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♦ El Vals

El Vals

El vals es la de la llama violeta

El corazón late al ritmo de tres cuartos. El vals, que tiene un ritmo de tres cuartos, es el ritmo de la , del corazón de Dios, y también es el ritmo de la , de manera que el vals armoniza el corazón, incrementa el flujo de las energías de nuestros y ayuda a que la se equilibre, se intensifique, se expanda y resplandezca.

El vals es el ritmo de , el ritmo de la transmutación, que crea una espiral ascendente de , una espiral de integración con Dios para acelerar el ritual de la , que es la meta última del . Los valses de Strauss tienen la vibración de la llama violeta y nos ayudan a sintonizarnos con Saint Germain.

La “Marcha Rakoczy” de Franz Liszt conecta con la llama de su corazón y contiene la fórmula de la .

Hungarian Rhapsody no.15, Liszt

Al bailar valses se transmuta el propio , así como el karma que se tenga con la persona con quien se baila. Es bueno estar cargado de llama violeta, hacer s de llama violeta, cantar la llama violeta, cantar a los seres del fuego violeta, y de ese modo atraer su poder a nosotros y a nuestra vida. Es bueno usar la llama violeta para todas las necesidades de la vida diaria.

El vals ayuda a la elevación de la Luz dentro de nosotros, desde el de la base hasta el chakra de la coronilla. Los valses son de gran ayuda para la aceleración de la conciencia. Forman una matriz de luz, un ritmo y un sonido que contrarrestan aquello que es discordante en la frecuencia vibratoria de la tierra y promueven la armonía.

 

Expresión de la gracia natural del alma

Quisiéramos transmitir aquí a nuestros maestros de escuela un poco de comprensión de la necesidad de la gracia, la línea y el movimiento, lo cual nos lleva al tema —ya sea del yoga o del ballet o de la danza o de la marcha— de la gracia natural del alma que debe expresarse en la forma del cuerpo para la liberación del , para la liberación del aliento de . Los patrones de sonido y música representados se convierten en el medio para la apertura del chakra del corazón, la disminución de la tensión y, por ende, el incremento de amor y apreciación por la vida.

Regresamos entonces al propósito del arte de realzar siempre el amor por . Los pastores de las personas que contienen ese amor puro no las llevarán por mal camino ni las abandonarán en el momento de la tragedia o el peligro.

Así, cuando ocurre la pérdida del Cristo, de la y de la luz del alma, todo lo demás sufre y el arte ya no es verdadero; y hay una violación y un uso indebido de la ciencia. Lo que nunca puede mentir es la matemática misma. Las personas pueden intentar engañarse unas a otras mediante la manipulación de estadísticas, pero el número en sí no se puede negar. Y el número uno como la Ley del Uno regresa al punto central del amor: el Gran .

Pablo el Veneciano, PoW vol. 27 # 3 

 

Representación aurica tomada de "Vals Danubio Azul", por Johann Strauss

Strauss II - El Danubio Azul

Strauss II - El Danubio Azul

Strauss II- Vals Emperador

Strauss II - Vals Emperador

Strauss II - ¡Abrazados, millones!

Strauss II - ¡Abrazados, millones!

Strauss II - Sangre Vienesa

Strauss II - Sangre Vienesa

Strauss II - El desenfado

Strauss II - El desenfado

Strauss II - El placer del canto

Strauss II - El placer del canto

Strauss II - Rosas del Sur

Strauss II - Rosas del Sur

Strauss II - Vida de artista

Strauss II - Vida de artista

Strauss II - Bombones Vieneses

Strauss II - Bombones Vieneses

Strauss II - Marcha Redetzky

Strauss II - Marcha Redetzky

Strauss II - Canciones de amor

Strauss II - Canciones de amor

Strauss II - Diarios de la mañana

Strauss II - Diarios de la mañana

Strauss II - Donde florecen los limoneros

Strauss II - Donde florecen los limoneros

Strauss II - Vals del tesoro

Strauss II - Vals del tesoro

Strauss II - Vino, mujeres y canto

Strauss II - Vino, mujeres y canto

Strauss II - Cuentos de los Bosques de Viena

Strauss II - Cuentos de los Bosques de Viena

Beloved Goddess of Justice - waltz

Beloved Goddess of Justice - waltz

I AM the Violet Flame - waltz

I AM the Violet Flame - waltz

My Wonderful One - waltz

My Wonderful One - waltz

Waltzing in the Sunset (Twin flame waltz)

Waltzing in the Sunset (Twin flame waltz)

 

 

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La melodía individual de nuestra Presencia YO SOY. “Es como si el Señor tomara la música esférica de toda la creación y la pasara a través de un prisma y cada uno escucha su melodía crística individual. La melodía clave es el código de la creación –de cada componente, de cada elemento. Es la melodía que las estrellas matinales cantaron al unísono en el momento del nacimiento del alma, que sale del Gran Cuerpo Causal a cumplir sus ciclos” (Juan El Amado). Es la “canción de nuestra alma”, una “melodía sagrada” que podemos cantar a nuestro creador. Es la afirmación científica de nuestro ser. “Zadkiel, el arcángel del séptimo rayo, se aseguró de que los chelas de la nueva era entiendan la alegría de la llama, y por eso dio a la llama violeta el nombre de ‘llama violeta cantarina’. Porque esta llameante presencia hace que los átomos y las moléculas de tu ser ‘canten’ al reanudar su frecuencia normal, y con ello se ponen a ‘tono’ con la melodía clave de tu corriente de vida. Esta melodía clave es el sonido del acorde de tu Presencia YO SOY. Y cuando, por la acción de la llama violeta, liberas las energías de tus cuatro cuerpos inferiores para responder a ese acorde, el maravilloso mundo del microcosmos se mueve en armonía con el gran Macrocosmos de tu Presencia YO SOY y cuerpo causal” (El Morya, 9 de febrero de 1975). La melodía clave de los seres celestiales captura las frecuencias de su presencia electrónica. “Si no podemos ver a los maestros, ni oírlos ni conversar con ellos, si no sabemos cómo caminar y hablar conscientemente con los maestros en el sendero de la vida, hay algo que sí podemos hacer: podemos ir al corazón de la música inspirada por las huestes celestiales a muchos músicos capacitados en la tierra que sirven en el quinto rayo de la verdad, la ciencia, la curación y la música y siguen el rastro de la música hasta el corazón de los maestros. Sí, podemos seguir el rastro hasta su corazón y luego al corazón de la música y seguir el rastro hasta nuestra alma, nuestro Santo Ser Crístico y nuestra amada Presencia YO SOY” (Elizabeth Clare Prophet, 2 de julio de 1995). Un factor importante es que el nombre del maestro o del ángel es también una “melodía clave”. Podemos por ello pronunciar el nombre del maestro y pedir su presencia mientras tocamos su melodía clave. La música más importante que podemos escuchar son las melodías clave de los seres celestiales. Es la música que debería escucharse en las tiendas y los lugares públicos.

(sánscrito: ananda-kanda, “raíz de la beatitud”). Chakra del octavo rayo. El santuario de meditación detrás del chakra del corazón, el lugar al que se retira el alma de los portadores de luz. Es el núcleo de la vida donde el individuo se ve cara a cara con el Guru interno, el amado Santo Ser Crístico, y recibe las pruebas para el alma que preceden a la unión alquímica con ese Santo Ser Crístico: el matrimonio del alma con el Cordero.

     Cámara espiritual situada detrás del chakra del corazón y rodeada por una gran luz y protección. Es el punto de conexión del cordón de luz que desciende desde la Presencia YO SOY para sostener el latido del corazón físico, dando vida, propósito e integración cósmica. Es el lugar especial donde se comulga con el Santo Ser Crístico y se aviva el fuego de la llama trinaVéase matrimonio alquímico, Tabla de los chakras , Decretos de Corazón, Cabeza y Mano .

Madre Divina, Madre Universal y Virgen Cósmica son otros tantos términos para designar la polaridad femenina de la Divinidad, la manifestación de Dios como Ma­dre. La Materia [inglés: Matter] es la polaridad femenina del Espíritu y los maestros ascendidos utilizan el término  alternadamente con Mater (latín: “madre”). En este contexto, todo el cosmos material se convierte en el vientre de la creación, hacia el cual el Espíritu proyecta las energías de la Vida. La Materia es, entonces, el vientre de la Virgen Cósmica, quien, como la otra mitad del Todo Divino, también existe en el Espíritu como polaridad espiritual de Dios.

Jesús mismo reconoció a Alfa y Omega como los más altos representantes del Dios Padre-Madre y con frecuencia se refirió a Alfa como Padre y a Omega como Madre. Quienes asumen la polaridad femenina de la conciencia después de su ascensión son maestras ascendidas. Junto con todos los seres femeninos (polarizados femeninamente) en las octavas de luz, son los focos de la llama de la Madre Divina para las evoluciones de la humanidad que se desarrollan en muchos sistemas de mundos. Sin embargo, siendo andróginos, todos los miembros de las huestes celestia­les son focos de cualquiera de los atributos masculinos o femeninos de la Divinidad a voluntad, pues ya han entrado en las esferas de la Totalidad Divina. Madre de la Llama (o Madre del Mundo). Cargo en la jerarquía que ocupan sucesivamente aquellas devotas no ascendidas designa­das por la Gran Hermandad Blanca para nutrir, o incubar, la llama de la Vida en toda la especie humana. En 1961, Clara Louise Kieninger fue nombrada primera Madre de la Llama de la Fraternidad de Guardianes de la Llama por Saint Germain. El 9 de abril de 1966, ese manto fue transferido a la mensajera Elizabeth Clare Prophet. En ese momento Clara Louise Kieninger se convirtió en la Madre de la Llama Regente. Hizo su ascensión el 25 de octubre de 1970 en Berkeley, California, y continúa ocupando ese cargo desde el estado ascendido.
Cuatro capas de cuatro distintas frecuencias que rodean al alma (los cuerpos físico, emocional, mental y etérico) y que proveen al alma de vehículos en su viaje por el tiempo y el espacio. La capa etérica, la de más alta vibración, es la entrada para los tres cuerpos superiores: el Ser Crístico, la Presencia YO SOY y el cuerpo causal. Son las túnicas de pieles mencionadas en Génesis 3:21. Véase cuerpo astral, cuerpo de los deseos, cuerpo emocional, cuerpo etérico, cuerpo físico, cuerpo mental, Gráfica de tu Ser Divino, magnetismo animal.

La llama del Cristo, la chispa de la vida que arde en la cámara secreta del corazón de los hijos e hijas de Dios. La sagrada trinidad de poder, sabiduría y amor que es la manifestación del fuego sagrado. Véase Gráfica de tu Ser Divino.

Chohán del séptimo rayo, de la libertad. Maestro ascendido. Jerarca de la era de Acuario y patrocinador de los Estados Unidos de América. Inicia a las almas en la ciencia y el ritual de la alquimia y la transmutación con la llama violeta, mediante el poder de la Palabra hablada, la meditación y la visualización. Su retiro en América del Norte es la Cueva de los Símbolos en Table Mountain, Wyoming. También utiliza el Retiro del Royal Teton en el Grand Teton, en Jackson Hole (Wyoming); el retiro de su guru, el Gran Director Divino, la Cueva de la Luz en la India; y la Mansión de Rakoczy, su foco en Transilvania. Las melodías clave de la Mansión de Rakoczy son: Cuentos de los Bosques de Viena y la Mar­cha Rakoczy. Véase Tabla de los ocho rayos .

La luz espiritual es la energía de Dios; el potencial del Cristo. Como personificación del Espíritu, el término “Luz” puede utilizarse como sinónimo de los términos “Dios” y “Cristo”. Como esencia del Espíritu es sinónimo de “fuego sagrado”. Es la emanación del Gran Sol Central y de la Presencia YO SOY individualizada, y la Fuente de toda vida. Es lo que enciende la chispa divina, porque la Luz verdadera alumbra a toda manifestación de Dios que debe descender a un mundo oscurecido. El portador de Luz es el que desplaza la Oscuridad, y la Luz de su Presencia YO SOY proviene de los reinos del Día Eterno.

Juan 1:7-9

El ritual en el que el alma se reúne con el Espíritu del Dios vivo, la Presencia YO SOY. Es la culminación de la estadía divinamente victoriosa del alma en el tiempo y el espacio. Es la recompensa del justo, el regalo de Dios tras el juicio final delante del gran trono blanco, durante el cual todo hombre es juzgado “según sus obras”.

     Enoc, de quien se dice que “caminó con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios”, pasó por la ascensión; también Elías, quien subió al cielo en un torbellino; y Jesús, aun cuando su ascensión no tuvo lugar en la ocasión en que las escrituras dicen que fue llevado al cielo en una nube. El Morya, maestro ascendido, ha revelado que Jesús vivió muchos años después de estos hechos e hizo su ascensión después de su fallecimiento en Cachemira, a los 81 años, en el año 77 d.C.

     La reunión con Dios en la ascensión, esto es, el término de las rondas de karma y renacimiento y el regreso a la gloria del SEÑOR, es la meta de la vida para los hijos e hijas de Dios. Jesús dijo: “Y nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, incluso el Hijo del hombre.” Por medio de la salvación (inglés: salvation), la “autoelevación” (inglés: Self-elevation), o sea, la elevación consciente del Hijo de Dios dentro de su templo, el alma se pone el vestido de bodas para realizar la función del Hijo (inglés: Son, o Sun [sol], o luzde la manifestación (inglés: man: hombre): el Hijo del hombre. Siguiendo el sendero iniciático de Jesús, el alma, habiendo saldado su karma y cumplido su plan divino, se fusiona con la conciencia crística y después con la presencia viva del YO SOY EL QUE YO SOY. Una vez que la ascensión ha tenido lugar, el alma, el aspecto corruptible del ser, se convierte en el incorruptible, un átomo en el Cuerpo de Dios. Véase matrimonio alquímico.

Apocalipsis 20:12-13; Génesis 5:24; 2 Reyes 2:11; Lucas 24:50-51; Hechos 1:9-11; Juan 3:13

Dios es un Espíritu y el alma es el potencial vivo de Dios. La petición de libre albedrío que el alma hizo  y su consiguiente separación de Dios tuvieron como consecuencia el descenso de este potencial al estado carnal inferior. Sembrada en deshonor, el alma está destinada a elevarse con honores a la plenitud de ese estado divino que es el Espíritu único de toda Vida. El alma puede perderse; el Espíritu no puede morir.

     El alma permanece como un potencial que ha caído a niveles más bajos de vibración y de conciencia, y debe ser imbuida de la realidad del Espíritu, purificada por medio de la oración y la súplica y devuelta a la gloria de la cual descendió y a la unidad del Todo. Esta reunión del alma con el Espíritu es el matrimonio alquímico, que determina el destino del ser y lo convierte en uno con la Verdad inmortal. Cumplido este ritual, el Ser superior se corona Señor de la Vida y se descubre que el potencial de Dios realizado en el hombre es el Todo-en-todo.

Es un aspecto del séptimo rayo del Espíritu Santo. Es el fuego sagrado que transmuta la causa, el efecto, el registro y el recuerdo del pecado, es decir, del karma negativo. También se le denomina llama de la transmutación, de la libertad y del perdón. Cuando la llama violeta se invoca por medio de la ciencia de la Palabra hablada, produce cambios constructivos.

(sánscrito: “acto, acción, obra”). El karma es energía/conciencia en acción; la ley de causa y efecto y retribución. Llamada también ley del círculo, que decreta que cualquier cosa que hagamos completará un círculo y regresará a nuestra puerta para resolución. Pablo dijo: “Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.” Newton observó: “Para toda acción hay una reacción igual y opuesta.” La ley del karma requiere que el alma reencarne hasta que todos los ciclos kármicos se hayan saldado. Así, de una vida a la siguiente el hombre determina su destino por sus acciones, incluyendo sus pensamientos, sentimientos, palabras y obras. Saint Germain enseña el sendero acelerado de la transmutación del karma con la llama violeta del Espíritu Santo y trascendiendo las rondas de renacimiento a través del sendero de la cristeidad individual que conduce a la ascensión demostrada por Jesús.

Gálatas 6:7

Una voluntad predeterminada, un edicto o un fíat, una decisión o declaración de la autoridad, una ley, una ordenanza o regla religiosa; una orden o mandato. El decreto es la más poderosa de todas las peticiones a la Divinidad. Es el “Mandadme” de Isaías 45:11, el mandato original a la luz, el “Lux fiat”, que es un derecho de nacimiento de los hijos e hijas de DiosVéase decretos dinámicos.
(sánscrito: “rueda, disco, círculo”). Centros de luz anclados a lo largo de la columna vertebral en el cuerpo etérico; gobiernan el flujo de energía hacia los cuatro cuerpos inferiores del hombre y sostienen la frecuencia de los siete rayos en ellos. Son siete y corresponden a los siete rayos: 1. primer rayo, garganta, azul; 2. segundo rayo coronilla, amarillo; 3. tercer rayo, corazón, rosa; 4. cuarto rayo, base de la columna, blanco; 5. quinto rayo, tercer ojo, verde; 6. sexto rayo, plexo solar, púrpura y oro; 7. séptimo rayo, sede del alma, violeta).

Hay cinco chakras menores correspondientes a los cinco rayos secretos y un total de 144 centros de luz en el cuerpo del hombre. Véase Tabla de los chakras , El aura humana II, de Djwal Kul.

Véase también la Armadura de los chakras

El misterioso poder eléctrico de conciencia cósmica (latente o activo), esa fuerza vital impulsora que cuando es llamada a la acción mediante el fíat divino mueve a las evoluciones de un universo, un sistema galáctico o solar, e incluso a un ser humano desde el principio hasta la culminación de su misión.

El fuego de la Kundalini, que se encuentra como una serpiente enroscada en el chakra de la base de la columna (el muladhara), y que con pureza espiritual y automaestría se eleva hacia el chakra de la coronilla, acelerando los centros espirituales o chakras a su paso. Dios, luz, vida, energía, el YO SOY EL QUE YO SOY. “Nuestro Dios es un fuego consumidor” (Hebreos 12:29). El fuego sagrado es la precipitación del Espíritu Santo para el bautismo de las almas, para la purificación, para la alquimia y la transmutación y para alcanzar la ascensión, ritual sagrado mediante el cual el alma retorna al Único.

(griego: Christos, “ungido”). Mesías (hebreo y arameo: “ungido”); “el Ungido”, aquel que es investido e infundido o ungido de la luz (el Hijo) de Dios. La Palabra, el Logos, la Segunda Persona de la Trinidad: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad… Aquél era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre que viene al mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por él y el mundo no le conoció.” En la Trinidad hindú de Brahma, Vishnu y Shiva, el término “Cristo” corresponde a la encarnación de Vishnu, el Preservador; avatara, hombre Dios, el que despeja la oscuridad, guru.

     El Cristo Universal es el mediador entre los planos del Espíritu y los planos de la Materia; personificado como el Santo Ser Crístico, es el mediador entre el Espíritu de Dios y el alma del hombre. El Cristo Universal sostiene el nexo (el flujo en forma de ocho) de la conciencia a través del cual las energías del Padre (Espíritu) pasan a sus hijos para la cristalización (inglés: Christ-realization: realización crística) de la Llama de Dios por el esfuerzo de su alma en el vientre cósmico (la matriz) de la Madre (Materia). A este proceso se le llama materialización (inglés: Mater-realization: realización en la Materia), “El Descenso”. El proceso por el cual las energías de la Madre aglutinadas en el alma pasan a través del nexo de la conciencia crística hacia el Padre es la aceleración llamada espiritualización (inglés: Spirit-realization: realización en el Espíritu), “El Ascenso”. Otro nombre que se le da al proceso mediante el cual la energía del alma regresa de la Materia al Espíritu es sublimación (inglés: sublimation: sublime action: acción sublime) o transmutación. Siendo ya una con el Hijo, el alma experimenta la consumación de este proceso como la ascensión, la unión con el Espíritu de la Presencia YO SOY, el Padre. La ascensión es el cumplimiento en el cielo de la promesa de Jesús en la tierra: “En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros… El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos con él morada.”

     La fusión de las energías de la polaridad positiva y negativa de la Divinidad en la creación ocurre a través del Cristo Universal, el Logos sin el cual “nada de lo que es fue hecho”. El flujo de luz del macrocosmos hacia el microcosmos, del Espíritu (la Presencia YO SOY) al alma y de regreso siguiendo la espiral en forma de ocho, se cumple a través de este bendito Mediador que es Cristo, el SEÑOR, la verdadera encarnación del YO SOY EL QUE YO SOY. Ya que Jesús es esa Palabra encarnada, puede decir: “El YO SOY es [el YO SOY en mí es] la Puerta Abierta [al cielo y a la tierra] que ningún hombre puede cerrar”, y “Todo el Poder me es dado [a través del YO SOY en mí] en el cielo y en la tierra”, y también “He aquí, YO SOY [el YO SOY en mí está] vivo por siempre –como Arriba, así abajo– y tiene las llaves del reino de los cielos y las llaves de la muerte y el infierno, y a quienquiera que el Padre quiera yo se las doy, y son dadas en su nombre”. Esto que aún hoy afirma el maestro ascendido Jesucristo también lo afirma para nosotros nuestro Santo Ser Crístico. Así, el Cristo Universal del Hijo único y de los muchos efectivamente mediatiza la Presencia del YO SOY hacia nosotros a través de nuestro propio y amado Santo Ser Crístico. Ésta es la verdadera comunión con el Cristo Cósmico cuyo Cuerpo (Conciencia) fue “partido”, compartido, individualizado para cada hijo del corazón del Padre. Los Hijos de Dios son depositarios de la Máxima Luz para los que aún son criaturitas en Cristo.

     El término “Cristo” o “ungido del Cristo” también denota un cargo en la jerarquía que ocupan los que han alcanzado la automaestría en los siete rayos y los siete chakras del Espíritu Santo. La maestría crística incluye equilibrar la llama trina (los atributos divinos de poder, sabiduría y amor) para la armonización de la conciencia y la implementación de la maestría de los siete rayos en los chakras y en los cuatro cuerpos inferiores mediante la Llama de la Madre (la kundalini elevada). En la hora designada para la ascensión, el alma así ungida eleva la espiral de la llama trina desde abajo de los pies, pasando por toda la forma, para la transmutación de todo átomo y célula de su ser, conciencia y mundo. La saturación y la aceleración de los cuatro cuerpos inferiores y el alma mediante esta luz transfiguradora de la llama crística ocurre en parte durante la iniciación de la transfiguración, se incrementa con la resurrección y adquiere plena intensidad durante el ritual de la ascensión.

     El Ser Crístico individual, el Cristo personal, es el iniciador de toda alma viviente. Cuando el individuo pasa estas diversas iniciaciones en el sendero de la cristeidad, incluyendo “dar muerte al morador del umbral”, se gana el derecho a que se le llame ungido del Cristo así como hijo o hija de Dios. Hay quienes, en eras pasadas, se ganaron semejante título y comprometieron esa culminación o no lograron manifestarla en encarnaciones subsiguientes. En esta era el Logos los requiere para que manifiesten su maestría divina interna y la perfeccionen en el plano físico mientras están en encarnación física. Por lo tanto, para asistir a los hijos e hijas de Dios en hacer que su manifestación sea conmensurable con su luz interior, los maestros de la Gran Hermandad Blanca han dado sus enseñanzas a través de los maestros ascendidos y de sus mensajeros en este siglo [XX]. Y Saint Germain fundó la Fraternidad de Guardianes de la Llama, a través de la cual envía lecciones mensuales graduadas a los miembros de esta orden, dedicada a guardar la llama de la Vida en todo el mundo. Antes de pasar con éxito las iniciaciones del discipulado, se hace referencia al individuo como hijito de Dios, en contraste con el término “Hijo de Dios”, que denota la plena cristeidad, en la cual el alma, en y como Hijo del hombre, se ha fundido en el Hijo de Dios siguiendo el ejemplo de Jesucristo.

     Con la expansión de la conciencia crística, el ungido del Cristo avanza para alcanzar la realización de la conciencia crística en el nivel planetario y es capaz de sostener el equilibrio de la llama crística para las evoluciones del planeta. Cuando logra esto, asiste a los miembros de la jerarquía celestial que prestan su servicio en el cargo de Instructores del Mundo y al Cristo planetario. Véase Gráfica de tu Ser Divino, Jesús.

Juan 1:1-4; 14:20, 23. Cf. Apocalipsis 3:8; Mateo 28:18; Apocalipsis 1:18

La llama trina.

La llama del Cristo, la chispa de la vida que arde en la cámara secreta del corazón de los hijos e hijas de Dios. La sagrada trinidad de poder, sabiduría y amor que es la manifestación del fuego sagrado. Véase Gráfica de tu Ser Divino.

Un vórtice de energía, física o espiritual, central para los sistemas de mundos, que lanza desde su interior, o que atrae hacia sí con el imán del sol central. Ya sea en el micro­cosmos o en el macrocosmos, el sol central es la principal fuente de energía, el vórtice o el nexo de intercambio de energía en los átomos, las células, el hombre (el chakra del corazón), entre la vida vegetal y el centro de la tierra. El Gran Sol Central, también llamado Gran Eje, es el centro del cosmos; el punto de integración del cosmos del Espíritu-Materia; el punto de origen de toda creación física-espiritual; el núcleo, o núcleo de fuego blanco, del Huevo Cósmico. (Sirio, la Estrella Dios, es el foco del Gran Sol Central en nuestro sector de la galaxia.)