El conocido como el Espíritu de la Resurrección porta la llama de la resurrección, de color madreperla, para traer nueva vida y superar la conciencia de la muerte y el infierno.
Dice el Espíritu de la Resurrección: “ la flamígera presencia de la resurrección. YO SOY el fuego de la alborada de la Pascua. Vengo del torbellino del que es Dios y YO SOY esa conciencia de regeneración, resurrección que vive, se mueve y respira en el corazón de la Llama. YO SOY esa presencia flamígera. YO SOY esa identificación con Dios, con el fuego solar, que compele a la vida toda a elevarse más hacia la plenitud de la acción de la Ley…
Debéis comprender que sin la crucifixión no puede haber resurrección. Por eso, vengo en el espíritu de la resurrección, al igual que la santa , para ungir vuestro cuerpo con aceite contra el día de vuestro entierro, el entierro de la mortalidad, de la conciencia carnal. Ése es el símbolo de la crucifixión.
Este ser cósmico habla de la primera resurrección y de la segunda resurrección:
Os hablo de vuestro emerger del mundo de la oscuridad y de vuestra llegada a la luz como vuestra primera resurrección el día en que declaréis:
“¡Hoy he nacido de Dios, soy un hijo de Dios, estoy en la llama de Dios y sé quién soy!”
Ésta es vuestra resurrección de la tumba de la muerte y la oscuridad y de las falsas generaciones de los mundanos. Este día de días, pues, cuando aceptéis ese nuevo nacer en los fuegos de la resurrección, comenzáis el sendero de iniciación. Comenzáis el camino que conduce a la segunda resurrección, después del cual os habréis puesto esa vestidura que os permitirá permanecer ante la presencia de Luxor y los sacerdotes del fuego sagrado en preparación para vuestra ascensión en la luz.
Dondequiera que un hombre o una mujer se presenten ante los iniciadores en la Gran Pirámide, ante la tumba donde yace el viejo yo, donde el nuevo yo se presentará, dondequiera que hombres y mujeres de rectitud se encuentren esperando al SEÑOR para participar de la gloriosa realización de la identidad, allí estoy yo, el Espíritu de la Resurrección, para iniciar la espiral de la victoria.
No hay ninguna otra presencia, ningún otro poder, ningún otro saber que el de la flamígera victoria. Confiad, pues, en Dios. Confiad en Él que es vuestra vida. Confiad en toda llama del corazón que resplandece en el resurgimiento, en apoyo a la buena voluntad del cielo.
Yo soy esa prueba de fuego. Yo estoy en el centro del fuego. Yo construyo la hornaza. Yo os empujo a pasar por la puerta y os constriño a que disolváis esa en el fuego, el fuego sagrado que es la frescura del , el Gran Señor que encarna el mismísimo aliento y la mismísima conciencia del .
© Summit University Press
Beloved Flame of Resurrection - Song
Beloved Flame of Resurrection
Amada Llama de la Resurrección
Beloved Flame of Resurrection, Beloved Flame, resuscitation, Blazing, blazing, blazing! |
Amada Llama de la Resurrección, Amada Llama, resucitación,
¡Brillando, brillando, brillando! |
O blazing white Christ radiance Expand thy blessed Purity Blazing, blazing, blazing! |
¡Oh, brillante blanco resplandor del Cristo
YO SOY
Expande tu bendita Pureza
¡Brillando, brillando, brillando! |
Beloved Flame of Resurrection, Blessed Flame, regeneration, Blazing, blazing, blazing! |
Amada Llama de la Resurrección,
Amada Llama, regeneración,
¡Brillando, brillando, brillando! |
I AM, I AM, I AM thy chalice free All can see the Christ flame lily Blazing, blazing, blazing! |
YO SOY, YO SOY tu cáliz libre
todos pueden ver el lirio de la llama crística
¡Brillando, brillando, brillando! |
© The Summit Lighthouse
I AM. El nombre de Dios; “Dios en mí es”.
La conciencia que percibe al ser como humano: limitado, mortal, caído, pecaminoso, expuesto al error y a las pasiones de los sentidos, y que por tanto declara con el Hijo del hombre: “No puedo yo de mí mismo [humano] hacer nada. Mas el Padre [la Presencio YO SOY] que está en mí, Él hace las obras del SEÑOR.”
Juan 5:30; 14:10“Gran Señor” de los siete rayos. El representante del Espíritu Santo para un planeta y sus evoluciones. Aquel que personifica a la Trinidad y la Llama de la Madre de los siete rayos y de los siete chakras y tiene las cualidades para ser el chohán, “Señor”, de cada uno de los siete rayos o de todos. De ahí que se le llame Maha Chohán, el Gran Señor, pues preside a los siete chohanes que encarnan la Ley, la Palabra y la conciencia crística de sus respectivos rayos. El maestro ascendido que actualmente ocupa el cargo de Maha Chohán sobre los Siete Señores (chohanes) de los rayos estuvo encarnado como el poeta Homero. En su última encarnación como pastor en los parajes de la India, la luz (conciencia crística) que de él emanaba fue un manto de consuelo para millones de personas. El Maha Chohán tiene un retiro etérico con un foco físico en la isla de Sri Lanka (Ceylán), donde está anclada la llama del Espíritu Santo. Véase chohán.
Maha Chohan significa Gran Señor (sánscrito maha: “gran, poderoso, fuerte, abundante”; chohan: “un Señor o Maestro). “Un alto adepto. Un iniciado que ha tomado más iniciaciones que las cinco iniciaciones mayores que hacen de un hombre un ‘Maestro de la Sabiduría’” (Alice A. Bailey, A treatise on cosmic fire, p. 66, n. 24). “Un término Rajput usado por escritores indios para denotar un alto rango espiritual” (Christmas Humphreys, A popular dictionary of Buddhism, p. 57). “Chief, Cho-Khan, ‘Rock of Ages’” (The Mahatma Letters to A.P. Sinnett from the Mahatmas M. & K.H., índice, p. 9). H.P. Blavatsky describió a los chohanes como: “Los siete Poderosos Seres que, habiendo pasado la Sexta Iniciación, tienen el poder de focalizar dentro de ellos mismos las Corrientes de los Rayos o Atributos de la conciencia logoica” (La doctrina secreta). Chohan puede estar relacionado con el tibetano chos (pronunciado chö), que significa dharma, doctrina religiosa o religión, especialmente la doctrina del Buda. En un sentido general, el significado de chos abarca todos los fenómenos, la materia y el conocimiento de las cosas mundanas y espirituales. La palabra tibetana jo-bo (pronunciada chö), significa señor o maestro, Buda o la imagen de Buda. La palabra mongola khan o qan (pronunciada hahn) también significa señor, gobernante, emperador o rey. El tibetano chos-mkhan (pronunciado chi-ken o cho-ken) significa el que practica o es hábil en el dharma. [ECP, Saint Germain: Prophecy to the Nations, libro 1, p. 229.]
La Tercera Persona de la Trinidad; la omnipresencia de Dios; las lenguas hendidas de fuego que focalizan a Dios Padre-Madre, también llamado el fuego sagrado; las energías de Vida que animan a un cosmos. En la Trinidad hindú de Brahma, Vishnu y Shiva, el Espíritu Santo corresponde a Shiva, conocido como el Destructor-Liberador porque su amor que todo lo consume, cuando se invoca en los planos de la Materia, ata a las fuerzas del mal y transmuta la causa y el efecto de las creaciones erróneas de los hombres, liberándolos de la prisión de su karma y de los seres oscuros que la habitan. El prana es la esencia del Espíritu Santo que ingerimos con el aliento del fuego sagrado a través de los chakras para nutrir a los cuatro cuerpos inferiores. El Espíritu Santo es el foco del equilibrio del Dios Padre-Madre en el núcleo de fuego blanco del ser. El exorcismo de los espíritus malignos y de las entidades impuras se realiza mediante el fuego sagrado del Espíritu Santo, en el nombre del Cristo y del YO SOY EL QUE YO SOY. Los nueve dones del Espíritu Santo son poderes que se otorgan a los siervos del Señor para atar a la muerte y el infierno y realizar Sus obras en la tierra.
La Persona y la Llama del Espíritu Santo es el Consolador que Jesús prometió que vendría cuando nuestro Señor nos dejara –a iluminarnos, a instruirnos y a hacernos recordar todas las cosas que el amado Jesús nos ha enseñado, tanto en la tierra como en el cielo. Cada vez que un hijo o hija de Dios asciende a la Presencia del YO SOY EL QUE YO SOY, el Espíritu Santo desciende para llenar el vacío y magnificar la Presencia del Señor en la tierra. Es éste el ritual del descenso del Espíritu Santo prometido por Jesús a sus discípulos cuando el Maestro dijo: “Permaneced en la ciudad de Jerusalén hasta que seáis dotados del poder de las alturas”, cosa que ocurrió en Pentecostés después del ascenso de Jesús al cielo.
El representante de la llama del Espíritu Santo para las evoluciones de la tierra es el maestro ascendido que ocupa el cargo de Maha Chohán . El Espíritu Santo es la Personalidad Impersonal de la Divinidad y está ubicada en el lado occidental de la Ciudad Cuadrangular. Véase Gráfica de tu Ser Divino.
1 Corintios 12:4-11; Juan 14:16, 26; 16:7; Lucas 24:49, 51; Marcos 16-19; Hechos 2:1-4