► diagramas y cálculos
Cuatro aspectos del círculo de la vida
En sus Estudios de alquimia [4] menciona los cuatro aspectos del círculo de la vida y le da al Padre el nombre de “Impersonalidad Impersonal” (figura 9). Esto les puede proporcionar un concepto del primer cuadrante y una idea de aquello en que consisten las tres s que rigen este cuadrante. Las jerarquías de Capricornio, Acuario y Piscis entran en el primer cuadrante, el cuerpo de fuego. La Impersonalidad Impersonal es la pura energía ígnea de la ley. Es la energía fohática que fluye.
Todos pensamos en el Padre como un poco menos personal que la . Pensamos en el aspecto paterno de Dios como remoto, aunque no lo sea. Esta lejanía no es un distanciamiento sino una característica impersonal contenida en el Legislador y en la perfección absoluta de la .
Si damos un giro de 90 grados en nuestra circunferencia de 360, llegamos al segundo cuadrante, el sitio donde la Impersonalidad Impersonal, como flujo, se convierte en la Personalidad Impersonal, el , la Palabra encarnada. Esto ocurre en la línea de Aries del reloj. Y bajo esta frecuencia de la mente de Dios que se ha convertido en la mente de está la maestría de las jerarquías de Aries, Tauro y Géminis.
Vemos en la figura de una personalidad impersonal. Es una personalidad y sin embargo es impersonal. Es ese punto medio entre el Padre y la Madre, el sitio donde se encuentran para alumbrar al Divino Hijo Varón, el Cristo, personificado en con la calidez y el amor y no obstante con un cierto distanciamiento, una cierta característica de severidad. Este desplazamiento entre el Padre y la Madre que encontramos tan satisfactorio en Jesús el hombre también define al Ser Crístico individual. Ésta es la línea de las tres.
Al llegar a la línea de las 6, que señala el comienzo del tercer cuadrante –el , el mundo de los sentimientos, el aspecto amoroso del ser– encontramos a la Madre y a la Personalidad Personal. La Madre es la personalidad más personal de la Divinidad que podamos concebir. La conocemos íntimamente; ella está unida a nosotros durante toda nuestra vida. De quien estamos más cerca es de la Madre. Vivimos en el vientre de la . Nuestras madres terrenales representan esa vibración y esa . Cuando dominamos el mundo de los sentimientos entonces nos volvemos conscientes de la Personalidad Personal de la Divinidad.
Finalmente, en el cuarto cuadrante llegamos a la maestría del mediante la Impersonalidad Personal de la Divinidad. Aquí, el manifestado como las lenguas hendidas de fuego nos da la acción necesaria para aglutinar los átomos en el plano de la , el plano de la tierra.[5] Ésta es la combinación de Alfa y Omega como la unión de las , la plenitud del OM con la que podemos traer a la manifestación aquí abajo todo lo que está arriba.
A medida que estudiemos el veremos que en diferentes periodos de nuestra vida, durante diferentes iniciaciones, se requiere de nosotros que nos pongamos el manto de cada una de esas fases de la Divinidad y que nos convirtamos en ellas. Bajo el manto de la Madre adquirimos la maestría de la energía de las jerarquías de Cáncer, Leo y Virgo; bajo el manto del Espíritu Santo, la Impersonalidad Personal, adquirimos maestría en las iniciaciones bajo la tutela de las jerarquías de Libra, Escorpión y Sagitario.
Digo “bajo la tutela” porque estas jerarquías cósmicas son los instructores supremos de la humanidad que nos dan sus enseñanzas a través de los que en el escalafón de la jerarquía se han ofrecido como voluntarios no solamente para sostener la llama de estas jerarquías en favor de los que evolucionan en este sistema solar sino también para enseñar cómo triunfar en las pruebas de los seres magistrales del que comprenden estas doce jerarquías solares.
Los maestros ascendidos que ocupan las doce líneas del reloj
Veremos entonces que algunos de los maestros ascendidos con los que estamos familiarizados ocupan posiciones en los doce puntos del reloj para hacer descender a la manifestación las doce cualidades de las jerarquías solares (figura 10). El decreto número 6.04* indica cuáles son estos maestros y sus cualidades divinas. En la sección A verán que la línea de las 12 está presidida por el y en la sección C que la cualidad de esta línea es el poder divino.
Esto significa que el Gran Director Divino sostiene el foco de la jerarquía de Capricornio y su llama de poder divino para las evoluciones de este planeta (figura 11). Significa que cuando llegan nuestras iniciaciones bajo esta jerarquía estamos directamente frente al Gran Director Divino y recibimos nuestra enseñanzas y nuestros exámenes bajo su cetro. Los siete es le asisten en esta disciplina de las evoluciones de la tierra.
El amado Saint Germain representa la era de Acuario en el ciclo de Acuario y sostiene el foco del amor divino en la línea de la 1 junto con las huestes angélicas de luz. El amado Jesús está en la línea de las 2 representando la dispensación de Piscis y a la jerarquía que sostiene la llama de la maestría divina que vino a demostrar. Asistiéndole en esta labor están las grandes huestes de maestros ascendidos. En la línea de las 3 –la línea del , el Unigénito– está la Presencia Solar de Helios y de los mensajeros del que focalizan la cualidad del control divino, que amplifican con el poder del imán del Gran Sol Central. Este imán es el control divino del flujo de la vida a través de nosotros, el flujo de la energía del Logos. Ésta es la cualidad que debemos manifestar bajo la jerarquía de Aries.
En la línea de las 4, bajo la jerarquía de Tauro, está el Dios Obediencia, el maestro ascendido , cuya maestría sobre la llama de la obediencia le hace estar eminentemente calificado para transmitirnos la llama de la obediencia divina y para darnos las iniciaciones del amor bajo la jerarquía de Tauro. Los siete poderosos Elohim sirven junto con Godfre para preparar a millones de corrientes de vida en la ley de la conformidad con el diseño original interno.
El amado tiene su puesto en Géminis, en la línea de las 5, gobernando las energías de la sabiduría divina y poniéndonos a prueba, junto con los refuerzos de las legiones de Mercurio, en las llamas gemelas de Géminis, el ciclo Alfa-Omega que se presenta en esa línea de las cinco.
, jerarca del Templo de la Ascensión, trabajando diligentemente con los grandes serafines y querubines, nos inicia en el núcleo de fuego blanco de la Madre, la llama de la pureza que denominamos armonía divina. Para dominar la llama de la Madre en la línea de las 6 debemos dominar el flujo de la armonía. Debemos ser capaces de sostener las riendas de la armonía en nuestros . Ésta no es una prueba fácil, puesto que es una prueba del elemento agua, de las emociones, de la energía en movimiento.[*] Requiere que nos mantengamos en armonía mientras estamos en movimiento –en acción–, cuando para algunos ya es suficientemente difícil mantenerse en armonía estando en calma.
En la línea de las 7 está la , portavoz del . Junto con los , sostiene la clave de la cualidad de la gratitud divina bajo la jerarquía de Leo. La Diosa de la Libertad dijo en una ocasión que la inmigración es “ gratitud en acción”.[‡] Del mismo modo en que sostiene su lámpara en el puerto de Nueva York, dando la bienvenida a los inmigrantes, la gratitud en la línea de las 7 está continuamente afirmando todos los dones y las gracias del Espíritu y nuestra apreciación por la vida. Cada vez que decimos: “I AM grateful [estoy agradecido]”, incrementamos el flujo en el cuerpo emocional. Esto juega un papel fundamental en el factor de saldar el . La llama de la gratitud es una clave importante en el retorno de los ciclos del reloj cósmico.
El amado Señor en el del Gran Teton, junto con los Señores de la Sabiduría, sostiene la llama de la justicia divina bajo la jerarquía de Virgo en la línea de las 8. En la línea 9 del Espíritu Santo, sirven en la jerarquía de Libra el poderoso Victory de Venus y los Señores de la Individualidad, que guardan la llama de la realidad divina para la humanidad, iniciándonos en lo que es real o lo que es irreal.
El amado y los Señores de la Forma sostienen en Escorpión, en la línea de las 10, el equilibrio del poder de la visión divina. La acción de esta energía nos es emitida como las pruebas del ojo omnividente. En la línea de las 11, el Señor , el Gran Iniciador, y los Señores de la Mente mantienen el foco para la jerarquía de Sagitario, poniéndonos a prueba en la llama de la victoria divina, la undécima hora, la hora de la victoria.
Ahora bien, ¿qué significa todo esto? La revelación del reloj cósmico es un concepto magnífico. Es el concepto más liberador que hemos recibido –después del conocimiento de la , del Ser Crístico, de los maestros ascendidos, de la y de la ciencia de la .
Recuerden, estamos hablando acerca de todo este karma que recibiremos en la tierra durante los próximos 25 años [§] y que ya estamos enfrentando. Este karma no es castigo. Es oportunidad. Dios no quiere ver al género humano fallando sus pruebas, ni crea por capricho pruebas artificiales para para que fallemos. ¡Nunca, nunca constituye el karma un castigo! Es la oportunidad de experimentar con lo que hemos emitido como cocreadores con Dios, como científicos, como alquimistas en el laboratorio de la Materia. Tenemos derecho a conocer el fruto de nuestros experimentos. Cuando la energía sale de nosotros debemos tener una clara indicación del resultado de nuestro experimento, o no sabremos cómo repetir este experimento en el futuro, o si es deseable repetirlo o cancelarlo.
El regreso del karma debe verse como una alegría, una anticipación en el corazón, una llama de gratitud que sale al encuentro del maestro que viene cargando el peso del karma por el camino. ¿Cómo podemos sentir esa alegría cuando día a día estamos agobiados por lo que parece un enorme castigo, una carga que todavía no comprendemos que es luz/ligera?[†] La forma de comprender la alegría de salir al encuentro del maestro en el camino de la vida, correr al encuentro de los Señores del Karma es cuando nos damos cuenta de que llama que está dentro del corazón, la Presencia YO SOY, es una espiral de energía muy intensa, un vórtice de luz que se cierra sobre sí mismo de tal manera que posee un para atraer hacia sí y consumir hasta la última jota y tilde de la ley de esa retribución kármica –hasta la última vibración, hasta la última carga de ese peso kármico, ya sea de hace un millón de años o de ayer. Esa llama es una llama de fuego que no se extinguirá. [6]
Así, en el núcleo de fuego del círculo está esa llama del corazón de todos nosotros. Y a medida que día con día la rueda del reloj cósmico gira y experimentan ustedes su retorno, no se lamentarán frente a la carga de las líneas de su destino sino que las recibirán con la alegría de la llama. Vemos así que Dios, deseando que la humanidad pase estas pruebas, nos ha dado la ciencia suprema de la Madre Divina: el reloj cósmico.
[4] Studies in Alchemy, en Saint Germain On Alchemy, Summit University Press. Hay traducción española
[5] Hechos 2:3.
[*] “Emoción”: ingl. emotion = energy in motion = energía en movimiento.
[‡] “Emigración”: ingl. immigration = I AM gratitude in action = YO SOY gratitud en acción.
[§] La Mensajera escribe en 1975.
[†] Light en inglés significa “luz” y “ligero”.
[6] Ezequiel 20:47
Madre Divina, Madre Universal y Virgen Cósmica son otros tantos términos para designar la polaridad femenina de la Divinidad, la manifestación de Dios como Madre. La Materia [inglés: Matter] es la polaridad femenina del Espíritu y los maestros ascendidos utilizan el término alternadamente con Mater (latín: “madre”). En este contexto, todo el cosmos material se convierte en el vientre de la creación, hacia el cual el Espíritu proyecta las energías de la Vida. La Materia es, entonces, el vientre de la Virgen Cósmica, quien, como la otra mitad del Todo Divino, también existe en el Espíritu como polaridad espiritual de Dios.
Jesús mismo reconoció a Alfa y Omega como los más altos representantes del Dios Padre-Madre y con frecuencia se refirió a Alfa como Padre y a Omega como Madre. Quienes asumen la polaridad femenina de la conciencia después de su ascensión son maestras ascendidas. Junto con todos los seres femeninos (polarizados femeninamente) en las octavas de luz, son los focos de la llama de la Madre Divina para las evoluciones de la humanidad que se desarrollan en muchos sistemas de mundos. Sin embargo, siendo andróginos, todos los miembros de las huestes celestiales son focos de cualquiera de los atributos masculinos o femeninos de la Divinidad a voluntad, pues ya han entrado en las esferas de la Totalidad Divina. Madre de la Llama (o Madre del Mundo). Cargo en la jerarquía que ocupan sucesivamente aquellas devotas no ascendidas designadas por la Gran Hermandad Blanca para nutrir, o incubar, la llama de la Vida en toda la especie humana. En 1961, Clara Louise Kieninger fue nombrada primera Madre de la Llama de la Fraternidad de Guardianes de la Llama por Saint Germain. El 9 de abril de 1966, ese manto fue transferido a la mensajera Elizabeth Clare Prophet. En ese momento Clara Louise Kieninger se convirtió en la Madre de la Llama Regente. Hizo su ascensión el 25 de octubre de 1970 en Berkeley, California, y continúa ocupando ese cargo desde el estado ascendido.(griego: Christos, “ungido”). Mesías (hebreo y arameo: “ungido”); “el Ungido”, aquel que es investido e infundido o ungido de la luz (el Hijo) de Dios. La Palabra, el Logos, la Segunda Persona de la Trinidad: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad… Aquél era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre que viene al mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por él y el mundo no le conoció.” En la Trinidad hindú de Brahma, Vishnu y Shiva, el término “Cristo” corresponde a la encarnación de Vishnu, el Preservador; avatara, hombre Dios, el que despeja la oscuridad, guru.
El Cristo Universal es el mediador entre los planos del Espíritu y los planos de la Materia; personificado como el Santo Ser Crístico, es el mediador entre el Espíritu de Dios y el alma del hombre. El Cristo Universal sostiene el nexo (el flujo en forma de ocho) de la conciencia a través del cual las energías del Padre (Espíritu) pasan a sus hijos para la cristalización (inglés: Christ-realization: realización crística) de la Llama de Dios por el esfuerzo de su alma en el vientre cósmico (la matriz) de la Madre (Materia). A este proceso se le llama materialización (inglés: Mater-realization: realización en la Materia), “El Descenso”. El proceso por el cual las energías de la Madre aglutinadas en el alma pasan a través del nexo de la conciencia crística hacia el Padre es la aceleración llamada espiritualización (inglés: Spirit-realization: realización en el Espíritu), “El Ascenso”. Otro nombre que se le da al proceso mediante el cual la energía del alma regresa de la Materia al Espíritu es sublimación (inglés: sublimation: sublime action: acción sublime) o transmutación. Siendo ya una con el Hijo, el alma experimenta la consumación de este proceso como la ascensión, la unión con el Espíritu de la Presencia YO SOY, el Padre. La ascensión es el cumplimiento en el cielo de la promesa de Jesús en la tierra: “En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros… El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos con él morada.”
La fusión de las energías de la polaridad positiva y negativa de la Divinidad en la creación ocurre a través del Cristo Universal, el Logos sin el cual “nada de lo que es fue hecho”. El flujo de luz del macrocosmos hacia el microcosmos, del Espíritu (la Presencia YO SOY) al alma y de regreso siguiendo la espiral en forma de ocho, se cumple a través de este bendito Mediador que es Cristo, el SEÑOR, la verdadera encarnación del YO SOY EL QUE YO SOY. Ya que Jesús es esa Palabra encarnada, puede decir: “El YO SOY es [el YO SOY en mí es] la Puerta Abierta [al cielo y a la tierra] que ningún hombre puede cerrar”, y “Todo el Poder me es dado [a través del YO SOY en mí] en el cielo y en la tierra”, y también “He aquí, YO SOY [el YO SOY en mí está] vivo por siempre –como Arriba, así abajo– y tiene las llaves del reino de los cielos y las llaves de la muerte y el infierno, y a quienquiera que el Padre quiera yo se las doy, y son dadas en su nombre”. Esto que aún hoy afirma el maestro ascendido Jesucristo también lo afirma para nosotros nuestro Santo Ser Crístico. Así, el Cristo Universal del Hijo único y de los muchos efectivamente mediatiza la Presencia del YO SOY hacia nosotros a través de nuestro propio y amado Santo Ser Crístico. Ésta es la verdadera comunión con el Cristo Cósmico cuyo Cuerpo (Conciencia) fue “partido”, compartido, individualizado para cada hijo del corazón del Padre. Los Hijos de Dios son depositarios de la Máxima Luz para los que aún son criaturitas en Cristo.
El término “Cristo” o “ungido del Cristo” también denota un cargo en la jerarquía que ocupan los que han alcanzado la automaestría en los siete rayos y los siete chakras del Espíritu Santo. La maestría crística incluye equilibrar la llama trina (los atributos divinos de poder, sabiduría y amor) para la armonización de la conciencia y la implementación de la maestría de los siete rayos en los chakras y en los cuatro cuerpos inferiores mediante la Llama de la Madre (la kundalini elevada). En la hora designada para la ascensión, el alma así ungida eleva la espiral de la llama trina desde abajo de los pies, pasando por toda la forma, para la transmutación de todo átomo y célula de su ser, conciencia y mundo. La saturación y la aceleración de los cuatro cuerpos inferiores y el alma mediante esta luz transfiguradora de la llama crística ocurre en parte durante la iniciación de la transfiguración, se incrementa con la resurrección y adquiere plena intensidad durante el ritual de la ascensión.
El Ser Crístico individual, el Cristo personal, es el iniciador de toda alma viviente. Cuando el individuo pasa estas diversas iniciaciones en el sendero de la cristeidad, incluyendo “dar muerte al morador del umbral”, se gana el derecho a que se le llame ungido del Cristo así como hijo o hija de Dios. Hay quienes, en eras pasadas, se ganaron semejante título y comprometieron esa culminación o no lograron manifestarla en encarnaciones subsiguientes. En esta era el Logos los requiere para que manifiesten su maestría divina interna y la perfeccionen en el plano físico mientras están en encarnación física. Por lo tanto, para asistir a los hijos e hijas de Dios en hacer que su manifestación sea conmensurable con su luz interior, los maestros de la Gran Hermandad Blanca han dado sus enseñanzas a través de los maestros ascendidos y de sus mensajeros en este siglo [XX]. Y Saint Germain fundó la Fraternidad de Guardianes de la Llama, a través de la cual envía lecciones mensuales graduadas a los miembros de esta orden, dedicada a guardar la llama de la Vida en todo el mundo. Antes de pasar con éxito las iniciaciones del discipulado, se hace referencia al individuo como hijito de Dios, en contraste con el término “Hijo de Dios”, que denota la plena cristeidad, en la cual el alma, en y como Hijo del hombre, se ha fundido en el Hijo de Dios siguiendo el ejemplo de Jesucristo.
Con la expansión de la conciencia crística, el ungido del Cristo avanza para alcanzar la realización de la conciencia crística en el nivel planetario y es capaz de sostener el equilibrio de la llama crística para las evoluciones del planeta. Cuando logra esto, asiste a los miembros de la jerarquía celestial que prestan su servicio en el cargo de Instructores del Mundo y al Cristo planetario. Véase Gráfica de tu Ser Divino, Jesús.
Juan 1:1-4; 14:20, 23. Cf. Apocalipsis 3:8; Mateo 28:18; Apocalipsis 1:18
La totalidad divina del Dios Padre-Madre, declarada por Cristo el Señor como “el principio y el fin” en el Libro del Apocalipsis. Llamas gemelas ascendidas de la conciencia del Cristo Cósmico que sostienen el equilibrio de la polaridad masculina-femenina de la Deidad en el Gran Sol Central del cosmos. Así, por mediación del Cristo Universal (la Palabra encarnada), el Padre es el origen y la Madre el cumplimiento de los ciclos de la conciencia de Dios expresada a lo largo y ancho de la creación del Espíritu y la Materia. [Compárese con Purusha y Prakriti en la tradición hindú.]
Apocalipsis 1:8, 11; 21:6; 22: 13La luz espiritual es la energía de Dios; el potencial del Cristo. Como personificación del Espíritu, el término “Luz” puede utilizarse como sinónimo de los términos “Dios” y “Cristo”. Como esencia del Espíritu es sinónimo de “fuego sagrado”. Es la emanación del Gran Sol Central y de la Presencia YO SOY individualizada, y la Fuente de toda vida. Es lo que enciende la chispa divina, porque la Luz verdadera alumbra a toda manifestación de Dios que debe descender a un mundo oscurecido. El portador de Luz es el que desplaza la Oscuridad, y la Luz de su Presencia YO SOY proviene de los reinos del Día Eterno.
Juan 1:7-9
La Tercera Persona de la Trinidad; la omnipresencia de Dios; las lenguas hendidas de fuego que focalizan a Dios Padre-Madre, también llamado el fuego sagrado; las energías de Vida que animan a un cosmos. En la Trinidad hindú de Brahma, Vishnu y Shiva, el Espíritu Santo corresponde a Shiva, conocido como el Destructor-Liberador porque su amor que todo lo consume, cuando se invoca en los planos de la Materia, ata a las fuerzas del mal y transmuta la causa y el efecto de las creaciones erróneas de los hombres, liberándolos de la prisión de su karma y de los seres oscuros que la habitan. El prana es la esencia del Espíritu Santo que ingerimos con el aliento del fuego sagrado a través de los chakras para nutrir a los cuatro cuerpos inferiores. El Espíritu Santo es el foco del equilibrio del Dios Padre-Madre en el núcleo de fuego blanco del ser. El exorcismo de los espíritus malignos y de las entidades impuras se realiza mediante el fuego sagrado del Espíritu Santo, en el nombre del Cristo y del YO SOY EL QUE YO SOY. Los nueve dones del Espíritu Santo son poderes que se otorgan a los siervos del Señor para atar a la muerte y el infierno y realizar Sus obras en la tierra.
La Persona y la Llama del Espíritu Santo es el Consolador que Jesús prometió que vendría cuando nuestro Señor nos dejara –a iluminarnos, a instruirnos y a hacernos recordar todas las cosas que el amado Jesús nos ha enseñado, tanto en la tierra como en el cielo. Cada vez que un hijo o hija de Dios asciende a la Presencia del YO SOY EL QUE YO SOY, el Espíritu Santo desciende para llenar el vacío y magnificar la Presencia del Señor en la tierra. Es éste el ritual del descenso del Espíritu Santo prometido por Jesús a sus discípulos cuando el Maestro dijo: “Permaneced en la ciudad de Jerusalén hasta que seáis dotados del poder de las alturas”, cosa que ocurrió en Pentecostés después del ascenso de Jesús al cielo.
El representante de la llama del Espíritu Santo para las evoluciones de la tierra es el maestro ascendido que ocupa el cargo de Maha Chohán . El Espíritu Santo es la Personalidad Impersonal de la Divinidad y está ubicada en el lado occidental de la Ciudad Cuadrangular. Véase Gráfica de tu Ser Divino.
1 Corintios 12:4-11; Juan 14:16, 26; 16:7; Lucas 24:49, 51; Marcos 16-19; Hechos 2:1-4
(latín: mater, “madre”). La polaridad femenina (negativa) de la Divinidad, cuya polaridad masculina (positiva) es el Espíritu. La Materia actúa como un cáliz para el reino de Dios y es el lugar de morada de almas en evolución que se identifican con su Señor, el Santo Ser Crístico. La Materia se distingue de la materia, la sustancia de la tierra, terrena, de los reinos de maya, que bloquea en vez de irradiar la luz divina y el Espíritu del YO SOY EL QUE YO SOY.
La materia es la materialización de la Llama de Dios, el medio por el cual el Espíritu adquiere, “físicamente”, cuádruple dimensión y forma a través de la polaridad femenina, o negativa, de la Divinidad. Los maestros ascendidos usan Mater o Matter indistintamente para describir los planos de la existencia que comprenden y se amoldan al cáliz universal, o matriz, para el descenso de la luz de Dios que se percibe como Madre. A través de este aspecto de sí mismo como Madre es como el Espíritu de Dios, el Padre, desarrolla en sus hijos la conciencia del Cristo, el unigénito de Dios, como percepción de sí mismos en el Cristo en desenvolvimiento a través de la llama trina —la chispa divina y sello de autenticidad de los coherederos que serán. El alma que desciende de los planos del Espíritu mora en el tiempo y el espacio en la Materia para su evolución espiritual/física, que requiere automaestría en las energías de Dios con el recto ejercicio del libre albedrío. Los cuatro cuerpos inferiores del hombre, de un planeta o de sistemas de mundos —los cuatro planos, cuadrantes y fuerzas cósmicas— ocupan y constituyen las frecuencias de la Materia. Véase Madre, Espíritu.Reloj cósmico: la ciencia de graficar los ciclos del karma y las iniciaciones del alma en las doce líneas del reloj bajo las Doce Jerarquías Solares. Enseñada por la Madre María a Mark Prophet y Elizabeth Clare Prophet para que los hijos e hijas de Dios regresen a la Ley del Uno y a su punto de origen más allá de los mundos de la forma y de la causalidad inferior.
Filipenses 2:5
Un vórtice de energía, física o espiritual, central para los sistemas de mundos, que lanza desde su interior, o que atrae hacia sí con el imán del sol central. Ya sea en el microcosmos o en el macrocosmos, el sol central es la principal fuente de energía, el vórtice o el nexo de intercambio de energía en los átomos, las células, el hombre (el chakra del corazón), entre la vida vegetal y el centro de la tierra. El Gran Sol Central, también llamado Gran Eje, es el centro del cosmos; el punto de integración del cosmos del Espíritu-Materia; el punto de origen de toda creación física-espiritual; el núcleo, o núcleo de fuego blanco, del Huevo Cósmico. (Sirio, la Estrella Dios, es el foco del Gran Sol Central en nuestro sector de la galaxia.)
Los Señores del Karma administran la justicia en este sistema de mundos, y adjudican karma, misericordia y juicio a todas las corrientes de vida. Todas las almas deben pasar delante del Consejo Kármico antes y después de cada encarnación en la tierra; reciben su asignación y su porción kármica para cada periodo de vida por anticipado y luego se pasa revista a su actuación al terminar. Gracias al Guardián de los Pergaminos y a los ángeles registradores, los Señores del Karma tienen acceso al registro completo de cada corriente de vida encarnada en la tierra. Ellos determinan quién ha de encarnar, así como cuándo y dónde. Asignan a las almas a una comunidad o a una familia, sopesando cuánta carga de karma debe saldarse, en cumplimiento de cada “punto y tilde” de la ley. El Consejo Kármico, en consonancia con la Presencia YO SOY y el Ser Crístico individuales, determina cuándo se ha ganado el alma finalmente el derecho a quedar libre de la rueda de karma y de las rondas de renacimiento.
Los Señores del Karma se reúnen en el retiro del Royal Teton dos veces al año, en los solsticios de invierno y de verano, para revisar peticiones de la humanidad no ascendida y para otorgar dispensaciones con el fin de asistirla.
I AM. El nombre de Dios; “Dios en mí es”.
(sánscrito: “acto, acción, obra”). El karma es energía/conciencia en acción; la ley de causa y efecto y retribución. Llamada también ley del círculo, que decreta que cualquier cosa que hagamos completará un círculo y regresará a nuestra puerta para resolución. Pablo dijo: “Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.” Newton observó: “Para toda acción hay una reacción igual y opuesta.” La ley del karma requiere que el alma reencarne hasta que todos los ciclos kármicos se hayan saldado. Así, de una vida a la siguiente el hombre determina su destino por sus acciones, incluyendo sus pensamientos, sentimientos, palabras y obras. Saint Germain enseña el sendero acelerado de la transmutación del karma con la llama violeta del Espíritu Santo y trascendiendo las rondas de renacimiento a través del sendero de la cristeidad individual que conduce a la ascensión demostrada por Jesús.
Gálatas 6:7
Chohán del segundo rayo, de la iluminación. Habiendo estudiado bajo la tutela del Señor Himalaya y habiendo conseguido su maestría en el Retiro del Loto Azul, el Señor Lanto eligió utilizar la pluma amarilla para envolver el corazón de los hombres.
Está dedicado al perfeccionamiento de las evoluciones de este planeta a través de la iluminación del Cristo Cósmico. La llama dorada que mantiene está cargada del moméntum de victoria divina para los jóvenes del mundo.
Véase Tabla de los ocho rayos .Muchos de los retiros de los maestros, incluyendo sus escuelas de misterios, estuvieron en el plano físico durante las primeras eras de oro de la tierra e incluso después de la Gran Rebelión y la Caída de los ángeles caídos. Ante la destrucción y la profanación de sus templos, los maestros retiraron sus centros y sus llamas al plano etérico, de ahí el término “retiro”. Después de la ascensión del mensajero Mark L. Prophet el 26 de febrero de 1973, los Señores del Karma dieron otra oportunidad a los hijos de Dios de saldar su karma asistiendo a las clases en los retiros de los siete chohanes, el Maha Chohán y los Instructores del Mundo. El primero de enero de 1986, Gautama Buda y los Señores del Karma respondieron a la petición de los Señores de los Siete Rayos de abrir las universidades del Espíritu que se encuentran en sus retiros etéricos a decenas de miles de estudiantes para proseguir sistemáticamente el camino de la automaestría en los siete rayos. Los estudiantes viajan en su cuerpo sutil durante el sueño y pasan catorce días en el retiro de cada uno de los chohanes y del Maha Chohán. Véase Tabla de los ocho rayos.
Señor Maitreya maestro ascendido. Junto con Gautama, Maitreya prosiguió las disciplinas búdicas bajo la dirección de Sanat Kumara. Ocupa el cargo de Cristo Cósmico y Buda Planetario y sirve en la jerarquía bajo el Señor Gautama, dirigiendo la función de los Instructores del Mundo. Para la humanidad en evolución demuestra la conciencia cósmica del Cristo en todas las áreas del quehacer humano y en su universalidad a través del cosmos. Se le conoce como el Gran Iniciador y de hecho fue el iniciador de Jesús en su individualización de la Llama del Cristo en su encarnación final como salvador del mundo y ejemplo del Camino, la Verdad y la Vida para los aspirantes que recorren el sendero de la cristeidad personal. El amado Maitreya fue el SENOR Dios en el Edén, el guru de las llamas gemelas. El tan esperado “Buda Venidero” ha venido en verdad para reabrir su escuela de misterios y para asistir a Saint Germain y Porcia, llamas gemelas del séptimo rayo y jerarcas de la era de Acuario, en la introducción de la nueva era. El 31 de mayo de 1984, dedicó el Corazón del Retiro Interno y el Royal Teton Ranch al sendero y a la enseñanza del Cristo Cósmico para que los que se apartaron de su tutela siguiendo el camino de las Serpientes (los ángeles caídos que llevaron a Eva por el mal camino) pudieran regresar y que los hijos de la Luz siguieran al Hijo de Dios en la regeneración. Como patrocinador de las llamas gemelas, es el amigo de todos los iniciados del fuego sagrado. Cuando se le invoca, otorga la iluminación del Cristo y la fuerza de la Palabra para pasar las iniciaciones que tienen lugar bajo su patrocinio. Véase escuelas de misterios, buda.
La Palabra del SEÑOR Dios que fue pronunciada en los fíat originales de la creación. La emisión de las energías de la Palabra, o Logos, a través del chakra de la garganta por los Hijos de Dios en confirmación de la Palabra perdida. Está escrito: “Por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado” (Mateo 12:37). Cuando el hombre y la mujer reconsagran el chakra de la garganta afirmando la Palabra de Dios, se convierten en instrumentos de los mandamientos de Dios que cumplen la ley de su re-creación a imagen del Hijo.
Las invocaciones que ofrecían los sacerdotes y sacerdotisas del fuego sagrado en Lemuria con el poder de la Palabra hablada se daban originalmente siguiendo la ciencia del Logos. La perversión de esta ciencia en la práctica de la magia negra ocurrió más tarde, en los últimos días de Lemuria, provocando la destrucción de los templos de la Virgen Cósmica y el terremoto por el que se hundió el continente. Las estatuas de la isla de Pascua son los vestigios del sitio donde las guerras de los dioses hicieron estremecer a la tierra en aquellos días terribles. En contraste, esta ciencia de la Palabra hablada fue utilizada en su forma pura por los israelitas para derribar las murallas de Jericó. Hoy los discípulos utilizan el poder de la Palabra en decretos, afirmaciones, plegarias y mantras para atraer la esencia del fuego sagrado desde la Presencia YO SOY, el Ser Crístico y los seres cósmicos que encauzan la luz de Dios hacia matrices transmutadoras y transformadoras para obrar cambios constructivos en los planos de la Materia.
La ciencia de la Palabra hablada (junto con la ciencia del concepto inmaculado) es el ingrediente clave y esencial en toda alquimia. Sin la Palabra hablada no hay alquimia, no hay creación, no hay cambio ni intercambio en ninguna parte de la Vida. Es la piedra blanca del alquimista, que cuando se aplica con éxito con los secretos de la llama del corazón revela el “nuevo nombre escrito, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe”. Bienaventurado el que triunfa sobre la oposición que la mente carnal interpone al ejercicio —la práctica que hace al maestro—de la ciencia de la Palabra hablada en el ofrecimiento de decretos dinámicos diarios al SEÑOR, pues a éste dará el Espíritu Santo “a comer del maná escondido”.
El maestro de la era de Acuario, Saint Germain, enseña a sus discípulos a invocar, por el poder de la Palabra hablada, la llama violeta para el perdón de los pecados y para el bautismo del fuego sagrado en preparación para la transición hacia una Conciencia Divina más elevada.
[Los maestros ascendidos utilizan continuamente la palabra momentum en sus enseñanzas, con el significado original del término, que en inglés es “la fuerza del movimiento [motion] adquirida por un objeto en movimiento [moving] como resultado de la prolongación de [dicho] movimiento [motion]” (traducido de Webster Third International Dictionary).
La palabra momentum en latín significa “movimiento” y fue usada por el físico y matemático Isaac Newton (1643-1727) para describir un cuerpo en movimiento. El latín era la lengua de uso en las universidades europeas a la sazón. Hoy este concepto se llama “movimiento lineal” o “momento lineal”. Se representa por una p y su fórmula es p = m * v, donde m = masa, v = velocidad. Cuando damos un impulso a un objeto, éste empieza a moverse. La Primera Ley del Movimiento de Newton dice que si se retira el impulso el objeto sigue moviéndose a una velocidad constante. Para parar el objeto hay que aplicar una fuerza. Mientras más pesado el objeto (más masa), más fuerza se requiere para detenerlo. Asimismo, mientras más rápido va el objeto (más velocidad), más difícil resulta detenerlo.
La palabra momentum es una deformación de movimentum, formada por el verbo movere (“mover”) y el sufijo -entum, equivalente a -ento en español, que en este caso indica estado físico.
Podría traducirse por “momento”, pero para evitar confusión con el significado más común de este término (un instante de tiempo) hemos dejado siempre “moméntum” en nuestras traducciones. Es el equivalente de lo que algunos traducen por "impulso acumulado".]
Al estudiar estos reinos de la jerarquía también aprendemos algo acerca de cómo aplicamos la llama que está en nuestro corazón. Aprendemos, entonces, que es la energía del rayo azul, el impulso [thrust] del poder, la que da ímpetu [impetus] a la idea contenida en la mente de Dios. Sin ese impulso de energía, la idea carece de moméntum [momentum]. Es como la flecha lanzada desde el arco. Es la energía para estirar la cuerda hacia atrás la que da moméntum a la flecha que es la idea de Dios dirigiéndose a la manifestación.