► diagramas y cálculos
El tercer ciclo de doce años
Regresando, pues, a la línea de las 12 nos encontramos en los 24 años. El siguiente ciclo de doce años es para la maestría de la luz crística y de la luz búdica. En estos doce años tenemos la oportunidad de convertirnos en el y en el . A los 33 años manifestó la victoria de la y su . A los 36 años Sidarta alcanzó la iluminación. Nosotros tenemos la oportunidad hacer lo mismo.
Treinta y tres es el número de la iniciación de la vida que comienza en el momento del nacimiento y culmina en los 33 años. A los 36 es la iniciación del Buda, y de ahí en adelante, si hemos pasado las pruebas de la iniciación crística, se nos da íntimo contacto con Buda y con otros budas anteriores a él, para que nuestra pase las pruebas en concordancia con la luz búdica.
Ahora bien, si todo funciona como reloj y todo lo que exteriorizamos a lo largo de la vida son las cualidades divinas de las doce jerarquías, con seguridad ascenderemos. Ésta es la espiral de la ascensión que ustedes tejen con la en cada uno de los cuatro cuadrantes. La llama trina se convierte en el fuego situado en el centro de la base de la pirámide, que comienza a girar como una espiral cuando están ustedes cerca de la ascensión. Envuelve se forma, sus y quedan completamente consumidos y regresan al corazón del .
Jesús encarnó con el 93 por ciento de su saldado. Al pasar por los ciclos de su reloj durante los años transcurridos de su nacimiento a los 12 años, sólo recibió de su cuerpo causal incrementos de las llamas de poder divino, amor divino, maestría divina, control divino, obediencia divina, sabiduría divina, armonía divina, gratitud divina, justicia divina, realidad divina, visión divina y victoria divina. Sin embargo, él, el de la era, debía saldar karma planetario incrementando al mismo tiempo la esfera de la conciencia crística durante estos primeros doce años.
A los 12 años se le dio la oportunidad de saldar karma personal tanto como planetario y de empezar a recibir las iniciaciones para la . La aceptación de esta responsabilidad, aun cuando se contraponía a sus obligaciones familiares, se evidencia en lo que les dijo a sus padres cuando lo encontraron hablando con los doctores en el templo: “¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?” [8]
Durante los siguientes dieciocho años –un ciclo y medio del reloj cósmico– se preparó para su misión de tres años, tanto dentro como fuera de los s de la , tanto en el Cercano como en el Lejano Oriente. Cada línea era una iniciación mayor de la mano del Señor , que era su y que lo puso en contacto con el . Con cada incremento, se fortalecía con las llamas divinas de las jerarquías solares para el ministerio de tres años que culminó en su crucifixión, su resurrección y su ascensión.
Si dotamos de las llamas de Dios tanto el karma con el que encarnamos y que regresa, como la energía divina que recibimos, tenemos oportunidad de consumir dicho karma invocando el fuego sagrado, mediante el de alojado en nuestro , y manifestar considerable realización espiritual en la conciencia crística al llegar a los 33 años. Es el año en el que entramos en nuestra misión divina. Vamos hacia nuestro ministerio capaces de entregar al mundo las enseñanzas de los , de servir a las almas involucradas en el karma del de nuestra vida.
A los maestros ascendidos les interesa que los jóvenes que vayan a entrar en las enseñanzas lo hagan a edad temprana –en la adolescencia o pasados los veinte– para que dispongan de un decenio para prepararse para ese ciclo de la vida en que la extraordinaria culminación de la victoria a los 33 años pueda consolidar en ellos el espectro completo de la maestría de , del Señor Maitreya y de otros maestros ascendidos, tales como el guru del o el del en que el chela sirve. La misión de tres años que sigue a este año culmina, entonces, en el cumplimiento del poder del tres por doce. Haber pasado tres veces por los ciclos del reloj cósmico nos lleva a la edad de treinta y seis años y a la iniciación búdica.
Cómo aplicar esta enseñanza
Si desde los 2 ½ años se instruye a los niños en esta enseñanza, si crecen con la instrucción del sistema de Maria Montessori hasta la secundaria, si reciben esta instrucción combinada con una formación en las artes liberales o con una educación especializada, junto con todo lo que debe dominarse en los campos de la actividad humana, estarán realmente equipados para hacer frente a las iniciaciones de los maestros ascendidos, para tornar dominio sobre la tierra y dirigir la energía de sus s para traer a la manifestación la que será el signo de los hijos e hijas de Dios en la .
Si nos ocupamos de nosotros mismos en este momento del tiempo y el espacio, si salimos al encuentro de nuestro karma y de nuestros ciclos kármicos, podemos sacar el mayor provecho del reloj a cualquier edad, porque el , la llama transmutadora, puede consumir la causa y el núcleo de todo abuso de las cualidades divinas en todas las líneas del reloj que hayamos cometido en el pasado.
Ahora bien, si como decía yo todo se desarrolla con la precisión de un reloj y obtenemos la llama de nuestra maestría divina, entonces caminaremos por la tierra corno instructores, como miembros no ascendidos de la Gran Hermandad Blanca. Si fracasamos en nuestras pruebas un año tras otro, haciendo más karma del que saldamos, acumulando no solamente el incremento de vidas pasadas que prometimos ante los que saldaríamos en esta vida, sino también el incremento de karma por infracciones actuales de la ley, que apilamos haciendo otra montaña de karma en esta encarnación, entonces, cuando finalmente entreguemos nuestra vida al que se nos ha puesto delante, el sendero de iniciación, tendremos que intensificar nuestro moméntum de decretos, nuestra acción de invocación de la llama de la vida y nuestro moméntum de servicio a la causa de la Gran Hermandad Blanca para poder cumplir nuestro en esta vida.
¡De todos modos es una oportunidad suprema! ¡De todos modos es un momento supremo de victoria! Y nos ha prometido que si aplicamos esta enseñanza y la ley de la y todo lo que los maestros han dado en sus enseñanzas –en las –, el alma puede ascender ya sea en esta vida o en la siguiente, siendo el requisito saldar el 51 por ciento de todo mal uso de estas doce llamas y cumplir con el plan divino.
El reloj de los meses del año de nacimiento
Ya vimos cómo se desarrolla el reloj año tras año desde el día de nacimiento. Ahora vamos a hablar de cómo se desarrolla el reloj mes a mes. El reloj que vamos a ver ahora es el de los meses del año. Vamos a trazar un año de vida –cualquier año, puede ser éste. Vamos a trazar un año en la vida de un ser dotado del Cristo.
Dibujen un círculo, que será la representación de un año, para trazar la carta de su ciclo natal. Dividan el círculo en doce meses. El primer mes es el mes en que nacieron. El primer día es el día en que nacieron. Coloquen este día y este mes en la línea de las 12. El año en que nacieron inicia siempre en la línea de las 12, regida por la jerarquía de Capricornio. En la línea de la una coloquen el siguiente mes del calendario pero con la misma fecha de nacimiento. Luego simplemente continúen haciendo lo mismo por todo el reloj, colocando los meses sucesivos y su fecha de nacimiento en las restantes líneas. Por ejemplo, si su fecha de nacimiento es el 4 de julio, pongan “4 de julio” en la línea de las 12, “4 de agosto” en la línea de la una, “4 de septiembre” en la línea de las 2, y así sucesivamente. Éste es su calendario natal, una carta del año en que nacieron que mes a mes les mostrará cómo se presentarán sus iniciaciones bajo las doce jerarquías solares.
Cualquiera que sea el año en que nacieron, tres meses después de ese día (el 4 de octubre en nuestro ejemplo), en la línea de las 3, serán iniciados bajo la jerarquía de Aries. Y durante un mes recibirán las iniciaciones del en contraposición al [gd ego humano], la oportunidad de transmutar el ego humano y de desarrollar el Ego Divino, que es su , el o que representa a la . Estas pruebas llegan bajo la jerarquía de Aries, regida por Helios. ¿Y cuál mayor ego tenemos en nuestro sistema solar sino nuestro sol, el sitio más brillante que conocemos? Y lo que posee la mayor exaltación es su propio .
Exactamente seis meses después del día en que nacieron (4 de enero en el ejemplo) recibirán las pruebas de la jerarquía de Cáncer, las pruebas de la llama de la , las pruebas de la armonía; y recibirán las pruebas del flujo del elemento agua en las emociones. Nueve meses después del día en que nacieron (4 de abril en el ejemplo), en la línea de las 9, recibirán las pruebas de la jerarquía de Libra: las pruebas del , de la realidad, de la oportunidad de demostrar qué es real y de transmutar todo tipo de karma de irrealidad que les regresa para que cumpla sus ciclos en la llama y sea transmutado.
¿Es exacto este reloj? ¡Es tan exacto que es asombroso! Sería aterrador que no comprendiéramos y amáramos la ley que gobierna el cosmos. Es tan exacto que si conocen la hora de su nacimiento podrán observar el cambio de ciclo cada mes a esa hora. La exactitud del flujo de las espirales de energía en el cosmos es asombrosa. Es como el prodigio del cuerpo humano, de las células y el flujo de la vida, de la vastedad del diseño del cuerpo templo en el que vivimos. Pero la maravilla de maravillas es percibir cómo funciona este .
[8] Lucas 2:49.
(griego: Christos, “ungido”). Mesías (hebreo y arameo: “ungido”); “el Ungido”, aquel que es investido e infundido o ungido de la luz (el Hijo) de Dios. La Palabra, el Logos, la Segunda Persona de la Trinidad: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad… Aquél era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre que viene al mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por él y el mundo no le conoció.” En la Trinidad hindú de Brahma, Vishnu y Shiva, el término “Cristo” corresponde a la encarnación de Vishnu, el Preservador; avatara, hombre Dios, el que despeja la oscuridad, guru.
El Cristo Universal es el mediador entre los planos del Espíritu y los planos de la Materia; personificado como el Santo Ser Crístico, es el mediador entre el Espíritu de Dios y el alma del hombre. El Cristo Universal sostiene el nexo (el flujo en forma de ocho) de la conciencia a través del cual las energías del Padre (Espíritu) pasan a sus hijos para la cristalización (inglés: Christ-realization: realización crística) de la Llama de Dios por el esfuerzo de su alma en el vientre cósmico (la matriz) de la Madre (Materia). A este proceso se le llama materialización (inglés: Mater-realization: realización en la Materia), “El Descenso”. El proceso por el cual las energías de la Madre aglutinadas en el alma pasan a través del nexo de la conciencia crística hacia el Padre es la aceleración llamada espiritualización (inglés: Spirit-realization: realización en el Espíritu), “El Ascenso”. Otro nombre que se le da al proceso mediante el cual la energía del alma regresa de la Materia al Espíritu es sublimación (inglés: sublimation: sublime action: acción sublime) o transmutación. Siendo ya una con el Hijo, el alma experimenta la consumación de este proceso como la ascensión, la unión con el Espíritu de la Presencia YO SOY, el Padre. La ascensión es el cumplimiento en el cielo de la promesa de Jesús en la tierra: “En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros… El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos con él morada.”
La fusión de las energías de la polaridad positiva y negativa de la Divinidad en la creación ocurre a través del Cristo Universal, el Logos sin el cual “nada de lo que es fue hecho”. El flujo de luz del macrocosmos hacia el microcosmos, del Espíritu (la Presencia YO SOY) al alma y de regreso siguiendo la espiral en forma de ocho, se cumple a través de este bendito Mediador que es Cristo, el SEÑOR, la verdadera encarnación del YO SOY EL QUE YO SOY. Ya que Jesús es esa Palabra encarnada, puede decir: “El YO SOY es [el YO SOY en mí es] la Puerta Abierta [al cielo y a la tierra] que ningún hombre puede cerrar”, y “Todo el Poder me es dado [a través del YO SOY en mí] en el cielo y en la tierra”, y también “He aquí, YO SOY [el YO SOY en mí está] vivo por siempre –como Arriba, así abajo– y tiene las llaves del reino de los cielos y las llaves de la muerte y el infierno, y a quienquiera que el Padre quiera yo se las doy, y son dadas en su nombre”. Esto que aún hoy afirma el maestro ascendido Jesucristo también lo afirma para nosotros nuestro Santo Ser Crístico. Así, el Cristo Universal del Hijo único y de los muchos efectivamente mediatiza la Presencia del YO SOY hacia nosotros a través de nuestro propio y amado Santo Ser Crístico. Ésta es la verdadera comunión con el Cristo Cósmico cuyo Cuerpo (Conciencia) fue “partido”, compartido, individualizado para cada hijo del corazón del Padre. Los Hijos de Dios son depositarios de la Máxima Luz para los que aún son criaturitas en Cristo.
El término “Cristo” o “ungido del Cristo” también denota un cargo en la jerarquía que ocupan los que han alcanzado la automaestría en los siete rayos y los siete chakras del Espíritu Santo. La maestría crística incluye equilibrar la llama trina (los atributos divinos de poder, sabiduría y amor) para la armonización de la conciencia y la implementación de la maestría de los siete rayos en los chakras y en los cuatro cuerpos inferiores mediante la Llama de la Madre (la kundalini elevada). En la hora designada para la ascensión, el alma así ungida eleva la espiral de la llama trina desde abajo de los pies, pasando por toda la forma, para la transmutación de todo átomo y célula de su ser, conciencia y mundo. La saturación y la aceleración de los cuatro cuerpos inferiores y el alma mediante esta luz transfiguradora de la llama crística ocurre en parte durante la iniciación de la transfiguración, se incrementa con la resurrección y adquiere plena intensidad durante el ritual de la ascensión.
El Ser Crístico individual, el Cristo personal, es el iniciador de toda alma viviente. Cuando el individuo pasa estas diversas iniciaciones en el sendero de la cristeidad, incluyendo “dar muerte al morador del umbral”, se gana el derecho a que se le llame ungido del Cristo así como hijo o hija de Dios. Hay quienes, en eras pasadas, se ganaron semejante título y comprometieron esa culminación o no lograron manifestarla en encarnaciones subsiguientes. En esta era el Logos los requiere para que manifiesten su maestría divina interna y la perfeccionen en el plano físico mientras están en encarnación física. Por lo tanto, para asistir a los hijos e hijas de Dios en hacer que su manifestación sea conmensurable con su luz interior, los maestros de la Gran Hermandad Blanca han dado sus enseñanzas a través de los maestros ascendidos y de sus mensajeros en este siglo [XX]. Y Saint Germain fundó la Fraternidad de Guardianes de la Llama, a través de la cual envía lecciones mensuales graduadas a los miembros de esta orden, dedicada a guardar la llama de la Vida en todo el mundo. Antes de pasar con éxito las iniciaciones del discipulado, se hace referencia al individuo como hijito de Dios, en contraste con el término “Hijo de Dios”, que denota la plena cristeidad, en la cual el alma, en y como Hijo del hombre, se ha fundido en el Hijo de Dios siguiendo el ejemplo de Jesucristo.
Con la expansión de la conciencia crística, el ungido del Cristo avanza para alcanzar la realización de la conciencia crística en el nivel planetario y es capaz de sostener el equilibrio de la llama crística para las evoluciones del planeta. Cuando logra esto, asiste a los miembros de la jerarquía celestial que prestan su servicio en el cargo de Instructores del Mundo y al Cristo planetario. Véase Gráfica de tu Ser Divino, Jesús.
Juan 1:1-4; 14:20, 23. Cf. Apocalipsis 3:8; Mateo 28:18; Apocalipsis 1:18
(sánscrito: budh, “despertar”, “saber”, “percibir”). Significa “el iluminado”. Denota una función en la jerarquía espiritual de mundos que se alcanza al pasar ciertas iniciaciones del fuego sagrado, entre ellas las de los siete rayos del Espíritu Santo y las de los cinco rayos secretos, la de la elevación del rayo femenino (el fuego sagrado de la Kundalini) y la de la “maestría del siete en los siete multiplicado por diez”.
Gautama alcanzó la iluminación búdica hace 25 siglos, sendero que había proseguido durante múltiples encarnaciones anteriores y que culminó en su meditación de 49 días bajo el árbol bo; de ahí que se le llame Gautama el Buda. Ocupa el cargo de Señor del Mundo, sosteniendo, con su cuerpo causal y su llama trina, la chispa divina y la conciencia de las evoluciones de la tierra que se acercan al sendero de la cristeidad personal. Su aura de amor y sabiduría que cubre al planeta surge de su devoción incomparable a la Madre Divina. Es el jerarca de Shamballa, el retiro original de Sanat Kumara, que ahora está en el plano etérico sobre el desierto del Gobi. El 18 de abril de 1981, el amado Gautama Buda estableció su Shamballa Occidental en el Retiro Interno del Royal Teton Ranch, sobre las tierras vírgenes de América, en los confines septentrionales del parque nacional Yellowstone. Véase Señor del Mundo, Shamballa.
El Señor Maitreya, el Cristo Cósmico, también ha pasado las iniciaciones búdicas. Es el tan esperado Buda Venidero, que ha salido a la luz para enseñar a todos los que se han alejado del camino de Gran Guru Sanat Kumara, de cuyo linaje descienden tanto él como Gautama. En la historia del planeta han existido numerosos budas que han auxiliado a las evoluciones de la humanidad en los pasos y etapas del sendero del bodhisattva. En Oriente se conoce a Jesús como el buda Issa, el Salvador del Mundo por amor y sabiduría de la Divinidad. Véase bodhisattva, Señor Maitreya.
En los años sesenta, nueve corrientes de vida no ascendidas que habían pasado las iniciaciones búdicas se ofrecieron a encarnar para asistir a las evoluciones de la Tierra durante su difícil y peligrosa transición a la era de Acuario. Su servicio mundial será reconocido cuando hayan alcanzado la edad del ejemplo búdico y crístico, de los 33 a los 36 años. El 1 de enero de 1983 Gautama Buda anunció que nueve budas que habían permanecido en el nirvana durante novecientos años estaban descendiendo por el haz de luz para entrar en el corazón de nueve individuos en este planeta y, a través de su presencia electrónica, en el campo de fuerza de miles de corazones dedicados. Gautama también otorgó la dispensación de que a partir de ese momento toda oración, mantra o cántico de los devotos del Cristo y del Buda se multiplicaría por el poder del corazón de Gautama y de los nueve budas.
A fines de 1966 la Diosa de la Pureza dijo que “de la gran llama de pureza cósmica, hace dos años nacieron en la tierra nueve niños, budas del corazón del Padre… La intención era que por el poder del tres veces tres estos niños santos traerían a la humanidad la gran conciencia de la pureza divina que sostiene nuestro amado Señor Gautama. Hoy vengo a vosotros con un mensaje que debería hacer despertar vuestro corazón a la necesidad de más decretos. Desde el nacimiento de estos niños santos uno de ellos salió la pantalla de la vida porque su entorno era tan impuro y carente de la llama de la pureza que no era apropiado para que surgiera la luz de ese corazón, que murió como una flor cortada de su tallo. Y, así, ocho de estos niños santos permanecen en el cuerpo planetario.” El noveno buda volvió a nacer subsecuentemente en Madrás, India.
La conciencia o percepción de uno mismo en y como el Cristo; alcanzar un nivel de conciencia conmensurable con el que alcanzó Jesús, el Cristo. La conciencia crística es la culminación dentro del alma de esa Mente que estaba en Cristo Jesús. Es alcanzar la acción equilibrada de poder, sabiduría y amor —del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo– y la pureza de la Madre mediante una llama trina del corazón equilibrada. Es la Fe perfeccionada en el deseo de hacer la Voluntad de Dios, la Esperanza en la salvación de Cristo Jesús gracias al sendero de su justicia realizado en nosotros y la excelencia de la Caridad en el más puro amor de dar y recibir en el SEÑOR.
Filipenses 2:5
El ritual en el que el alma se reúne con el Espíritu del Dios vivo, la Presencia YO SOY. Es la culminación de la estadía divinamente victoriosa del alma en el tiempo y el espacio. Es la recompensa del justo, el regalo de Dios tras el juicio final delante del gran trono blanco, durante el cual todo hombre es juzgado “según sus obras”.
Enoc, de quien se dice que “caminó con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios”, pasó por la ascensión; también Elías, quien subió al cielo en un torbellino; y Jesús, aun cuando su ascensión no tuvo lugar en la ocasión en que las escrituras dicen que fue llevado al cielo en una nube. El Morya, maestro ascendido, ha revelado que Jesús vivió muchos años después de estos hechos e hizo su ascensión después de su fallecimiento en Cachemira, a los 81 años, en el año 77 d.C.
La reunión con Dios en la ascensión, esto es, el término de las rondas de karma y renacimiento y el regreso a la gloria del SEÑOR, es la meta de la vida para los hijos e hijas de Dios. Jesús dijo: “Y nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, incluso el Hijo del hombre.” Por medio de la salvación (inglés: salvation), la “autoelevación” (inglés: Self-elevation), o sea, la elevación consciente del Hijo de Dios dentro de su templo, el alma se pone el vestido de bodas para realizar la función del Hijo (inglés: Son, o Sun [sol], o luz) de la manifestación (inglés: man: hombre): el Hijo del hombre. Siguiendo el sendero iniciático de Jesús, el alma, habiendo saldado su karma y cumplido su plan divino, se fusiona con la conciencia crística y después con la presencia viva del YO SOY EL QUE YO SOY. Una vez que la ascensión ha tenido lugar, el alma, el aspecto corruptible del ser, se convierte en el incorruptible, un átomo en el Cuerpo de Dios. Véase matrimonio alquímico.
Apocalipsis 20:12-13; Génesis 5:24; 2 Reyes 2:11; Lucas 24:50-51; Hechos 1:9-11; Juan 3:13
Dios es un Espíritu y el alma es el potencial vivo de Dios. La petición de libre albedrío que el alma hizo y su consiguiente separación de Dios tuvieron como consecuencia el descenso de este potencial al estado carnal inferior. Sembrada en deshonor, el alma está destinada a elevarse con honores a la plenitud de ese estado divino que es el Espíritu único de toda Vida. El alma puede perderse; el Espíritu no puede morir.
El alma permanece como un potencial que ha caído a niveles más bajos de vibración y de conciencia, y debe ser imbuida de la realidad del Espíritu, purificada por medio de la oración y la súplica y devuelta a la gloria de la cual descendió y a la unidad del Todo. Esta reunión del alma con el Espíritu es el matrimonio alquímico, que determina el destino del ser y lo convierte en uno con la Verdad inmortal. Cumplido este ritual, el Ser superior se corona Señor de la Vida y se descubre que el potencial de Dios realizado en el hombre es el Todo-en-todo.
La llama del Cristo, la chispa de la vida que arde en la cámara secreta del corazón de los hijos e hijas de Dios. La sagrada trinidad de poder, sabiduría y amor que es la manifestación del fuego sagrado. Véase Gráfica de tu Ser Divino.
(sánscrito: “acto, acción, obra”). El karma es energía/conciencia en acción; la ley de causa y efecto y retribución. Llamada también ley del círculo, que decreta que cualquier cosa que hagamos completará un círculo y regresará a nuestra puerta para resolución. Pablo dijo: “Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.” Newton observó: “Para toda acción hay una reacción igual y opuesta.” La ley del karma requiere que el alma reencarne hasta que todos los ciclos kármicos se hayan saldado. Así, de una vida a la siguiente el hombre determina su destino por sus acciones, incluyendo sus pensamientos, sentimientos, palabras y obras. Saint Germain enseña el sendero acelerado de la transmutación del karma con la llama violeta del Espíritu Santo y trascendiendo las rondas de renacimiento a través del sendero de la cristeidad individual que conduce a la ascensión demostrada por Jesús.
Gálatas 6:7
Muchos de los retiros de los maestros, incluyendo sus escuelas de misterios, estuvieron en el plano físico durante las primeras eras de oro de la tierra e incluso después de la Gran Rebelión y la Caída de los ángeles caídos. Ante la destrucción y la profanación de sus templos, los maestros retiraron sus centros y sus llamas al plano etérico, de ahí el término “retiro”. Después de la ascensión del mensajero Mark L. Prophet el 26 de febrero de 1973, los Señores del Karma dieron otra oportunidad a los hijos de Dios de saldar su karma asistiendo a las clases en los retiros de los siete chohanes, el Maha Chohán y los Instructores del Mundo. El primero de enero de 1986, Gautama Buda y los Señores del Karma respondieron a la petición de los Señores de los Siete Rayos de abrir las universidades del Espíritu que se encuentran en sus retiros etéricos a decenas de miles de estudiantes para proseguir sistemáticamente el camino de la automaestría en los siete rayos. Los estudiantes viajan en su cuerpo sutil durante el sueño y pasan catorce días en el retiro de cada uno de los chohanes y del Maha Chohán. Véase Tabla de los ocho rayos.
Señor Maitreya maestro ascendido. Junto con Gautama, Maitreya prosiguió las disciplinas búdicas bajo la dirección de Sanat Kumara. Ocupa el cargo de Cristo Cósmico y Buda Planetario y sirve en la jerarquía bajo el Señor Gautama, dirigiendo la función de los Instructores del Mundo. Para la humanidad en evolución demuestra la conciencia cósmica del Cristo en todas las áreas del quehacer humano y en su universalidad a través del cosmos. Se le conoce como el Gran Iniciador y de hecho fue el iniciador de Jesús en su individualización de la Llama del Cristo en su encarnación final como salvador del mundo y ejemplo del Camino, la Verdad y la Vida para los aspirantes que recorren el sendero de la cristeidad personal. El amado Maitreya fue el SENOR Dios en el Edén, el guru de las llamas gemelas. El tan esperado “Buda Venidero” ha venido en verdad para reabrir su escuela de misterios y para asistir a Saint Germain y Porcia, llamas gemelas del séptimo rayo y jerarcas de la era de Acuario, en la introducción de la nueva era. El 31 de mayo de 1984, dedicó el Corazón del Retiro Interno y el Royal Teton Ranch al sendero y a la enseñanza del Cristo Cósmico para que los que se apartaron de su tutela siguiendo el camino de las Serpientes (los ángeles caídos que llevaron a Eva por el mal camino) pudieran regresar y que los hijos de la Luz siguieran al Hijo de Dios en la regeneración. Como patrocinador de las llamas gemelas, es el amigo de todos los iniciados del fuego sagrado. Cuando se le invoca, otorga la iluminación del Cristo y la fuerza de la Palabra para pasar las iniciaciones que tienen lugar bajo su patrocinio. Véase escuelas de misterios, buda.
La luz espiritual es la energía de Dios; el potencial del Cristo. Como personificación del Espíritu, el término “Luz” puede utilizarse como sinónimo de los términos “Dios” y “Cristo”. Como esencia del Espíritu es sinónimo de “fuego sagrado”. Es la emanación del Gran Sol Central y de la Presencia YO SOY individualizada, y la Fuente de toda vida. Es lo que enciende la chispa divina, porque la Luz verdadera alumbra a toda manifestación de Dios que debe descender a un mundo oscurecido. El portador de Luz es el que desplaza la Oscuridad, y la Luz de su Presencia YO SOY proviene de los reinos del Día Eterno.
Juan 1:7-9
El cuerpo de la Primera Causa; siete esferas concéntricas de luz y conciencia que se interpenetran y que rodean a la Presencia YO SOY en los planos más altos del Espíritu, cuyo moméntum, incrementado por las palabras y las obras buenas del SEÑOR manifestadas por el alma en todas sus vidas pasadas, es accesible hoy en todo momento, según lo necesitemos. Nuestros recursos espirituales y nuestra creatividad —talentos, gracias, dones y genio, almacenados debido a un servicio ejemplar en los siete rayos— pueden ser atraídos desde el cuerpo causal con invocaciones a la Presencia YO SOY en el nombre del Ser Crístico. Además de ser el lugar donde nos “hacemos tesoros en el cielo” —el almacén de toda cosa buena y perfecta que forma parte de nuestra verdadera identidad—, las grandes esferas del cuerpo causal son el lugar de morada de Dios el Altísimo al que Jesús se refirió cuando dijo: “En la casa de mi Padre muchas moradas hay… voy, pues, a preparar lugar para vosotros… Vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo: para que donde yo estoy [ahí donde YO, el Cristo encarnado, SOY en la Presencia YO SOY] vosotros también estéis.” El cuerpo causal es la mansión, o morada, del Espíritu del YO SOY EL QUE YO SOY al cual el alma retorna a través de Cristo Jesús y el Ser Crístico individual en el ritual de la ascensión. Pablo se refería al cuerpo causal como la estrella de la individualización de la Llama de Dios de todo hombre cuando dijo: “porque una estrella es diferente de otra en gloria”. Véase Gráfica de tu Ser Divino.
Mateo 6:19-21; Juan 14:2; 3:1; 1 Corintios 15:41
Filipenses 2:5
(sánscrito: “círculo”). Término de origen hindú, que aparece en el Rig Veda, usado también en el budismo. La forma básica de un mandala es un cuadrado con cuatro puertas que contiene un círculo con un punto central; cada puerta tiene forma de “T”. En diversas tradiciones espirituales se utiliza para enfocar la atención de aspirantes y adeptos como ayuda para la meditación. Término genérico para cualquier plan, gráfica o patrón geométrico que representa el cosmos metafísica o simbólicamente; un microcosmos del universo desde la perspectiva humana.
Hay cinco chakras menores correspondientes a los cinco rayos secretos y un total de 144 centros de luz en el cuerpo del hombre. Véase Tabla de los chakras , El aura humana II, de Djwal Kul.
[alchemy (del inglés medio alkamie, del francés medio alquemie, del latín medieval alchymia o alchimia, del árabe al-kimiya', "la piedra filosofal", de al, "el", + kimiya', del griego tardío chemeia, probable modificación de chymeia, probablemente del griego chyma, "fluido", de chein, "verter".) 1. Ciencia química y filosofía especulativa medievales cuyo fin era alcanzar la transmutación de los metales básicos en oro, el descubrimiento de una cura universal para la enfermedad, el descubrimiento de un medio de prolongar indefinidamente la vida y el gran poder, o mágico poder, de la transmutación; 2. el poder o el proceso de transformar algo común en algo especial; 3. transmutación inexplicable o misteriosa; 4a. arcaico: aleación de color dorado; 4b. obsoleto: trompeta de color dorado. (Webster's Third New International Dictionary, edición de 1971)]
Los seres ascendidos que componen el Consejo Kármico. Su nombre y el rayo que representan en él son los siguientes: primer rayo, el Gran Director Divino; segundo rayo, la Diosa de la Libertad; tercer rayo, la Maestra Ascendida Nada; cuarto rayo, el Elohim Ciclopea; quinto rayo, Palas Atenea, Diosa de la Verdad; sexto rayo, Porcia, Diosa de la Justicia; séptimo rayo, Kuan Yin, Diosa de la Misericordia.
Los Señores del Karma administran la justicia en este sistema de mundos, y adjudican karma, misericordia y juicio a todas las corrientes de vida. Todas las almas deben pasar delante del Consejo Kármico antes y después de cada encarnación en la tierra; reciben su asignación y su porción kármica para cada periodo de vida por anticipado y luego se pasa revista a su actuación al terminar. Gracias al Guardián de los Pergaminos y a los ángeles registradores, los Señores del Karma tienen acceso al registro completo de cada corriente de vida encarnada en la tierra. Ellos determinan quién ha de encarnar, así como cuándo y dónde. Asignan a las almas a una comunidad o a una familia, sopesando cuánta carga de karma debe saldarse, en cumplimiento de cada “punto y tilde” de la ley. El Consejo Kármico, en consonancia con la Presencia YO SOY y el Ser Crístico individuales, determina cuándo se ha ganado el alma finalmente el derecho a quedar libre de la rueda de karma y de las rondas de renacimiento.
Los Señores del Karma se reúnen en el retiro del Royal Teton dos veces al año, en los solsticios de invierno y de verano, para revisar peticiones de la humanidad no ascendida y para otorgar dispensaciones con el fin de asistirla.
El Ser Crístico; la Presencia YO SOY; el Espíritu inmortal que es el principio que anima a toda manifestación. Véase Gráfica de tu Ser Divino.
Véase Ser Crístico.
Madre Divina, Madre Universal y Virgen Cósmica son otros tantos términos para designar la polaridad femenina de la Divinidad, la manifestación de Dios como Madre. La Materia [inglés: Matter] es la polaridad femenina del Espíritu y los maestros ascendidos utilizan el término alternadamente con Mater (latín: “madre”). En este contexto, todo el cosmos material se convierte en el vientre de la creación, hacia el cual el Espíritu proyecta las energías de la Vida. La Materia es, entonces, el vientre de la Virgen Cósmica, quien, como la otra mitad del Todo Divino, también existe en el Espíritu como polaridad espiritual de Dios.
Jesús mismo reconoció a Alfa y Omega como los más altos representantes del Dios Padre-Madre y con frecuencia se refirió a Alfa como Padre y a Omega como Madre. Quienes asumen la polaridad femenina de la conciencia después de su ascensión son maestras ascendidas. Junto con todos los seres femeninos (polarizados femeninamente) en las octavas de luz, son los focos de la llama de la Madre Divina para las evoluciones de la humanidad que se desarrollan en muchos sistemas de mundos. Sin embargo, siendo andróginos, todos los miembros de las huestes celestiales son focos de cualquiera de los atributos masculinos o femeninos de la Divinidad a voluntad, pues ya han entrado en las esferas de la Totalidad Divina. Madre de la Llama (o Madre del Mundo). Cargo en la jerarquía que ocupan sucesivamente aquellas devotas no ascendidas designadas por la Gran Hermandad Blanca para nutrir, o incubar, la llama de la Vida en toda la especie humana. En 1961, Clara Louise Kieninger fue nombrada primera Madre de la Llama de la Fraternidad de Guardianes de la Llama por Saint Germain. El 9 de abril de 1966, ese manto fue transferido a la mensajera Elizabeth Clare Prophet. En ese momento Clara Louise Kieninger se convirtió en la Madre de la Llama Regente. Hizo su ascensión el 25 de octubre de 1970 en Berkeley, California, y continúa ocupando ese cargo desde el estado ascendido.La Tercera Persona de la Trinidad; la omnipresencia de Dios; las lenguas hendidas de fuego que focalizan a Dios Padre-Madre, también llamado el fuego sagrado; las energías de Vida que animan a un cosmos. En la Trinidad hindú de Brahma, Vishnu y Shiva, el Espíritu Santo corresponde a Shiva, conocido como el Destructor-Liberador porque su amor que todo lo consume, cuando se invoca en los planos de la Materia, ata a las fuerzas del mal y transmuta la causa y el efecto de las creaciones erróneas de los hombres, liberándolos de la prisión de su karma y de los seres oscuros que la habitan. El prana es la esencia del Espíritu Santo que ingerimos con el aliento del fuego sagrado a través de los chakras para nutrir a los cuatro cuerpos inferiores. El Espíritu Santo es el foco del equilibrio del Dios Padre-Madre en el núcleo de fuego blanco del ser. El exorcismo de los espíritus malignos y de las entidades impuras se realiza mediante el fuego sagrado del Espíritu Santo, en el nombre del Cristo y del YO SOY EL QUE YO SOY. Los nueve dones del Espíritu Santo son poderes que se otorgan a los siervos del Señor para atar a la muerte y el infierno y realizar Sus obras en la tierra.
La Persona y la Llama del Espíritu Santo es el Consolador que Jesús prometió que vendría cuando nuestro Señor nos dejara –a iluminarnos, a instruirnos y a hacernos recordar todas las cosas que el amado Jesús nos ha enseñado, tanto en la tierra como en el cielo. Cada vez que un hijo o hija de Dios asciende a la Presencia del YO SOY EL QUE YO SOY, el Espíritu Santo desciende para llenar el vacío y magnificar la Presencia del Señor en la tierra. Es éste el ritual del descenso del Espíritu Santo prometido por Jesús a sus discípulos cuando el Maestro dijo: “Permaneced en la ciudad de Jerusalén hasta que seáis dotados del poder de las alturas”, cosa que ocurrió en Pentecostés después del ascenso de Jesús al cielo.
El representante de la llama del Espíritu Santo para las evoluciones de la tierra es el maestro ascendido que ocupa el cargo de Maha Chohán . El Espíritu Santo es la Personalidad Impersonal de la Divinidad y está ubicada en el lado occidental de la Ciudad Cuadrangular. Véase Gráfica de tu Ser Divino.
1 Corintios 12:4-11; Juan 14:16, 26; 16:7; Lucas 24:49, 51; Marcos 16-19; Hechos 2:1-4
Reloj cósmico: la ciencia de graficar los ciclos del karma y las iniciaciones del alma en las doce líneas del reloj bajo las Doce Jerarquías Solares. Enseñada por la Madre María a Mark Prophet y Elizabeth Clare Prophet para que los hijos e hijas de Dios regresen a la Ley del Uno y a su punto de origen más allá de los mundos de la forma y de la causalidad inferior.