El Señor Maitreya ocupa el cargo de y Buda Planetario. Su nombre significa “amorosa bondad”, y focaliza el resplandor del Cristo Cósmico para las evoluciones de la Tierra. Protector del planeta Tierra desde Venus, sucedió al Señor como Cristo Cósmico cuando Gautama se convirtió en Señor del Mundo durante una ceremonia en el del Royal Teton el 1 de enero de 1956.
En el cargo del Cristo Cósmico el Señor Maitreya supervisa los posibles cambios terrestres así como las idas y venidas de los y el progreso de los Cristos encarnados.
En la historia del planeta ha habido numerosos s que han prestado servicio a las evoluciones de la humanidad siguiendo los pasos y las etapas del sendero del . El Señor Maitreya, el Cristo Cósmico, ha pasado las iniciaciones del Buda. Ha salido a escena en esta época para instruir a todos aquellos que se han apartado del camino del Gran Guru , de cuyo linaje descendieron tanto él como Gautama.
Maitreya es venerado en el Tíbet, Mongolia, China, Japón y por toda Asia, donde es reverenciado por los budistas como “el Compasivo” y como el Buda que ha de venir. Aunque Maitreya es aceptado por todos los budistas, asume una gran variedad de roles en distintas culturas y sectas religiosas. Entre estos roles está el de protector y restaurador del ; intercesor y protector; un que comulga personalmente con sus devotos, los inicia y los instruye; un mesías que desciende cuando en el mundo reina la confusión; un enviado por la Divina para rescatar a sus hijos; y el Buda sonriente del zen.
El erudito en budismo Evans-Wentz describe a Maitreya como
el Mesías budista que regenerará el mundo con el poder del amor divino e inaugurará una Nueva Era de Paz y Hermandad Universales. Actualmente está en el Cielo Tushita [Tushita Devaloka, “el cielo de los contentos”] de donde descenderá y nacerá entre los hombres y se convertirá en el futuro buda, para revelar de nuevo, como hicieron Gautama y la larga Dinastía de Budas pasados, el que conduce a la Gran Liberación.
En el budismo chino, el Señor Maitreya es representado algunas veces como el “bonzo del saco” (un “bonzo” es un monje budista). En este papel, Maitreya aparece como un Buda Sonriente, rechoncho, alegre y barrigón. Con frecuencia se le representa sentado, cargando un saco de cáñamo, con niños felices que se le suben por todas partes. Para los chinos representa prosperidad, riqueza material y satisfacción espiritual; los niños representan la bendición de una familia grande.
El erudito budista Kenneth Ch'en escribe sobre esta representación de Maitreya:
Un rasgo de su apariencia lo hacía destacar: llevaba un saco allá donde iba. En este saco depositaba cualquier cosa que recibía y por este motivo se convirtió en objeto de una intensa curiosidad, especialmente entre los niños. Ellos lo perseguían y se le trepaban y lo forzaban a abrir su saco. En esas ocasiones él ponía el saco en el suelo, vaciaba el contenido, una cosa a la vez, e igual de metódico las volvía a meter. Las expresiones que se le atribuían eran todas enigmáticas y exhibían características [del zen]… En una ocasión un monje le preguntó sobre el saco; él contestó poniéndolo en el suelo. Ante la pregunta de qué significaba eso, se echó el saco al hombro y se marchó. Una vez le preguntaron cuán viejo era el saco y él contestó que era tan viejo como el espacio.
Este saco demuestra el misterio del espacio y el milagro del espacio bajo el dominio del Buda. Su atemporalidad muestra la maestría del Buda sobre segmentos de eternidad, por ende sobre la eternidad misma, mediante la llama de la Madre.
El Señor Maitreya y el Señor Gautama fueron los primeros entre los hombres que respondieron a la magnética fuerza de Sanat Kumara de mirar hacia Dios y regresar al estado divino en el que el hombre fue creado en un principio y que estaba destinado a exteriorizar en el mundo de la forma.
El momento llegó en que aquel que había servido a la Tierra como su Buda Planetario eligió regresar a su propia cadena planetaria, dejando una vacante en el cargo para que alguno de los protectores de la Tierra lo llenara. El Señor Maitreya solicitó recibir las iniciaciones necesarias para capacitarse para este cargo. Siglos de autodisciplina, de preparación, de devoción y de maestría se requirieron para que Maitreya alcanzara su actual rango. Su colega a lo largo de todas esas aulas de experiencia fue el Señor Gautama, que alcanzó primero, por un pequeño margen, el grado búdico, mientras que al Señor Maitreya se le concedió el cargo que seguía: el de .
Como instructor del mundo su misión era diseñar para cada ciclo de dos mil años el tipo de instrucción espiritual específico más necesario para la raza humana durante ese período. Cuando hubiera un instrumento listo y dispuesto, Maitreya tendría que actuar de mediador, polarizando los átomos de los de esa corriente de vida de manera que el plan divino de la Fuente YO SOY individualizada del individuo pudiera fluir a través de su instrumento, exteriorizando en el mundo de la forma las obras de un .
El Señor Maitreya es el instructor de , quien, junto con , actualmente ocupa el cargo de Instructor del Mundo. Maitreya demuestra para una humanidad en evolución la conciencia del Cristo en todos los ámbitos del empeño humano y su universalidad por todo el cosmos. Es conocido como el Gran Iniciador y fue, de hecho, el iniciador de Jesús en su individualización de la llama crística en su encarnación final como salvador del mundo y ejemplo del camino, la verdad y la vida para todos los aspirantes que se encuentran en el sendero de la personal.
El propio Maitreya fue del Señor ( de la cuarta ) y tiene su propio Foco de la Iluminación en la cordillera de los Himalayas. Fue el guru de las llamas gemelas en el Jardín del Edén, que era una de la Hermandad. La Escuela de Misterios del Edén, ubicada en , cerca de la actual ciudad de San Diego, fue la primera escuela de misterios del planeta Tierra. Y Maitreya, mencionado en el Génesis como el Señor Dios, fue su primer .
Desde la expulsión del hombre y la mujer del Jardín del Edén debido al abuso del en la incorrecta aplicación del , la ha sostenido escuelas de misterios y retiros que han ungido como depositarios del conocimiento del fuego sagrado que se concede a las llamas gemelas cuando han demostrado la necesaria disciplina para mantener el camino del Árbol de la Vida. La comunidad de los esenios fue depositaria de algunos de los antiguos misterios, igual que lo fue la escuela de Crotona, dirigida por Pitágoras.
Tras el hundimiento de Lemuria y de la , las escuelas de misterios que se habían establecido allí fueron reubicadas en China, la India y Tíbet, así como Europa, las Américas y el anillo de fuego del Pacífico, donde fueron mantenidas durante miles de años hasta que, una a una, fueron invadidas por las hordas de la oscuridad.
Ahí donde esas escuelas han sido destruidas los que las patrocinaron retiraron sus llamas y santuarios sagrados llevándolos a sus retiros en el . Allí, sus discípulos reciben preparación entre encarnaciones y en su cuerpo sutil (cuando duermen o durante samadhi) con el fin de que puedan alcanzar el divino Autoconocimiento que, hasta que una vez más lo dio a conocer en el siglo XX, no había estado disponible para la humanidad en masa en el plano físico durante siglos. Maitreya ha explicado que esta vez el propio mundo exterior se ha convertido en el retiro en el que cada hombre pasará por sus iniciaciones y, habiéndolas superado, habrá conseguido su libertad eterna, su en la .
Maitreya, el muy esperado “Buda venidero”, realmente ha venido para abrir de nuevo su Escuela de Misterios y para ayudar a Saint Germain y a Porcia, del séptimo y jerarcas de Acuario, para marcar el comienzo de la Nueva Era. El 31 de mayo de 1984 Maitreya dedicó el Corazón del Retiro Interno y todo el Rancho Royal Teton al sendero y la enseñanza del Cristo Cósmico para que los que abandonaron su tutela, tomando el camino de las (los ángeles caídos que desviaron a Eva), puedan ser recuperados y los hijos de la luz puedan seguir al en la regeneración.
Además de su foco en los Himalayas, Maitreya mantiene un retiro etérico sobre Tianjin (China), al sureste de Pekín (Beijing). Con el Señor Gautama también instruye a los estudiantes que aspiran a graduarse del aula de la Tierra en oriental y occidental así como en el Retiro Royal Teton.
Como el patrocinador de las llamas gemelas, Maitreya es amigo de todos los iniciados del fuego sagrado. Cuando se le solicita imparte la iluminación del Cristo y la fortaleza de la para pasar las iniciaciones que llegan con su patrocinio.
Su estandarte es el pensamiento forma de un gran clíper cuando con las mareas vespertinas llega a buscar a las s de la humanidad y llevarlas a otra orilla. Su es Ah! Sweet Mystery of Life.
© Summit University Press
Ah! Sweet Mystery of Life
To the Coming Buddha Who Has Come
¡Ah, dulce misterio de la vida!
(Al Buda Venidero que ya llegó)
Ah! sweet mystery of life
at last I've found thee
Ah! I know at last the secret of it all
All the longing, seeking, striving,
waiting, yearning
The burning hopes,
the joy and idle tears that fall!
¡Ah, dulce misterio de la vida,
al fin te he encontrado!
¡Ah, conozco al fin el secreto de todo eso,
todos los anhelos, las búsquedas, los afanes,
las esperas, las añoranzas,
las ardientes esperanzas,
la alegría y las lágrimas inútiles que caen.
For 'tis love, and love alone
the world is seeking
And 'tis love, and love alone
that can repay!
'Tis the answer, 'tis the end
and all of living
For it is love alone that rules for aye!
Porque es el amor, y sólo el amor
lo que el mundo está buscando
¡Y es el amor y sólo el amor
lo que puede compensar!
Es la respuesta, es el fin
y el todo de vivir
Porque es sólo el amor lo que rige por siempre.
© The Summit Lighthouse
Letra de Rida Johnson Young. Música de Victor Herbert
Muchos de los retiros de los maestros, incluyendo sus escuelas de misterios, estuvieron en el plano físico durante las primeras eras de oro de la tierra e incluso después de la Gran Rebelión y la Caída de los ángeles caídos. Ante la destrucción y la profanación de sus templos, los maestros retiraron sus centros y sus llamas al plano etérico, de ahí el término “retiro”. Después de la ascensión del mensajero Mark L. Prophet el 26 de febrero de 1973, los Señores del Karma dieron otra oportunidad a los hijos de Dios de saldar su karma asistiendo a las clases en los retiros de los siete chohanes, el Maha Chohán y los Instructores del Mundo. El primero de enero de 1986, Gautama Buda y los Señores del Karma respondieron a la petición de los Señores de los Siete Rayos de abrir las universidades del Espíritu que se encuentran en sus retiros etéricos a decenas de miles de estudiantes para proseguir sistemáticamente el camino de la automaestría en los siete rayos. Los estudiantes viajan en su cuerpo sutil durante el sueño y pasan catorce días en el retiro de cada uno de los chohanes y del Maha Chohán. Véase Tabla de los ocho rayos.
Los que siguieron a Lucifer en la Gran Rebelión y cuya conciencia “cayó” por consiguiente a niveles más bajos de vibración y de conciencia, cuando, en cumplimiento de la ley, fueron “arrojados a la tierra” por el arcángel Miguel y obligados a asumir un cuerpo físico denso y evolucionar en él, debido al karma de su desobediencia a Dios y a Su Cristo y por haber blasfemado de Sus hijos. Aquí, como dijo Pedro, andan de un lado a otro en busca de almas, mentes o cuerpos que puedan devorar, plantando semillas de descontento y la rebelión luciferina entre los hombres y las naciones mediante la subcultura del rock y las drogas, los medios de comunicación y su babilonio culto de idolatría. Se les conoce con los diversos nombres de: caídos, luciferinos, Vigilantes, Néfilim, “gigantes en la tierra”, satánicos, serpientes, hijos de Bélial, entre otros. Véase Anticristo.
Salmos 104:4; Hebreos 1:7, 13:12; Apocalipsis 12:9; Génesis 6:1-7
(sánscrito: budh, “despertar”, “saber”, “percibir”). Significa “el iluminado”. Denota una función en la jerarquía espiritual de mundos que se alcanza al pasar ciertas iniciaciones del fuego sagrado, entre ellas las de los siete rayos del Espíritu Santo y las de los cinco rayos secretos, la de la elevación del rayo femenino (el fuego sagrado de la Kundalini) y la de la “maestría del siete en los siete multiplicado por diez”.
Gautama alcanzó la iluminación búdica hace 25 siglos, sendero que había proseguido durante múltiples encarnaciones anteriores y que culminó en su meditación de 49 días bajo el árbol bo; de ahí que se le llame Gautama el Buda. Ocupa el cargo de Señor del Mundo, sosteniendo, con su cuerpo causal y su llama trina, la chispa divina y la conciencia de las evoluciones de la tierra que se acercan al sendero de la cristeidad personal. Su aura de amor y sabiduría que cubre al planeta surge de su devoción incomparable a la Madre Divina. Es el jerarca de Shamballa, el retiro original de Sanat Kumara, que ahora está en el plano etérico sobre el desierto del Gobi. El 18 de abril de 1981, el amado Gautama Buda estableció su Shamballa Occidental en el Retiro Interno del Royal Teton Ranch, sobre las tierras vírgenes de América, en los confines septentrionales del parque nacional Yellowstone. Véase Señor del Mundo, Shamballa.
El Señor Maitreya, el Cristo Cósmico, también ha pasado las iniciaciones búdicas. Es el tan esperado Buda Venidero, que ha salido a la luz para enseñar a todos los que se han alejado del camino de Gran Guru Sanat Kumara, de cuyo linaje descienden tanto él como Gautama. En la historia del planeta han existido numerosos budas que han auxiliado a las evoluciones de la humanidad en los pasos y etapas del sendero del bodhisattva. En Oriente se conoce a Jesús como el buda Issa, el Salvador del Mundo por amor y sabiduría de la Divinidad. Véase bodhisattva, Señor Maitreya.
En los años sesenta, nueve corrientes de vida no ascendidas que habían pasado las iniciaciones búdicas se ofrecieron a encarnar para asistir a las evoluciones de la Tierra durante su difícil y peligrosa transición a la era de Acuario. Su servicio mundial será reconocido cuando hayan alcanzado la edad del ejemplo búdico y crístico, de los 33 a los 36 años. El 1 de enero de 1983 Gautama Buda anunció que nueve budas que habían permanecido en el nirvana durante novecientos años estaban descendiendo por el haz de luz para entrar en el corazón de nueve individuos en este planeta y, a través de su presencia electrónica, en el campo de fuerza de miles de corazones dedicados. Gautama también otorgó la dispensación de que a partir de ese momento toda oración, mantra o cántico de los devotos del Cristo y del Buda se multiplicaría por el poder del corazón de Gautama y de los nueve budas.
A fines de 1966 la Diosa de la Pureza dijo que “de la gran llama de pureza cósmica, hace dos años nacieron en la tierra nueve niños, budas del corazón del Padre… La intención era que por el poder del tres veces tres estos niños santos traerían a la humanidad la gran conciencia de la pureza divina que sostiene nuestro amado Señor Gautama. Hoy vengo a vosotros con un mensaje que debería hacer despertar vuestro corazón a la necesidad de más decretos. Desde el nacimiento de estos niños santos uno de ellos salió la pantalla de la vida porque su entorno era tan impuro y carente de la llama de la pureza que no era apropiado para que surgiera la luz de ese corazón, que murió como una flor cortada de su tallo. Y, así, ocho de estos niños santos permanecen en el cuerpo planetario.” El noveno buda volvió a nacer subsecuentemente en Madrás, India.
(sánscrito: “ser de bodhi o iluminación”). Un ser destinado a la iluminación, o cuya energía y poder están dirigidos a la iluminación. Un bodhisattva está destinado a convertirse en un buda pero ha pospuesto la bendición del nirvana por su voto de salvar a todos los hijos de Dios en la Tierra. Un maestro ascendido o un maestro no ascendido pueden ser bodhisattvas. En la escuela del budismo Mahayana, convertirse en bodhisattva es la meta del sendero de iniciación.
El sendero del bodhisattva se divide generalmente en diez etapas, llamadas bhumis. El bodhisattva se esfuerza para progresar de una etapa a la siguiente hasta que obtiene la iluminación.
Evangelista. El que va delante de los ángeles llevando a los habitantes de la tierra la buena nueva del evangelio de Jesús el Cristo y, en el tiempo señalado, el Evangelio Eterno. Los mensajeros de la Gran Hermandad Blanca en esta era han sido ungidos apóstoles (apóstol: “el enviado en una misión”) por la jerarquía. Entregaron, a través de los dictados (profecías) de los maestros ascendidos y con el poder del Espíritu Santo, el testimonio y las enseñanzas perdidas de Jesucristo a la simiente del Cristo, las ovejas perdidas (las almas dañadas y marcadas por los tiranos y los idólatras luciferinos) de la casa de Israel, y a todas las naciones.
Alguien entrenado por un maestro ascendido para recibir por diversos métodos las palabras, conceptos, enseñanzas y mensajes de la Gran Hermandad Blanca. El que entrega la ley, las profecías y las dispensaciones de Dios a unos hombres y a una era.
[Los mensajeros y maestros espirituales Mark L. Prophet y Elizabeth Clare Prophet, que enseñaron desde una perspectiva única, en una combinación de espiritualidad occidental y misticismo oriental, transmitieron profunda sabiduría y enseñanzas de todos los tiempos sobre el sendero de unión con Dios. Tocaron y transformaron la vida de millones de personas.
Fungieron como mensajeros de la Gran Hermandad Blanca y como portavoces de los maestros ascendidos. Recibieron entrenamiento especial e iniciaciones a lo largo de muchas encarnaciones con el fin de prepararse para este posición en la jerarquía. El papel de mensajero es algo único. Annice Booth, en Memorias de Mark. Mi vida con Mark Prophet, escribe:
“Un mensajero no es un canal ni un médium espiritista; un mensajero está bajo la dispensación de los profetas. En todas las épocas la Hermandad ha tenido lo que llamamos testigos. Ellos son los que escriben la ley, los que suenan la alarma y dan las profecías a la humanidad.
”Dios nunca ha dejado a la humanidad sin mensajeros, sin profetas. Prácticamente han pasado inadvertidos, sin ser escuchados, mientras la civilización y el karma seguían su curso.
”El entrenamiento para mensajero tiene lugar a lo largo de miles de años. No es algo que se obtenga con estudios psíquicos, ni algo que se reciba por el solo esfuerzo. El cargo de mensajero es una asignación y una ordenación.”]
Madre Divina, Madre Universal y Virgen Cósmica son otros tantos términos para designar la polaridad femenina de la Divinidad, la manifestación de Dios como Madre. La Materia [inglés: Matter] es la polaridad femenina del Espíritu y los maestros ascendidos utilizan el término alternadamente con Mater (latín: “madre”). En este contexto, todo el cosmos material se convierte en el vientre de la creación, hacia el cual el Espíritu proyecta las energías de la Vida. La Materia es, entonces, el vientre de la Virgen Cósmica, quien, como la otra mitad del Todo Divino, también existe en el Espíritu como polaridad espiritual de Dios.
Jesús mismo reconoció a Alfa y Omega como los más altos representantes del Dios Padre-Madre y con frecuencia se refirió a Alfa como Padre y a Omega como Madre. Quienes asumen la polaridad femenina de la conciencia después de su ascensión son maestras ascendidas. Junto con todos los seres femeninos (polarizados femeninamente) en las octavas de luz, son los focos de la llama de la Madre Divina para las evoluciones de la humanidad que se desarrollan en muchos sistemas de mundos. Sin embargo, siendo andróginos, todos los miembros de las huestes celestiales son focos de cualquiera de los atributos masculinos o femeninos de la Divinidad a voluntad, pues ya han entrado en las esferas de la Totalidad Divina. Madre de la Llama (o Madre del Mundo). Cargo en la jerarquía que ocupan sucesivamente aquellas devotas no ascendidas designadas por la Gran Hermandad Blanca para nutrir, o incubar, la llama de la Vida en toda la especie humana. En 1961, Clara Louise Kieninger fue nombrada primera Madre de la Llama de la Fraternidad de Guardianes de la Llama por Saint Germain. El 9 de abril de 1966, ese manto fue transferido a la mensajera Elizabeth Clare Prophet. En ese momento Clara Louise Kieninger se convirtió en la Madre de la Llama Regente. Hizo su ascensión el 25 de octubre de 1970 en Berkeley, California, y continúa ocupando ese cargo desde el estado ascendido.Cargo en la jerarquía que ocupan aquellos seres ascendidos cuyo grado de realización espiritual los califica para representar al Cristo Universal y personal para la humanidad no ascendida. El cargo de Instructor del Mundo que antes desempeñaba Maitreya fue transferido a Jesús y a su discípulo san Francisco (Kuthumi) el 1 de enero de 1956, cuando el manto del Señor del Mundo fue transferido de Sanat Kumara a Gautama Buda y el cargo de Cristo Cósmico y Buda Planetario (que antes desempeñaba Gautama) fue simultáneamente ocupado por el Señor Maitreya. En este ciclo de dos mil años, Jesús y Kuthumi, al servicio de Maitreya, son los responsables de la expansión de las enseñanzas que conducen a la automaestría individual y a la conciencia crística. Ellos patrocinan a todas las almas que buscan la unión con Dios; las instruyen en las leyes fundamentales que rigen las secuencias de causa/efecto de su propio karma y les enseñan cómo enfrentar los retos cotidianos de su dharma individual, el deber de cada cual de manifestar el potencial crístico mediante la labor sagrada.
Los Instructores del Mundo han patrocinado la educación de las almas en la luz del Cristo en todos los niveles, preescolar, primaria, secundaria y universidad. En todos los países del mundo han inspirado a maestros, filósofos, científicos, artistas, profesionistas y no profesionistas la sabiduría de las eras aplicada a cada cultura en particular, en la medida en que las culturas del mundo sirven para manifestar las múltiples facetas de la conciencia crística.
El término “instructor mundial”, escrito con minúscula, se refiere al discípulo encarnado que consagra la vocación de su vida a la iluminación del planeta bajo el Cristo Universal. Este apelativo describe la labor sagrada escogida por el discípulo y su dedicación a ella. No dice nada de su grado de realización espiritual ni indica que haya alcanzado las cualidades necesarias para compartir el cargo o manto de Jesús y Kuthumi.
(griego: Christos, “ungido”). Mesías (hebreo y arameo: “ungido”); “el Ungido”, aquel que es investido e infundido o ungido de la luz (el Hijo) de Dios. La Palabra, el Logos, la Segunda Persona de la Trinidad: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad… Aquél era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre que viene al mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por él y el mundo no le conoció.” En la Trinidad hindú de Brahma, Vishnu y Shiva, el término “Cristo” corresponde a la encarnación de Vishnu, el Preservador; avatara, hombre Dios, el que despeja la oscuridad, guru.
El Cristo Universal es el mediador entre los planos del Espíritu y los planos de la Materia; personificado como el Santo Ser Crístico, es el mediador entre el Espíritu de Dios y el alma del hombre. El Cristo Universal sostiene el nexo (el flujo en forma de ocho) de la conciencia a través del cual las energías del Padre (Espíritu) pasan a sus hijos para la cristalización (inglés: Christ-realization: realización crística) de la Llama de Dios por el esfuerzo de su alma en el vientre cósmico (la matriz) de la Madre (Materia). A este proceso se le llama materialización (inglés: Mater-realization: realización en la Materia), “El Descenso”. El proceso por el cual las energías de la Madre aglutinadas en el alma pasan a través del nexo de la conciencia crística hacia el Padre es la aceleración llamada espiritualización (inglés: Spirit-realization: realización en el Espíritu), “El Ascenso”. Otro nombre que se le da al proceso mediante el cual la energía del alma regresa de la Materia al Espíritu es sublimación (inglés: sublimation: sublime action: acción sublime) o transmutación. Siendo ya una con el Hijo, el alma experimenta la consumación de este proceso como la ascensión, la unión con el Espíritu de la Presencia YO SOY, el Padre. La ascensión es el cumplimiento en el cielo de la promesa de Jesús en la tierra: “En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros… El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos con él morada.”
La fusión de las energías de la polaridad positiva y negativa de la Divinidad en la creación ocurre a través del Cristo Universal, el Logos sin el cual “nada de lo que es fue hecho”. El flujo de luz del macrocosmos hacia el microcosmos, del Espíritu (la Presencia YO SOY) al alma y de regreso siguiendo la espiral en forma de ocho, se cumple a través de este bendito Mediador que es Cristo, el SEÑOR, la verdadera encarnación del YO SOY EL QUE YO SOY. Ya que Jesús es esa Palabra encarnada, puede decir: “El YO SOY es [el YO SOY en mí es] la Puerta Abierta [al cielo y a la tierra] que ningún hombre puede cerrar”, y “Todo el Poder me es dado [a través del YO SOY en mí] en el cielo y en la tierra”, y también “He aquí, YO SOY [el YO SOY en mí está] vivo por siempre –como Arriba, así abajo– y tiene las llaves del reino de los cielos y las llaves de la muerte y el infierno, y a quienquiera que el Padre quiera yo se las doy, y son dadas en su nombre”. Esto que aún hoy afirma el maestro ascendido Jesucristo también lo afirma para nosotros nuestro Santo Ser Crístico. Así, el Cristo Universal del Hijo único y de los muchos efectivamente mediatiza la Presencia del YO SOY hacia nosotros a través de nuestro propio y amado Santo Ser Crístico. Ésta es la verdadera comunión con el Cristo Cósmico cuyo Cuerpo (Conciencia) fue “partido”, compartido, individualizado para cada hijo del corazón del Padre. Los Hijos de Dios son depositarios de la Máxima Luz para los que aún son criaturitas en Cristo.
El término “Cristo” o “ungido del Cristo” también denota un cargo en la jerarquía que ocupan los que han alcanzado la automaestría en los siete rayos y los siete chakras del Espíritu Santo. La maestría crística incluye equilibrar la llama trina (los atributos divinos de poder, sabiduría y amor) para la armonización de la conciencia y la implementación de la maestría de los siete rayos en los chakras y en los cuatro cuerpos inferiores mediante la Llama de la Madre (la kundalini elevada). En la hora designada para la ascensión, el alma así ungida eleva la espiral de la llama trina desde abajo de los pies, pasando por toda la forma, para la transmutación de todo átomo y célula de su ser, conciencia y mundo. La saturación y la aceleración de los cuatro cuerpos inferiores y el alma mediante esta luz transfiguradora de la llama crística ocurre en parte durante la iniciación de la transfiguración, se incrementa con la resurrección y adquiere plena intensidad durante el ritual de la ascensión.
El Ser Crístico individual, el Cristo personal, es el iniciador de toda alma viviente. Cuando el individuo pasa estas diversas iniciaciones en el sendero de la cristeidad, incluyendo “dar muerte al morador del umbral”, se gana el derecho a que se le llame ungido del Cristo así como hijo o hija de Dios. Hay quienes, en eras pasadas, se ganaron semejante título y comprometieron esa culminación o no lograron manifestarla en encarnaciones subsiguientes. En esta era el Logos los requiere para que manifiesten su maestría divina interna y la perfeccionen en el plano físico mientras están en encarnación física. Por lo tanto, para asistir a los hijos e hijas de Dios en hacer que su manifestación sea conmensurable con su luz interior, los maestros de la Gran Hermandad Blanca han dado sus enseñanzas a través de los maestros ascendidos y de sus mensajeros en este siglo [XX]. Y Saint Germain fundó la Fraternidad de Guardianes de la Llama, a través de la cual envía lecciones mensuales graduadas a los miembros de esta orden, dedicada a guardar la llama de la Vida en todo el mundo. Antes de pasar con éxito las iniciaciones del discipulado, se hace referencia al individuo como hijito de Dios, en contraste con el término “Hijo de Dios”, que denota la plena cristeidad, en la cual el alma, en y como Hijo del hombre, se ha fundido en el Hijo de Dios siguiendo el ejemplo de Jesucristo.
Con la expansión de la conciencia crística, el ungido del Cristo avanza para alcanzar la realización de la conciencia crística en el nivel planetario y es capaz de sostener el equilibrio de la llama crística para las evoluciones del planeta. Cuando logra esto, asiste a los miembros de la jerarquía celestial que prestan su servicio en el cargo de Instructores del Mundo y al Cristo planetario. Véase Gráfica de tu Ser Divino, Jesús.
Juan 1:1-4; 14:20, 23. Cf. Apocalipsis 3:8; Mateo 28:18; Apocalipsis 1:18
Maestro ascendido. Junto con Jesús, sirve en el cargo de Instructor del Mundo; anteriormente chohán del segundo rayo; el maestro psicólogo; patrocinador de la juventud; jefe de la orden de los Hermanos y Hermanas del Manto Dorado y del Templo de la Iluminación, en el plano etérico, sobre Cachemira, conocido también como la Catedral de la Naturaleza. El maestro tiene un foco en Shigatsé, Tíbet, donde toca su gran órgano, atrayendo la armonía del cosmos por medio de los fuegos sagrados de su corazón. Con su música celestial, envía sanación y paz a lo largo y ancho del planeta a las almas en transición (especialmente en el momento de la muerte) y las guía a los retiros etéricos de la Gran Hermandad Blanca, para que reciban instrucción en preparación para su siguiente vida terrena. Inspira en arquitectos, poetas y científicos la memoria mística de la armonía de su propia alma con la geometría celestial y el ritmo de las estrellas.
(sánscrito). Designa al progenitor y al legislador de las evoluciones de Dios en la Tierra. El Manu y su complemento divino son llamas gemelas ascendidas asignadas por el Dios Padre-Madre para patrocinar y personificar la imagen crística para una cierta evolución u onda de vida, conocida como raza raíz, esto es, almas que encarnan como grupo y que tienen un patrón arquetípico, un plan divino y una misión únicos que cumplir en la tierra.
-----Según la tradición esotérica, existen siete grupos principales de almas, es decir, de la primera a la séptima raza raíz. Las primeras tres razas raíz vivieron con pureza e inocencia sobre la tierra en tres eras de oro antes de la caída de Adán y Eva. Con obediencia a la ley cósmica y una total identificación con el Yo Real, estas tres razas raíz alcanzaron su libertad inmortal e hicieron su ascensión desde la tierra. Fue durante la época en que vivió la cuarta raza raíz, en el continente de Lemuria, cuando tuvo lugar la alegórica caída, por influencia de los ángeles caídos conocidos como serpientes (porque utilizaban las energías serpentinas de la columna para desviar al alma, o principio femenino en la humanidad, como medio para lograr su objetivo de disminuir el potencial masculino y por ende emascular a los Hijos de Dios).
-----La cuarta, quinta y sexta razas raíz (este último grupo de almas no ha descendido completamente a encarnación física) continúan hoy en encarnación en la tierra. La séptima raza raíz está destinada a encarnar en América del Sur en la era de Acuario bajo la égida de sus manus, el Gran Director Divino y su complemento divino.
-----El Dios y la Diosa Merú son los manus de la sexta raza raíz, Vaivasvata Manu junto con su consorte es el manu de la quinta raza raíz y el Señor Himalaya con su amada es el manu de la cuarta. Los manus son nuestros bienamados padrinos que responden instantáneamente al llamado de sus ahijados con la presencia consoladora de su Luz, dotada de tal cantidad de Poder/Sabiduría/Amor, que hace estremecer los éteres y también que cada pequeñito se sienta como en casa en los brazos de Dios incluso en momentos de la mayor oscuridad.
Desde la expulsión del hombre y la mujer del Jardín del Edén (la Escuela de Misterios del Señor Maitreya que simboliza la conciencia pura de Dios) debido al mal uso del fuego sagrado en la aplicación incorrecta del libre albedrío, la Gran Hermandad Blanca ha mantenido escuelas de misterios o retiros que han fungido como depositarios del conocimiento del fuego sagrado que se otorga a las llamas gemelas cuando han demostrado la disciplina necesaria para mantener el camino del Árbol de la Vida. Después de la Caída (el descenso intencionado a planos inferiores de conciencia), la Gran Hermandad Blanca patrocinó escuelas de misterios en Lemuria y la Atlántida, donde se enseñaban las verdades espirituales más elevadas a aquellos deseosos de guardar las disciplinas de los adeptos. Tras el hundimiento de Lemuria y de la Atlántida, las escuelas de misterios fueron reubicadas en China, la India, el Himalaya en Tíbet, Europa, Egipto, Sudamérica y el cinturón de fuego del Pacífico, donde permanecieron durante miles de años, hasta que una tras otra fueron invadidas por la oscuridad. La sangha del Buda, la comunidad de los esenios en Qumrán y la escuela de Pitágoras en Crotona son algunas de las más recientes.
Dondequiera que esto ocurrió, los maestros ascendidos que las patrocinaron retiraron sus llamas y santuarios sagrados y los trasladaron a sus retiros en el plano etérico. Ahí sus discípulos son entrenados entre encarnaciones y en su cuerpo sutil (durante el sueño o samadhi) para que puedan alcanzar el Conocimiento de Sí Mismos como Dios, al que la humanidad en masa no tuvo acceso en el plano físico por siglos, hasta que Saint Germain nuevamente lo promovió en el siglo XX. En 1984 el Señor Maitreya restableció su escuela de misterios en el Royal Teton Ranch, en el sudoeste de Montana, EUA.
Mapa de Lemuria de El continente perdido de Mu, por James Churchward (1927). Este mapa basado en lecturas de antiguos textos que hizo Churchward muestra el continente de Lemuria como era antes de su destrucción final. |
La libertad de crear; la opción de elegir el camino de la derecha o el camino de la izquierda, la Vida o la Muerte, las espirales de conciencia positivas o las negativas. Como el alma posee el don del libre albedrío, puede elegir permanecer en el plano de la relatividad, donde el bien y el mal son relativos según la propia perspectiva en el tiempo y el espacio; o bien puede elegir el plano del Absoluto, donde el Bien es real y el Mal es irreal y el alma contempla “cara a cara” a Dios como la Verdad viva. Libre albedrío o libre arbitrio significa que el individuo puede aceptar o rechazar el plan divino, las leyes de Dios y la oportunidad de vivir en la conciencia del Amor.
El don del libre albedrío otorgado por Dios conlleva una cierta extensión de conciencia, conocida como extensión de la vida (una serie de encarnaciones) y “los términos de la habitación del hombre”. El alma, por tanto, no solo está confinada al tiempo y el espacio durante su periodo de experimentación con el libre albedrío, sino que también está limitada a un cierto número de ciclos de vida. Al termino de esta oportunidad (compartimentada en días, años y dimensiones), el uso que haya hecho el alma del don del libre albedrío determina su destino. El alma que ha escogido glorificar al Ego Divino (la Realidad) asciende a la Presencia del YO SOY EL QUE YO SOY. El alma que ha elegido glorificar al ego humano (la irrealidad) pasa por la segunda muerte, esto es, su conciencia de negación del Ego será cancelada para siempre; y todas sus energías, que se pasan simultáneamente por el fuego sagrado, se regresan al Gran Sol Central para que ser repolarizadas.Apocalipsis 20:6, 14; 21:8
El continente isla que se encontraba donde ahora está el océano Atlántico y que se hundió en el cataclismo conocido como el Diluvio de Noé, hace aproximadamente 11,600 años, según cálculos de James Churchward. Platón la describió vívidamente; Edgar Cayce la “vio” y la describió en sus lecturas; Taylor Caldwell la rememora en algunos pasajes de La leyenda de la Atlántida; Otto Muck, fallecido científico alemán, la exploró científicamente y la autentificó, estableciendo la hora y la fecha de su destrucción (por un asteroide que se impactó en el Triángulo de las Bermudas con una fuerza equivalente a treinta mil bombas de hidrógeno), ¡a las 8 pm del 5 de junio de 8498 a.C.! En sus diálogos Platón cuenta que en “la isla de la Atlántida había un gran y maravilloso imperio” que regía África hasta Egipto, Europa hasta Italia y “partes del continente” (se piensa que es una referencia a América, específicamente a América Central, Perú y el valle del Mississippi). Se ha postulado que la Atlántida y las pequeñas islas que la bordeaban al este y al oeste formaban un puente de tierra continuo que iba de América a Europa y África.
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Filipenses 2:5
El reino de los cielos. El plano más elevado en la dimensión de la Materia; plano tan concreto y real (y más todavía) que el plano físico pero que se experimenta a través de los sentidos del alma en una dimensión y una conciencia más allá de la percepción física. El plano en que los registros akáshicos de la evolución completa de la humanidad se plasman individual y colectivamente. Es el mundo de los maestros ascendidos y sus retiros, ciudades etéricas de luz donde las almas de un orden mayor de evolución moran entre una encarnación y otra. Es el plano de la realidad libre de la sociedad sórdida, pecaminosa y enferma que los hombres y los demonios han conformado en los planos terrenales. Aquí la era de oro está en curso. El Amor es la plenitud de la Presencia de Dios por doquier, y los ángeles y los elementales, junto con los niños de Dios, sirven en armonía para manifestar el reino del Cristo en la Era Universal, por los siglos de los siglos. Como tal, es el plano de transición entre los reinos terrenal/celestial y el reino de Dios, el Espíritu, o Absoluto.
El plano etérico inferior se traslapa con los cinturones astral, mental y físico. Está contaminado por estos mundos inferiores ocupados por la falsa jerarquía y la conciencia de masas que ésta controla, incluidas sus matrices y emociones (inglés: e-motions = energies in motion, “energías en movimiento”).
El ritual en el que el alma se reúne con el Espíritu del Dios vivo, la Presencia YO SOY. Es la culminación de la estadía divinamente victoriosa del alma en el tiempo y el espacio. Es la recompensa del justo, el regalo de Dios tras el juicio final delante del gran trono blanco, durante el cual todo hombre es juzgado “según sus obras”.
Enoc, de quien se dice que “caminó con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios”, pasó por la ascensión; también Elías, quien subió al cielo en un torbellino; y Jesús, aun cuando su ascensión no tuvo lugar en la ocasión en que las escrituras dicen que fue llevado al cielo en una nube. El Morya, maestro ascendido, ha revelado que Jesús vivió muchos años después de estos hechos e hizo su ascensión después de su fallecimiento en Cachemira, a los 81 años, en el año 77 d.C.
La reunión con Dios en la ascensión, esto es, el término de las rondas de karma y renacimiento y el regreso a la gloria del SEÑOR, es la meta de la vida para los hijos e hijas de Dios. Jesús dijo: “Y nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, incluso el Hijo del hombre.” Por medio de la salvación (inglés: salvation), la “autoelevación” (inglés: Self-elevation), o sea, la elevación consciente del Hijo de Dios dentro de su templo, el alma se pone el vestido de bodas para realizar la función del Hijo (inglés: Son, o Sun [sol], o luz) de la manifestación (inglés: man: hombre): el Hijo del hombre. Siguiendo el sendero iniciático de Jesús, el alma, habiendo saldado su karma y cumplido su plan divino, se fusiona con la conciencia crística y después con la presencia viva del YO SOY EL QUE YO SOY. Una vez que la ascensión ha tenido lugar, el alma, el aspecto corruptible del ser, se convierte en el incorruptible, un átomo en el Cuerpo de Dios. Véase matrimonio alquímico.
Apocalipsis 20:12-13; Génesis 5:24; 2 Reyes 2:11; Lucas 24:50-51; Hechos 1:9-11; Juan 3:13
La luz espiritual es la energía de Dios; el potencial del Cristo. Como personificación del Espíritu, el término “Luz” puede utilizarse como sinónimo de los términos “Dios” y “Cristo”. Como esencia del Espíritu es sinónimo de “fuego sagrado”. Es la emanación del Gran Sol Central y de la Presencia YO SOY individualizada, y la Fuente de toda vida. Es lo que enciende la chispa divina, porque la Luz verdadera alumbra a toda manifestación de Dios que debe descender a un mundo oscurecido. El portador de Luz es el que desplaza la Oscuridad, y la Luz de su Presencia YO SOY proviene de los reinos del Día Eterno.
Juan 1:7-9
La “Ciudad de Blanco” etérica, antiguo retiro de Sanat Kumara, originalmente fue una réplica física de la ciudad venusina de los Kumaras. Shamballa fue construida en una isla en el brillante mar azul del Gobi (ahora el desierto del Gobi) por voluntarios que precedieron a Sanat Kumara en su viaje a la tierra. Se llegaba a Shamballa desde el continente a través de un hermoso puente de mármol. El templo principal, donde Sanat Kumara estableció el foco de la llama trina miles de años atrás, se caracterizaba por un domo dorado y estaba rodeado de terrazas, fuentes llameantes y siete templos, uno para cada uno de los siete rayos. Cada año las personas venían de lejos para contemplar el fuego sagrado físico y visible y para llevarse consigo un trozo de madera consagrado por Sanat Kumara y con él encender sus hogueras durante todo el año. Así comenzó la tradición del tronco de yule, que conmemoraba el regreso al fuego de la cristeidad. El retiro físico de Shamballa fue trasladado a la octava etérica durante las eras oscuras subsecuentes.
El 31 de diciembre de 1976, Gautama Buda, jerarca de Shamballa y sucesor de Sanat Kumara, anunció que "América es el lugar a donde trasladaremos Shamballa”. Dijo: “Traeremos aquí algún día esa ciudad de luz. Será la implementación de un campo de fuerza secundario, el aspecto Omega de Shamballa, ya que el aspecto Alfa permanece donde está... en el Mar de luz del Gobi sobre el desierto del Gobi”. El Señor Gautama recientemente estableció su Shamballa occidental en la octava etérica sobre el Retiro Interno, cerca del Parque Nacional Yellowstone. El 18 de abril de 1981 anunció: “Desde Shamballa formo un arco de luz. Quisiera establecer el terreno para el Anciano de Días... En este momento contemplo —observen bien— la formación del arco de la llama de Shamballa hacia el Retiro Interno como la morada occidental de los budas y de los que han de convertirse en bodhisattvas que son devotos de la luz de la Madre.”
La Palabra es el Logos, el poder de Dios y la realización de ese poder encarnado en y como el Cristo. Los devotos del Logos liberan las energías de la Palabra en el ritual de la ciencia de la Palabra hablada. Es a través de la Palabra como el Dios Padre-Madre se comunica con la humanidad. El Cristo es la personificación de la Palabra. Véase Cristo, decreto.
Dios es un Espíritu y el alma es el potencial vivo de Dios. La petición de libre albedrío que el alma hizo y su consiguiente separación de Dios tuvieron como consecuencia el descenso de este potencial al estado carnal inferior. Sembrada en deshonor, el alma está destinada a elevarse con honores a la plenitud de ese estado divino que es el Espíritu único de toda Vida. El alma puede perderse; el Espíritu no puede morir.
El alma permanece como un potencial que ha caído a niveles más bajos de vibración y de conciencia, y debe ser imbuida de la realidad del Espíritu, purificada por medio de la oración y la súplica y devuelta a la gloria de la cual descendió y a la unidad del Todo. Esta reunión del alma con el Espíritu es el matrimonio alquímico, que determina el destino del ser y lo convierte en uno con la Verdad inmortal. Cumplido este ritual, el Ser superior se corona Señor de la Vida y se descubre que el potencial de Dios realizado en el hombre es el Todo-en-todo.