés es la semana que inicia con el Whitsunday, especialmente los tres primeros días.)

 

La corriente de vida que emana de la Fuente única, de la Presencia YO SOY en los planos del Espíritu, y desciende a los planos de la Materia, donde se manifiesta como la llama trina anclada en el chakra del corazón para sustentar al alma en la Materia y nutrir los cuatro cuerpos inferiores. Término que se utiliza para denotar a las almas que evolucionan como “corrientes de vida” individuales y por ende como sinónimo del término “individuo”. Denota la naturaleza en curso del individuo a través de los ciclos de individualización.

Forma dinámica de oración hablada que usan los estudiantes de los maestros ascendidos para dirigir la luz de Dios hacia circunstancias individuales y mundiales a fin de producir cambios constructivos. Generalmente enmarcan al cuerpo del decreto un preámbulo y un cierre o aceptación. Es la Palabra de autoridad de Dios pronunciada por el hombre, en el nombre de la Presencia YO SOY y del Cristo vivo, para provocar cambios en la tierra mediante la voluntad de Dios y Su conciencia presente, en la tierra como en el cielo, en manifestación abajo como Arriba. El decreto dinámico que se ofrece en alabanza y petición a Dios el SEÑOR con el uso de la ciencia de la Palabra hablada es la “oración del justo, que obrando eficazmente, puede mucho”. El decreto dinámico es el medio gracias al cual el suplicante se identifica con la Palabra de Dios, con el fíat original del Creador: “Sea la luz: y fue la luz” (Génesis 1:13).

     Los decretos dinámicos fueron dados por los maestros ascendidos en inglés, lengua con que se alcanza una vibración más elevada, parecida a la de los ángeles. Detrás de los decretos hay fórmulas matemáticas que producen siempre el mismo efecto.

     El decreto es la herramienta y la técnica del alquimista para la transmutación personal y planetaria y para la autotrascendencia.

Un vórtice de energía, física o espiritual, central para los sistemas de mundos, que lanza desde su interior, o que atrae hacia sí con el imán del sol central. Ya sea en el micro­cosmos o en el macrocosmos, el sol central es la principal fuente de energía, el vórtice o el nexo de intercambio de energía en los átomos, las células, el hombre (el chakra del corazón), entre la vida vegetal y el centro de la tierra. El Gran Sol Central, también llamado Gran Eje, es el centro del cosmos; el punto de integración del cosmos del Espíritu-Materia; el punto de origen de toda creación física-espiritual; el núcleo, o núcleo de fuego blanco, del Huevo Cósmico. (Sirio, la Estrella Dios, es el foco del Gran Sol Central en nuestro sector de la galaxia.)

Almas que encarnan como grupo y que tienen un patrón arquetípico, un plan divino y una misión únicos que cumplir en la tierra. Véase manu.

Véase elementales.

Gran Guru de la simiente del Cristo a lo largo y ancho del cosmos; jerarca de Venus; el Anciano de Días mencionado en Daniel 7:9, 13, 22; uno de los Siete Santos Kumaras. Hace mucho tiempo vino a la tierra en los momentos más oscuros de ésta, cuando toda la luz se había extinguido en sus evoluciones, pues no quedaba un solo individuo en el planeta que diera adoración a la Presencia de Dios. Ciento cuarenta y cuatro mil almas se ofrecieron como voluntarias para auxiliar a Sanat Kumara en su misión y lo acompañaron junto con legiones de ángeles…
El que, a través del Cristo y por haberse revestido de la Mente que hubo también en Cristo Jesús, ha alcanzado la maestría del tiempo y el espacio y, en el mismo proceso, también del yo en los cuatro cuerpos inferiores y en los cuatro cuadrantes de la Materia, en los chakras y en la llama trina equilibrada. Ha transmutado cuando menos el 51 por ciento de su karma, cumplido con su plan divino y pasado las iniciaciones del rayo rubí para el ritual de la ascensión: la aceleración por medio del fuego sagrado hacia la Presencia del YO SOY EL QUE YO SOY. Los maestros ascendidos habitan en los planos del Espíritu –el reino de Dios (la conciencia de Dios)– y pueden enseñar a las almas no ascendidas en un templo etérico o en las ciudades etéricas del plano etérico (el reino de los cielos).

Filipenses 2:5

(latín: mater, “madre”). La polaridad femenina (negativa) de la Divinidad, cuya polaridad masculina (positiva) es el Espíritu. La Materia actúa como un cáliz para el reino de Dios y es el lugar de morada de almas en evolución que se identifican con su Señor, el Santo Ser Crístico. La Materia se distingue de la materia, la sustancia de la tierra, terrena, de los reinos de maya, que bloquea en vez de irradiar la luz divina y el Espíritu del YO SOY EL QUE YO SOY.

La materia es la materialización de la Llama de Dios, el medio por el cual el Espíritu adquiere, “físicamente”, cuádruple dimensión y forma a través de la polaridad femenina, o negativa, de la Divinidad. Los maestros ascendidos usan Mater o Matter indistintamente para describir los planos de la existencia que comprenden y se amoldan al cáliz universal, o matriz, para el descenso de la luz de Dios que se percibe como Madre. A través de este aspecto de sí mismo como Madre es como el Espíritu de Dios, el Padre, desarrolla en sus hijos la conciencia del Cristo, el unigénito de Dios, como percepción de sí mismos en el Cristo en desenvolvimiento a través de la llama trinala chispa divina y sello de autenticidad de los coherederos que serán. El alma que desciende de los planos del Espíritu mora en el tiempo y el espacio en la Materia para su evolución espiritual/física, que requiere automaestría en las energías de Dios con el recto ejercicio del libre albedrío. Los cuatro cuerpos inferiores del hombre, de un planeta o de sistemas de mundos —los cuatro planos, cuadrantes y fuerzas cósmicas— ocupan y constituyen las frecuencias de la Materia. Véase Madre, Espíritu.
Los Señores del Karma. Los seres ascendidos que componen el Consejo Kármico. Su nombre y el rayo que representan en él son los siguientes: primer rayo, el Gran Director Divino; segundo rayo, la Diosa de la Libertad; tercer rayo, la Maestra Ascen­dida Nada; cuarto rayo, el Elohim Ciclopea; quinto rayo, Palas Atenea, Diosa de la Verdad; sexto rayo, Porcia, Diosa de la Justicia; séptimo rayo, Kuan Yin, Diosa de la Misericordia.

     Los Señores del Karma administran la justicia en este sistema de mundos, y adjudican karma, misericordia y juicio a todas las corrientes de vida. Todas las almas deben pasar delante del Consejo Kármico antes y después de cada encarnación en la tierra; reciben su asignación y su porción kármica para cada periodo de vida por anticipado y luego se pasa revista a su actuación al terminar. Gracias al Guardián de los Pergaminos y a los ángeles registradores, los Señores del Karma tienen acceso al registro completo de cada corriente de vida encarnada en la tierra. Ellos determinan quién ha de encarnar, así como cuándo y dónde. Asignan a las almas a una comunidad o a una familia, sopesando cuánta carga de karma debe saldarse, en cumplimiento de cada “punto y tilde” de la ley. El Consejo Kármico, en consonancia con la Presencia YO SOY y el Ser Crístico individuales, determina cuándo se ha ganado el alma finalmente el derecho a quedar libre de la rueda de karma y de las rondas de renacimiento.

     Los Señores del Karma se reúnen en el retiro del Royal Teton dos veces al año, en los solsticios de invierno y de verano, para revisar peticiones de la humanidad no ascendida y para otorgar dispensaciones con el fin de asistirla.

La llama del Cristo, la chispa de la vida que arde en la cámara secreta del corazón de los hijos e hijas de Dios. La sagrada trinidad de poder, sabiduría y amor que es la manifestación del fuego sagrado. Véase Gráfica de tu Ser Divino.

(sánscrito: ananda-kanda, “raíz de la beatitud”). Chakra del octavo rayo. El santuario de meditación detrás del chakra del corazón, el lugar al que se retira el alma de los portadores de luz. Es el núcleo de la vida donde el individuo se ve cara a cara con el Guru interno, el amado Santo Ser Crístico, y recibe las pruebas para el alma que preceden a la unión alquímica con ese Santo Ser Crístico: el matrimonio del alma con el Cordero.

     Cámara espiritual situada detrás del chakra del corazón y rodeada por una gran luz y protección. Es el punto de conexión del cordón de luz que desciende desde la Presencia YO SOY para sostener el latido del corazón físico, dando vida, propósito e integración cósmica. Es el lugar especial donde se comulga con el Santo Ser Crístico y se aviva el fuego de la llama trinaVéase matrimonio alquímico, Tabla de los chakras , Decretos de Corazón, Cabeza y Mano .
La llama trina.

La llama del Cristo, la chispa de la vida que arde en la cámara secreta del corazón de los hijos e hijas de Dios. La sagrada trinidad de poder, sabiduría y amor que es la manifestación del fuego sagrado. Véase Gráfica de tu Ser Divino.

Santo Ser Crístico o Yo Crístico, es el foco individualizado del "unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad". El Cristo Universal individualizado como la auténtica identidad del alma. El Yo Real de todo hombre, mujer y niño hacia el cual el alma debe alzarse. El Ser Crístico es el mediador entre un hombre y su Dios. Es el instructor, el maestro y el profeta personal de un individuo, que oficia como sumo sacerdote ante el altar del Santísimo (la Presencia YO SOY) del templo edificado sin manos de todo hombre. El advenimiento de la percepción universal del Ser Crístico entre el pueblo de Dios en la tierra ha sido profetizado por los profetas como el descenso del SEÑOR NUESTRA JUSTICIA, llamado también VÁSTAGO, en la Era Universal que está por llegar. Cuando alguien alcanza la plena identificación del alma con el Ser Crístico, se le llama ser crístico o ungido, y se ve al Hijo de Dios brillar a través del Hijo del hombre. Juan 1:14; Isaías 11-1; Jeremías 23:5, 6; 33-15, 16; Zacarías 3:8, 6:12