Volver a Por qué la Llama Violeta

♦ El karma mundial, por Elizabeth Clare Prophet

Estamos hoy [13 de febrero de 1988] a punto de entrar en una era sin precedente en este siglo, y quizá en toda la historia registrada, tanto por la oportunidad que representa para el progreso espiritual y científico como por la probabilidad de destrucción.

Toda destrucción es autodestrucción. Esto es algo que debemos recordar. Nada puede destruirnos desde afuera a menos que primero nos destruyamos a nosotros mismos desde el interior. Abraham Lincoln dijo: “Si la destrucción es nuestro destino, debemos ser nosotros mismos sus autores y los que le pongamos fin. Como una nación de hombres libres, debemos vivir en todo tiempo, o morir por suicidio.” [27 de enero de 1838]

No nos equivoquemos: tenemos el poder de destruirnos a nosotros mismos desde el interior. Porque hemos sido cocreadores en la Vida durante miles de años. Pero, como he dicho antes, lo que el hombre ha hecho el hombre puede deshacerlo. Por ello debemos aprender a ejercitar el poder de la para liberarnos de nuestras creaciones autodestructivas del pasado.

A nosotros nos toca decidir qué de nuestra creación humana es constructivo, conducente a la aceleración del mundo y el individuo, y por ende al Bien. Esto debemos preservarlo. A nosotros nos toca decidir qué de nuestra creación humana es destructivo, conducente a la desaceleración del mundo y del individuo, y por ende al Mal. Esto no debemos preservarlo.

Para “destruir” nuestras creaciones erróneas, o transmutarlas, como dicen los , debemos primero invocar la ley del perdón por haber creado erróneamente, esto es, por haber abusado del Poder, la Sabiduría y el Amor de Dios, que nos fueron dados para crear siguiendo las pautas celestiales. Después debemos invocar la para transmutar nuestras creaciones erróneas, al tiempo que nos dedicamos a reemplazarlas con nuevas creaciones del que sigan un patrón divino.

Nos encontramos reunidos… para sopesar estas verdades y aplicarlas directamente a los presagios de hechos que han de ocurrir. Como evolución de este planeta, hemos sembrado el viento de nuestras energías colectivas mal calificadas y estamos a punto de cosechar la tempestad.

Nuestro por estas creaciones erróneas, aplazado durante siglos, regresa a nuestra puerta cada día a velocidad acelerada porque estamos viviendo, en este final de la , en un mundo en transición. Pero si decidimos aplicar la de la llama violeta pidiéndola al y dirigiéndola al karma del planeta y sus habitantes ¡podemos poner a la tierra en una trayectoria victoriosa!

…Las configuraciones astrológicas de los próximos 12 años nos dicen que enfrentaremos una serie creciente de desafíos kármicos, incluyendo la posibilidad de guerras, revoluciones, turbulencias económicas y graves movimientos terrestres.

Heart, Head and Hand Decrees - Forgiveness

               Forgiveness

I AM Forgiveness acting here,
Casting out all doubt and fear,
Setting men forever free
With wings of cosmic Victory.

I AM calling in full power
For Forgiveness every hour;
To all life in every place
I flood forth forgiving Grace.  [3x]

 

                Perdón

el Perdón aquí actuando,
arrojando toda duda y temor,
a los hombres para siempre liberando
con alas de Victoria cósmica.

YO SOY invocando con pleno poder
el Perdón en todo momento;
a toda vida en todo lugar
inundo con la Gracia del Perdón.  [3x]

 

Fragmento del capítulo “The astrology of world karma”, cap. 7 de The astrology of the four horsemen, Summit University Press, 1991.

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La Palabra del SEÑOR Dios que fue pronunciada en los fíat originales de la creación. La emisión de las energías de la Palabra, o Logos, a través del chakra de la garganta por los Hijos de Dios en confirmación de la Palabra perdida. Está escrito: “Por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado” (Mateo 12:37). Cuando el hombre y la mujer reconsagran el chakra de la garganta afirmando la Palabra de Dios, se convier­ten en instrumentos de los mandamientos de Dios que cumplen la ley de su re-creación a imagen del Hijo.

Las invocaciones que ofrecían los sacerdotes y sacerdotisas del fuego sagrado en Lemuria con el poder de la Palabra hablada se daban originalmente siguiendo la ciencia del Logos. La perversión de esta ciencia en la práctica de la magia negra ocurrió más tarde, en los últimos días de Lemuria, provocando la destrucción de los templos de la Virgen Cósmica y el terremoto por el que se hundió el continente. Las estatuas de la isla de Pascua son los vestigios del sitio donde las guerras de los dioses hicieron estremecer a la tierra en aquellos días terribles. En contraste, esta ciencia de la Palabra hablada fue utilizada en su forma pura por los israelitas para derribar las murallas de Jericó. Hoy los discípulos utilizan el poder de la Palabra en decretos, afirmaciones, plegarias y mantras para atraer la esencia del fuego sagrado desde la Presencia YO SOY, el Ser Crístico y los seres cósmicos que encauzan la luz de Dios hacia matrices transmutadoras y transformadoras para obrar cambios constructivos en los planos de la Materia.

La ciencia de la Palabra hablada (junto con la ciencia del concepto inmaculado) es el ingrediente clave y esencial en toda alquimia. Sin la Palabra hablada no hay alquimia, no hay crea­ción, no hay cambio ni intercambio en ninguna parte de la Vida. Es la piedra blanca del alquimista, que cuando se aplica con éxito con los secretos de la llama del corazón revela el “nuevo nombre escrito, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe”. Bienaventurado el que triunfa sobre la oposición que la mente carnal interpone al ejercicio —la práctica que hace al maestro—de la ciencia de la Palabra hablada en el ofrecimiento de decretos dinámicos diarios al SEÑOR, pues a éste dará el Espíritu Santo “a comer del maná escondido”.

El maestro de la era de Acuario, Saint Germain, enseña a sus discípulos a invocar, por el poder de la Palabra hablada, la llama violeta para el perdón de los pecados y para el bautismo del fuego sagrado en preparación para la transición hacia una Conciencia Divina más elevada.

Un maestro ascendido es el que, a través del Cristo y por haberse revestido de la Mente que hubo también en Cristo Jesús, ha alcanzado la maestría del tiempo y el espacio y, en el mismo proceso, también del yo en los cuatro cuerpos inferiores y en los cuatro cuadrantes de la Materia, en los chakras y en la llama trina equilibrada. Ha transmutado cuando menos el 51 por ciento de su karma, cumplido con su plan divino y pasado las iniciaciones del rayo rubí para el ritual de la ascensión: la aceleración por medio del fuego sagrado hacia la Presencia del YO SOY EL QUE YO SOY. Los maestros ascendidos habitan en los planos del Espíritu –el reino de Dios (la conciencia de Dios)– y pueden enseñar a las almas no ascendidas en un templo etérico o en las ciudades etéricas del plano etérico (el reino de los cielos).

Filipenses 2:5

Es un aspecto del séptimo rayo del Espíritu Santo. Es el fuego sagrado que transmuta la causa, el efecto, el registro y el recuerdo del pecado, es decir, del karma negativo. También se le denomina llama de la transmutación, de la libertad y del perdón. Cuando la llama violeta se invoca por medio de la ciencia de la Palabra hablada, produce cambios constructivos.

Dios es un Espíritu y el alma es el potencial vivo de Dios. La petición de libre albedrío que el alma hizo  y su consiguiente separación de Dios tuvieron como consecuencia el descenso de este potencial al estado carnal inferior. Sembrada en deshonor, el alma está destinada a elevarse con honores a la plenitud de ese estado divino que es el Espíritu único de toda Vida. El alma puede perderse; el Espíritu no puede morir.

     El alma permanece como un potencial que ha caído a niveles más bajos de vibración y de conciencia, y debe ser imbuida de la realidad del Espíritu, purificada por medio de la oración y la súplica y devuelta a la gloria de la cual descendió y a la unidad del Todo. Esta reunión del alma con el Espíritu es el matrimonio alquímico, que determina el destino del ser y lo convierte en uno con la Verdad inmortal. Cumplido este ritual, el Ser superior se corona Señor de la Vida y se descubre que el potencial de Dios realizado en el hombre es el Todo-en-todo.

(sánscrito: “acto, acción, obra”). El karma es energía/conciencia en acción; la ley de causa y efecto y retribución. Llamada también ley del círculo, que decreta que cualquier cosa que hagamos completará un círculo y regresará a nuestra puerta para resolución. Pablo dijo: “Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.” Newton observó: “Para toda acción hay una reacción igual y opuesta.” La ley del karma requiere que el alma reencarne hasta que todos los ciclos kármicos se hayan saldado. Así, de una vida a la siguiente el hombre determina su destino por sus acciones, incluyendo sus pensamientos, sentimientos, palabras y obras. Saint Germain enseña el sendero acelerado de la transmutación del karma con la llama violeta del Espíritu Santo y trascendiendo las rondas de renacimiento a través del sendero de la cristeidad individual que conduce a la ascensión demostrada por Jesús.

Gálatas 6:7

Con la llegada de Jesucristo y de la dispensación de Piscis se abrió a los hijos de Dios la puerta de la Presencia YO SOY. El Padre envió a Su Hijo, el Unigénito del YO SOY EL QUE YO SOY, para convertirse en el Bendito Mediador entre el plano de Su absoluta perfección y el plano de imperfección al que Sus hijos descarriados habían descendido.

     Con la dispensación de Jesucristo, el Conquistador de la era de Piscis, se postergó una enorme cantidad de karma de la humanidad. Mediante su sacrificio y su victoria se quitó todo el peso del mal uso de la luz en todo el planeta, dando a las evoluciones de la tierra la oportunidad de realizar el pleno potencial de su realidad crística. Hacia el final del ciclo, los “pecados” del mundo que cargó Jesucristo el Salvador —el karma mundial aplazado por la gracia y la misericordia de la Ley— se fueron devolviendo a la humanidad para que pudiera vencer el pecado, la enfermedad y la muerte. Al llevar su propia carga de karma personal y planetario, ahora tienen los hombres la oportunidad de aplicar las enseñanzas de los maestros ascendidos para redimir las energías mal utilizadas en ciclos anteriores, así como de cumplir con los requisitos para la ascensión siguiendo el sendero de discipulado bajo la guía de Jesús, quien dijo: “El que en mí cree, las obras que yo hago también él las hará; y mayores que éstas hará, porque yo voy a mi Padre” (Juan 14:12).

     Fue una era de oportunidad para derrotar al karma y saldarlo en un ciento por ciento si los individuos así lo deseaban.

     ¡Durante los últimos dos mil años los Cuatro Jinetes estuvieron entregando un paquete de karma personal y planetario! Esto significa que el karma acumulado de las evoluciones de la tierra durante las once eras pasadas se venció en los albores de la era de Piscis.

     Si el avatar Jesucristo no hubiera intervenido para mitigar ese karma de 25,800 años, en la tradición de los adeptos de Oriente, ya que el Señor Maitreya, el Buda Gautama y Sanat Kumara habían sostenido ese karma antes que él, todo el karma habría descendido al iniciar la era de Piscis. Pero como Jesús eligió encarnar y cumplir su misión, este karma fue mitigado en porcentajes y se permitió que descendiera en una serie de ciclos a lo largo de toda la era.

     Los Cuatro Jinetes se desplazaron por ciclos, en una aparente carrera. Con cada ciclo —durante el cual recorrieron los doce signos del zodiaco entregando el karma de la humanidad en las doce líneas del reloj cósmico se fueron acercando al centro, los ciclos se acortaron y duraron cada vez menos.

     El primer ciclo, que empezó hace dos mil años, duró 1305 años. El último, que incluyó el decenio de los años noventa, tomó sólo 12 años. Y así, a lo largo de una carrera implacable de veinte siglos los Cuatro Jinetes fueron trazando a nuestro alrededor una espiral de energía cada vez más apretada que se fue aproximando cada vez más a la octava física.

Dijo Elizabeth Clare Prophet en 1991:

"A medida que nos acercamos al final de la era de Piscis, estamos cosechando el karma de ese ciclo de dos mil años así como de ciclos anteriores. En los días de Noé, Dios a través de la naturaleza borró la computadora planetaria, aunque no completamente, con el hundimiento de la Atlántida, conocido como el diluvio. Nuestro karma se ha venido acumulando no solamente desde el diluvio sino también desde la anterior era de Piscis, hace 25,800 años.

     "El karma no es un castigo, aunque los que lo reciben puedan experimentarlo como tal. La intención del karma es que nos enseñe las lecciones de vida que nos hemos rehusado a aprender de otra manera. El karma es el efecto de cualquier pensamiento, sentimiento, palabra y acción que hayamos echado a andar contaminando la energía de Dios en el ejercicio de nuestro propio libre albedrío...

     "El mensaje de los años noventa, el decenio de transición entre dos eras, la de Pscis y la de Acuario, es: Debemos pagar nuestras deudas kármicas...

     "El tiempo y el espacio nos ofrecen la opción de saldar karma antes de que se venza —pagar la hipoteca, por así decir, antes que el cobrador se quede con nuestra granja, nuestro negocio o nuestra casa. ¡Y precisamente es ésta la finalidad de la vida."

All alchemy”, la química total de Dios, la ciencia de la creación.
           [alchemy (del inglés medio alkamie,  del francés medio alquemie, del latín medieval alchymia o alchimia, del árabe al-kimiya', "la piedra filosofal", de al, "el", + kimiya', del griego tardío chemeia, probable modificación de chymeia, probablemente del griego chyma, "fluido", de chein, "verter".)  1. Ciencia química y filosofía especulativa medievales cuyo fin era alcanzar la transmutación de los metales básicos en oro, el descubrimiento de una cura universal para la enfermedad, el descubrimiento de un medio de prolongar indefinidamente la vida y el gran poder, o mágico poder, de la transmutación; 2. el poder o el proceso de transformar algo común en algo especial; 3. transmutación inexplicable o misteriosa; 4a. arcaico: aleación de color dorado; 4b. obsoleto: trompeta de color dorado.  (Webster's Third New International Dictionary, edición de 1971)]

La Tercera Persona de la Trinidad; la omnipresencia de Dios; las lenguas hendidas de fuego que focalizan a Dios Padre-Madre, también llamado el fuego sagrado; las energías de Vida que animan a un cosmos. En la Trinidad hindú de Brahma, Vishnu y Shiva, el Espíritu Santo corresponde a Shiva, conocido como el Destructor-Liberador porque su amor que todo lo consume, cuando se invoca en los planos de la Materia, ata a las fuerzas del mal y transmuta la causa y el efecto de las creaciones erróneas de los hombres, liberándolos de la prisión de su karma y de los seres oscuros que la habitan. El prana es la esencia del Espíritu Santo que ingerimos con el aliento del fuego sagrado a través de los chakras para nutrir a los cuatro cuerpos inferiores. El Espíritu Santo es el foco del equilibrio del Dios Padre-Madre en el núcleo de fuego blanco del ser. El exorcismo de los espíritus malignos y de las entidades impuras se realiza mediante el fuego sagrado del Espíritu Santo, en el nombre del Cristo y del YO SOY EL QUE YO SOY. Los nueve dones del Espíritu Santo son poderes que se otorgan a los siervos del Señor para atar a la muerte y el infierno y realizar Sus obras en la tierra.

La Persona y la Llama del Espíritu Santo es el Consolador que Jesús prometió que vendría cuando nuestro Señor nos dejara –a iluminarnos, a instruirnos y a hacernos recordar todas las cosas que el amado Jesús nos ha enseñado, tanto en la tierra como en el cielo. Cada vez que un hijo o hija de Dios asciende a la Presencia del YO SOY EL QUE YO SOY, el Espíritu Santo desciende para llenar el vacío y magnificar la Presencia del Señor en la tierra. Es éste el ritual del descenso del Espíritu Santo prometido por Jesús a sus discípulos cuando el Maestro dijo: “Permaneced en la ciudad de Jerusalén hasta que seáis dotados del poder de las alturas”, cosa que ocurrió en Pentecostés después del ascenso de Jesús al cielo.

El representante de la llama del Espíritu Santo para las evoluciones de la tierra es el maestro ascendido que ocupa el cargo de Maha Chohán . El Espíritu Santo es la Personalidad Impersonal de la Divinidad y está ubicada en el lado occidental de la Ciudad Cuadrangular. Véase Gráfica de tu Ser Divino.

1 Corintios 12:4-11; Juan 14:16, 26; 16:7; Lucas 24:49, 51; Marcos 16-19; Hechos 2:1-4

I AM. El nombre de Dios; “Dios en mí es”.